The European Union, the world's foremost trader, is not an easy bargainer to deal with. Its twenty-five member states have relinquished most of their sovereignty in trade to the supranational level, and in international commercial negotiations, such as those conducted under the World Trade Organization, the EU speaks with a "single voice." This single voice has enabled the Brussels-based institution to impact the distributional outcomes of international trade negotiations and shape the global political economy. Trading Voices is the most comprehensive book about the politics of trade policy in the EU and the role of the EU as a central actor in international commercial negotiations. Sophie Meunier explores how this pooling of trade policy-making and external representation affects the EU's bargaining power in international trade talks. Using institutionalist analysis, she argues that its complex institutional procedures and multiple masters have, more than once, forced its trade partners to give in to an EU speaking with a single voice. Through analysis of four transatlantic commercial negotiations over agriculture, public procurement, and civil aviation, Trading Voices explores the politics of international trade bargaining. It also addresses the salient political question of whether efficiency at negotiating comes at the expense of democratic legitimacy. Finally, this book looks at how the EU, with its recent enlargement and proposed constitution, might become an even more formidable rival to the United States in shaping globalization
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Desde la perspectiva de fines del siglo XX, los regímenes políticos de la España de los años veinte y treinta aparecen como una secuencia de ensayos en respuesta a la profunda crisis sufrida por el sistema de la Restauración (1876-1923). Bajo ese enfoque, la Segunda República (1931-1936) se nos muestra inscrita en el esfuerzo por encontrar una nueva alternativa tras el fracaso de la Dictadura primorriverista (1923-1930) y las dictablandas del general Dámaso Berenguer y del almirante Juan Bautista Aznar. No es, pues, una cuestión casual acortar cronológicamente nuestro objeto de estudio entre el 13 de Septiembre de 1923 y el 18 de Julio de 1936. En esas fechas se gestó el desplazamiento de los antiguos partidos dinásticos por otros grupos de la que sería la derecha autoritaria Alfonsina (conservadores subversivos, en calificación de Gil Pecharromán) y, más tarde, por el movimiento republicano y los socialistas. Lo entonces acontecido sirvió de referente para posteriores actuaciones políticas, desde la valoración ideológica de sus elementos rechazables, corregibles o asumibles. Ciertamente, hay que subrayar que las costumbres y la vida cotidiana de los españoles cambió sustancialmente entre 1923 y 1936. La tímida pero imparable introducción de nuevos medios de transporte transformó el paisaje urbano. El automóvil, dirigido hacia la locomoción individual de los consumidores más pudientes, comenzaba a proliferar por las vías de las principales ciudades, forzando la ampliación de calles y modificando los usos habituales de la red pública. En paralelo, el crecimiento demográfico de las urbes impulsó tanto la construcción de viviendas (la más de las veces desordenada y de escasa calidad) como la expansión del Metropolitano (Madrid, Barcelona), al igual que las líneas de tranvías y los autobuses de enlaces con la provincia. Estos últimos, junto a los camiones, vinieron a completar el transporte de personas y mercancías por ferrocarril, estimulando el tendido de numerosos kilómetros de caminos vecinales y carreteras provinciales. También la radio irrumpió a mediado de los veinte. De lámparas para los de mayores posibilidades y de galena para el común de las gentes, los receptores comenzaron a formar parte del mobiliario doméstico, canalizando las noticias que antes sólo llegaban a través de la prensa. Por su parte ésta, comenzó a difundir información gráfica gracias a los últimos adelantos técnicos. La expansión del telégrafo y del teléfono contribuyeron a la mejora de las comunicaciones, aunque sujetos a la protección menopolística de la Dictadura (Telefónica, CAMPSA, Tabacalera, Compañía Arrendataria de Fósforos, etc.). Fueron también los años del avance de la aviación y de la promesa de los dirigibles, acariciando algunos la posibilidad de convertir a Sevilla en el aeropuerto terminal de Europa (Tomás de Martín-Barbadillo). Por último y para concluir el cuadro de aquellas innovaciones modernizadoras, cabe subrayar cómo la mujer se incorporó lenta pero inexorablemente a la vida pública (participación en el plebiscito de 1926, ingreso creciente en la población activa, nombramientos de concejalas en 1928, estreno del voto femenino en las elecciones de 1933). Buena parte de estos fenómenos se amplificaron en la Sevilla que estaba preparándose para celebrar con el máximo ornato la tan esperada como retrasada Exposición Iberoamericana (1929). Al sensible crecimiento vegetativo de la ciudad se le sumó la inmigración atraída por los puestos de trabajo del proyectado Certamen, precipitando el hacinamiento en barriadas periféricas surgidas sin orden ni concierto (Cerro del Águila, Villalatas, Amate). Y es que Sevilla mostraba sensibles contrastes. Por un lado, sufría frecuentes inundaciones y también, paradójicamente, un deficiente suministro de aguas, responsabilidad de una empresa extranjera (The Seville Water Works Company Limited). Contaba con un sistema de alumbrado para la Exposición (farolas diseñadas por Aníbal González), mientras muchos ciudadanos carecían de suficiente fluido eléctrico. Capital orgullosa de sí, pero capaz de plegarse a los designios de José Cruz-Conde (el tercer hombre más influyente de España, después del Alfonso XIII y de Primo, según el diplomático Carlos Morla Lynch). Feudo aparente del conservador marqués de Torrenueva y, a la vez, centro de disturbios estudiantiles que tantos problemas dieran al gobernador, conde de San Luis, y al ministro de la Gobernación, marqués de Hoyos. Baluarte anarquista y comunista durante la República, radical y socialista en las elecciones de 1931, pero también vivero de la primera sublevación grave contra el régimen nacido el 14 de abril (Sanjurjo). Cuna de líderes republicanos (Martínez Barrio, José Díaz) y campo de experimentos del Nuevo Orden tras el 18 de julio. A la vez cofrade y crisol de huelgas violentas. Foco destacado de la Masonería española y lugar de nacimiento de la Liga Católica. Ciudad semindustrial y terciaria en medio de una provincia agrícola. Es en esas coordenadas cronológicas y espaciales donde emplazamos el objeto de estudio: la Diputación Provincial de Sevilla. Un análisis fundamentado en la respuesta a estos dos interrogantes: 1ª) ¿qué puede aportar el estudio de las instituciones político-administrativas al conocimiento de la España contemporánea?; y 2ª) ¿por qué elegir dentro del conjunto de este tipo de organismos a la entidad provincial? El Estado, como comunidad de personas asentadas en un territorio fijo y sujetas a una dirección política común, se encuentra constituido por tres elementos básicos: población, territorio y poder (Andrés de Blas, Ramón Cotarelo). Este último –es decir, el poder o la capacidad para imponer obediencia desde una autoridad- se sirve de dos tipos de instrumentos (Duverger): los ideológicos (legitimidad, soberanía) y los materiales (órganos y aparatos del Estado). Planteado este esquema conceptual, se entiende que el estudio de las instituciones político-administrativas resulta imprescindible para observar las formas de ejercer el poder. Lo llamativo es que este relevante campo de investigación no haya despertado todavía el suficiente interés entre los estudiosos, mientras que otras cuestiones como el movimiento obrero, el papel del sindicalismo o la politología –especialmente la de los partidos externos al sistema- sí han recibido brillantes tratamientos, tanto en forma de síntesis globales como en obras de rango local. Es decir, hasta no hace mucho se ha analizado más la historia de los contra-poderes que el comportamiento preciso del propio poder, bien por las influencias ideológicas derivadas de la coyuntura política de los últimos años del franquismo y la transición democrática, bien por la acumulación de trabajos en determinadas parcelas historiográficas marcando tendencia generales, consideradas dignas de atención. Compárese, a modo de ejemplo, el número de monografías sobre la historia del sindicalismo con aquéllas otras que tratan de los organismos públicos responsables, en mayor o menor medida, de paliar las causas de la conflictividad social. Diseccionar las pautas de comportamiento de las instituciones (insistimos, soportes del poder) obliga a mostrar también las interrelaciones gobernantes-gobernados. No se trata sólo de esbozar la composición de unas corporaciones, saber quién ocupa determinados cargos o precisar el origen de la selección del personal político (sea por elecciones o por nombramiento gubernativo). Es todo eso, pero también lo es enlazar su actuación gestora con las realidades materiales y humanas objetivas sobre las que hubo de desplegarse. Este estudio sobre la Diputación Provincial de Sevilla ha sido realizado sobre la premisa de no perder esos referentes de la realidad. Otro aspecto a resaltar en la parcela de la historia de las instituciones lo constituye su interacción con la política. Ya durante el siglo XIX y la gestación del Estado liberal no pocos tratadistas se esforzaron en deslindar las esferas de lo político y lo administrativo. Ante el panorama de la creciente politización del funcionamiento del Estado y el enraizamiento del fenómeno caciquil, la práctica totalidad de los proyectos de reforma de la Administración recogieron declaraciones de expresa –y teórica- separación entre el apasionado campo de las luchas partidistas y el área –supuestamente neutra- de las decisiones de gobierno. Hasta tal punto llegaron a calar estos mensajes en la opinión pública que no fue excepcional el que un gobernador, un concejal o un diputado provincial formulasen públicos votos por dejar "en las puertas" su utillaje político y prometieran dedicarse a la gestión de los asuntos públicos bajo la más estricta independencia. Sin embargo, esos propósitos se hicieron tan inviables como el total divorcio entre la figura del político y del gestor público. Y es que, naturalmente, la Política y la Administración son dos asuntos distintos pero comparten intersecciones en los órganos del Estado, en las corporaciones y en los cargos públicos. Sabido es que el político es una figura y la función que pueda desempeñar en el aparato del Estado es otra. Ambas poseen, evidentemente, mucho en común, aunque presentan diferencias sustanciales. Es en este punto donde la historia de las instituciones tiene bastante que ofrecer al campo de la historia política. Comprendida dentro de ésta se encuentran: los programas; las pugnas ideológicas; los organigramas de las formaciones políticas; las campañas electorales; la génesis, desarrollo y evolución de las agrupaciones; el funcionamiento de los partidos; y, entre otros extremos, los individuos políticos. Ahora bien, ese conjunto de elementos se guía por determinadas conductas que pueden cambiar parcial o totalmente (de hecho, lo hacen) cuando el político o un partido pasa a asumir responsabilidades públicas. En este aspecto, fue bien relevante el cambio de actitud que registraron los partidos externos antes de 1923 en Sevilla: cuando eran beneficiarios del encasillado, guardaban sus baterías más agresivas contra el caciquismo de las formaciones dinásticas. Tampoco sería menor la transformación de republicanos y socialistas a la hora de ocupar los ayuntamientos o las diputaciones provinciales a raíz del cambio de abril de 1931. Valga una muestra: Hermenegildo Casas, presidente de la Diputación Provincial durante el primer bienio, abandonó su agresividad verbal como miembro del Ayuntamiento hispalense de 1930. Es más: su gestión al frente del organismo de la provincia le desmarcó de su propio partido (PSOE), del que acabaría saliendo en 1934. Creemos conveniente, por tanto, completar la historia política con las conclusiones aportadas por este tipo de estudios. Por último, resulta muy útil el análisis de las instituciones –y, dentro de éstas, de las locales- para inferir el modelo de Estado en que están inscritas y en qué medida cumplen su función ante los ciudadanos. Ese enfoque constituye, a nuestro juicio, un ángulo privilegiado para comprender tanto los problemas del edificio estatal español durante el primer tercio del siglo XX (déficit, desestructuración, ineficacia) como el arranque de las alternativas regionalistas o nacionalistas, que tuvieron sus orígenes no sólo en componentes culturales (lengua, tradición) sino en la escasa operatividad que el Estado centralizado brindó a sus ciudadanos-contribuyentes. Y es que los responsables políticos durante la Dictadura primorriverista y la Segunda República no corrigieron las inercias y los vicios del edificio estatal. Si Primo de Rivera no se atrevió a suprimir las diputaciones provinciales, tampoco los gobernantes republicanos reorganizaron en profundidad la estructura del Estado –adjetivado como integral- salvo el reconocimiento de algunas autonomías (Cataluña). Y todavía resulta una cuestión pendiente. Baste recordar la última polémica suscitada por el cuestionamiento de los gobernadores civiles como figuras adecuadas dentro del Estado de las autonomías. Lo afirmado en párrafos anteriores avala suficientemente el valor de la historia de las instituciones político-administrativas. Ahora bien, ¿qué particularidades ofrecen las diputaciones para ser objetos de estudio? Varias son las razones que justifican la opción. En primer lugar, las diputaciones eran piezas estratégicas dentro del sistema político-administrativo español. Encargadas de velar por los intereses de las provincias, estaban emplazadas entre el Gobernador Civil y los ayuntamientos, lo que les convertía en elementos clave en coyunturas electorales durante la Restauración. Muchos reformistas a comienzos de siglo las consideraban auténticas lacras, viveros de caciquismo y paradigmas de la corrupción. En general, eran fieles obedientes a las consignas de Gobernación, transmitidas a través del gobernador de turno, y atendían regularmente el sometimiento político de las localidades de la provincia. Pero no es solo ésta la única vertiente atractiva de las diputaciones para los investigadores. De hecho, después de 1923 siguen presentando un enorme interés por la entrada en vigor del Estatuto Provincial de José Calvo Sotelo, en aquel entonces director general de Administración Local (marzo 1925). Aquella obra legislativa superaba a la vieja Ley Provincial de 1882 tanto en sus aspectos técnicos como en sus efectos prácticos: las diputaciones recibieron competencias y un sensible reforzamiento de sus recursos, alentando el desarrollo de una amplia actividad en materia de obras públicas y beneficencia. Obviamente, cabe adjudicar parte de aquel desenvolvimiento material a la coyuntura de bonanza económica de los años veinte, pero también es cierto que los responsables de las corporaciones provinciales durante los gobiernos Berenguer/Aznar y las nuevas comisiones gestoras republicanas reconocieron las cualidades del Estatuto, al plantear proyectos de reforma inspirados en él. Es decir, la abundancia material de los años veinte no hizo sino realzar las capacidades potenciales intrínsecas del Estatuto Provincial. Con independencia de lo expuesto, la elección de la provincia como ámbito de análisis merece otros comentarios. En primer lugar, si situamos el centro de nuestro enfoque sobre la Diputación, conviene metodológicamente abrir el campo de estudio al conjunto global de los municipios de la provincia y, también, al Gobierno Civil. Bajo ese primas pretendemos superar el estrecho marco local al que están referidos la mayor parte de los trabajos disponibles. Actualmente asistimos a una proliferación de la historia local –tal vez excesiva- que, si bien resulta imprescindible, por otra complejiza cada vez más la elaboración de posteriores síntesis, aparte desniveles cualitativos. Por ello, juzgamos interesante el análisis de escalas intermedias como pueden ser la provincia o la región, siempre y cuando la temática seleccionada lo permita. La provincia, aunque nacida de la mano del legislador, ha cobrado carta de naturaleza tanto para el sistema político-administrativo como para los ciudadanos. Incluso el actual Estado de las autonomías ha corroborado la vigencia de las viejas provincias de Javier de Burgos. Y además –subrayamos esta cualidad- las provincias significaban mucho más en las década de los veinte y los treinta que hoy. En el caso de Sevilla, según el censo de 1930, la capital aglutinaba unos 228.000 habitantes mientras que en la provincia vivían 576.000; es decir: la suma de los municipios rurales doblaba sobradamente los efectivos demográficos de la capital. Es más, 17 localidades agrupaban a 267.000 ciudadanos, lo que indica la existencia de auténticas agrociudades con un peso demográfico y económico nada desdeñable dentro del conjunto provincial. Estos ingredientes bastan para justificar esta línea de investigación: la historia de Sevilla no es sólo la de la capital, sino también la de su entorno provincial y la de las mutuas interrelaciones entre ambas. Indudablemente, si alguna institución nos sirve para contemplar una amplia panorámica de la provincia, ésa es la Diputación Provincial. Sus diversas y heterogéneas áreas de gestión abarcaban tanto las obras públicas como la beneficencia, la enseñanza y el control de los ayuntamientos, las comunicaciones y la administración provincial de las elecciones… Suficientes argumentos para dedicar no sólo uno, sino varios trabajos monográficos a estas cuestiones. El afirmar que las diputaciones constituyen una interesante parcela de trabajo no es ningún descubrimiento original. Desde finales de los años setenta y a lo largo de los ochenta han aparecido una serie de valiosas obras sobre estas instituciones, aunque los esfuerzos pioneros se remontan a casi hace treinta años. Fue el profesor Cuenca Toribio uno de los primeros que se internó en este campo al publicar en 1963 un artículo titulado "Los orígenes del la Diputación sevillana" (Archivo Hispalense, nº 118, marzo-abril 1963). Entre 1964 y 1966; en la misma revista, el entonces cronista oficial de la provincia, Manuel Justiniano y Martínez realizó un esbozo de la historia de la Diputación hispalense durante la Dictadura y la República. A escala más general y en 1966, la Diputación Provincial de Barcelona promovió una obra colectiva en varios volúmenes sobre la historia de estos organismos bajo el título de La Provincia. Ya en la década de los setenta vieron la luz otros trabajos locales –véase el apéndice bibliográfico-, como fueron los de Salcedo Izu (Navarra, 1972), Lladonosa Pujol (Lérida, 1974), González Mariñas (Galicia, 1978) o Piña Homs (Baleares, 1979), aparte uno colectivo titulado: Asistencia hospitalaria. Estudios de las Diputaciones Provinciales, (1978). Pero la definitiva consolidación se produjo en la década de los ochenta y comienzos de los noventa, al aparecer un buen número de monografías sobre diputaciones, alguno de cuyos títulos recogemos aquí: Manuel Santana Molina (La Diputación provincial en la España decimonónica); José González Casanovas (Las Diputaciones Provinciales en España, 1812-1985); Fariña Fajardo y Pereira Figueroa (La Diputación de Pontevedra, 1836-1986), Borja de Riquer (ed.), (Historia de la Diputaciò de Barcelona); Enrique Orduña Rebollo (Evolución histórica de la Diputación Provincial de Segovia, 1833-1990); Pedro Ortega Gil (Evolución legislativa de la Diputación Provincial en España, 1812-1845. La Diputación Provincial de Guadalajara); Encarnación Lemus López (Extremadura, 1923-1930. La historia a través de las Diputaciones Provinciales); José Ángel Semas y José Antonio Armillas (La Diputación de Aragón: gobierno aragonés del reino a la comunidad autónoma); aparte los trabajos, aún inéditos o en curso de realización sobre los organismos provinciales de Valladolid (Heliodoro Pastrana) o León (Luis Carlos Sen Rodríguez). El IV Symposium de Historia de la Administración (cuyas Actas fueron publicadas por el Instituto Nacional de Administración Pública en 1983) y el Symposium Internacional sobre Organización del Estado Moderno y Contemporáneo en Italia y España, celebrado en Barcelona en 1991, significaron dos hitos historiográficos en esta materia al poner al día el estado de la cuestión. El elenco de trabajos citado conforma un grupo internamente heterogéneo. Cada uno trata períodos distintos y tienen sus propios enfoques, estableciendo paradigmas de referencia muy dispares. Dentro de este conjunto hemos seleccionado las pautas metodológicas consideradas más pertinentes y adecuadas para la elaboración de la presente Tesis Doctoral. A continuación planteamos cuáles han sido los objetivos, las hipótesis generales y la metodología que han orientado las coordenadas de esta obra. El análisis de la trayectoria histórica de una Diputación puede abordarse desde numerosas premisas y ángulos. Tras analizar la bibliografía disponible hemos optado por delimitar nuestra área de investigación en dos direcciones. En primer lugar, algo obligado: acotar el tratamiento de los que representa la institución. Esta se ofrece como órgano político (la corporación provincial) y como organismo administrativo. Si la primera vertiente es de por sí suficientemente amplia (todo lo relacionado con la dimensión política de la entidad), la segunda –es decir, las distintas líneas de gestión- pronto se reveló ante nosotros como un campo inabarcable en toda su complejidad. No cabía, consecuentemente, hacer sólo una historia de la beneficencia o de las obras públicas provinciales en profundidad y, por ello, decidimos mostrar un esbozo general de la variada actividad gestora de la Diputación en sus epígrafes correspondientes. Una panorámica que contiene campos de estudio de alto interés, señalando a los establecimientos benéficos y sanitarios dependientes de la Diputación como merecedores en un futuro de obras monográficas bajo perspectivas cronológicas más amplias. Hecha la anterior advertencia, conviene precisar otra observación previa de calado aún más hondo si cabe, por cuanto define el estilo global del estudio realizado. Si hemos restringido el terreno de la gestión administrativa a unas pinceladas generales, no ocurre así con las interacciones de la Diputación respecto de otras instituciones político-administrativas y la propia realidad provincial. Y es que no concebimos procedente historiar la trayectoria de este tipo de entidades sin tener presente el contexto representado por los gobiernos civiles o los ayuntamientos. Una institución exenta, esto es, presuponiéndola sin interconexiones con sus inmediatos órganos jerárquicos (superiores o inferiores) encierra un error de partida que puede desembocar en unas conclusiones metodológicamente erróneas o, cuando menos, incompletas. En el caso que nos ocupa, no podríamos responder a muchos interrogantes sin tener en cuenta extremos como cuál fue el marco legal de estos organismos, quién fue gobernador en determinadas coyunturas o en qué situación se hallaba socio-económicamente la provincia. Es más, los diputados provinciales fueron en muchas ocasiones concejales o diputados en Cortes. En consecuencia, las instituciones hay que analizarlas insertas en el ámbito de la estructura estatal al que pertenecieron. Eso es justamente lo que hemos hecho en el caso de la Diputación Provincial sevillana. Establecidos el marco propuesto, formulamos una serie de hipótesis de trabajo generales y otras, más concretas y específicas, según los aspectos de las materias tratadas. Siguiendo el método comúnmente utilizado (formulación, contraste de hipótesis, verificación-síntesis y elaboración de conclusiones), hemos de reconocer con toda honestidad que algunas de nuestras premisas se modificaron en el transcurso de la investigación ante la consulta de las fuentes. Así, por ejemplo, le ocurrió a la apreciación previa sobre el balance general de la Diputación primorriverista sevillana en su aspecto gestor, considerada a priori menor de lo que en realidad fue. El asunto de la persistencia del caciquismo más allá de 1923 fue otro de los interrogantes planteados en las primeras fases del proceso. En nuestro análisis pudimos confirmar para la corporación provincial sevillana una clara permanencia de viejos políticos, tal y como demostrarse en sus trabajos Javier Tusell pero, igualmente, constatamos la emergencia de figuras nuevas en el espectro de la derecha autoritaria, aceptando por consiguiente la opinión de Gómez-Navarro. Matices y definiciones conceptuales han resultado elementos obligados en la elaboración de una síntesis entre ambos fenómenos, en apariencia dispares. Por último, resultó sorprendente comprobar cómo el balance de la Diputación sevillana durante la Segunda República fue más pobre de lo que podría creerse, aparte el sorprendente grado de politización alcanzado en la vida administrativa de esta institución y las artes neocaciquiles practicadas por los partidos hegemónicos en la Sevilla de aquellas fechas. Sobre las fuentes utilizadas podemos distinguir cinco grandes grupos en orden a una clasificación de los centros de documentación donde hemos trabajado: a) archivos provinciales o locales; b) nacionales; c) privados; d) hemerotecas; y e) bibliotecas. En primer lugar, figuran los archivos provinciales o locales, destacando naturalmente el de la Diputación Provincial de Sevilla. Este archivo presenta sus fondos modernos perfectamente catalogados, pero su documentación contemporánea –considerada aún como administrativa- no se encuentra totalmente organizada. El inventario que utiliza es de 1964 y es objeto de reactualización hoy en día. En el año 1995 estos fondos fueron objeto de traslado, al cambiar la sede de la Diputación desde la Plaza del Triunfo al antiguo cuartel de Intendencia. Hasta ese año, la documentación utilizada en este trabajo se partía entre la biblioteca y el archivo de legajos propiamente dicho. La primera, amplia y muy completa, contenía los documentos encuadernados; entre ellos, el Boletín Oficial de la Provincia o las series de Actas de la corporación provincial (Pleno, Comisión Permanente, Comisión Gestora). Los legajos y carpetas quedan referidos a las áreas competencia de la Diputación (Secretaría, Intervención, elecciones, quintas, beneficencia, etc), aunque su ordenación no es absolutamente correcta. Por ejemplo, no resultó extraño encontrar documentos sobre caminos vecinales de comienzos de los veinte dentro de una carpeta que prometía guardar actas electorales de los treinta. La prolongación de este estado de cosas procede más de la falta de recursos que de una ausencia de preocupación sincera y real por mejorar la organización de estos fondos. Así lo demuestra el que la directora de este archivo, Antonia Herrera Heredia, publicase en el Ministerio de Cultura una obra titulada Manual de organización de fondos de corporaciones locales. El Archivo de la Diputación Provincial de Sevilla (1980). De cualquier modo y para nuestros propósitos, la asimetría organizativa de los fondos custodiados en la Diputación ha producido un uso desigualmente intenso de sus documentos. Esta carencia ha debido ser cubierta con otras fuentes indirectas. Los archivos municipales, en cambio, lo hallamos en un estado razonablemente bueno gracias a la preocupación de las áreas o delegaciones de Cultura de los ayuntamientos y el apoyo prestado por la Diputación Provincial, que ha contribuido a la labor de inventario y publicación de los fondos locales, en ocasiones en mal estado y dispersos- la consulta de archivos en diversos municipios (Alcalá del Río, Carmona, Morón, Lora, etc) nos ha proporcionado un amplio soporte documental del que ya conocíamos su valor. Al fin y al cabo, lo que en su día fue nuestro primer trabajo de investigación (un análisis de la política municipal durante la Segunda República en Lora del Río) significó el primer aporte en un campo que, ahora, con el presente estudio sobre la Diputación Provincial se desarrolla en profundidad a una escala más amplia. Por otro lado, hemos considerado imprescindible la consulta de otros fondos localizados en Sevilla, hasta la fecha sorprendentemente inéditos. La exhumación de este tipo de documentos trasciende como mucho la mera anécdota de su descubrimiento, pues gracias a sus informaciones hemos podido reconstruir con mayor precisión biografías personales y profesionales de la galería de figuras aquí tratadas. Entre éstos archivos destacarían principalmente dos: el de la Capitanía General de Sevilla y el de la Prisión Provincial. Ninguno de los dos se encuentra en una situación óptima y no resultó sencillo el acceso a los mismos pero, como compensación, ofrecieron informaciones extraordinariamente valiosas. Nuestras consultas en la Capitanía General nos ha proporcionado una imagen más precisa de lo que significaron las delegaciones gubernativas o el grado de censura durante la Dictadura de Primo de Rivera, entre otros extremos. El de la Prisión Provincial –de reciente ordenación- ha permitido precisar el perfil biográfico de muchas de las autoridades que fueron represaliadas en 1936. Otros archivos locales consultado como el del Gobierno Civil (prácticamente reducido a sus libros registro de asociaciones), el Histórico Provincial o el de Hacienda también han sido objeto de nuestra atención, aunque su importancia para nuestro estudio se encuentra en un segundo plano. En cuanto a los archivos de impronta nacional hemos visitado los siguientes, al considerarlos ineludibles: Archivo Histórico Nacional; Archivo Histórico Nacional-Sección Guerra Civil; Archivo General de la Administración y Servicio Histórico Militar. La temática y el período tratados justifican su consulta, aunque la utilidad de los mismos ha sido muy variable. Así, si los archivos nacionales de Madrid y Salamanca nos han resultado muy fructíferos, no cabe decir lo mismo del Servicio Histórico Militar o el de la Administración. Del primero, naturalmente, sólo esperamos información castrense sobre el período primorriverista, dominado por la militarización de buena parte de las estructuras públicas (Navajas Zubeldia) y, hasta cierto punto, nos ha servido para complementar algunas informaciones obtenidas en la Capitanía General de Sevilla. Sin embargo, el segundo defraudó nuestras expectativas. El Archivo General de la Administración alberga un copioso conjunto documental, si bien su complejo sistema de inventario no permite un acceso ágil al documento. Por otro lado, es difícil hallar allí información concreta sobre una provincia determinada al no corresponder en ocasiones los contenidos reales del legajo con su descripción. Estos problemas devienen de la reciente creación del Archivo y de la transferencia a su sección de Gobernación de los fondos el Ministerio del Interior y del antiguo archivo que existía en Guadalajara (palacio del Infantado). Ambos cuerpos documentales no ofrecían una óptima catalogación y, como añadidura, han presentado problemas para fusionarlos correctamente. Las carencias encontradas en estos centros sobre el tema que estábamos tratando y el exigible afán por documentar al máximo la investigación nos llevaron también a consultar otros archivos como el de Segovia, la Fundación Pablo Iglesias o la Fundación de Investigaciones Marxistas, éstas últimas en Madrid. Otras dos inspecciones de interés han sido las realizadas en el Archivo Nacional de Cataluña (donde se conserva la documentación relativa a la Mancomunidad catalana) y la Fundación Francisco Largo Caballero que completaron nuestra indagación, además de sugerirnos líneas de trabajo post-doctorales. Las hemerotecas han representado otra fuente de información, en especial las municipales de Sevilla y Madrid, aparte la utilización de alguna prensa local conservada en colecciones particulares. Con todo, conviene precisar algunos extremos con respecto al uso de la prensa en la parcela de la historia política y de las instituciones. Por un lado, hay que advertir que las informaciones periodísticas sobre las instituciones político-administrativas locales o provinciales ocupaban espacios muy pequeños o casi marginales en los rotativos. Tal vez el Ayuntamiento de la capital se escapa un poco a esta regla por las consecuencias inmediatas que su gestión representaba para los lectores de la capital, o sea, la mayor parte de la clientela de la prensa escrita por aquel entonces. Pero, en el caso de la Diputación y los municipios de la provincia, las informaciones se limitaban muchas veces a extractar las sesiones celebradas y a la publicación de algunos anuncios. Sólo en coyunturas de crisis política o sonados recambios en las corporaciones, la prensa dejaba traslucir algo más que la frialdad de las simples fuentes oficiales o actas transcritas. Estas excepciones se dieron con relativa frecuencia durante los años republicanos y menos durante la Dictadura, debido a la censura ejercida sobre los medios de comunicación. Desde luego, el sexenio no se reveló de una dureza extrema en cuanto a censura de prensa se refiere, pero sí la practicó en grado suficiente como para interferir las labores del historiador. Valga un solo ejemplo: el cese de José Cruz-Conde como gobernador civil de Sevilla. El final del mandato de una figura tan señera, que además era director de la Exposición Iberoamericana y estaba dotado de grandes influencias políticas, se reflejó en la prensa de pasada, aludiendo ambiguamente a un roce con el gobernador militar: el infante Don Carlos. El conflicto, en realidad, tenía más calado del que puede sospecharse de la lectura de los periódicos de aquel entonces. Tras el roce entre Cruz-Conde y el infante latió el conflicto de los Artillero, cuerpo al que pertenecía el primero: aquella fue la oportunidad de los crecientes enemigos de la Dictadura para sacudirse un baluarte del primorriverismo en Sevilla. Tampoco faltaron ciertas sonrisas entre lo más destacado de la escena social hispalense ante la despedida de Cruz-Conde. En lo tocante a su falta de profundidad en los aspectos más espinosos, puede aplicarse similares consideraciones a las fuentes oficiales. Evidentemente, éstas son imprescindibles para reconstruir la gestión administrativa y las directrices generales de una actuación, pero no son completas ni cubren todos los aspectos que interesan a un historiador. Por ejemplo, entre la documentación conservada en las instituciones no se encuentra normalmente correspondencia particular de los políticos, papeles de extraordinaria utilidad para comprender muchas de las decisiones políticas adoptadas, con quiénes se relacionaban los políticos, qué calidad tenían esos contactos epistolares, etc. en otro orden de cosas, tampoco las fuentes oficiales aclaran muchas de las sutilezas de la gestión administrativa: un acuerdo puede estar perfectamente recogido en las actas de la corporación y, sin embargo, dejar de cumplirse; unos fondos destinados para un menester pueden desviarse suavemente hacia objetivos menos confesables; el nombramiento de un funcionario puede reunir todos los requisitos legales pero, en verdad, procedía de una compleja maniobra caciquil en unas oposiciones, el beneficiario de la concesión de una obra –directa o por el sistema de subasta- presentaba, en apariencia, una mediocre oferta pero era familiar de uno de los diputados provinciales, etc. además, la propia complejidad burocráticas favorece el desorden documental de los fondos institucionales. Siendo esto así, nos parecía obligado acudir a otro tipo de fuentes: los archivos privados. Precisamente, desde el Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla se viene promoviendo desde hace algún tiempo la exhumación de conjuntos documentales particulares. La labor es ardua por varias razones. En primer término, porque no existe una cultura de conservación del patrimonio documental en muchas de las familias más insignes que, en su día, marcaron una época y, en consecuencia, la información puede haberse perdido. En otras ocasiones, porque existen documentos pero en un mal estado de conservación o muy incompletos. Por último, puede darse el caso de que el fondo esté incluso organizado pero, curiosamente, nadie sabe de él, bien por celo de quienes lo custodian, bien porque nadie le ha prestado la debida atención. Este último grupo es el que debe merecer los esfuerzos de recuperación más intensos. En el curso de la investigación hemos indagado sobre la existencia de archivos privados de apellidos que figuraron al frente de la Diputación Provincial de Sevilla. Desafortunadamente, no hemos hallado indicio alguno en la mayor parte de los casos. Los descendientes del presidente de la Diputación durante la Dictadura, José María López-Cepero, no han mantenido bajo su propiedad ninguno de los papeles que poseyeron en su día. Tampoco se ha conservado rastro de la documentación de Pedro Parias y lo mismo caber afirmar de la mayor parte de os miembros de la Diputación. Sin embargo, nuestra búsqueda tuvo fortuna al encontrar dos fondos especialmente trascendentes para este estudio. Nos referimos al archivo de José Cruz-Conde (hallado en el domicilio particular de la familia en Córdoba) y a los fondos del presidente de la Diputación Hermenegildo Casas, en México. Ambos han resultado fundamentales para nuestra investigación al haber pertenecido a figuras clave en la política sevillana de aquellos años: Cruz-Conde fue mucho más que un gobernador civil, en realidad el indiscutible amo de la escena pública en la provincia (y en Córdoba) entre 1926 y 1929; Hermenegildo Casas, el principal líder socialista hispalense al comienzo de la República y presidente de la Diputación entre 1931 y 19354. Bien es verdad que los archivos privados no suelen ser cuantitativamente copiosos. De hecho, el de Hermenegildo Casas se encuentra muy esquilmado debido a las pérdidas que sufrió en su largo periplo hacia el exilio mexicano. Sin embargo, sus escasos documentos nos dicen mucho de su trayectoria masónica y de sus principios ideológicos, acercándoos a los pliegues más íntimos de su fibra humana: todavía en los años setenta ensalzaba su andalucismo y fervor por Sevilla en cada ocasión que se le presentaba. Algunos hallazgos en ese pequeño fondo muestran otras dimensiones distintas a las de la lucha política. La oración fúnebre pronunciada por el socialista Juan Simeón Vidarte con motivo del fallecimiento de Casas (1967) en toda una muestra de militancia masónica y de fraternal compañerismo más allá de las siglas de partido y de las controversias que les separaron durante la Segunda República. Al archivo de Cruz-Conde es acreedor de mayores comentarios. Su contenido puede dividirse en dos bloques principales: a) el de diversos asuntos particulares; y b) el de su correspondencia. En el primero apareen documentos relacionados con su situación económica particular (gestionada por la casa Lázaro and Brothers de Madrid), diversos títulos y certificados, recortes de prensa, el proyecto de reforma de Sevilla (1926) que fue rechazado por él, papeles relativos a la Exposición Iberoamericana, organización de Renovación Española en Córdoba y, entre otros, una interesante memoria sobre la situación política antes de la Dictadura y durante el Directorio Militar. El segundo apartado está compuesto por su correspondencia, organizada y en buen estado de conservación. Ojear esas cartas equivale a realizar un recorrido a través de todo un elenco de personales que caracterizaron la vida política de los años veinte y parte de los treinta. En ellas, cartas recibidas o copia de las contestadas, se recogen decenas de firmas, como las de Eduardo Aunós, el conde de Bustillo, Federico Berenguer, Manuel Blasco Garzón, Hermenegildo Casas, Carlos Cañal, José Calvo Sotelo, el duque de la Unión de Cuba, José María Gil Robles, José María Pemán y Pemartín, José Antonio Primo de Rivera, José Yanguas, etc. Con todo, los avatares del tiempo y de la Guerra Civil produjeron lamentables mellas en esta modélica organización de un archivo privado: no figura, por ejemplo, ningún cruce epistolar con el marqués de Estella. Aparte lo descrito, el archivo de Cruz-Conde también contiene algunos papeles menores sin catalogación precisa y un interesante diario escrito de puño y letra por don José a lo largo de sus asilos diplomáticos en el Madrid de la guerra civil (1936-1939). El ex-gobernador de Sevilla estuvo implicado en los preparativos del Alzamiento del 18 de Julio en Córdoba pero, sin embargo, las circunstancias de última hora (muerte de Calvo Sotelo) y los requerimientos del general García de la Herrán le hicieron permanecer en Madrid. El fracaso de la sublevación obligó a Cruz-Conde a buscar asilo diplomático en diversas legaciones y embajadas (Perú, Argentina, República Dominicana) hasta acabar sus días en el Hospital francés a fines del mes de enero de 1939. Precisamente, este diario es objeto de un estudio que estamos llevando a cabo y que verá la luz en un futuro próximo. Tanto la tarea de extraer información para la presente Tesis Doctoral como la profundización biográfica en la figura de José Cruz-Conde han sido posibles mediante la amabilidad de su familia y, muy especialmente, de Antonio Cruz-Conde, sobrino-nieto del que fuera director de la Exposición, a quien agradecemos su colaboración desde estos párrafos. Han sido también de sumo valor las aportaciones de las publicaciones de la época. Hemos examinado una ingente bibliografía política de los años veinte y treinta en la Biblioteca Nacional (Madrid) y en otros centros como la Biblioteca Arús o la comúnmente conocida como Biblioteca Figueras, ambas en Barcelona. Singular énfasis queremos poner en la segunda porque en ella hemos encontrado obras que no se hallaba en la Nacional y, sin duda, recoge referencias bibliográficas de sumo interés para los analistas del siglo XX español. Por otro lado, también hemos accedido a otros centros como la Biblioteca del Ministerio del Interior, la de Administración Pública, la del Ministerio de Administraciones Públicas (MAP) o la del Instituto Nacional de Administraciones Públicas (INAP). Tal y como el lector puede intuir, entre estas bibliotecas existen bastantes duplicidades y sería bastante racionalizador simplificarlas en una sola, correctamente dotada y organizada. La Biblioteca del Parlamento Andaluz y, sobre todo, la de la Universidad de Sevilla también han sido objeto de nuestras consultas. Por último, quisiera agradecer la disposición de Eduardo Ybarra al dejarnos investigar en su acogedora biblioteca particular. Volviendo al análisis de las fuentes originales consultadas y para cerrar este apartado, conviene hacer una última mención sobre la historia oral, son de sobra conocidos los argumentos en pro y en contra de la historia realizada a partir del recurso de las entrevistas personales. Nosotros hemos utilizado este recurso excepcionalmente y con la debida precaución por dos razones. De entrada, porque los entrevistados no son de primera mano (todas las personalidades que nos interesaban habían fallecido ya) y, en segundo lugar, porque son familiares de la figura que había motivado nuestra atención. Por todo ello, sólo han sido tomadas en cuenta cuando no existía documentación o cuando, indirectamente, hemos podido comprobar la veracidad de sus informaciones. Particularmente, he de agradecer la cooperación que nos prestaron la hija del marqués de Castellón (diputado provincial por el distrito de Utrera-Marchena entre 1924-1925), las familias de López-Cepero y de Muñoz Conde, Elena Casas Ordoñez (hija de Hermenegildo Casas) y, de nuevo, Antonio Cruz-Conde. Dicho lo anterior, la estructuración definitiva de los capítulos que siguen obedecen a un planteamiento cronológico en el que se intercalan núcleos temáticos específicos, todo ello precedido de un primer capítulo introductorio donde se traza una síntesis de las diputaciones provinciales desde su nacimiento hasta 1923, acercándonos a la situación vivida por la Diputación sevillana poco antes de la irrupción de la Dictadura primorriverista. Como queda indicado, el capítulo introductorio describe la génesis y evolución de los organismos provinciales en el siglo XIX. Las diputaciones fueron piezas en la construcción del Estado liberal en España y, como tales, sufrieron los avatares políticos del primer tercio de la pasada centuria. Nacidas sobre el papel en la Constitución de 1812, vivieron con interrupciones los primeros años de su existencia. Tras el Trienio Liberal, esos órganos desaparecieron durante la segunda etapa absolutista del reinado de Fernando VII y no sería hasta 1833 cuando tuvo lugar su definitiva implantación. La división territorial diseñada por Javier de Burgos les otorgó un dominio delimitado sobre el que ejercer su gestión, mediatizada ésta por la guerra carlista. El reinado de Isabel II y el sexenio revolucionario transfirieron cartas de naturaleza tanto a las provincias como a las instituciones político-administrativas encargadas de administrarlas (además de las diputaciones, también los gobiernos civiles). El segundo epígrafe del capítulo se dedica a valorar el papel de estos organismos dentro del sistema de la Restauración canovista y sus profundas raíces caciquiles. Por último, se concluye con una aproximación al estado en que se encontraba la Diputación Provincial de Sevilla en los años finales de la crisis del sistema. La sublevación de Primo de Rivera, el 13 de septiembre de 1923, irrumpió bajo una aureola de propósitos regeneradores envueltos en dictados autoritarios, constituyendo un auténtico impacto para las diputaciones. Precisamente, el capítulo segundo se inicia con un esbozo acerca de lo que significó en Sevilla la última corporación provincial del turno y en qué forma ésta hubo de asumir las normas del Directorio Militar. El entonces presidente de la Comisión –Serasúa Barandiarán- supo acomodarse a la nueva situación manteniendo unas relaciones más que cordiales con el gobernador civil: el general Francisco Perales Vallejo. Aquel fue uno de los primeros gestos de entendimiento entre los viejos políticos y las autoridades militares, en principio tan firmemente anticaciquiles como regeneradoras. Y es que los enérgicos proyectos de la Dictadura se fueron domesticando al poco de acceder al poder. Incluso, el dictador acarició la idea de suprimir de un plumazo los viveros de caciquismo representados por las diputaciones, pero todo quedó en una mera sustitución de corporaciones en enero de 1924, a excepción de las provincias vascongadas que conservaron sus diputados. En la sevillana, todos los miembros del pleno provincial fueron reemplazados por otros entre los que se contaron figuras de la vieja política pero, también, la emergencia de hombres nuevos (sobre todo católicos). La segunda parte del capítulo aborda las transformaciones acontecidas en la Administración Local de la provincia de Sevilla, de acuerdo con nuestro objetivo de incardinar a la Diputación dentro de la jerarquía institucional. En consecuencia, se tratan los cambios producidos en el Gobiernos Civil y en los ayuntamientos, reservando un apartado al fenómeno de los delegados gubernativos, bisturí anticaciquil en la última epidermis municipal y supuesto espejo de las virtudes que habrían de conducir el futuro del país. El ruido de las primeras purificadoras fue mucho mayor de lo que en realidad se consiguió, aunque ciertas cosas sí llegaron a cambiar. La persistencia de caciques no implicó la subsistencia del caciquismo anterior al 13 de Septiembre de 1923 y, de hecho, la gestión de los organismos administrativos registró notables modificaciones. Un ejemplo fue la actividad desplegada por la Diputación dirigida por el abogado católico José María López-Cepero y Muru entre enero de 1924 y marzo de 1925. Precisamente, en ésta última fecha Calvo Sotelo publicó su Estatuto Provincial gracias al cual la actividad de las diputaciones mejoró sensiblemente durante casi cinco años. El tercer bloque de contenidos está dedicado al estudio del desarrollo de aquel Estatuto para el caso sevillano. Una vez expuesto en el segundo capítulo su significado legislativo y sus innovaciones, en éste se contemplan los efectos palpables producidos por el Estatuto en combinación con los acontecimientos políticos que se dieron cita en la Sevilla del período 1925-1930. Fue entonces cuando se fraguó el mayor esfuerzo económico de la institución provincial, en forma de caminos vecinales, mejoras en la beneficencia y contribución a la puesta a punto de la Exposición Iberoamericana. Esa gestión se adecuó a las pautas marcadas por el régimen, secundadas y suscritas plenamente por las dos figuras que ocuparon la presidencia de la Diputación en aquellos años: José María López-Cepero (abril 1925 – junio 1928) y Pedro Parias (julio 1928 – enero 1930). No obstante, el consenso alcanzado en lo administrativo se conjugó con una serie de crisis políticas –conectadas con el progresivo desgaste del régimen- entre las que destacamos la del Ayuntamiento (1927) y la de la Diputación (1928). La actuación del gobernador civil José Cruz-Conde es la clave de aquellos sobresaltos políticos en su afán por controlar el status quo de la Unión Patriótica (UP) y, sobre todo, por llevar a buen término la citada Exposición. No dudó en sustituir a los católico-mauristas por el apoyo incondicional de los grupos económicos (Unión Comercial) que apostaban decididamente por la celebración del Certamen, promesa para el desarrollo del comercio exterior. Relacionado con aquel auge de las élites económicas reservamos un espacio para el estudio de un fenómeno hasta la fecha prácticamente inédito: el rotarismo. De hecho, el Rotary Club de Sevilla experimentó un sensible auge entre 1927 (fecha de su inauguración) y 1930, militando en esta cantidad diputados provinciales pertenecientes a actividades industriales, mercantiles o profesiones liberales. Finalmente, la caída de Cruz-Conde, los últimos reajustes políticos, el balance presupuestario de las corporaciones provinciales primorriveristas y el significado de la III Asamblea de diputaciones, organizada en Sevilla, jalonan la fase terminal de la Dictadura en nuestro estudio. El cuarto capítulo refiere lo que fue el crítico año de 1930. Hemos centrado especial atención en los meses que median entre la Dictadura y la República porque, además de servir de bisagra a los dos períodos que determinan este trabajo, durante el mismo se planteó la reforma del marco legal de las diputaciones. En ese año, incluso bajo una atmósfera revisionista contra lo ejecutado durante el sexenio, nadie quiso volver a la vieja Ley Provincial de 1882, decantándose la mayor parte de las diputaciones por realizar una reforma a partir de lo plasmado en el Estatuto de Calvo Sotelo. Esa postura equivalió a reconocer la superioridad de la legislación provincial primorriverista respecto de la de la Restauración. Actitud aún más significativa por cuanto en 1930 muchos personajes de la vieja política se habían reincorporado a los ayuntamientos y diputaciones. En Sevilla, los conservadores –acaudillados por el marqués de Torrenueva- dominaron toda la estructura político-administrativa de la provincia, desde el Gobierno Civil a los ayuntamientos pasando, lógicamente, por la Diputación. El objetivo político de los gobiernos Berenguer y Aznar radicó en preparar las próximas citas electorales, definitivas para el futuro curso político del país y el sostenimiento de la monarquía de Alfonso XIII. Pero no pudo lograrse por falta de consenso entre las propias filas monárquicas, aderezado además por el progresivo crecimiento de las dificultades económicas. Problemas políticos y económicos actuaron como una auténtica pinza sobre aquellas corporaciones transitorias e incapaces de desarrollar una labor gestora a medio plazo. La Diputación sevillana acusó todos estos factores, aunque con la mejor voluntad intentara sobreponerse a ellos. Creó –algo tardíamente- la Caja de Ahorros Provincial (el precedente de la actual Caja de Ahorros San Fernando de Sevilla y Jerez) con una mínima infraestructura y bajo un contexto desfavorable para las imposiciones. Por otro lado, consiguió ganar un pulso al propio Gobierno Berenguer cuando éste intentó resumir el cobro de las contribuciones del Estado en la provincia, cesión efectuada durante la Dictadura. Algunos logro, pues, se registraron en el haber de la Diputación presidida por el conservador Manuel Sarasúa. Sin embargo, poco pudieron hacer los monárquicos ante el impacto de las elecciones del 12 de abril de 1931. Los sorprendentes resultados que arrojaron las urnas precipitaron la proclamación del régimen republicano, transformando radicalmente el perfil político de la provincia de Sevilla. Precisamente, el quinto capítulo centra su interés en el análisis pormenorizado de los primeros meses de República, fechas en las que se operó una deliberada planificación republicanizadora de las corporaciones locales. De ahí la relevancia que le otorgamos al estudio de las elecciones municipales del 12 de abril y 31 de mayo de 1931. Junto a ello, analizamos las características de los nombramientos gubernativos efectuados en el Gobierno Civil y en la Diputación Provincial (ésta pasaría a ser dirigida por una Comisión Gestora designada por el gobernador y los partidos). De gran interés ha resultado el examen de los rasgos neocaciquiles adquiridos por algunos políticos republicanos y el constatar la conversión de personajes antes adscritos a las filas monárquicas, corroborando en ambos extremos las observaciones de Shlomo Ben Ami en su Anatomía de una transición. Por otro lado, se trata el controvertido rema de la Masonería y sus relaciones con el mundo de la política a través de los órganos de la estructura administrativa local. Hemos cuantificado qué número de masones ocupó cargos políticos en el Gobierno Civil, la Diputación y los ayuntamientos para, con posterioridad, delimitar las fronteras de la fraternidad masónica y los compromisos partidistas. ¿Influía la masonería en la política republicana a través de los hermanos emplazados en cargos de representación? ¿Ejercitó la Orden el recurso a las vías de favor o, por el contrario, fue instrumentalizada por los hermanos para conseguir beneficios particulares? Son cuestiones planteadas y a las que pretendemos responder –según la documentación consultada- en su correspondiente epígrafe. En último lugar, realizamos un somero examen de los resultados de las elecciones generales de 28 de junio de 1931 (además de las parciales de 12 de julio y 4 de octubre) con la finalidad de conocer cuál era el pulso político de la provincia en esas fechas. Llegados a este punto, procedemos al examen de la gestión provincial republicana durante el primer bienio, prácticamente coincidente con la presidencia del socialista Hermenegildo Casas Jiménez. En ese balance abordamos un heterogéneo abanico de asuntos: la transformación ideológica de la beneficencia; el fomento de las obras públicas como fórmula para conjurar el desempleo, la politización del organismo administrativo; etc. Especial relieve le concedemos al papel desempeñado por la Diputación –gracias a los empeños de Casas- en la dirección del proceso autonómico para la región andaluza. Los avatares políticos nacionales y el desgaste de los republicanos-socialistas tuvieron su traducción en Sevilla y en su Diputación. Por un lado, Hermenegildo Casas abandonó el PSOE y se unió al grupo de disidentes del PRR, encabezados por Diego Martínez Barrio; por otro, las elecciones de 1933 cambiaron el espectro político y, en consecuencia, la corporación fue renovada a favor de una sólida mayoría radical liderada por el médico José Manuel Puelles. No obstante, aquella Diputación tuvo una corta existencia (febrero-septiembre 1934) debido a la crisis del PRR, muy acusada en las filas del radicalismo sevillano. Casi todos los cuadros del partido siguieron a Martínez Barrio, dejando unos huecos rellenados con personajes procedentes de la vieja política o de las derechas moderadas, bajo el control de Guillermo Moreno Calvo, subsecretario en los gobiernos lerrouxistas. En consecuencia, la corporación provincial propiamente rectificadora fue la dirigida por José Prieto Carreño, con un perfil político lerrouxista y cedista, más el añadido de algún agrario. La labor de rectificación emprendida por aquellos diputados no tuvo éxito. Tal y como describimos en el capítulo séptimo, las dificultades económica y la precariedad del marco legal de la Diputación fueron factores adicionales en la crisis política casi permanente del lerrouxismo hispalense (siempre en reorganización). Al final, el escándalo Nombela y el hundimiento político de Guillermo Moreno Calvo dieron al traste con los equipos políticos del PRR tanto en la Diputación como en los ayuntamientos. No faltaron lerrouxistas que ensayaran aproximaciones hacia la operación centrista tejida por el gabinete del Portela Valladares y, de hecho, uno de ellos fue el presidente José Prieto Carreño. Incluso, curiosamente, el ex-socialista Hermenegildo Casas aceptó durante una semana asumir la presidencia de la Diputación poco antes de las elecciones del 16 de febrero de 1936. Sin embargo, todos estos propósitos quedaron desbaratados tras el triunfo del Frente Popular en las urnas. Al igual que los demás comicios, las elecciones de febrero son analizadas para extraer el mapa político de la provincia. Con dicho análisis arranca el último capítulo, centrado en los recambios introducidos por el Gobierno Azaña en las instituciones político-administrativas sevillanas. A la Diputación volvió José Manuel Puelles de los Santos con una mayoría de diputados martinbarristas, aunque sin faltar representantes de los demás partidos: PSOE, Izquierda Republicana y comunistas. Lógicamente, prestamos suma atención a la gestión desplegada por aquella corporación en su esfuerzo por recuperar las líneas de trabajo del primer bienio, incluyendo la reactivación del proceso autonómico. De especial interés se han revelado las elecciones a compromisarios celebradas en abril de 1936 con motivo de la caída de Alcalá-Zamora como presidente de la república. Los compromisarios que habrían de elegir a Manuel Azaña como nuevo jefe del Estado estuvieron integrados en Sevilla mayoritariamente por miembros del Frente Popular, ante unas derechas que se abstuvieron de presentar candidatos. El rechazo de una parte del espectro de partidos a participar en esas elecciones era una muestra de hasta qué grado se había deteriorado la convivencia política. La República se había convertido en un régimen de una parte del país, en parte por la instrumentalización de unos y en parte por la desafección de otros. La Guerra Civil sería la trágica consecuencia de esa ruptura. Esta obra está inscrita en las líneas de trabajo abiertas en el Departamento de historia Contemporánea en torno al tema Política y políticos en la Sevilla contemporánea. Agradezco desde estos párrafos la colaboración de sus miembros y, en especial, a María Parias y Leandro Álvarez, con quienes he tenido el gusto de intercambiar puntos de vista en el proceso de elaboración de la presente Tesis Doctoral. Quiero reconocer, igualmente, las conversaciones, contraste de pareceres y densas jornadas de trabajo que he sostenido con el director del presente estudio, profesor Alfonso Braojos, a quien me une no sólo el compartir proyectos intelectuales sino también una bien fundada amistad. No resulta posible hilvanar todos aquellos nombres con quienes, de un modo u otro, sostengo deuda de gratitud. Asumiendo los riesgos de una sucinta relación y disculpando los probables olvidos, quiero referir en primer lugar el amable trato dispensando por el personal de los archivos consultados, en especial el de la Diputación Provincial de Sevilla, tanto por l que se refiere a su actual directora, Carmen Barriga, como a las encargadas del servicio, siempre atentas a mis peticiones y valiosas informadoras de los fondos allí custodiados. Iguales consideraciones he de consignar respecto de los empleados de la Hemeroteca Municipal. También el director de la prisión provincial Sevilla-1, Javier Romero, es acreedor de mi reconocimiento al facilitarme los trámites pertinentes ante instituciones Penitenciarias y el acceso a la documentación recientemente ordenada. Por otro lado, las consultas en la Capitanía General de la Segunda Región Militar hubieran permanecido en un mero deseo a no ser por los permisos concedidos por el Capitán General y los buenos oficios del comandante Carpintero y del capitán Subirá. Con independencia de los favores concedidos por los titulares de documentación particular y reiterándoles mi gratitud, quiero hacer mención a todos aquellos investigadores con los que he cambiado impresiones, ofreciéndome ideas estimables. Largas horas de charla y amistad he compartido con Manuel Ruiz Romero hablando de temas políticos en relación con el proceso autonómico andaluz durante la Segunda República. Una relación ésta que no sólo ha sido fecunda sino que comenzó con la mayor honestidad profesional que puede haber entre dos investigadores: intercambiándose información extraída de los archivos que cada uno había visitado. Igual transparencia y honradez intelectual he encontrado en el profesor y compañero Juan Ortiz Villalba. Su amplio conocimiento sobre la historia cordobesa me han servido para profundizar en los aspectos biográficos de José Cruz-Conde, objeto de un futuro proyecto investigador. También he encontrado colaboración y ayuda en otros colegas que han abordado el tema de la historia de las diputaciones. Entre ellos quiero destacar , en primer lugar, a la profesora Encarnación Lemus (Universidad de Huelva) y a los profesores Eduardo Alonso Olea (Universidad del País Vasco), Manuel Requena Gallego (Universidad de Albacete), Pedro Carasa Soto (Universidad de Valladolid) y José Miguel Delgado Idarreta (Universidad de La Rioja). Los aportes bibliográficos facilitados por la biblioteca de la Facultad de Derecho y el Instituto García Oviedo han resultado imprescindibles para completar los repertorios de obras de referencia. La última sección de agradecimientos, tal como corresponde a lo más importante, va dirigida a mis seres más queridos: mis padres que compartieron conmigo los primeros pasos de esta investigación y, especialmente, mi mujer, sin cuyo aliento, sacrificio, compresión y ayuda esta obra no habría tenido objetivo mi meta. A todos ellos, pues, y a todos los que no han sido mencionados, se dirige mi pública gratitud. Naturalmente y siendo justa la advertencia, las imprecisiones o ausencias que el lector pueda encontrar son de exclusiva responsabilidad del autor.
Desde la perspectiva de fines del siglo XX, los regímenes políticos de la España de los . Ciertamente, hay que subrayar que las costumbres y la vida cotidiana de los españoles cambió sustancialmente entre 1923 y 1936. La tímida pero imparable introducción de nuevos medios de transporte transformó el paisaje urbano. El automóvil, dirigido hacia la locomoción individual de los consumidores más pudientes, comenzaba a proliferar por las vías de las principales ciudades, forzando la ampliación de calles y modificando los usos habituales de la red pública. En paralelo, el crecimiento demográfico de las urbes impulsó tanto la construcción de viviendas (la más de las veces desordenada y de escasa calidad) como la expansión del Metropolitano (Madrid, Barcelona), al igual que las líneas de tranvías y los autobuses de enlaces con la provincia. Estos últimos, junto a los camiones, vinieron a completar el transporte de personas y mercancías por ferrocarril, estimulando el tendido de numerosos kilómetros de caminos vecinales y carreteras provinciales. También la radio irrumpió a mediado de los veinte. De lámparaspara los de mayores posibilidades y degalena para el común de las gentes, los receptores comenzaron a formar parte del mobiliario doméstico, canalizando las noticias que antes sólo llegaban a través de la prensa. Por su parte ésta, comenzó a difundir información gráfica gracias a los últimos adelantos técnicos. La expansión del telégrafo y del teléfono contribuyeron a la mejora de las comunicaciones, aunque sujetos a la protección menopolística de la Dictadura (Telefónica, CAMPSA, Tabacalera, Compañía Arrendataria de Fósforos, etc.). Fueron también los años del avance de la aviación y de la promesa de los dirigibles, acariciando algunos la posibilidad de convertir a Sevilla en el aeropuerto terminal de Europa (Tomás de Martín-Barbadillo). Por último y para concluir el cuadro de aquellas innovaciones modernizadoras, cabe subrayar cómo la mujer se incorporó lenta pero inexorablemente a la vida pública (participación en el plebiscito de 1926, ingreso creciente en la población activa, nombramientos de concejalas en 1928, estreno del voto femenino en las elecciones de 1933). Buena parte de estos fenómenos se amplificaron en la Sevilla que estaba preparándose para celebrar con el máximo ornato la tan esperada como retrasada Exposición Iberoamericana (1929). Al sensible crecimiento vegetativo de la ciudad se le sumó la inmigración atraída por los puestos de trabajo del proyectado Certamen, precipitando el hacinamiento en barriadas periféricas surgidas sin orden ni concierto (Cerro del Águila, Villalatas, Amate). Y es que Sevilla mostraba sensibles contrastes. Por un lado, sufría frecuentes inundaciones y también, paradójicamente, un deficiente suministro de aguas, responsabilidad de una empresa extranjera (The Seville Water Works Company Limited). Contaba con un sistema de alumbrado para la Exposición (farolas diseñadas por Aníbal González), mientras muchos ciudadanos carecían de suficiente fluido eléctrico. Capital orgullosa de sí, pero capaz de plegarse a los designios de José Cruz-Conde (el tercer hombre más influyente de España, después del Alfonso XIII y de Primo, según el diplomático Carlos Morla Lynch). Feudo aparente del conservador marqués de Torrenueva y, a la vez, centro de disturbios estudiantiles que tantos problemas dieran al gobernador, conde de San Luis, y al ministro de la Gobernación, marqués de Hoyos. Baluarte anarquista y comunista durante la República, radical y socialista en las elecciones de 1931, pero también vivero de la primera sublevación grave contra el régimen nacido el 14 de abril (Sanjurjo). Cuna de líderes republicanos (Martínez Barrio, José Díaz) y campo de experimentos del Nuevo Orden tras el 18 de julio. A la vez cofrade y crisol de huelgas violentas. Foco destacado de la Masonería española y lugar de nacimiento de la Liga Católica. Ciudad semindustrial y terciaria en medio de una provincia agrícola. Es en esas coordenadas cronológicas y espaciales donde emplazamos el objeto de estudio: la Diputación Provincial de Sevilla. Un análisis fundamentado en la respuesta a estos dos interrogantes: 1ª) ¿qué puede aportar el estudio de las instituciones político-administrativas al conocimiento de la España contemporánea?; y 2ª) ¿por qué elegir dentro del conjunto de este tipo de organismos a la entidad provincial? El Estado, como comunidad de personas asentadas en un territorio fijo y sujetas a una dirección política común, se encuentra constituido por tres elementos básicos: población, territorio y poder (Andrés de Blas, Ramón Cotarelo). Este último –es decir, el poder o la capacidad para imponer obediencia desde una autoridad- se sirve de dos tipos de instrumentos (Duverger): los ideológicos (legitimidad, soberanía) y los materiales (órganos y aparatos del Estado). Planteado este esquema conceptual, se entiende que el estudio de las instituciones político-administrativas resulta imprescindible para observar las formas de ejercer el poder. Lo llamativo es que este relevante campo de investigación no haya despertado todavía el suficiente interés entre los estudiosos, mientras que otras cuestiones como el movimiento obrero, el papel del sindicalismo o la politología –especialmente la de los partidos externos al sistema- sí han recibido brillantes tratamientos, tanto en forma de síntesis globales como en obras de rango local. Es decir, hasta no hace mucho se ha analizado más la historia de loscontra-poderes que el comportamiento preciso del propio poder, bien por las influencias ideológicas derivadas de la coyuntura política de los últimos años del franquismo y la transición democrática, bien por la acumulación de trabajos en determinadas parcelas historiográficas marcando tendencia generales, consideradas dignas de atención. Compárese, a modo de ejemplo, el número de monografías sobre la historia del sindicalismo con aquéllas otras que tratan de los organismos públicos responsables, en mayor o menor medida, de paliar las causas de la conflictividad social. Diseccionar las pautas de comportamiento de las instituciones (insistimos, soportes del poder) obliga a mostrar también las interrelaciones gobernantes-gobernados. No se trata sólo de esbozar la composición de unas corporaciones, saber quién ocupa determinados cargos o precisar el origen de la selección del personal político (sea por elecciones o por nombramiento gubernativo). Es todo eso, pero también lo es enlazar su actuación gestora con las realidades materiales y humanas objetivas sobre las que hubo de desplegarse. Este estudio sobre la Diputación Provincial de Sevilla ha sido realizado sobre la premisa de no perder esos referentes de la realidad. Otro aspecto a resaltar en la parcela de la historia de las instituciones lo constituye su interacción con la política. Ya durante el siglo XIX y la gestación del Estado liberal no pocos tratadistas se esforzaron en deslindar las esferas de lo político y lo administrativo. Ante el panorama de la creciente politización del funcionamiento del Estado y el enraizamiento del fenómeno caciquil, la práctica totalidad de los proyectos de reforma de la Administración recogieron declaraciones de expresa –y teórica- separación entre el apasionado campo de las luchas partidistas y el área –supuestamente neutra- de las decisiones de gobierno. Hasta tal punto llegaron a calar estos mensajes en la opinión pública que no fue excepcional el que un gobernador, un concejal o un diputado provincial formulasen públicos votos por dejar "en las puertas" su utillaje político y prometieran dedicarse a la gestión de los asuntos públicos bajo la más estricta independencia. Sin embargo, esos propósitos se hicieron tan inviables como el total divorcio entre la figura del político y del gestor público. Y es que, naturalmente, la Política y la Administración son dos asuntos distintos pero comparten intersecciones en los órganos del Estado, en las corporaciones y en los cargos públicos. Sabido es que el político es una figura y la función que pueda desempeñar en el aparato del Estado es otra. Ambas poseen, evidentemente, mucho en común, aunque presentan diferencias sustanciales. Es en este punto donde la historia de las instituciones tiene bastante que ofrecer al campo de la historia política. Comprendida dentro de ésta se encuentran: los programas; las pugnas ideológicas; los organigramas de las formaciones políticas; las campañas electorales; la génesis, desarrollo y evolución de las agrupaciones; el funcionamiento de los partidos; y, entre otros extremos, los individuos políticos. Ahora bien, ese conjunto de elementos se guía por determinadas conductas que pueden cambiar parcial o totalmente (de hecho, lo hacen) cuando el político o un partido pasa a asumir responsabilidades públicas. En este aspecto, fue bien relevante el cambio de actitud que registraron los partidos externosantes de 1923 en Sevilla: cuando eran beneficiarios delencasillado, guardaban sus baterías más agresivas contra el caciquismo de las formaciones dinásticas. Tampoco sería menor la transformación de republicanos y socialistas a la hora de ocupar los ayuntamientos o las diputaciones provinciales a raíz del cambio de abril de 1931. Valga una muestra: Hermenegildo Casas, presidente de la Diputación Provincial durante el primer bienio, abandonó su agresividad verbal como miembro del Ayuntamiento hispalense de 1930. Es más: su gestión al frente del organismo de la provincia le desmarcó de su propio partido (PSOE), del que acabaría saliendo en 1934. Creemos conveniente, por tanto, completar la historia política con las conclusiones aportadas por este tipo de estudios. Por último, resulta muy útil el análisis de las instituciones –y, dentro de éstas, de las locales- para inferir el modelo de Estado en que están inscritas y en qué medida cumplen su función ante los ciudadanos. Ese enfoque constituye, a nuestro juicio, un ángulo privilegiado para comprender tanto los problemas del edificio estatal español durante el primer tercio del siglo XX (déficit, desestructuración, ineficacia) como el arranque de las alternativas regionalistas o nacionalistas, que tuvieron sus orígenes no sólo en componentes culturales (lengua, tradición) sino en la escasa operatividad que el Estado centralizado brindó a sus ciudadanos-contribuyentes. Y es que los responsables políticos durante la Dictadura primorriverista y la Segunda República no corrigieron las inercias y los vicios del edificio estatal. Si Primo de Rivera no se atrevió a suprimir las diputaciones provinciales, tampoco los gobernantes republicanos reorganizaron en profundidad la estructura del Estado –adjetivado comointegral- salvo el reconocimiento de algunas autonomías (Cataluña). Y todavía resulta una cuestión pendiente. Baste recordar la última polémica suscitada por el cuestionamiento de los gobernadores civiles como figuras adecuadas dentro del Estado de las autonomías. Lo afirmado en párrafos anteriores avala suficientemente el valor de la historia de las instituciones político-administrativas. Ahora bien, ¿qué particularidades ofrecen las diputaciones para ser objetos de estudio? Varias son las razones que justifican la opción. En primer lugar, las diputaciones eran piezas estratégicas dentro del sistema político-administrativo español. Encargadas de velar por los intereses de las provincias, estaban emplazadas entre el Gobernador Civil y los ayuntamientos, lo que les convertía en elementos clave en coyunturas electorales durante la Restauración. Muchos reformistas a comienzos de siglo las consideraban auténticas lacras, viveros de caciquismo y paradigmas de la corrupción. En general, eran fieles obedientes a las consignas de Gobernación, transmitidas a través del gobernador de turno, y atendían regularmente el sometimiento político de las localidades de la provincia. Pero no es solo ésta la única vertiente atractiva de las diputaciones para los investigadores. De hecho, después de 1923 siguen presentando un enorme interés por la entrada en vigor del Estatuto Provincial de José Calvo Sotelo, en aquel entonces director general de Administración Local (marzo 1925). Aquella obra legislativa superaba a la vieja Ley Provincial de 1882 tanto en sus aspectos técnicos como en sus efectos prácticos: las diputaciones recibieron competencias y un sensible reforzamiento de sus recursos, alentando el desarrollo de una amplia actividad en materia de obras públicas y beneficencia. Obviamente, cabe adjudicar parte de aquel desenvolvimiento material a la coyuntura de bonanza económica de los años veinte, pero también es cierto que los responsables de las corporaciones provinciales durante los gobiernos Berenguer/Aznar y las nuevas comisiones gestoras republicanas reconocieron las cualidades del Estatuto, al plantear proyectos de reforma inspirados en él. Es decir, la abundancia material de los años veinte no hizo sino realzar las capacidades potenciales intrínsecas del Estatuto Provincial.
4. La perspectiva de los burócratas: el pensamiento de Octavio Morató sobre la autonomía del BROU y el estatuto de los funcionarios bancarios Octavio Morató fue Gerente del BROU desde 1921 sucediendo a Jorge West. Dejó su puesto de Gerente en 1937, pasando a desempeñarse como Asesor Técnico del Banco hasta su jubilación definitiva en 1940. Fue funcionario del Banco desde su fundación en 1896. Inicia su carrera como Jefe de la sección Responsabilidades, pasa por Teneduría de Libros, Sub-Contador, Contador General, Gerente, Sub-Gerente A, hasta llegar a la Gerencia de la institución en 1921. Morató no sólo fue, además, uno de los economistas más influyentes de su época, referente permanente en cuestiones bancarias y financieras y activo participante en múltiples actividades académicas, políticas y técnicas a nivel nacional e internacional (1). La síntesis del pensamiento de Morató proviene de dos fuentes: la compilación de su actuación en el BROU titulada "Al servicio del Banco de la República y la economía uruguaya" (MORATÓ, 1976) y la conferencia dictada en 1924 en la Caja Nacional de Ahorros y Descuentos. Esta última fue publicada en forma de libro a posteriori, "Los funcionarios de las industrias del Estado" (MORATÓ, 1943). Este material es necesariamente incompleto. Como se consigna en "Al servicio.", Morató conservaba en su archivo personal copia de toda su actuación en el BROU, llenando la misma unos 50 biblioratos formato oficio. De ese archivo se incluyeron en el mencionado libro 52 informes referentes a múltiples cuestiones bancarias, económicas, proyectos de cambio y cuestiones de gobierno de la institución. Por tanto, queda dentro de nuestra exploración aquella zona de la actuación de Morató que el recopilador de "Al servicio ." encontró razonable y pertinente publicar. Por suerte, dicho recopilador (2) fue seguramente alguien que conoció de cerca los temas de mayor importancia para Morató y de los 52 informes publicados, hay 9 que están dedicados precisamente a temas relativos a la defensa de la autonomía administrativa de la institución (3).Esta síntesis tiene dos objetivos:Mostrar el sentido que para Morató comportaba el concepto de autonomía, como una forma peculiar de administración alejada de lo que él llama el"régimen desquiciador de la administración pública" (MORATÓ, 1976: 370).Mostrar los argumentos que empleó Morató para defender las prerrogativas del BROU para administrarse a sí mismo (dentro de lo que establecía la constitución y la tradición administrativa del instituto).4.1. El concepto de autonomía y su sentido en la vida política nacional según Octavio Morató. El punto basal de la defensa que hace Morató de la autonomía administrativa del BROU es su visión histórica de la misma. Es decir, su idea de que la autonomía es un producto peculiar de la historia del país. Como ha sido señalado (SOLARI, FRANCO, 1983), el origen histórico de la descentralización por servicios es algo que progresivamente fue perdiendo peso en los debates sobre las empresas públicas. De ahí la importancia de los argumentos de Morató: su argumentación histórica es una prueba de que en las empresas públicas se estaba creando un estamento muy particular de burócratas. Hay tres grandes ejes en la visión de Morató sobre los entes industriales y su rol en la vida política y económica del país:Hay una "razón histórica y una razón científica" para la autonomía administrativa.La organización autonómica (o ente autónomo) no puede ser tratada como el resto de la administración pública.Un ente autónomo busca la eficiencia de una empresa privada, pero no es una empresa privada.4.1.1. Hay una "razón histórica y una razón científica" para la autonomía administrativaComenzaremos por la conferencia dictada en 1924 en la Caja Nacional de Ahorros y Descuentos sobre el estatuto de los "funcionarios industriales" del Estado. En la misma, Morató defiende la tesis de que los funcionarios de la banca estatal son funcionarios "especiales". El objetivo es refutar la tesis rival según la cual a los mismos debían ser clasificados como funcionarios públicos. En el lenguaje de Morató, las autonomías (que constituyen la forma de organizar la intervención del Estado en la economía) tienen una "razón histórica y una razón científica". Para Morató, la historia impuso nuevas funciones al Estado y en la asunción de las mismas fue necesario delegar ciertos aspectos en corporaciones especializadas con variables grados de libertad para decidir. En un principio hubo autonomía técnica, pero la misma no implicaba autonomía administrativa. En la Instrucción Pública, Facultades de Estudios Superiores, Caridad Pública, etc.; el Poder Ejecutivo era quien nombraba los empleados, fijaba los sueldos, etc. Con la evolución de estos institutos, algunos de ellos comienzan a adquirir grados más elevados de autonomía administrativa en la medida en que por razón de su función perciben algún tipo de renta independiente de los recursos del Estado. Sucesivamente se llega a la constitución de los entes con mayor grado de autonomía, siendo – en la visión de Morató- los bancos República e Hipotecario los únicos con autonomía"completa"."Todas las escalas de autonomía que he descrito, no han resultado de la concepción de un plan general, sino de la gravitación de hechos, en algunos casos, de la ratificación de situaciones especiales creadas por la participación del Estado en empresas de servicio general en otros y del instinto, más que de la visión clara de las conveniencias públicas, en las primeras autonomías creadas; luego, de una concepción superior perfectamente disciplinada, que presidió las confirmaciones que se hicieron, reafirmando la política económica, dentro del terreno práctico de las autonomías, al reorganizar ciertos institutos" (MORATÓ, 1943: 26).Destaca el éxito del modelo organizacional del BROU y cómo dicho éxito"constituyó el más grande y poderoso estímulo para que el Estado se propusiera, con seguridad de éxito, entrar de lleno a detentar la explotación de industrias que estaban en manos de particulares, ya creando privilegios, ya adquiriendo instituciones privilegiadas, u organizándolas sobre la base de monopolios o constituyéndolas en competencia con la industria privada" (MORATÓ, 1943: 14-15).La base de la razón científica estará en la división del trabajo y la especialización de funciones. "Todas estas corporaciones [los Consejos Directivos de los servicios descentralizados] se constituyeron con el fin de entregar una gran parte de la gestión o de las funciones del Estado, a elementos especializados o que se especializaran en ellas, aplicando así la conocida y provechosa fórmula de la división del trabajo. Los consejos o Comisiones tenían, y tienen todavía, autonomía en su función técnica, es decir: en la función primordial, que ha sido objeto o es de su constitución. Naturalmente, la autonomía técnica debía girar dentro de las líneas generales que sus leyes orgánicas habían delineado, pero dentro de ellas, autonomía al fin" (MORATÓ, 1943: 23).Para Morató, división y especialización de funciones encarnan la búsqueda de la"eficiencia" en la administración pública:"(…) del estudio del conjunto de todas esas leyes especiales [las Cartas Orgánicas]y de su comparación se descubre que los grados de autonomía han sido inspirados, en todo tiempo, por estas dos ideas directrices: división del trabajo y la especialización de funciones, como medio de obtener la 'eficiencia' en ciertos ramos de la administración pública; la autonomía es el modo de realizar esos propósitos" (MORATÓ, 1943: 26).Como consecuencia de esta manera de pensar, Morató reclama que la autonomía se considere en toda la extensión del vocablo una vez aprobado el artículo 100 de la Constitución (4): "autonomía de gestión; autonomía de administración, por lo menos dentro de las líneas generales que las leyes especiales que rigen cada instituto y que no han sido derogadas, les ha acordado" (MORATÓ, 1943: 21).4.1.2. La organización autonómica (o ente autónomo) no puede ser tratada como el resto de la administración públicaMorató identifica a la administración pública con el predominio del patronazgo político en el ingreso y en el desarrollo de la carrera administrativa. Esto involucra una forma de organización no científica, irracional, "desquiciada"fruto del manejo "político" de su estructura. Frente a este concepto contrapone el de organización autonómica como aquella en la que es posible poner en práctica la "disciplina científica de la administración". Esto último es producto del hecho de no estar vinculada orgánicamente "al virus disolutivo de la política" (MORATÓ, 1976: 370) y tener la posibilidad de experimentar libremente con diferentes métodos de organización tal como sucede en la empresa privada. Un claro indicador de esta diferenciación está en la contraposición del régimen del BROU (o de los entes autónomos en general) como excepcional frente al de la administración pública como "régimen vulgar". Otro indicador es la constante asimilación que hace Morató del régimen autonómico con el de la empresa privada. Hay dos amenazas que Morató intenta conjurar. Por un lado, el problema del status de los funcionarios de los entes autónomos. Si los funcionarios del BROU son considerados como funcionarios públicos dos problemas enfrentan los administradores del instituto. Primero, el problema de la inflexibilidad del régimen de funcionarios públicos (se pueden contratar libremente pero no despedir libremente). Segundo, el problema de la autoridad de los administradores frente a los funcionarios. Si el ingreso y la carrera están sujetos a la intermediación política, el instituto pierde autoridad frente a sus funcionarios. La otra amenaza que percibe Morató es la posibilidad de que se multipliquen los controles del gobierno sobre las decisiones de los directorios autónomos. Más posibilidad de control central implica, para Morató, enlentecer la toma de decisiones del instituto.En lo que respecta a los funcionarios de los entes industriales, defiende la"condición excepcional" de los funcionarios del Banco (lo cual implica que no pueden ser considerados funcionarios públicos). Justifica esta excepcionalidad en la idea de organización "científica", asimilable en su régimen de ingreso y carrera al de la empresa privada:"Los funcionarios de las industrias del Estado están regidos por reglamentos especiales, dictados por el Directorio de la institución a la cual sirven. Los Directorios resuelven inapelablemente, sobre la situación de los empleados sometidos a su autoridad. Los empleados públicos son agentes del Estado; como tales tienen su representación y autoridad dentro del puesto para el cual han sido nombrados. Los empleados de las industrias del Estado tienen carácter privado y, como las instituciones de que forman parte, están sometidos a las disposiciones del derecho común, como cualquier particular. Los funcionarios de los Bancos de Estado, se encuentran en una posición -de hecho y de derecho- más aproximada a la de los Bancos privados, que a la de los empleados civiles del Estado"(MORATÓ, 1943: 31).En lo que respecta a los controles centrales, Morató critica –durante los años de 1930- algunos institutos creados con el fin de aumentar dichos controles. Tal es el caso del Tribunal de Cuentas. Este organismo fue creado en 1934 con el fin de realizar la vigilancia y superintendencia en todo lo relativo a presupuestos y gestión de la Hacienda Pública (5). En dos ocasiones, Morató escribió acerca de las disposiciones que regían al Tribunal y cómo las mismas afectaban el normal desempeño de las funciones del Banco (octubre de 1934 y agosto de 1936). En noviembre de 1936 Morató redacta un Memorando en el cual reúne sus opiniones sobre el Tribunal y su actuación con relación al BROU. En los primeros dos años de funcionamiento del Tribunal habían surgido frecuentes discrepancias con el BROU en cuanto a la apreciación de problemas de orden técnico-contable y administrativos y sobre las maneras de resolverlos (MORATÓ, 1976: 524-525).4.1.3. Un ente autónomo busca la eficiencia de una empresa privada, pero no es una empresa privadaEn este punto, aparece el otro elemento central de la concepción de ente autónomo. Si bien hay una constante asimilación de la organización y administración a los preceptos seguidos en la empresa privada, un ente autónomo no es una empresa privada. Se orienta a la consecución del lucro, pero no exclusivamente. Y esto porque el ente autónomo es el lugar, por excelencia para Morató, del interés público, entendido como el interés nacional más allá de "la divisa". Cuando Morató trata la defensa de la autonomía presupuestaria del BROU hace especial énfasis en este aspecto:"El Banco de la República no es una institución únicamente comercial, es una institución de carácter público y de utilidad pública. Como institución comercial, consulta los resultados financieros de sus negocios, hasta donde le permite asegurar la permanente solvencia de la institución; como entidad de carácter público, es un formidable punto de apoyo de las finanzas nacionales, del crédito público, del servicio de la circulación monetaria y de la estabilidad de la moneda y del cambio internacional; y, en fin, en su función de servicio público, fomenta el ahorro nacional, organiza toda clase de facilidades que pone a disposición del Estado y de la población en las mejores condiciones de comodidad; atiende los intereses superiores de la producción, del comercio y de la industria, con la multiplicación y diversificación de los servicios administrativos, técnicos e informativos, con el propósito principal de servir esos intereses .[Por tanto] no puede decidirse sobre el peso de los gastos administrativos del Banco de la República, considerados desde el punto de vista comercial, exclusivamente". (MORATÓ, 1976: 121)Y, en tanto el BROU (como ente autónomo) es el locus del "interés público", Morató siempre tiende a identificar el interés del BROU con el "interés nacional".No sólo el Banco debe estar protegido –vía descentralización autonómica- del "virus disolutivo de la política", sino también de las"conveniencias financieras del Estado". Un texto que resume estos 3 aspectos clave de la concepción autonomista de Morató es "El pacto de los partidos tradicionales y sus consecuencias en el Banco de la República" (MORATÓ, 1976). En el mismo hay una dura crítica del autor sobre el "pacto del chinchulín" celebrado entre los representantes batllistas y blancos en el CNA (6. En dicho documento, Morató advierte que las consecuencias del pacto serán el comienzo del fin de la "esencia básica de la formación de los entes autónomos", y en particular el fin de un estilo de dirección a nivel del BROU:"La adhesión del Directorio a la fórmula del Consejo Nacional de Administración, significa:el renunciamiento a la autonomía administrativa, dejándola en manos del Consejo Nacional;la sumisión de los intereses del Banco y los del país, comprometidos también, a las conveniencias financieras del Estado, identificados ambos para hacer frente a las vicisitudes que el tiempo pueda depararle a éste;la destrucción de la organización administrativa, de fundamental importancia para instituciones como el Banco de la República, y su sustitución por el régimen vulgar de la administración pública, donde predominan, no las condiciones de preparación y capacidad, sino las ventajas de interés político. El ingreso a la institución y el ascenso, no serán ya concedidos al más apto; el mejor adaptado triunfará" (MORATÓ, 1976: 369-370).5. ConclusionesPara cerrar la reflexión planteada en la ponencia, quisiéramos destacar tres elementos referidos al pensamiento del actor burocrático en los años veinte y treinta del siglo pasado.En primer lugar, la fuerte compenetración entre el personal jerárquico de carrera de la institución y los Directorios del BROU en la defensa de los "fueros autonómicos" del instituto.En segundo lugar, la relevancia del actor burocrático al momento de asegurar la continuidad de los objetivos para los cuales fueron creados los entes autónomos. Un aspecto no menor cuando se piensa en continuidades a nivel institucional. Para Octavio Morató el problema que está detrás de los cuestionamientos a las libertades administrativas de los entes frente a la administración central, es el desconocimiento de las razones históricas por las cuales los entes fueron dotados de dichas libertades. Consciente de que el formato autonómico es una rareza tanto desde el punto de vista constitucional como de los valores de la sociedad uruguaya, justifica la autonomía por razones "científicas". Por eso, el lenguaje abstracto de la"correlación entre función, gestión y agente" debe interpretarse con cuidado. No se trata de retórica positivista. Es un recurso argumental esgrimido en un momento en el cual la discusión sobre la administración de los entes se producía en forma desconectada con el marco histórico en el cual surgieron los mismos. Por eso Morató describe primero el marco histórico para luego justificarlo en términos"científicos".Por último, la autopercepción del actor burocrático acerca de su rol en la administración. Morató veía al conjunto de los Entes Autónomos Industriales y Comerciales como un espacio privilegiado para la realización del interés público. La clave de esta posibilidad estaba en la autonomía administrativa ya que permitiría una administración independiente del interés partidario. En la visión de Morató un Directorio autónomo es un Directorio que decide en función de los intereses del BROU, a los cuales equipara con los intereses del país. Un Directorio"político", "con divisa", nombrado en base a razones políticas o acuerdos electorales tendría como consecuencia transformar al BROU en una "repartición del Estado, a la manera de una oficina pública, bajo un director que no tiene facultades, atribuciones, ni independencia ni otro criterio que aquel que le permite el pequeñísimo margen de los reglamentos administrativos dictados por el CNA" (MORATÓ, 1976: 371).(1) Carlos Quijano al revisar la actuación del Banco República en la política monetaria de los años veinte comenta: "En ese período de nuestra historia bancaria hay dos o tres presidentes del Banco que actúan con una gran autoridad moral, pero hay un hombre que actúa con gran autoridad técnica, no obstante la modestia de su vida, que es don Octavio Morató, a quien no se le ha hecho la justicia que merece". (QUIJANO, 1995: 266)(2) En el libro referido no se aclara quien fue el recopilador, pero con toda seguridad fue el hijo de Morató, el Dr. Octavio Morató Rodríguez. Fue éste quien desde 1971 se ocupó de realizar gestiones ante el Senado para la publicación de la obra (MORATÓ 1976: 5 – 8). Es razonable pensar que el hijo de Morató conocía de cerca las preocupaciones de su padre dado que nació en 1901, contando con 42 años a la muerte de su padre en 1943.(3) Ver Morató (1976), asuntos nº: 5, 8, 9, 24, 25, 30, 32, 46 y 48.(4) Esta misma postura defendió el directorio del BROU a lo largo de los años de 1920. También coincidieron hombres de los partidos políticos como Martín C. Martínez que veían en el excesivo celo "literalista" de algunos juristas una traba a la realización de todo el potencial de los entes autónomos.(5) El artículo 201 de la Constitución de 1934 prescribe: "La vigilancia en ejecución de los presupuestos y la función de contralor en toda gestión relativa a la Hacienda Pública, será de cargo del Tribunal de Cuentas de la República, que actuará con autonomía funcional, siendo de resorte de la ley que proyectará el mismo Tribunal, la reglamentación de su autonomía, así como la fijación de las atribuciones no especificadas en este capítulo".(6) Téngase presente al leer las críticas de Morató que él mismo era de extracción batllista. Esto habilita a formular la siguiente pregunta: ¿era Morató al final de su vida más un hombre político, un batllista, que un burócrata al servicio del Estado? *Profesor de Fundamentos de la Investigación Social, Métodos de investigación y Taller de Monografía.Depto de Estudios InternacionalesFACS – ORT Uruguay(ma.baudean@gmail.com). BIBLIOGRAFÍAABERBACH, J.; PUTNAM, R. ; ROCKMAN, B. 1981. Bureaucrats and politicians in western democracies. Cambridge: Harvard University Press.ACEVEDO, Eduardo. 1934. Anales históricos del Uruguay. Tomo IV. Montevideo: Barreiro y Ramos.Banco de la República Oriental del Uruguay [Raúl Montero Bustamante]. (s.f.) El Banco República en su Cincuentenario. Memoria Histórica (1896-1946). Montevideo: BROU.BARRÁN, J. P. 1998. El Apogeo del Uruguay pastoril y caudillesco. Montevideo: La República, EBO.BARRAN, J.P.; NAHUM, B. 1971. Historia Rural del Uruguay Moderno. Tomo II. Montevideo: EBO.BARRAN, J.P.; NAHUM, B. 1973. Historia Rural del Uruguay Moderno. 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OBERÖSTERREICHISCHER PRESSVEREINS-KALENDER AUF DAS JAHR 1931 Oberösterreichischer Preßvereins-Kalender (-) Oberösterreichischer Preßvereins-Kalender auf das Jahr 1931 (1931) ( - ) Einband ( - ) Werbung ( - ) Das Jahr 1931 ([1]) Bewegliche Feste Die vier Quatemberzeiten Mondesviertel Die zwölf Zeichen des Tierkreises Die vier astronomischen Jahreszeiten Von den Finsternissen Vom Jahresregenten ([1]) [Kalender]: 1931 ([2]) Wetter-, Volks- und Bauernregeln (26) Jänner. Februar. März. April. Mai. Juni. Juli. August. September. Oktober. November. Dezember. (26) Landwirtschaftlicher Hauskalender (27) Januar. Februar. März. April. Mai. Juni. Juli. August. September. Oktober. November. Dezember. (27) Heiteres. (27) Beobachtungsgabe. Reingefallen. Seine Klasse. Au! Unbegrenzte Möglichkeit. (27) Alphabetisch geordnetes Verzeichnis der Taufnamen nebst Angabe des Datums. (28) A-D (28) E (28) F-H (29) J (29) K-L (30) M-Q (31) R (31) S-Z (32) Straßen- und Hausbesitzer-Verzeichnis der Stadt Linz samt Vororten. Das Flächenausmaß der Ortsgemeinde Linz beträgt 5229 Hektar, dazu gehören die Katastralgemeinden Kleinmünchen, Waldegg, Urfahr, Pöstlingberg und St. Peter. Die Stadt Linz hat ein Flächenausmaß von 597 Hektar. (33) Achatz-Willinger-Straße. Adlergasse. Dr.-Alexander-Brenner-Straße Alphons-Petzold-Straße. Altstadt. Am Damm. Am grünen Anger. Anastasius-Grün-Straße. Andreas-Hofer-Platz. Andreas-Hofer-Straße. Angerholzweg. Annagasse. Anton-Dimmel-Straße. (33) Anton-Spaun-Straße. (33) Anton-Weiguny-Platz. Anzengruberstraße. Auberg. Aubergstraße. Auerspergstraße. Auf der Gugl. (34) Bachl. (34) Badgasse. Bahnhofstraße. Dr. Bahrgasse. Bancalariweg. Bauernberg. Baumbachstraße. Beethovenstraße. Bergern. (35) Bergschlösselgasse. (35) Berggasse. Bethlehemstraße. Billrothstraße. Bischofstraße. Bismarckstraße. Blumauerstraße. Blütenstraße. (36) Bockgasse. (36) Breitwiesergutstraße. Brückenstraße (linke). Brückenstraße (rechte). Brucknerstraße. Brunnenfeldstraße (Scharlinz). Bürgerstraße. Christian-Coulin-Straße. Damaschke-Straße. Dametzstraße. (37) Darrgutstraße. (37) Dauphinstraße.Derfflingerstraße. Dierzerstraße. Dinghoferstraße. Domgasse. Donatusgasse. Donaustraße (rechte). Donaustraße (linke). Drouotstraße. Dürrnbergerstraße. (38) (Dr.) Brenner-Straße Dr.-Edlbacher-Straße. Ederstraße. Dr.-Eigner-Straße. Eisenbahngasse. Eisenhandstraße. Elisabethstraße. Fabrikstraße. Fadingerstraße. (39) Feldstraße. (39) Feldweg. Ferihumerstraße. Fichtenstraße. Figulystraße. Fischergase. Flügelhofgasse. Flußgasse. Franckstraße. Franz-Kurz-Straße. Freinbergstraße. Freistädterstraße. (40) Friedhofstraße (Linz). Friedhofstraße (Urfahr). Fröbelstraße. Füchselstraße. Gallanderstraße. Garnisonstraße. Gärtnerstraße. Georg-Reiter-Straße. Gerstnerstraße. Gesellenhausstraße. Ghegastraße. Gilmstraße. Glimpfingerweg. Glögglweg. Gluck-Straße. (41) Goethestraße. (41) Göllerich-Straße. Graben. Grabmer-Straße. Greilstraße. Grillmayerstraße. Grillparzerstraße. Grünauerstraße. (42) Gründberg. (42) Gstöttnerhofstraße. Güntherstraße. Gürtelstraße. Gußhausgasse. Haerdtlstraße. Hafenstraße. Hafferlstraße. Hafnerstraße. (43) Hagen. (43) Hagenstraße. Hahnengasse. Halbgasse. Hamerlingstraße. Hanriederstraße. Harbach. Harrachstraße. (44) Hauptstraße. (44) Hausleitnerweg. Haydnstraße. Heilham. Heizhausstraße. (45) Herrenstraße. (45) Herstorferstraße. Hinsenkampplatz. Hirschgasse. Höchsmannstraße. Hofberg. Hofgasse. Dr.-Holzmüller-Straße. Holzstraße. Honauerstraße. (46) Hopfengasse. Hoppichlerstraße. Hörmannstraße. Hörschingergutstraße. Huemerstraße. Humboldtstraße. Hummelfeldstraße. Hyrtlstraße. (47) Jägerstraße. (47) Jahnstraße. Im Hühnersteig. Im Tal. In der Neuen Welt. Ingenieur-Stern-Straße. Johann-Konrad-Vogel-Straße. Johann-Plank-Straße. Johannesgasse. Jungwirthstraße. Kaarstraße. (48) Kaisergasse. (48) Kapellenstraße. Kaplanhofstraße. Kapuzinerstraße. Karl-Fiedler-Gasse. Karlhofstraße. (49) Karl-Marx-Straße. (49) Karl-Wiser-Straße. Kaserngasse. Katzenau. Keimstraße. Kellergasse. Keplerstraße. (50) Khevenhüllerstraße. Kinderspitalstraße. Kirchengasse. Klammstraße. (51) Kleinmünchen (51) Klosterstraße (52) Knabenseminarstraße. Kollegiumsgasse. Kommunalstraße. Konrad-Deubler-Straße. Krankenhausstraße. Kraußstraße. Kreuzstraße. Kroatengasse. Kudlichstraße. Kürnbergerweg. Landgutstraße. (53) Landstraße. (53) Lasallestraße. Lasingergasse. Lastenstraße. Leingruberstraße. Lenaustraße. Leonfeldenerstraße. (54) Leopold-Hasner-Straße. Lerchengasse. Lessingstraße. Limonigasse. Lindengasse. Lissagasse. Liststraße. Löwenfeldstraße. Löwengasse. Lohnsdorfer-Platz. Lohnsdorfer-Weg. Ludlgasse. (55) Lustenau. (55) Lustenauerstraße. Madelsederstraße. Magazingasse. Makartplatz. Makartstraße. Margarethen. (56) Mariahilfgasse. Marienstraße. Marktplatz. Marktstraße. Martin-Zeiler-Straße. Martinsgasse. Mayerweg. Melicharstraße. Mittelgasse. Moritz-Schwind-Straße. Mozartstraße. (57) Mühlkreisbahnstraße. Museumstraße. Neugasse (Urfahr). Neutorgasse. Niedernharterstraße. Niederreithstraße. Nißlstraße. Noßbergerstraße. Novaragasse. (58) Obere Donaulände. (58) Oberfeldstraße. Ottensheimerstraße. Otto-Prechtler-Straße. Parzhofstraße. Pestalozziplatz. Petrinumstraße. (59) Pfarrgasse. (59) Pfarrplatz. Pfeifferstraße. Pflaster. Pichlerstraße. Pillweinstraße. Platz des 12. November. Pöstlingbergstraße. (60) Pöstlingberg. (60) Prinz-Eugen-Straße. Promenade. Prunnerstraße. Purschkastraße. Quergasse. Rädlerweg. Raimundstraße. Rathausgasse. (61) Reindlstraße. (61) Reinhold-Körner-Straße. Reischekstraße. Reuchlinstraße. Richard-Wagner-Straße. Riesenhofstraße. Ringstraße. Ritzbergerstraße. Robert-Blum-Straße. Römerstraße. (62) Roseggerstraße. (62) Rosenstraße. Rosenauerstraße. Rosenbauerstraße. Rudigierstraße. Salzburger Reichsstraße. Sandgasse. (63) St. Peter. (63) St. Peter-Straße. Scharitzerstraße. (64) Scharlinz. (64) Schiffbaustraße. Schillerstraße. Schlossergasse. Schmiedegasse. (66) Schmidtorstraße. Schörgenhubstraße. Schratzstraße. Schubertstraße. Schulertal. Schulstraße. Schumannstraße. Schützenstraße. (67) Schwarzstraße. (67) Schweizerhausgasse. Seilerstätte. Semmelweißstraße. Sintstraße. Sommerstraße. Sonnensteinstraße. Sophiengutstraße. Spattstraße. Spazgasse. Spinnereistraße. Spittelwiese. Stadlbauerstraße. (68) Starhembergstraße. (68) Steinbauerstraße. Steingasse. Stelzhamerstraße. Sternbauerstraße. Stifterstraße. Stockbauernstraße. Stockhofstraße. (69) Strachgasse. Talgasse. Tegetthoffstraße. Teistlergutstraße. Tiefer Graben. Trefflingerweg. Tummelplatz. Turmplatz. Umschlagplatz. Unionstraße. (70) Untere Donaulände. (70) Urfahrwänd. Vergeinerstraße. Verlängerte Kirchengasse. Versorgungshausstraße. Vielgutstraße. Volksfeststraße. (71) Volksgartenstraße. (71) Wachreinerstraße. Wahringerstraße. Wagnerstraße. Waldegg. Waldeggstraße. (72) Walterstraße. (72) Wasserwerkstraße. Webergasse. Weingartshofstraße. Weißenwolffstraße. Westbahnstraße. (73) Wiener Reichsstraße. (73) Wildbergstraße. Willemerstraße. Willibald-Gluck-Straße. Wimhölzlstraße. Wirtschaftshofstraße. Wischerstraße. Wurmstraße. (74) Zellerstraße. Zeppenfeldstraße. Ziegeleistraße. Zizlau. Zizlauerstraße. Zollamtstraße. (75) [Tabelle]: Postgebühren-Tabelle ([76]) Briefe. Postkarten. Drucksachen, Geschäftspapiere, Mischsendungen Nachnahme-Briefsendungen. Postanweisungen. Pakete, Inland. ([76]) [Tabelle]: Stempelgebühren-Tarif. (77) Praktisches Verzeichnis. Auszug aus dem Stempel- und Gebührentarif für Schriften und Urkunden. (78) Werbung ([80]) Schematismus der Geistlichkeit der Diözese Linz in Oberösterreich (Abgeschlossen Ende September 1930) Die auf Seite 115 befindlichen Abkürzungen wollen gütigst beachtet werden. (Die Kriegsauszeichnungen sind hier nicht angeführt.) (81) Oberster Hirt: Metropolit: Bischof: Domkapitel: Ehrendomherren: (81) Bischöfliche Ordinariats-Kanzlei: (81) Bischöfliche theologische Diözesanlehranstalt: (82) Bischöfliches Priesterseminar: (82) Bischöfliches Knabenseminar mit Gymnasium in Urfahr. Bischöfliches Konvikt im Haiderhofe zu Linz. Bischöfliches Lehrerseminar in Linz. (83) Bundes-Gymnasium in Linz. Bundes-Gymnasium in Ried. Bundes-Gymnasium in Freistadt. Bundes-Gymnasium in Wels. Real-Gymnasium in Linz. Real-Gymnasium in Gmunden. Privat-Gymnasium der Ehrwürdigen "Armen Schulschwestern" in Wels. Bundes-Oberrealschule in Linz. Bundes-Oberrealschule in Steyr. Mädchen-Mittelschulen der Stadt Linz. Lehrerbildungsanstalt in Linz. Knaben-Hauptschule 1, Spittelwiese 8. Knaben-Hauptschule 2, Schützenstraße 13. Knaben-Hauptschule 3, Figulystraße. Knaben-Hauptschule 4, Wr.-Reichsstraße 42. Knaben-Hauptschule 5, Jahnstraße. Mädchen-Hauptschule 1, Mozartstraße 30. Mädchen-Hauptschule 2, Schützenstraße 13. Mädchen-Hauptschule 3, Baumbachstraße 11. Mädchen-Hauptschule 4, Raimundstraße 17. Mädchen-Hauptschule 5, Hinsenkampplatz. Knaben-Volksschule 7 u. 8, Dürrnbergerstraße 1. Knaben-Volksschule 9, Webergasse. Schule der Ehrwürdigen Ursulinen in Linz. Schulen der Ehrwürdigen Kreuzschwestern in Linz. (84) Katholisches Waisenhaus. Erziehungsanstalt "Zum guten Hirten". Taubstummen-Institut. Privat-Blindeninstitut. Landes-Irrenanstalt. In Linz wohnende Weltpriester. (85) Diözesanpriester außerhalb der Diözese. (85) Eigene Seelsorge des österreichischen Bundesheeres. (86) Pfarrgemeinden der Diözese. Die Ziffern bei den Pfarrorten bedeuten die Seelenzahl. Wenn zwei Zahlen vorkommen, bedeutet die letztere die Seelenzahl der Protestanten, z. B.: Abtsdorf (P. T. Attersee) 210/13 heißt: 210 Katholiken, 13 Protestanten; St. Agatha 1523 heißt: 1523 Katholiken. Nach der Seelenzahl steht das Dekanat. (86) A (86) B-D (87) E (87) F (88) G (88) H (89) I-J (90) K (90) L (91) M (92) N (92) O (93) P (94) R (94) S (95) T (96) U-V (97) W (97) Z (98) Ordensstand und Kongregationen der Diözese (99) Männer-Orden und Kongregationen (99) Augustiner-Chorherrenstift St. Florian. (99) Augustiner-Chorherrenstift Reichersberg. (99) Prämonstratenser-Chorherrenstift Schlägl. (100) Benediktinerstift Kremsmünster. (100) Benediktinerstift Lambach. (101) Zisterzienserstift Schlierbach. (102) Zisterzienserstift Wilhering. (102) Trappisten-Kloster Engelszell, Post Engelhartszell a. D. Vertretung der Marianhiller-Mission, Süd-Afrika. Hospiz der Franziskaner in Baumgartenberg. Hospiz der Franziskaner in Bruckmühl. Kloster der Franziskaner in Enns. Kloster der Franziskaner in Pupping. (103) Kloster der Franziskaner in Maria-Schmolln. Konvikt "Vogelsang" in Steyr. Hospiz der Franziskaner in Suben. Kloster der Kapuziner in Gmunden. Kloster Kapuziner in Linz. Kloster der Kapuziner in Braunau am Inn. Kloster der Kapuziner in Ried. Kloster der Karmeliten in Linz. (104) Kloster der Barmherzigen Brüder in Linz. (104) Kollegium Aloisianum der Gesellschaft Jesu am Freinberg. Residenz der Gesellschaft Jesu in Linz. Residenz der Gesellschaft Jesu in Steyr. Kollegium der Redemptoristen in Puchheim. Kollegium der Marienbrüder in Freistadt. (105) Städtisches Studentenheim der Marienbrüder in Freistadt. Noviziatshaus der Marienbrüder in Mistelberg Nr. 20 (Greisinghof), Post Pregarten. Katholisches Lehrlingsheim in Linz. Salesianer Don Boscos. Noviziat und Missionsschule "Regina Apostolorum" der PP. Oblaten des hl. Franz von Sales in Dachsberg. Missionskonvikt der Oblaten des hl. Franz von Sales in Ried im Innkreis. Savatorianerkolleg in Hamberg. Gesellschaft des Göttlichen Wortes. (106) Kongregation der Brüder der christlichen Schulen in Goisern. (106) Frauen-Orden und Kongregationen. (107) Kloster der Ursulinen in Linz. Kloster der Elisabethinen in Linz. Kloster der Karmelitinnen in Gmunden. Kloster der Karmelitinnen in Linz. Kloster der Salesianerinnen in Gleink. Kloster der Redemptoristinnen in Ried. Kloster der Ordensschwestern vom Guten Hirten zu Baumgartenberg. Dominikanerinnen-Konvent "St. Josef" in Eferding. Institut der Barmherzigen Schwestern vom heil. Vinzenz von Paul in Linz. (107) Provinzhaus der Barmherzigen Schwestern vom hl. Karl Borromäus in Stadl-Paura bei Lambach. (107) Institut der Schwestern vom heiligen Kreuz in Linz. Institut der armen Schulschwestern in Vöcklabruck. Institut der armen Schulschwestern von Unserer Lieben Frau in Freistadt. Institut der armen Schulschwestern zu Lahn in der Pfarre Hallstatt. Mutterhaus der Schwestern des III. Ordens Unserer Lieben Frau vom Berge Karmel. Oblatinnen des heiligen Franz von Sales in Urfahr. Töchter des göttlichen Heilandes (Mutterhaus Wien) in St. Veit im Mühlkreis. Genossenschaft der Schwestern vom göttlichen Heiland (Salvatorianerinnen) in Hamberg, Pfarre Schardenberg. Kongregation der Schwestern des III. Ordens des hl. Franziskus (genannt von der christlichen Liebe). (108) Kongregation der Schwestern der hl. Katharina von Siena (III. Orden des hl. Dominikus.) (109) Personen-Register des geistlichen Personalstandes. (Die Seiten sind durch die Zahlen nach den Namen angegeben.) (109) A-C (109) D (109) E-G (110) H (110) I (111) K (111) L-N (112) O (112) P-R (113) S (113) T-Z (114) Verzeichnis der Abkürzungen: (115) [Tabelle]: Gottesdienst-Ordnung in Linz-Urfahr Pöstlingberg, St. Peter u. Kleinmünchen Vormittag Nachmittag (116 - 117) Sonn- und Feiertagsgottesdienste in den oberösterr. Pfarren.) (Die nicht eingeklammerten Zahlen bezeichnen den Beginn des Gottesdienstes im Sommer, in der Regel ab Georgi, die eingeklammerten im Winter, ab Michaeli.) (118 - 119) Der Mantel. (122) Werbung (123) Verzeichnis der Boten, welche in der Landeshauptstadt Linz (Urfahr) ankommen und abgehen. (124) A-R (124) S (124) T-Z (125) Das Telephon (125) Werbung (126) Christkindl Eine heimatliche Sage ([127]) [Abb.]: Österreichische Bischöfe Erste Reihe (sitzend): Kardinal Friedrich G. Piffl, Fürsterzbischof von Wien; Ignaz Rieder, Fürstbischof von Salzburg. - Zweite Reihe (stehend) von links nach rechts: Ferdinand Pawlikowski, Fürstbischof von Seckau in Graz und Militärvikar von Österreich; Johannes Maria Gföllner, Bischof von Linz; Siegmund Waitz, Apostolischer Administrator von Innsbruck-Feldkirch; Michael Memelauer, Bischof von St. Pölten; Adam Hefter, Fürstbischof von Gurk in Klagenfurt ([129]) [2 Abb.]: Die erste Ausfahrt des Papstes. Am 20. Dezember 1929 verließ der Heilige Vater zum erstenmal den Vatikan, um in San Giovanni im Lateran, wo er vor 50 Jahren zum Priester geweiht wurde, die Jubelmesse zu lesen. Unsere Bilder: Der heilige Vater bei der Jubelmesse (Bild oben); Papst Pius XI. im Lateran, eine überaus lebensvolle Aufnahme des hl. Vaters (Bild unten) (131) Das Wunder der Mutter Gottes. Eine Erzählung aus Sowjetrußland (132) Es ist ein Schnitter, der heißt Tod. Eine Weihnachtsskizze (134) [Abb.]: Frühlingsidyll im Gusental: Schloß Reichenau (135) Ehrlich währt am längsten (137) [Abb.]: Kunstwerke der Heimat: Joachim und Anna, zwei Kunstwerke Michael Zürns in der Gmundener Pfarrkirche (139) Nur eine Hose (141) [Abb.]: Die großen St.-Emmerichs-Feierlichkeiten in Budapest Die Gruppe der Tiroler mit einem gewaltigen Kruzifix im Festzug (143) [Abb.]: Alte oberösterreichische Heimatkunst Ein seltenes Sandl(Hinterglas)bild "Christus am Rebstock" (145) Kühe (146) [2 Abb.]: (1)Eine neue oberösterreichische Heilstätte. Der Orden der Barmherzigen Brüder hat in Schärding eine große Kaltwasserheilanstalt errichtet. (2)Erntezeit (147) [Abb.]: Die schöne Heimat: Mühllacken im Pesenbachtal (149) Da Krämer Von Georg Stibler (150) [Abb.]: Da Krämer (150) Die Brieftasche (152) [Abb.]: Was ein Riesenbaum erlebt Stockschei eines 1350 Jahre alten Mammutbaumes im Newyorker historischen Museum (153) Elsbeth (154) [Abb.]: Dornier X, das große deutsche Wasserflugzeug. Blick auf das Flugzeug hoch über dem Bodensee (155) [Abb.]: Schönheit der Technik: Blick auf eine gewaltige Hochofenanlage (157) Drei Schüsse in der Nacht (158) [Abb.]: Schwanenidyll am Traunsee ([159]) [Abb.]: Eine originelle altoberösterreichische Mausefalle (160) [Abb.]: Alte oberösterreichische Tischsonnenuhr (161) Zwei Schwestern (162) [Abb.]: Winterzauber: Verschneite Kirchstiege (163) [Abb.]: Oberammergau spielte heuer die Passion: Blick in das Festspielhaus bei einer Aufführung (165) Die Rettungsmedaille (166) [Abb.]: Kunststätten in Oberösterreich: Das ehemalige Stift Baumgartenberg (167) [Abb.]: Frohe Jugend bei sommerlichen Spiel. Von der Jugendwoche des Landes-Verbandes katholischer Mädchenvereine Oberösterreichs in Schlägl ([169]) Er fängt Feuer (170) Inkasso (171) Der Hund (171) Reichs- und Landesfarben (172) Werbung (172) Zur Geschichte des katholischen Preßvereines (173) Werbung (175) Seereise-Notizen des Fräuleins Irma. Unnötige Vorsicht. Paßt ihm. Dauerhaft. Unverschämt. Schlauer wie er. (176) Mechanisch. Sicheres Zeichen. Schrecklicher Gedanke. Schöne Aussicht. (177) Werbung (177) Die Eifersüchtige. Sonst und jetzt. Unsere Jungen. Beim Wort genommen. (178) Werbung (178) Boshaft. Unerhört. Schwierig. Seine Ansicht. In der Verlegenheit. (180) Werbung (180) Treffend bezeichnet. Annonce. Schlagfertig. Eine Frage. Beruhigend. (182) Werbung (182) Umschreibung.Aus der Rede eines Verteidigers. Mißverständndis. (183) Werbung (183) Verschnappt. Abkühlung. Schöne Klause. Etwas Rührendes. (184) Werbung (184) Undankbarkeit. Bei der Schmiere. Immer fachmännisch. Süße Erinnerung. Wunderbar. (187) Werbung (187) Die Kleinigkeit. Gemütlich. Kindliche Schlauheit. Ständiger Wunsch. Mißverstanden. (189) Werbung (189) Ein empfehlenswerter Wecker. Von Wein, Weintrinkern und Weinhändlern. (190) [Abb.]: (190) Werbung (191) Wrme Küche. Ein Schelm. (191) Werbung (191) Werbung (191) Einwand. Immer Fachmann. Die größere Hand. (192) Werbung (192) Einband ( - )
SITTENGESCHICHTE DES WELTKRIEGES. 2 Sittengeschichte des Weltkrieges (-) Sittengeschichte des Weltkrieges. 2 (II. / 1930) ( - ) Einband ( - ) [Abb.]: ( - ) Titelseite ( - ) Impressum ( - ) Dreizehntes Kapitel Die Erotik des Hinterlandes Prostitution und Geschlechtskrankheiten in den Hauptstädten - Das Liebesleben der Kriegsjugend - Die Zerrüttung der Ehe - Wohin die Millionen der Kriegsgewinner wanderten - Nachtleben, Geheimclubs und Nacktbälle während des Krieges - Männliche Prostitution (1) [Abb.]: Hausball beim Heereslieferanten Zeichnung (1) [Abb.]: Der englische Kriegsgewinner zum deutschen: "Sie, armer Kollege, werden eingesperrt - mir geschieht nichts!" Aus "Punch", 1916 (2) [Abb.]: Zündholzmangel in Paris Zeichnung von A. Guillaume, 1917 (3) [2 Abb.]: (1)Das Hinterland Holzschnitt (2)Europa im Kriege Zeichnung (4) [Abb.]: Die vermännlichte Kriegerbraut Der Standesbeamte: "Entschuldigen Sie, meine Herren - wer von Ihnen ist nun die Braut?" Zeichnung von E. Huldmann in "Lustige Blätter", 1918 (5) [Abb.]: Marguerite vor dem Entblättern Zeichnung von S. Montassier in "Le Sourire de France", 1917 (6) [Abb.]: "Tauben" über Paris Bild aus den Tagen der deutschen Fliegerüberfälle (7) [2 Abb.]: (1)Hunger und Liebe Zeichnung (2)Budapester Kriegsgewinner "mulatieren" Zeichnung (8) [Abb.]: Der Tod und der Kriegskapitalist Zeichnung von Albert Hahn in "De Notenkraker", 1915 (9) [2 Abb.]: (1)Urlaubsfreuden Titelblatt der "Jugend", 1915 (2)Nacktkultur aus Stoffmangel in Frankreich "Ein Meter Stoff genügt, sich anständig zu kleiden." Zeichnung von G. Pavis in "La Vie Parisienne, 1917 (10) [Abb.]: Die Marraine "Heute kommt mein Patenkind von der Front, massieren Sie mir, den Bauch weg!" (11) [Abb.]: Der vielumworbene Gurkha Deutsche Karikatur auf den Rassenfetischismus der Engländerin im Kriege Zeichnung von H. Strohofer in "Muskete", 1915 (12) [2 Abb.]: (1)Kriegsgewinnermoral Aus "Hallo! Die große Revue" (2)Postkarte aus der Kriegszeit Sammlung A. Wolff, Leipzig (13) [2 Abb.]: (1)"Gott der Gerechte! Wird doch nicht ein Frieden ausbrechen, jetzt wo ich noch 10.000 Paar Stiefel und 1000 Rucksäcke auf Lager habe!" Zeichnung von D. R. André in "Glühlichter", 1915 (2)Gold nahm er für Eisen Zeichnung aus "Krieg dem Kriege", Prolet, Freidenker, Leipzig (14) [2 Abb.]: (1)(2)Eisenbahnfahrt im Kriege "Die Passagiere" haben auf die Bequemlichkeit der Mitreisenden Rücksicht zu nehmen." Zeichnung von Martin in "La Vie Parsienne", 1918 (15) [2 Abb.]: (1)Erkennst du mich nicht? Ich bin dein Gatte." Zeichnung von G. Pavis in "La Vie Parisienne", 1916 (2)Gemüsegarten und Hühnerhof im Heim Zeichnung von D. R. André in "Glühlichter", 1915 (16) [2 Abb.]: Vom Bois de Boulogne zum Priesterwald (1)Auf dem Pfade der Tugend (2)Auf dem Wege zum Kriege Zeichnung von C. Hérouard in "La Vie Parisienne", 1912 ( - ) [6 Abb.]: Seine Kriegstrophäen (1)1. "Kommen Sie mit, ich zeige Ihnen meine Kriegstrophäen!" (2)2. "Diese Helme habe ich an der Marne den Boches vom Kopf gerissen!"(3)3. "Diese Granate hätte mir bei einem Haar das Lebenslicht ausgeblasen." (4)4. "Eine ganz hübsche Sammlung, nicht wahr"? (5)5. "Oh, Sie sind ein Held!" (6)6. "Jetzt haben Sie eine Kriegstrophäe mehr!" Aus "La Vie Parisienne", 1915 (17) [Abb.]: Stahlbad zu Hause Zeichnung (18) [Abb.]: Revanche für Kolumbus Die Entdeckung einer neuen Halbwelt in Paris durch amerikanische Seefahrer Zeichnung von G. Pavis in "La Vie Parisienne", 1918 (19) [Abb.]: Graf Bernstorff amüsiert sich Photographische Karikatur aus "Fantasio", 1916 (20) [Abb.]: Rassenverbrüderung in London Zeichnung von Th. Th. Heine in "Gott strafe England", Simplicissimus-Verlag, 1916 (21) [2 Abb.]: (1)Fühlungsnahme Zeichung in "Fidibus", 1917 (2)Französische Kriegswohltätigkeit Plakat im Musee Leblanc, Paris (22) [Abb.]: Kriegskinder beim Broterwerb Zeichnung (23) [2 Abb.]: (1)Beim Uniformschneider "Für den Schützengraben?" - "Nein, für den Boulevard." Aus "Le Rire rouge", 1917 (2)"Licht auslöschen, Zeppelin kommt!" Zeichnung von Raoul Vion in "Le Rire roug", 1915 (24) [2 Abb.]: (1)Die fallengelassene Brotkarte Zeichnung von Auglay in "Le Rire Rouge", 1916 (2)Hinterlandstaumel Holzschnitt (25) [2 Abb.]: (1)Der Stratege in Paris Zeichnung von Fournier in "Sourire de France", 1917 (2)Plakat einer Wohltätigkeitsaktion der Pariser Restaurateure zugunsten der Urlauber aus den besetzten Gebieten Nach dem Original im Musee Leblance, Paris (26) [2 Abb.]: (1)Frau Hamster im Kriege Zeichnung von Th. Th. Heine, aus "Kleine Bilder aus großer Zeit" (2)Untauglich "Aus dem nämlichen Grunde, der die Musterungskommission veranlaßt hat, Sie zurückzustellen." Zeichnung von K. A. Wilke in "Muskete", 1915 (27) [2 Abb.]: (1)Der Amerikaner und die Pariserin Aus "Lustige Blätter", 1917 (2)Das Kriegskind hungert Zeichnung (28) [Abb.]: Durchhalten Zeichnung von George Grosz in "Abrechnung folgt" (29) [Abb.]: Aus der großen Zeit der Lebensmittelkarten "Haben Sie vom Arzt eine Bezugskarte für Milch?" Zeichnung von G. Zórád in "Fidibus", 1917 (30) [Abb.]: "Dreißigtausend Tote? Kellner, noch 'n Schnaps!" Zeichnung von E. Thöny in "Franzos' und Russ' in Spiritus", Simplicissimus-Verlag. 1915 (31) [Abb.]: Der lustige Krieg Zeichnung (32) [2 Abb.]: Das Kriegskind bei Volk und Hautevolee (1)Verdächtige Fülle "Was haben Sie da unter ihrem Rock verborgen?" "n'lütten Kriegsjung', Herr Wachtmeister!" (2)Im Zweifel "O Gott, Herr Sanitätsrat! Glauben Sie den wirklich, daß ich in der Hoffnung bin?" Aus der Mappe eines Heimkriegers, Sammlung des Instituts für Sexualwissenschaft, Berlin ( - ) [2 Abb.]: (1)"Sie sagen, das Kind ist schwarz? Hätten sie Ihre Frau nicht in den Unterstand kommen lassen!" Zeichnung von M. Rodiguet in "Le Rire Rouge", 1916 (2)Das Lob das Unabkömmlichen "Unsere Jungens schlagen sich gut, das muß man ihnen lassen!" Zeichnung (33) [Abb.]: Erwünschter Zuwachs "Warum sind Sie den heut' so kreuzfidel, Herr Offizial?" - "Ja wissen S', Fräul'n Mizzi, meine Frau hat Drillinge kriegt, und da bekommen wir jetzt um drei Brotkarten mehr." Zeichnung von H. Krenes, 1917 (34) [Abb.]: Auf der Flucht vor dem "Raid" Die Luftüberfälle auf Paris, vor denen man sich in die Keller flüchtete, gaben dem Klatsch und dem Witz reichen Stoff und den Friedhöfen Tote Zeichnung (35) [Abb.]: "Oh, the Zeppelins!" Zeichnung (36) [Abb.]: Die Zuaven in Paris Zeichnung aus "L'Illustration", 1914 (37) [3 Abb.]: (1)"Das Mehl oder das Leben!" Zeichnung von D. R. André in "Glühlichter", 1914 (2)Der Kriegssäugling (3)Hochbetrieb bei der Wahrsagerin Zeichnungen von Th. Th. Heine in "Kleine Bilder aus großer Zeit" (38) [Abb.]: Atelierfest in den Kriegsjahren Sammlung C. Moreck, Berlin (39) [2 Abb.]: (1)Mit Blut begossen blüht das Kapital Zeichnung (2)Siegreich woll'n wir Frankreich schlagen! Zeichnung von George Grosz in "Abrechnung folgt" (40) [2 Abb.]: (1)Wer ist an der Teuerung schuld? "Was diese verfluchten Sozialdemokraten nur immer vom Zwischenhandel wollen? Soll ich die Ware vielleicht unterm Selbstkostenpreis hergeben?" Zeichnung von R. Herrmann in "Glühlichter", 1915 (2)Der unerschöpfliche Stoff für Pariser Karikaturisten: Vor dem Zeppelin in den Keller (41) [2 Abb.]: (1)Pariser Geselligkeit 1917 Zeichnung (2)Schlußvignette aus "Fidibusz", 1916 (42) Vierzehntes Kapitel Die Verwundeten und Kranken Hodenschüsse und Rückenmarksverletzungen - Die Eunuchen des Weltkrieges - Der Invalide und die Frauen - Perversionen und Impotenz als Kriegsfolge - Kriegsneurosen und Sexualität - Sadistische Behandlungsmethoden - Selbstverstümmelung durch venerische Selbstansteckung (43) [Abb.]: "Weißt du, Kamerad, was sie mir wegoperiert haben?" Zeichnung (43) [2 Abb.]: (1)Ein Geschenk vom Militär Zeichnung von M. Dufet in "Le Sourire de France", 1917 (2)"Ich danke schön! Wenn man sich seine Verwundeten nicht einmal aussuchen kann, da tue ich nicht mit!" Zeichnung von R. Herrmann in "Glühlichter", 1914 (44) [Abb.]: Der Neid (!) Zeichnung von J. Simont in "L'Illustration", 1916 (45) [Abb.]: "Man hat mir's abgeschnitten." Zeichnung (46) [Abb.]: Ein Kriegseunuch Der von einem Geschoß entmannte italienische Soldat zeigt in typischer Weise Enthaarung, Fettablagerung und Gesichtsausdruck des Geschlechtslosen. Aus Hirschfeld, Sexualpathologie I (47) [Abb.]: Plakatkrieg im Kriege Links: Eine Kundmachung des Bürgermeisters des besetzten Brüssel, worin er eine von deutscher Seite verbreitete "Stimmungsnachricht" dementiert. Rechts: Die deutsche Antwort. Sammlung A. Wolff, Leipzig (48) [Abb.]: Der Invalide und die Frauen Zeichnung ( - ) [Abb.]: "Nur Mut, mein Lieber, in acht Tagen sind Sie wieder an der Front!" Zeichnung von R. Harrmann in "Glühlichter", Wien 1915 (49) [Abb.]: Für die Reichen ist die Beute, für das Volk die Not der Kriege Zeichnung von George Grosz in "Abrechnung folgt" (50) [Abb.]: Große und kleine Zeit "Jetzt hör' ma auf! Wiast Sodat warst, hast an Ausnahmspreis begehrt, und jetzt kummst mit der Ausred' als Heimkehrer." Zeichnung von D. Knapp in "Faun", 1919 (51) [Abb.]: "Den Kerl kenne ich, das ist ein Simulant, das falsche Bein ist nicht echt!" Zeichnung von R. Herrmann in "Bilder aus dem Alltagsleben" (52) [Abb.]: Die belohnte Tapferkeit oder der Singalese im Lazarett Zeichnung (53) [Abb.]: Der einbeinige Verehrer Zeichnung (54) [Abb.]: Ein von einer Granate verschütteter Soldat, der knapp vor dem Verhungern als Knochen und Haut gerettet und ins Lazarett geschafft wurde Photographische Aufnahme, Sammlung Dr. Sax, Wien (55) [Abb.]: Der Invalide Zeichnung von V. Erdey, 1915 (57) [Abb.]: Hoher Besuch im k. u. k. Kriegsspital Zeichnung (58) [Abb.]: Die Lesestunde Zeichnung von J. Simont in "L'Illustration", 1916 (59) [Abb.]: Die Kaufmannmethode In der Behandlung der Zitterneurose im Kriege lebten die mittelalterlichen Torturen mit modernsten Raffinement auf Zeichnung (60) [Abb.]: Hinter Lazarettmauern Zeichnung (61) [Abb.]: Dirne und Krüppel Zeichnung (62) [Abb.]: Der Pflichtvergessene Zeichnung (63) [2 Abb.]: (1)Die Wunde Holzschnitt (2)Grabkarte eines jüdischen Soldaten im englischen Heer (64) [Abb.]: Das Brandopfer Aus dem russischen Antikriegsfilm "Der Mann, der sein Gedächtnis verlor" (65) [Abb.]: Freund Janosch hat es gut, seine Frau hat ihn besucht Zeichnung (67) [Abb.]: Der kriegsblinde Gatte Zeichnung (68) [Abb.]: Theatervorstellung der Patienten in einem englischen Kriegslazarett Photographische Aufnahme (69) [Abb.]: Frisch aus dem Stahlbad Zeichnung (70) [Abb.]: "Diese Leute könnten wohl - sie wollen bloß nicht arbeiten!" Zeichnung von George Grosz in "Gesicht der herrschenden Klasse" (71) [Abb.]: Verwundetentransport beim geschlagenen serbischen Heer auf mazedonischen Bauernkarren Aus "L'Illustration", 1916 (72) [Abb.]: "Der Dank des Vaterlandes ist euch gewiß!" Zeichnung von George Grosz in "Gesicht der herrschenden Klasse" (73) [Abb.]: Die Zarin und ihre zwei Töchter, die Großfürstinnen Olga und Tatjana, als Pflegerinnen Aus "L'Illustration", 1915 (74) [Abb.]: Die Nerven im Kriege 1. Vollkommen durchtrennter Nerv. 2. Scheinbar unvollkommen durchtrennter Nerv, der aber keinen Impuls mehr vermittelt. 3. und 4. Durch Geschoß zur Schwellung gebrachte funktionsunfähige Nerven. 5. und 6. Zerstörte Nerven (partielle Paralyse). Aus "The Graphic", 1916 (75) [Abb.]: Bordell in der französischen Etappe Zeichnung (77) [2 Abb.]: (1)Die Klassenordnung Zeichnung (2)Es lebe Poincaré! - Es lebe Stinnes! Zeichnung von R. Minor, New York (79) [Abb.]: Das Kriegsbeil wird im Tintenfaß begraben Zeichnung (80) [Abb.]: Ernteurlaub Zeichnung von A. Stadler, 1916 ( - ) Fünfzehntes Kapitel Die Gefangenen Die Frauen und der Kriegsgefangene - Die Geschlechtsnot und ihre Folgen - Surrogatonanie und andere sexuelle Ersatzhandlungen - Homosexualität und Transvestitismus hinter dem Drahtzaun. (81) [Abb.]: Schönheitsparade vor dem Gefangenenlager Zeichnung (81) [2 Abb.]: (1)Hinter Stacheldraht Aus "L'Illustration", 1915 (2)Dämonen im Gefangenenlager Zeichnung eines Kriegsgefangenen Sammlung A. Munk, Subatica (82) [Abb.]: Deutsche Kriegsgefangene In "L'Illustration", 1915, als Photo zum Studium deutscher Physiognomien veröffentlicht (83) [Abb.]: Menschen im Käfig Szene aus dem amerikanischen Antikriegsfilm "Stacheldraht" (84) [2 Abb.]: Schwarze Franzosen in der Gefangenschaft Aus "Ill. Geschichte der Weltkrieges", Stuttgart (85) [Abb.]: "Russische Kriegsgefangene sterben Hungers!" Französisches Plakat Archives photographiques d'art et d'histoire, Paris (86) [3 Abb.]: (1)Der kriegsgefangene französische Maler Rogerol wurde wegen Rauchens in der Baracke in Holzminden drei Tage lang je zwei Stunden angebunden Nach der Originalaufnahme im Musée Leblanc, Paris (2)(3)Erlebnisse eines in Deutschland internierten japanischen Malers Links: Brotausgabe bei strömendem Regen, rechts: Eine Ausländerin wird eingeliefert Aus "The Graphic", 1915 (87) [Abb.]: Ein angeblich in deutscher Gefangenschaft während des Anbindens gestorbener Engländer Zeichnung von J. Touchet in "L'Illustration", 1916 (88) [Abb.]: Der Gefangenschaft entgegen Photographische Aufnahme (89) [Abb.]: Von englischen Luftballonen abgeworfene Botschaft an die deutschen Soldaten Sammlung A. Wolff, Leipzig (90) [2 Abb.]: (1)Der Künstler des Lagers bei der Arbeit Zeichnung (2)Der Starschi schmuggelt eine Frau ins Gefangenenlager Zeichnung (91) [2 Abb.]: (1)Die Internierten in Deutschland Darstellung eines französischen Plakats, 1917 (2)Russische Kriegsgefangene als Bühnenkünstler Sammlung des Instituts für Sexualwissenschaft, Berlin (92) [2 Abb.]: Die deutschen Gefangenlager in Frankreich (1)für gewöhnlich . (2). und wenn der amerikanische Botschafter revidieren kommt Zeichnungen von O. Gulbransson in "Franzos' und Russ' in Spiritus", Simplicissimus-Verlag, 1915 (93) [Abb.]: "Fünfzig Kopeken für das Nachschauen!" Zeichnung (94) [2 Abb.]: (1)Geschlechtsnot und Geschlechtshunger hinter dem Zaun Zeichnung (2)Typen aus dem Jekaterinburger Freudenhaus Zeichnung eines Kriegsgefangenen Sammlung A. Munk, Subotica (95) [Abb.]: "Herbstmanöver" in einem russischen Kriegsgefangenentheater Photographische Aufnahme (96) [2 Abb.]: Typen aus einem französischen Gefangenenlager (1)Oben: Das Liebeslied. - (2)Unten: Der kleine Herrgott des Lagers. Zeichnungen von M. Orange in "L'Illustration", 1915 ( - ) [4 Abb.]: Französische und englische Kriegsgefangene spielen Theater Aus der Sammlung des Instituts für Sexualwissenschaft, Berlin (97) [Abb.]: Erotisches Ornament - ein häufiges Mittel der Ersatzbefriedigung im Gefangenenlager Zeichnung eines Kriegsgefangenen Sammlung des Instituts für Sexualwissenschaft, Berlin (98) [2 Abb.]: (1)Das dramatische Ensemble des österreichisch-ungarischen Mannschaftstheaters in Kresty (2)"Othello"-Aufführung im Gefangenenlager in Ruhleben Aus "The Graphic", 1916 (99) [2 Abb.]: (1)Szene aus einem Kriegsgefangenentheater deutscher Soldaten Sammlung des Instituts für Sexualwissenschaft, Berlin (2)Programm eines französischen Gefangenentheaters Sammlung des Instituts für Sexualwissenschaft, Berlin (100) [2 Abb.]: (1)Ein transvestitischer Gefangener in seiner Lieblingsrolle Photographische Aufnahme Sammlung K. F. (2)Der mannweibliche Star des Gefangenentheaters Sammlung des Instituts für Sexualwissenschaft, Berlin (101) [2 Abb.]: (1)Der Transvestit des Lagers und seine Flamme Lichtbild aus dem Besitz eines Kriegsgefangenen (2)Kriegskinder spielen Zeichnung von Th. Th. Heine in "Kleine Bilder aus großer Zeit" (102) Sechzehntes Kapitel Erotik und Spionage Die Frauen im Geheimdienste - Berühmte Spionageaffären und Spioninnen des Weltkrieges - Märtyrinnen, Abenteurerinnen und Kokotten (103) [Abb.]: Das Schlafpulver der Spionin Zeichnung (103) [Abb.]: Das Feldgericht als Hinrichtungsmaschine Plakat aus dem besetzten Rußland Sammlung A. Wolff. Leipzig (104) [Abb.]: Leibesvisitation einer Spionin durch russische Soldaten Zeichnung (105) [Abb.]: Was die Liebe bei ihr kostet Zeichnung (107) [Abb.]: Miss Edith Cavell, deren Hinrichtung als Spionin durch die deutschen Besatzungsbehörden in Belgien der Ententepropaganda die besten Dienste erwies Photographische Aufnahme (108) [Abb.]: In London wird die Hinrichtung der Pflegerin Miss Cavell zu Rekrutierungszwecken benutzt Photographische Aufnahme (109) [Abb.]: Die Hinrichtung der Miss Cavell im Spiegel der englischen Propaganda Postkarte, Sammlung A. Wolff, Leipzig (110) [Abb.]: Vor Landesverrat wird gewarnt! Photographische Aufnahme in "L'Illustration", 1915 (111) [Abb.]: Eine Kollektion deutscher Spione Zeichnung von L. Métivet in "Fantasio", 1915 (112) [Abb.]: Die Spionageangst auf einem deutschen Plakat Sammlung A. Wolff, Leipzig ( - ) [Abb.]: Typen deutscher Spione Pariser Straßenplakat zur Ankündigung eines Zeitungsromans über Spionage Archives photographiques d'art et d'histoire, Paris (113) [Abb.]: Das Schäferstündchen bei der Spionin Zeichnung (115) [2 Abb.]: (1)Ausschnitt aus der Wilnaer Armeezeitung Sammlung A. Wolff, Leipzig (2)Warnung vor Spionen Sammlung A. Wolff, Leipzig (117) [Abb.]: Der Kampf der deutschen Besatzungsbehörden gegen Spionage Sammlung A. Wolff, Leipzig (118) [Abb.]: Mata Hari vom ritterlichen Frankreich hingerichtet Zeichnung von Trier (nach einem Gemälde von Manet) in "Lustige Blätter", 1916 (119) [Abb.]: Die Treuhänderin der Generalstabsgeheinisse Zeichnung (121) [Abb.]: Spionagepsychose Deutsches Plakat aus dem Jahre 1914 Sammlung A. Wolff, Leipzig (122) [Abb.]: "Du warst vor dem Kriege Spion?" "Keine Spur, ich war Fräulein bei einem Generalstäbler in Verdun." Zeichnung von R. Joly in "Baionnette", 1916 (123) [Abb.]: Russische Strafjustiz an einer Spionin Zeichnung (125) [Abb.]: Sexus dominator Zeichnung (126) [Abb.]: Spionage und Liebe Zeichnung (127) [Abb.]: Französische Haß- und Hetzkarikatur anläßlich der Hinrichtung der Miss Cavell ( - ) [Abb.]: Die Töchter des französischen Generals: "O Papa, das neue Fräulein ist ein Wunder; sie hat ihre Augen überall!" (Die in Frankreich beschäftigten deutschen Erzieherinnen wurden nach Kriegsausbruch samt und sonders für Spioninnen erklärt) Zeichnung von Gerda Wegener in "La Baionnette", 1916 (129) [Abb.]: Die Bekanntmachung des Todesurteils der Miss Cavell Sammlung A. Wolff, Leipzig (130) [Abb.]: Englische Soldaten verhaften in Frankreich einen Spion beim Signalgeben Zeichnung eines englischen Offiziers in "Illustrated London News", 1915 (131) [Abb.]: Der russische Militärattaché in Bern Oberst von Romejko-Gurko (x) im Dienst Aus Ronge, Kriegs- und Industriespionage, Amalthea-Verlag (133) [Abb.]: Die Spionin im Kurierabteil Zeichnung (135) [Abb.]: Brief des russischen Generalstabes an Oberst Redl Aus Ronge, Kriegs- und Industriespionage, Amalthea-Verlag (136) [Abb.]: Oberst Redl Photo aus M. Hirschfeld, Geschlechtskunde (137) [2 Abb.]: Russische Konfidentin (Ruthenin) (1)in der Stadt (2)an der Front Aus Ronge, Kriegs- und Industriespionage, Amalthea-Verlag (139) [Abb.]: Schnelljustiz gegen Spione in Galizien Photographische Aufnahme (140) [Abb.]: Ein Exempel wird statuiert Zeichnung (141) [Abb.]: Auch die Kenntnis des Aufenthaltes eines Spions kostet das Leben Plakat aus Russisch-Polen Sammlung A. Wolff, Leipzig (143) [Abb.]: Damenduell in Paris 1916 Zeichnung aus "La Baionnette" ( - ) [Abb.]: Hinrichtung eines Südslaven Photographische Aufnahme (145) [2 Abb.]: (1)Irma Straub, die gefürchtetste deutsch Spionin des Weltkrieges Photographische Aufnahme (2)Augustine - Joséphine A., eine in Nantes hingerichtete Spionin (146) [Abb.]: Deutsche Bekanntmachung im besetzten Nordfrankreich Sammlung A. Wolff, Leipzig (147) [2 Abb.]: (1)Eugéne T . in Gesellschaft eines ihrer Liebhaber (wahrscheinlich deutscher Spion) (2)Der deutsche Geheimkrieg gegen Frankreichs Armee Das deutsche Fräulein: "Merk dirs, Kleine, Kinder zur Welt zu bringen ist eine Dummheit - du wirst das später verstehen!" Zeichnung von P. Portelette in "La Baionnette", 1916 (148) Siebzehntes Kapitel Der Drill Sadismus und Masochismus im Drill - Erotik in Verbrechen und Strafe - Hinrichtung zur Kriegszeit - Psychologie der Fahnenflucht - Vorgesetzte und Untergebene (149) [Abb.]: Kriegsgreuel einst wie jetzt Aus "Los desastres de la Guerra" von Francisco Coya (1746 - 1828) (149) [Abb.]: Manneszucht Zeichnung (150) [Abb.]: Offiziers- und Mannschaftsdienst Zeichnung (151) [3 Abb.]: (1)(2)Gestörtes Rendezvous oder die stramme Ehrenbezeigung Zeichnung von Puttkammer in "Lustige Blätter", 1917 (3)Äh, bei Etappenbelichtung, Krieg jöttliche Einrichtung Hurra, bei Lieb und Suff immer feste druff!! Aus "Hallo! Die große deutsche Revue", Bilderbuch zur Reichstagswahl 1924 (152) [Abb.]: Der deutsche Militarismus Russische Karikatur von J. Griselli in "Solnze Rossij" 1915 (153) [Abb.]: "Wie soll ich ihn nur aufmerksam machen, daß die Frau nicht standesgemäß ist?" Zeichnung von Rajki in "Le Rire rouge",1916 (154) [Abb.]: Willies letztes Aufgebot Aus dem Bilderbuch "The sad experience of big and little Willie", London (155) [Abb.]: Erziehung zum Blutdurst im englischen Heer - "Hau hin! Bring ihn um! Du kitzelst ihn ja nur!" Zeichnung von F. Reynolds in "Punch", 1918 (156) [Abb.]: "Wenn die Soldaten nicht solche Dummköpfe wären, würden sie mir schon längst davongelaufen sein" (Fridericus Rex) Zeichnung von George Grosz in "Abrechnung folgt" (157) [Abb.]: Erziehung zur Wehrhaftigkeit Zeichnung (158) [Abb.]: Die Offiziere trinken - die Mannschaft draußen zitterte vor Kälte Zeichnung (159) [Abb.]: Das Kriegsgericht Kupferstich von Jacques Callot (1594 - 1635) (160) [Abb.]: Blutrausch und Geschlecht Zeichnung von P. Nanteuil, Pairs 1916 ( - ) [Abb.]: Der Sturmangriff Zeichnung von Ch. Fouqueray in "L'Illustration", 1915 (161) [Abb.]: Moderne Sklaverei Zeichnung von R. Herrmann in "Bilder aus dem Alltagsleben" (162) [Abb.]: Die Frau des Majors und ihre Zofe Zeichnung (163) [Abb.]: Aus "Sourire de France", 1917 (164) [Abb.]: Französische "Nettoyeurs" an der Arbeit Zeichnung (165) [Abb.]: Aus großer Zeit . und die, denen die Verbindungen zur Kirche, Militarismus und Kapital fehlten, die nahm der Herr zu sich Zeichnung von J. Danilowatz in "Faun", 1919 (166) [Abb.]: Angebunden! Zeichnung (167) [Abb.]: Der Feldherr in der Kaserne und zu Hause Zeichnung (168) [Abb.]: Lustmord im Bilde Aus der Kriegsmappe des französischen Zeichners J. S. Domergue "Die deutschen Greuel" (169) [Abb.]: Aus großer Zeit - Verdiensttauglich! Zeichnung (170) [Abb.]: Wie die Kriegspropaganda arbeitet Dem auf dem Bilde ersichtlichen russischen Unteroffizier sollen die Deutschen die Ohren abgeschnitten haben. (!) Wenigstens wurde das Bild mit diesem Kommentar in einer Anzahl Ententezeitschriften veröffentlicht. Aus "The Graphic", 1915 (171) [Abb.]: Das Spielzeug für brave Kriegskinder (172) [Abb.]: Notzucht Zeichnung von H. Paul, Paris 1916 (173) [Abb.]: Ein französischer Soldat zeigt den Deutschen drüben sein auf Bajonett aufgespießtes Brot Zeichnung eines englischen Soldaten 1916 (174) [2 Abb.]: Kriegslüge und Photographie (1)Die Originalaufnahme, in einer englischen Zeitung veröffentlicht, zeigt den russischen Einfall in Ungarn. (2)Die retouchierte Wiedergabe in der "Wiener Illustrierten Zeitung" soll bereits den Zusammenbruch der Russen in Galizien darstellen. Aus "L'Illustration", 1915 (175) [Abb.]: "Um Gotteswillen, was treibt ihr hier?" - "Wir machen einen Gasüberfall" Aus "Punch", 1916 (176) [Abb.]: Die Streichholzkrise Zeichnung von G. Léonnec, Paris 1917 ( - ) [Abb.]: Knüppelpost, durch die französische Truppen die Deutschen zur Übergabe aufforderten Photographische Aufnahme (177) [Abb.]: Die Rednerkunst im Kriege Holzschnitt (178) [Abb.]: Ist der Krieg schon zu Ende? - Hausfassade mit Kriegsgreueln in Leipzig Photographische Aufnahme, Sammlung A. Wolff, Leipzig (179) [Abb.]: Der Zensor Zeichnung von R. Herrmann in "Glühlichter", Wien 1915 (180) [Abb.]: Vor der Schändung Aus der sadistischen Mappe von J. S. Domergue, "Les Atrocités Allemandes", 1915 (181) [Abb.]: Der Herr hat's gegeben, das Volk hat's genommen Zeichnung von Roland in "Faun", 1919 (182) Achtzehntes Kapitel Die Propaganda Die zwei Kategorien der Haß- und Lügenpropaganda - Haß und Sadismus in Literatur, Kunst und Pornographie - Wie Frauen und Kinder hassen - Die unbeabsichtigte Lüge im Weltkrieg - Massenpsychose in den Franktireurkämpfen - Einige sado-erotische Kriegslügen - Sexuelle Anwürfe gegen den Feind: die "deutsche" Päderastie und die "französischen" Perversitäten (183) [Abb.]: Der Sadismus in Kriegszeichnungen Das Blatt, der Mappe "Les Atrocités Allemandes" von J. S. Domergue entnommen, zeigt die Hinrichtung eines belgischen Soldaten, dem drei Deutsche den Halswirbel brechen. Der Bericht und seine Darstellung sind gleichermaßen bezeichnend für die sadistische Phantasie der Zeit (183) [Abb.]: Die Presse im Kriege Holzschnitt (184) [4 Abb.]: Vier Blätter aus der italienischen Mappe "Danza macabra". Die vor Italiens Kriegseintritt veröffentlichten, gegen alle Kriegsteilnehmer gerichteten Zeichnungen sind ausgesprochen sadistischer Art (185) [Abb.]: Deutsche Gedenkmünze - der Haßgesang in Metall Sammlung A. Wolff, Leipzig (186) [Abb.]: Der Triumph des Hasses Zeichnung von Gordon M. Forsyth in "Labour Leader", 1915 (187) [Abb.]: Eine typische deutschfeindliche Hetzkarikatur Zeichnung von Emilio Kupfer in "Critica", Buenos Aires, 1915 (188) [2 Gedichte]: (1)Richard Dehmel wird nicht leugnen können, daß er einmal ein Gedicht geschrieben hat "An mein Volk": (2)Heute ist er Freiwilliger geworden und seine Begeisterung entzündet sich an dem Bersten des Schrapnells, an dem Zerschmettern des Fendes: (188) [Abb.]: "Wie sie Krieg führen!" Hetzgemälde (189) [Gedicht]: So kommt Arno Holz zu seinem "deutschen Schnadahüpfel": (189) [Gedicht]: Erwähnt sei noch H. Vierordts Aufruf "Deutschland, hasse"! (190) [Abb.]: Beitrag zur Franktireurpsychose: In Nordfrankreich werden Geiseln ausgehoben Plakat aus der Sammlung A. Wolff, Leipzig (190) [Lied]: So, Sudermann, der über Nacht zum Bänkelsänger geworden war, mit einem Lied, das, von Humperdinck vertont, im Berliner Theater des Westens unter lebhafter Beteiligung des Publikums vorgetragen wurde: (190) [Abb.]: Neun Deutsche und eine Französin Aus der sadistischen Kriegsmappe "Les Atrocités Allemandes" (191) [Lied]: Das Lied, als dessen Herausgeber die "Vereinigung der Kunstfreunde" zeichnet, lautet: (191) [Gedicht]: Alfons Petzold schreibt: (191) [3 Gedichte]: (1)So feuerte ein dichtfroher französischer General, der wahrscheinlich niemals in der Kampflinie war, dafür aber allem Anschein nach als Sadist anzusprechen ist, seine Soldaten mit folgenden Versen zum Kampfe an: (2)Und in einem anderen "Chanson de route" überschriebenen Gedicht: (3)Der Choral der Gepeitschten. (192) [Abb.]: Flieger über Paris Zeichnung von A. Vallée in "La Vie Parisienne", 1918 ( - ) [Abb.]: Wie sie sich begeilen Zeichnung aus der sadistischen Hetzmappe von J. S. Domergue "Die deutschen Greuel", Paris 1915 (193) [Abb.]: Die Schreckensnacht in Löwen Französische Propagandapostkarte (194) [Abb.]: Die französische Propaganda gegen deutsche Waren. "Der Boche, der gemordet und geplündert hat und der Geschäftsvertreter, der seine Ware anbietet, sind ein und dieselbe Person" Nach dem Original im "Musée Leblanc", Paris (195) [Abb.]: Unterhaltung in Mußestunden Hetzkarikatur aus dem italienischen Kriegsalbum "Gli Unni e gli altri", Mailand 1915 (196) [Gedicht]: Wir zitieren als Beispiel ein Gedicht von Pierre Chapelle aus dem Jahre 1917 "L'horrible conception": (197) [Abb.]: Ein Beitrag zum Stahlbadhumor: Eine als Postkarte verbreitete Todesanzeige (198) [Abb.]: Das französische Mobilisierungsplakat in der Pariser Straße. Darunter gleich ein Plakat der Hetzpropaganda Archives photographiques d'art et d'histoire, Paris (199) [Abb.]: Die Stunde des Morgenhasses bei einer deutschen Familie Aus "Punch", 1915 (200) [Abb.]: Serbischer Knabe als Soldat Photo aus "La France héroique", Éd. Larousse, Paris (201) [Abb.]: Wie Kinder hassen! Zeichnung eines achtjährigen griechischen Mädchens. Der niedergestochene Feind ist ein Bulgare Aus "Fantasio", 1916 (202) [Abb.]: Helden fern vom Schuß "Haltet stand, ihr tapferen Soldaten - wir verspritzen begeistert unsere beste Tinte - tut ihr dasselbe mit eurem Blut!" Zeichnung von R. Herrmann, 1915 (203) [Lied]: Fast alle von uns hatten Frauen oder Geliebte, die zu Hause auf uns warteten, und es war ergreifend, eine Schar von Männern, deren Leben neun Pence von einem Pfund wert war, die Ballade singen zu hören: (203) [Lied]: Im übrigen stehe hier das unbestritten beliebteste und meistgesungene Lied der amerikanischen und englischen Soldaten des Weltkrieges, eine prächtige Blüte der Friedenssehnsucht: (203) [Abb.]: Englische Unschuld "O Mutter, ich möchte so gerne ein Engel sein!" - "Warum?" - "Weil ich dann fliegen und Bomben auf die Germans werfen könnte!" Aus "Punch", 1915 (204) [Abb.]: Von Pferden zerrissen Die Zeichnung, aus der sadistischen Hetzmappe von J. S. Domergue, "Die deutschen Greuel", zeigt die Hinrichtung eines französischen Offiziers, die zwar gemeldet wurde, aber natürlich niemals stattfand (205) [Abb.]: Russische Kinder spielen Soldaten Photo aus "Solnze Rossij", Petrograd 1915 (206) [Abb.]: Pariser Straßenplakat für einen deutschfeindlichen Roman aus den ersten Kriegswochen, von Abel Truchet Nach dem Original im Musée Leblance, Paris (207) [Abb.]: Die Französin zum französischen Offizier: Bring mir einen neuen Gummibusen aus Paris - der alte ist kaputt." - Der Offizier: "Ich schicke ihn ins Kriegsmuseum - es heißt ohnedies, die Deutschen schneiden unseren Frauen die Brüste ab!" Zeichnung (208) [Abb.]: Der erotische Kitsch in der Kriegspostkarten-Industrie der Entente ( - ) [Abb.]: Wo die Kriegsgreuel erfunden wurden Zeichnung (209) [Abb.]: Mit den Augen des italienischen Kriegskarikaturisten Zeichnung von Cesare Piris, 1916 (210) [4 Abb.]: Indische Kriegskarikaturen (1)Deutschland wird erdrosselt (2)Der britische Löwe und der Hunne (3)Indien betet für Englands Sieg (4)Indien und England einig Aus dem Witzblatt "The Hindi Punch", Bombay 1916 (211) [Abb.]: Feuilletonisten an die Front! "Behalten werden sie uns gewiß nicht. Wie könnten wir denn die Psychologie des Schützengrabens täglich beschreiben, wenn wir sie einmal selbst erleben müßten?" Zeichnung von Carl Josef in "Muskete", 1915 (212) [Abb.]: Anzeige einer Ausstellung über die "deutschen Verbrechen" in Paris (1917) Archives photographiques d'art et d'histoire, Paris (213) [Abb.]: D'Annunzios Manuskript zu seinem beim Flug über Wien abgeworfenen Flugzettel (214) [Abb.]: Der englische Schauspieler Salisbury als Wilhelm II. in einer englischen Kriegsposse, 1915 in London aufgeführt Phot. Foulshalm & Bonfield (215) [Abb.]: Die niedliche Marneschlacht Zeichnung von Hansi, 1915 (216) [Abb.]: Die Vergewaltigung Serbiens Nach einem Gemälde (217) [3 Abb.]: Das Hinterland soll Tabak, Zucker und Leder sparen! Plakatentwürfe französischer Schulkinder (218) [Gedicht]: Auch ein französisches, in einem Schulbuch abgedrucktes Gedicht von Flament berichtet in schlichten Worten: (218) [Abb.]: Der Haßgesang! Zeichnung von David Winar, London 1915 (219) [Abb.]: Plakat einer Ausstellung des begabten Kriegszeichners und Deutschenhassers Louis Raemaekers in Paris (1916) Archives photographiques d'art et d'histoire, Paris (221) [Abb.]: Französisches Plakat gegen den Ankauf deutscher Waren Nach dem Original im Musée Leblance, Paris (223) [Gedicht]: Ponsonby zitiert ein patriotisches Gedicht aus einem erst kürzlich erschienenen Band, worin die Leistungen des englischen Heeres im Kriege also gefeiert werden: (224) [Abb.]: Eine Kundgebung englischer Kinder zugunsten des freiwilligen Eintritts in die Armee - (Auf der Tafel "Mein Papa ist an der Front!") Aus "Illustrated London News", 1915 (224) [Abb.]: Erotische Karikatur auf die Entente Der Lord-Ober des Nachtcafés zum Viererverband: "Meine Herren, verhalten Sie sich nicht gar so neutral. Die Damen verlangen kein Geld, sondern bezahlen sogar ihre Liebhaber." Zeichnung von G. Stieborsky in "Muskete", September 1915 ( - ) Neunzehntes Kapitel Die Verrohung Regression als Kriegsfolge - Das Verhältnis der kriegsführenden Menscheit zum Tode - Schmutz und Laus im Schützengraben - Alkohol und Nikotin im Kriege - Verbrecher und Psychopathen in den Heeren - Religiöse Wiedergeburt oder Hochkonjunktur im Aberglauben? - Die erotische Verrohung (225) [Abb.]: Verrohung im Bilde Französische Karikatur auf die Fleischnot in Deutschland. Aus "La Baionnette", 1916 (225) [Abb.]: Englisches Familienidyll zur Kriegszeit - Die Damen wetteifern in der Herstellung von Dumdumgeschossen Aus dem "Simplicissimus", 1914 (226) [Abb.]: Kosaken verfolgen deutsche Soldaten, die in einem polnischen Dorf - Gänse requiriert haben Zeichnung von J. Waldimirow in "The Graphic", 1916 (227) [Abb.]: Der Papst und das Diplomatenkorps aller Länder beten in Rom für den Frieden Photographische Aufnahme (1915) (228) [Abb.]: Die beiden Geschlechter im Kriege Zeichnung von D. R. André in "Glühlichter", Wien 1915 (229) [Abb.]: Battisti und seine Henker Eine berühmte Aufnahme, die in Italien zu Ehren Battistis, in Österreich zur Abschreckung vor Landesverrat massenhaft als Postkarte verbreitet wurde (230) [Abb.]: "Herr Huber, n'Großvater haben's g'halten!" Zeichnung von D. R. André in "Glühlichter", Wien, 1915 (231) [Abb.]: So gebet dem Kaiser, was des Kaisers ist - und Gott, was Gottes ist Zeichnung (232) [2 Abb.]: (1)Der Segen Zeichnung (2)Nenette und Rintintin, die wundertätigen Fetische der französichen Soldaten Aus "La Baionnette", 1918 (233) [Abb.]: Ein italienischer Priester segnet die Kanone Photographische Aufnahme, in "The Graphic", 1916, mit folgendem Zitat aus einer Rede Salandras veröffentlicht: "Ein atavistischer Rückfall in primitive Barbarei ist viel schwerer für uns, die wir zwanzig Jahrhunderte Kultur mehr hinter uns haben, als unsere Gegner" (234) [Abb.]: Eisernes Kreuz als Verzierung überall Eine kleine Kollektion von Kriegsgeschmacklosigkeiten (235) [Abb.]: Weihnachtsverbrüderung zwischen französischen und deutschen Soldaten Zeichnung eines französischen Frontsoldaten (1915) (236) [Abb.]: Russische Popen besprengen die Truppen vor dem Abgang an die Front mit Weihwasser Zeichnung von A. Garratt in "The Graphic", 1915 (237) [Abb.]: Der Feldkurat Zeichnung (238) [Abb.]: Die Kirche im Krieg Holzschnitt (239) [Abb.]: Kriegsannonce einer Wiener Likörfabrik (240) [Abb.]: Kriegskinder spielen Bilderbogen von Raphael Kirchner, Paris 1916 ( - ) [Abb.]: "Der Weg des Ruhmes" Französische Greuelkarikatur auf die Trunksucht im deutschen Heer. Aus "Le Rire Rouge", 1915 (241) [Abb.]: Läuse fraßen im Schützengraben den Soldaten auf - im Hinterland boten sie Anlaß zu solchen Spässen (242) [Abb.]: Gesellschaftsspiel bei der Kriegsmarine Zeichnung eines Kriegsteilnehmers in der Sammlung des Instituts für Sexualwissenschaft, Berlin (243) [Abb.]: Granatformen zum Hausgebrauch Photo aus "Geschichte des Völkerkrieges", Verlag Müller Nachf., Soest (244) [Abb.]: Mensch, Gott und Gaskrieg Szene aus dem russischen Film "Der Mann, der sein Gedächtnis verlor" (245) [Abb.]: Fronleichnamsgebet in einer deutschen Bomben beschädigten Kirche Zeichnung von J. Simont in "L'Illustration", 1918 (246) [Abb.]: Das Spiel mit Leichenteilen im Schützengraben Kriegsphantasie von L. Gedö 1916 (247) [Abb.]: Kriegsreklame einer ungarischen Bierbrauerei Plakat in der Sammlung der Nationalbibliothek, Wien (248) [Abb.]: Der Tschiksammler - ein Typus aus der Zeit der Tabaknot im Hinterland Zeichnung von R. Herrmann, 1917 (249) [Abb.]: Kinder hinter der französischen Front werden mit Gasmasken ausgerüstet (250) [Abb.]: Seite aus einem von Bédier in Faksimile veröffentlichten deutschen Soldatentagebuch, deren Inhalt sich auf Vergewaltigung bezieht Aus Bédier, Les crimes allemandes, Paris 1915 (251) [Abb.]: Einzug in eine polnische Stadt Zeichnung (252) [Abb.]: "Wie stolz sie einmal in der Heimat auf ihren Sieg sein werden!" Zeichnung aus "La Baionnette", 1916 (253) [Abb.]: Das Begräbnis zweier von Zeppelins getöteter Kinder Photographische Aufnahme (254) [Abb.]: Eine Strecke des Weges der deportierten Armenier, in der Nähe von Angora Sammlung des Mechitaristenstiftes, Wien (255) [Werbung]: Setzen wir also die Original-Anzeige hierher: (255) [Abb.]: Frauenraub Zeichnung (256) [Abb.]: Wilhelm II. in der russischen Karikatur. (Man beachte das Überwiegen des tierisch-satanistischen Elementes!) Fünf Blätter aus der Mappe "Wojna russkich s njemzami", Petrograd 1915 ( - ) [Abb.]: Worüber der Klerus sich ausschweigt: die Armeniergreuel Zeichnung (257) [Abb.]: "'s war so a zwölf vom 36 er Regiment" Zeichnung (258) [Abb.]: Szene aus dem Balkankrieg Zeichnung aus der Bildermappe "Balkangreuel" (259) [Abb.]: Der "Koltschaksche Handschuh" Koltschaksche Truppen zogen Gefangenen die Haut von den Händen und ließen ihre Oper verbluten. Originalphotographie (260) [Abb.]: "Bordell und Notzuchtslegende" Zeichnung (261) [Abb.]: "Die will ich haben!" Aus "Los desastres de la guerra" (262) Zwanzigstes Kapitel Grausamkeit und Sadismus im Weltkrieg Moderne und historische kriegsgreuel - Mordlust, Lustmord und Verstümmelung - Die primitiven Völker - Südslawische Kriegsbräuche - Die Armeniergreuel - Die Notzucht im Weltkrieg und die Frauen - Das Kapitel der Kriegskinder (263) [Abb.]: Der Zeppelin kommt! Pariser Straßenszene aus dem Kriege. Zeichnung von H. Lanos in "The Graphic", 1915 (263) [Abb.]: "Siehst du, Jumbi, zu uns kommen diese weißen Leite und predigen Nächstenliebe und sie selber töten hundertmal mehr, als sie auffressen können" Zeichnung von R. Herrmann in "Glühlichter", Wien 1915 (264) [Abb.]: In London lehrt man die Kinder, wie sie sich bei Zeppelinüberfällen zu verhalten haben Photographische Aufnahme (265) [Abb.]: Krieg! Zeichnung aus dem Balkankriege. Sammlung Prof. Fr. S. Krauss, Wien (266) [Abb.]: Serbien 1915 Nach einem Gemälde (267) [Abb.]: Der Neger mit der Zahnbürste Federzeichnung eines französischen Soldaten (268) [Abb.]: Vergast Zeichnung von Steven Spurrier in "The Graphic", 1915 (269) [Abb.]: Opfer des Ruhmes: Mangels Kohlen wirft Frankreich seine 17 jährigen ins Feuer Aus "Lustige Blätter", 1917 (270) [Abb.]: Die Zeppelins im Anzug! Zeichnung von David Wilson in "The Graphic", 1915 (271) [Abb.]: Gasvergiftete Soldaten, halb wahnsinnig, winden sich auf dem Boden vor dem Feldlazarett Photographische Aufnahme, Sammlung A. Wolff, Leipzig (272) [Abb.]: Zimmer in einem belgischen Schloß Photographische Aufnahme, Sammlung A. Wolff, Leipzig (273) [Abb.]: "Kolossal! Auch Frauen und Kinder gibt's darunter!" Französische Propagandapostkarte, Sammlung A. Wolff, Leipzig (274) [Abb.]: Der Zukunftskrieg Zeichnung (275) [Gedicht]: dann leistete er aber auch noch ein übriges: (275) [Abb.]: Eine Frau in Verdun Aus "The Graphic", 1916 (276) [Lied]: fing laut zur allgemeinen Erheiterung seiner Kampf- und Leidgenossen folgendes Lied zu singen an. Es ist eigentlich eine Verhöhnung des Krieges. (277) Sonstiges (277) [Abb.]: Der Sohn des Grauens Zeichnung von Michael Gábor, 1915 (278) [Abb.]: Mord aus der Luft Zeichnung (279) [Abb.]: Kreuzland, Kreuzland über alles: Die Waisen Zeichnung (280) [Abb.]: Wenn Deutschland Bulgarien als Verbündeten weiterhaben will, so muß es sich in die Rolle Salomos versetzen und entscheiden, ob das Kind (Dobrutschka) entzweigeschnitten werden soll, wie die Türkei es will, oder lebendig seiner wahren Mutter übergeben werden soll Aus einem bulgarischen Kriegsbilderbogen, Sammlung A. Wolff, Leipzig (281) [2 Abb.]: (1)Französisches Plakat Zur Ankündigung bombenfester Keller (2)Der Krieg mordet die Symbole des Friedens Kundmachung der deutschen Kommandantur in Kowno Sammlung A. Wolff, Leipzig (282) [Abb.]: Der frisch-fröhliche Gaskrieg Zeichnung (283) [Abb.]: Stilleben in Schabatz nach Abzug des österreichischen Heeres Aus "L'Illustration", 1915 (284) [Lied]: ein altes Lied, das über die meuchlerische Ermordung des Cengic Smailaga durch die Schwarzenbegler berichtet. Da heißt es: (284) [Abb.]: Ein Kriegskind von Soldaten in den Trümmern eines abgebrannten Hauses aufgefunden Belgische Postkarte, Sammlung A. Wolff, Leipzig (285) [Abb.]:"Sie gehen schon wieder von Wien fort?" - "O ja, und wie gern! Sie müssen nämlich wissen, daß die wienerische Gemütlichkeit jetzt in Galizien ist." Zeichnung von Willy Stiborsky in "Muskete", 1915 (286) [Abb.]: Wie die "wienerische Gemütlichkeit" in Galizien aussah Wegen angeblicher Spionage gehenkte Frauen Photographische Aufnahme (287) [Abb.]: Der deutsche Olymp: Mars in neuer Rüstung Karikatur auf den Gaskrieg von J. Kuhn-Régnier in "Fantasio", 1916 (288) [5 Abb.]: Plakate der ungarischen Revolution und Gegenrevolution Obere Reihe: (1)1. Gegen den k. u. k. Stadtkommandanten von Budapest, Lukacsics, der knapp vor dem Umsturz eine große Anzahl Deserteure hinrichten ließ. (2)2. "Zu den Waffen!" Aufruf zum Eintritt in die Rote Armee der Räteregierung. - Untere Reihe: (3)1. Wahlplakat der Sozialdemokraten unter der Károlyi-Regierung. (4)2. "Schufte! Habt ihr das gewollt?" Plakat zur Proklamation der Räteregierung. (5)3. "Sie waschen sich." Plakat der Reaktion nach dem Sturz der Räteregierung. ( - ) [Abb.]: Armenische Bäuerinnen auf dem Weg zur arabischen Wüste Sammlung des Mechitaristenstiftes, Wien (289) [Abb.]: Deportierte armenische Kinder in der Wüste, dem Hungertod entgegenharrend Sammlung des Mechitaristenstiftes, Wien (290) [Abb.]: Auf dem Wege zur Deportation verhungerte Armenier Sammlung des Mechitaristenstiftes, Wien (291) [Abb.]: Die Armeniergreuel Englische Karikatur aus "Punch", 1916 (293) [Abb.]: Eine armenische Mutter, die mit ihren zwei Kindern verhungert am Wege liegen lieb Aufnahme deutscher Soldaten in der Türkei, 1915 Sammlung des Mechitaristenstiftes, Wien (295) [Abb.]: Die Kinder hungern Zeichnung (297) [Abb.]: "Wer ist der Vater?" Zeichnung (299) [2 Gedichte]: (1)Ein französisches Gedicht sagt: (2)So jung die Wissenschaft der Sexualpsychologie, so alt ist diese Erkenntnis, die schon vor zweitausend Jahren den Liebeslehrer Ovid seine Jünger den Rat erteilen läßt: (300) [Abb.]: Die "deutsche Notzucht" Zeichnung in "Le Mot",1915 (301) [Abb.]: "Mir scheint, du bist nur ein Kaffehaus-Schwarzer - Herzklopfen könnte man bei dir auch nicht bekommen" Zeichnung (302) [Abb.]: Liebesszene Zeichnung (303) [Abb.]: Tröste dich Kleine, wir werden sagen, ein Deutscher hätte dich vergewaltigt!" Zeichnung ( - ) [Abb.]: U-Boot-Ungeheuer Zeichnung von H. Lanos in "The Graphic", 1915 (305) [Abb.]: Die Opfer eines deutschen Fliegerüberfalles im Dezember 1914: ein Hirt und zwei Lämmer Photographische Aufnahme (306) [Abb.]: Die Nacht des Urlaubers - Zeppelinalarm in Paris Zeichnung von C. Hérouard in "La Vie Parisienne", 1918 (307) Einundzwanzigstes Kapitel Die Erotik der Umsturzzeit Die Frauen in der Revolution - Russische Liebesleben im Krieg und Bürgerkrieg - Der Sadismus in der Gegenrevolution - Prostitution und Liebesleben im besetzten Rheinland - Schwarze Schmach und Reparationskinder (309) [Abb.]:Ordnung und Ruhe Zeichnung (309) [2 Abb.]: (1)Die Revolution ist der Friede Zeichnung von R. Minor, New York (2)Verbrüderung zwischen deutschen und russischen Soldaten an der Dünaburgfront, während Miljukow den Krieg bis zum Siege fortsetzen will ("A. I. Z.") (310) [Abb.]: Der letzte Strich des Zensors Zeichnung von Trier in "Lustige Blätter", 1919 (311) [Abb.]: Feindliche Flugblätter ermutigen zur Revolution Sammlung A. Wolff, Leipzig (312) [Abb.]: Feindliche Flugblätter ermutigen zur Revolution Sammlung A. Wolff, Leipzig (313) [Abb.]: Illegale deutsche Zeitungen während des Krieges (314) [2 Abb.]: (1)Ein Fetzen Papier Aus "Lustige Blätter", 1919 (2)Postkarte aus dem ersten Nachkriegswochen Sammlung A. Wolff, Leipzig (315) [2 Abb.]: (1)Aus den Januartagen Berlins Photographische Aufnahme (2)Berlin, Januar 1919 Photographische Aufnahme (316) [Abb.]: Berliner Straßenbild aus den Tagen der Bürgerkrieges Photographische Aufnahme (317) [Abb.]: Der Bürgerkrieg Aus "Die Pleite", Zürich 1923 (318) [2 Abb.]: (1)Szene aus dem Bürgerkrieg in Mitteldeutschland Photographische Aufnahme (2)Im Zweifel "Mein Gott, wenn ich nur wüßte, ob das eine Filmaufnahme oder ein Putschversuch ist." Aus "Lustige Blätter", 1919 (319) [Abb.]: Arbeitslos durch die Revolution Zeichnung von S. Heilemann in "Lustige Blätter", 1918 (320) [Abb.]: Die Dame und der Rotarmist Zeichnung ( - ) [2 Abb.]: (1)Ansichtskarte aus München 1918 Sammlung A. Wolff, Leipzig (2)Auf dem Strich der Verfassung Politische Karikatur aus dem Jahre 1919 (321) [2 Abb.]: (1)Krieg und Frieden Karikatur (2)Auf dem österreichischen Aussterbeetat Zeichnung von F. Goebel in "Faun", 1919 (322) [2 Abb.]: (1)Die Ententemission in Wien arbeitet Zeichnung von K. Benedek in "Faun", 1919 (2)Plakat gegen das Frauenwahlrecht Zeichnung (323) [Abb.]: "Nach uns der Kommunismus!" Zeichnung von George Grosz in "Die Pleite", 1924 (324) [2 Abb.]: (1)"Jetzt soll s' kommen, die Volksehr, ich bin gewappnet." Zeichnung von F. Goebel in "Faun", 1919 (2)Deutsches Wahlplakat Sammlung A. Wolff, Leipzig (325) [2 Abb.]: (1)Clémenceau:"Wie, Sie gehen mit der neuen Gesellschaft schwanger? Die werde ich Ihnen schon abtreiben!" Aus "L'Assiette au Beurre", 1919 (2)Der Friede, eine Idylle Zeichnung (326) [Abb.]: Der Friedensathlet Russische Karikatur (327) [2 Abb.]: (1)Ein Kommunist "Laßt sie doch sozialisieren, Kinder, laßt sie doch sozialisieren! Ich besitze nichts weiter im Überfluß wie Gallensteine, und die teil' ich gerne!" Zeichnung von F. Jüttner in "Lustige Blätter", 1919 (2)Das französische Siegesplakat "Clémenceau und Foch haben sich um das Vaterland verdient gemacht." Archives photographiques d'art et d'histoire, Paris (328) [Abb.]: Dublin nach sieben Tagen Revolution Aus "Illustrated London News", 1916 (329) [Abb.]: Der Zeichner als Prophet Die Stimme Ludwig XVI.: "Sie froh, Romanow! Kerenski ist kein Robespierre!" Zeichnung von Trier in "Lustige Blätter", 1917 (330) Nach Rasputins Tod Die Petersburger Fürstinnen 1 bis 6: "Ja, ja, mein Kind, nun hast du keinen Vater mehr!" Zeichnung von G. Müller-Schulte in "Lustige Blätter",1917 (331) [Abb.]: Zar Nikolaus II. im russischen Hauptquartier Aus "L'Illustration", 1917 (332) [Abb.]: Wenn der russische Bär Angst kriegt Aus "Glühlichter", 1915 (333) [Abb.]: In Petersburg Der Adjutant: "Majestät, wozu hier diese Fortifikationen? Nach Petersburg wird doch die deutsche Armee nicht kommen." Der Zar: "Die deutsche nicht, aber die russische." Zeichnung aus "Labour Leader", 1915 (334) [2 Abb.]: (1)General Wrangel wäscht sich die Hand Zeichnung von George Grosz in "13 Jahre Mord" (2)Von Koltschak ermordete russische Bauern Aus "An Alle", 10 Jahre Sowjetunion (335) [Abb.]: Der Auftakt zur russischen Revolution: Das Volk Petersburgs plündert Lebensmittelgeschäfte ("A. I. Z.") (336) [2 Abb.]: Bilder aus den Tagen der gegenrevolutionären Ausschreitungen in Ungarn Zeichnungen ( - ) [2 Abb.]: (1)Ein Typus aus dem Todesbataillon Kerenskis Aus dem russischen Film "10 Tage, die die Welt erschütterten" (2)Auf der Strecke des russischen weißen Terrors Russische Zeichnung (337) [2 Abb.]: (1)Eine Tapfere aus Kerenskis Frauenbataillon Aus dem russ. Film "10 Tage, die die Welt erschütterten" (2)Der russische Bourgeois: "Die Arbeiter essen Kaviar, denen geht's gut!" Aus der russischen Zeitschrift "Krassnaja Niwa" (Rote Wiese) (338) [Abb.]: Starkes und schwaches Geschlecht in der russischen Revolution Zeichnung (339) [2 Abb.]: (1)Die Budapester Ententemissionen melden: "In Ungarn gibt es keinen weißen Terror." Zeichnung von Vértes, 1919 (2)Transdanubische Landschaft 1919 Zeichnung von Vértes in "Bilder aus der ungarischen Hölle" (340) [4 Abb.]: Köpfe aus der russischen Revolution (1)Lenin (2)Lunatscharski (3)Tschitscherin Zeichnungen von Paul Robert in ""L'Illustration", 1918 (4)Plakat mohammedanischer Frauen in Taschkent für die Gleichberechtigung Aus "Das neue Rußland", 1927 (341) [2 Abb.]: (1)Titelblatt einer Broschüre über den Fall der Frau Hamburger, die nach dem Sturz der Budapester Räteregierung Opfer des gegenrevolutionären Sadismus wurde (2)Antisemitisches Plakat der ungarischen Gegenrevolution nach dem Sturz der Räteregierung. Die Figur auf dem Bilde soll Szamuely darstellen. Die Aufschrift lautet: "Haben wir dafür gekämpft?" Sammlung A. Wolff, Leipzig (342) [Abb.]: Liebesszene aus den Tagen der ungarischen Gegenrevolution Zeichnung (343) [Abb.]: Propagandapostkarte von Matejko Sammlung A. Wolff, Leipzig (344) [Abb.]: Rheinland 1919 Zeichnung (345) [Abb.]: Titelseite eines im besetzten Rheinland von Deutschen herausgegebenen französischen Witzblattes Sammlung A. Wolff, Leipzig (346) [4 Abb.]: (1)(2)Die Ruhrbesetzung Französisches Plakat und deutsche Antwort Sammlung A. Wolff, Leipzig (3)(4)Erotischer Notgeldschein, sogenannte Ruhrtaler Sammlung A. Wolff, Leipzig (347) [Abb.]: Gebet des Besatzungskommandanten: "Lieber Gott, gib, daß die Deutschen möglichst lange nicht zahlen!" Aus "Le Rire du Poilus", 1923 Sammlung A. Wolff, Leipzig (348) [Abb.]: Offiziere und Gemeine im französischen Besatzungsheer am Rhein Zeichnung von Jacquement in "Le Rire du Roilus", 1923 (349) [Abb.]: Lorelei: "Jetzt weiß ich, was soll es bedeuten, daß ich so traurig bin!" Aus "Lustige Blätter", 1919 (350) [2 Abb.]: (1)"Und die deutschen Frauen am deutschen Rhein, Sie haben den Schwarzen zu Willen zu sein." Aus einem Flugblatt zu den preußischen Landtagswahlen 1921 (2)Nach dem Abzug der Engländer aus dem Rheinland "Unser Vaterland kann mit uns zufrieden sein. Wir haben dafür gesorgt, daß die Reparationszahler in Deutschland nicht alle werden." Zeichnung von Faludy in "Der Götz von Berlichingen", Wien 1930 (351) [Abb.]: Titelseite des deutschen Flugblattes "Notruf" gegen die schwarze Schmach Sammlung A. Wolff, Leipzig (352) [Abb.]: Der schwarze Sturm Zeichnung ( - ) [Abb.]: Postkarte gegen die schwarze Schmach Sammlung A. Wolff, Leipzig (353) [Abb.]: Jumbo, der Frauenfresser Zeichnung (355) [Abb.]: Postkarte gegen die schwarze Schmach Sammlung A. Wolff, Leipzig (356) [Abb.]: Plakat gegen die schwarze Schmach Sammlung A. Wolff, Leipzig (357) Zweiundzwanzigstes Kapitel Die Inflations- und Nachkriegsjahre Der Sinnestaumel: Heiratswut, Tanzepidemie, Rauschgiftseuche, Prostitution und Mädchenhandel nach dem Kriege - Erotische Straßenliteratur - Die Sexualreform und ihre Verwirklichung in Rußland - Die neuen Frauentypen: Flapper, Garçonne und die Frau von morgen (359) [Abb.]: Die Heimkehr der Vertriebenen Radierung (359) [Abb.]: Zweierlei Arbeitslose: Drinnen und draußen Zeichnung von J. Danilowatz in "Der Götz von Berlichingen", Wien 1919 (360) [Abb.]: Das Valuta-Mädel "Mein Schwede ist abgereist - nun kann ich mir zehn Deutsche suchen" Aus "Lustige Blätter", 1920 (361) [Abb.]: Nachkriegsidyll Zeichnung (362) [Abb.]: Das Morphium Zeichnung (363) [Abb.]: "Kindertransport" nach Rumänien (zum Thema: Mädchenhandel in der Nachkriegszeit) Zeichnung von F. Bayros, 1919 (364) [Abb.]: Der ertüchtigte Frauenkörper "Ihre Schwächen zeigt sie natürlich nicht öffentlich" Zeichnung von V. Weixler, 1920 (365) [Abb.]: Der Tanz auf dem Vulkan "Der Tanz ist wunderbar, bloß der Boden ist etwas heiß" Zeichnung von Lutz Ehrenberger in "Lustige Blätter", 1919 (366) [8 Abb.]: Der neue Anzug - eine Inflationstragödie (1)Bei noch so wenig Körperfülle bracht man dafür doch eine Hülle. (2)Der Anzug paßt von vornherein nicht gut in das Budget hinein. (3)Zu Ankaufszwecken meistens wir ein Pump und Vorschuß kombiniert. (4)Doch auch beim sorgsamsten Kalkül trifft heut kein Vorschuß in das Ziel. (5)Die Audienz beim "Kleiderkönig" ergab: das Geld ist viel zu wenig. (6)Man spart und wird beim Sparen reifer, doch auch der Kurs wird täglich steifer. (7)Die Kronen türmen sich zuhauf, doch nie langt's für den Kleiderkauf (8)Der neue Anzug blieb ihm fremd 's langt nicht mal mehr aufs Sterbehemd. Zeichnungen von L. Kmoch, Text von F. J. Gribitz, in "Faun", 1920 (367) [Abb.]: Soziale Umschichtung Der ehemalige Kriegslieferant auf der Heimfahrt von der Auktion: "Ja. den Galawagen hab ich gut gekauft, Rosalinde - ich fürchte bloß, sie wern uns mal für Wilhelm und Auguste halten!" Aus "Lustige Blätter", 1919 (368) [Abb.]: Rassenmischer Krieg Zeichnung ( - ) [Abb.]: Auch die Revolution hat ihr Gutes Der Kriegsgewinner in der Hofloge: "Laura, das Publikum guckt her, verneige dich huldvoll!" Zeichnung von Lutz Ehrenberger in "Lustige Blätter", Dezember 1918 (369) [Abb.]: Rassenmischung Von der Verbrüderung der Rassen halt' ich nichts. Höchstens die Babys hätten als Zebras eine schöne Varietézukunft Zeichnung (370) [2 Abb.]: (1)Das Geheimnis Aus einer Mappe der Nachkriegserotik (2)Der Tanz der Gonokokken "Womit jemand sündigt - damit wird er geplagt" Zeichnung von Rob im "Faun" 1919 (371) [Abb.]: Freut euch des Lebens! Zeichnung von George Grosz in "Abrechnung folgt" (372) [Abb.]: Umsturzphilosophie "Heute müssen wir uns einen Rausch antrinken, daß wir die vielen Heimkehrer ein bißchen vergessen" Zeichnung (373) [Abb.]: Im Wartezimmer des Spezialisten Zeichnung (374) [Abb.]: Der Krieg geht in den Familien fort Zeichnung (375) [Abb.]: Der Triumphzug der Jazz Zeichnung (376) [2 Abb.]: (1)Kinderfürsorge in den Sowjetstaaten Die Moskauer Sammelstelle für Muttermilch, wo die säugenden Mütter ihren Überfluß an Milch abgeben (2)Frauensport in Sowjetrußland Russische Athletinnen trainieren zur Spartakiade ("A. I. Z.") (377) [2 Abb.]: (1)Die russische Propaganda gegen die kirchliche Trauung Zeichnung (2)Die russische Bäuerin verheizt die Ikone Zeichnung von Deni in "Bezboschnik" 1926 (378) [Abb.]: Frau Schesterkina vom Stamme der Mordwinen als Delegierte auf einem Sowjetkongreß (379) [2 Abb.]: (1)Die Orientalin verhöhnt den alten Muselmann Karikatur von Deni in "Bezboschnik" 1924 (2)Mutterschaftsfürsorge in der Sowjetunion Aus "Mahnruf" 1930 (380) [2 Abb.]: (1)Die russische Schriftstellerin Sejfullina Aus "Das neue Rußland", 1927 (2)Eine berühmte russische Militärfliegerin: Nadeshda Sumarokowa Aus "Mahnruf" 1930 (381) [2 Abb.]: (1)Russische Arbeiterin lernt mit dem Gewehr umgehen Photographische Aufnahme (2)Die Sowjetdiplomatin und Schriftstellerin Kollontaj Karikatur von Paul Robert (Moskau, 1918) (382) [3 Abb.]: (1)Kinderfürsorge in Sowjetrußland Plakat gegen "schmutzige Kleidung, schlechte Ammen, dunkle Räume, schlechte Luft" (2)Russisches Fürsorgeplakat. "Warum trinkst du meine Milch ? Nährt dich denn deine Mutter nicht ?" (3)Säuglingsrevolution auf einem Sowjetplakat. "Wir verlangen: Schutz vor Fliegen, trockene saubere Windeln, Muttermilch, frische Luft und Sonnenlicht, gesunde Eltern!" Aus Rußland, Neuer Deutscher Verlag (383) [2 Abb.]: (1)Die muselmannische Frau auf dem Wege aus dem Harem Zeichnung von Deni aus "Bezboschnik" 1924 (2)Die antireligiöse Propaganda in Rußland Der Zeichner macht sich über das jüdische Osterzeremoniell lustig Zeichnung von Deni in "Bezboschnik" 1925 (384) [Abb.]: Tanzwut Zeichnung ( - ) [Abb.]: Die Frauenemanzipation in Rußland Samojedische Delegierte aus dem äußersten Norden der Sowjetunion auf einem Moskauer Parteikongreß Aus "Das neue Rußland" (385) [3 Abb.]: (1)Die Befreiung der Orientalin Russische Zeitung (2)Den Schleier nieder! Die Befreiung der Orientalin Zeichnung von Deni in "Bezboschnik" 1926 (3)Die russische Kirche und die Frauen Russische Karikatur (386) [2 Abb.]: (1)Russische Mutter zapft sich Milch für darbende Säuglinge ab. Die so gewonnene Muttermilch wird von der Moskauer Sammelstelle in Flaschen abgeliefert (2)Bäuerin in Turkestan mit ihrer primitiven Kornhandmühle Aus "Das neue Rußland" 1928 (387) [3 Abb.]: (1)Die Sowjetpropaganda gegen Taufe und Beschneidung Zeichnung von Deni in "Bezboschnik" 1924 (2)Die Russin politisiert Zeichnung von Ikoneikow in "Bezboschnik", 1924 (3)Der Pope und die abtrünnige Bäuerin Karikatur von Deni in "Bezboschnik", 1926 (388) [2 Abb.]: (1)Zur Vermännlichung der Frau in der Nachkriegszeit: Amerikanische Universitätshörerinnen in Männerkleidung Sammlung des Instituts für Sexualwissenschaft, Berlin (2)Frau Valerie Smith, genannt Captain Barker eine Frau, die, als Mann verkleidet, jahrelang als Führer des englischen Faschismus tätig war Sammlung des Instituts für Sexualwissenschaft, Berlin (389) [Abb.]: Genießertum in der Nachkriegszeit Zeichnung (390) [Abb.]: Der Feinschmecker Aus einer Mappe der Nachkriegserotik (391) [2 Abb.]: (1)Früh um 5 Uhr. Zeichnung von Gorge Groß in "Das Gesicht der herrschenden Klasse" (2)Plakat gegen die Tanzwut Sammlung A. Wolff, Leipzig (392) [2 Abb.]: (1)Frühlingserwachen Zeichnung (2)Nachkriegsprostitution: "Kommen Sie mit, Onkel, ich bin minderjährig" Zeichnung (393) [Abb.]: Moderner Akt Zeichnung von Egon Schiele, 1918 (394) [Abb.]: Nachkriegsmoral "Ich würde meiner Tochter nie erlauben, abends alleine auszugehen, wenn sie mir nicht versichert hätte, daß sie unter polizeilicher Aufsicht stehe" Zeichnung von Vértes, 1919 (395) [Abb.]: Französische Soldaten haben in Palaipolis im zweiten Kriegsjahr eine antike Statue entdeckt. Die Statue stellte den Liebesgott des Griechen Eros dar. Gleich wie der Liebe im Kriege die echte Zuneigung und Vergeistigung fehlte, war auch dieser Eros ein Torso ohne Arme und Kopf aus "L'Illustration", 1915 (397) [Gedicht]: Diese Zukunft spricht zu uns aus den schönen Versen des Dichters Hermann Claudius, in denen unsere Sittengeschichte des Weltkrieges ausklingen möge: (398) Anhang (399) I. Verbotene erotische Literatur im Kriege (399) [Abb.]: Kriegertraum Zeichnung von E. Hérouard in "La Vie Parisienne", 1917 (399) [Abb.]: Auf dem Friedhof von Ypern "Wofür haben wir uns gegenseitig ermordet?" Zeichnung von Rudolf Herrmann in "Bilder aus dem Alltagsleben" (400) [3 Abb.]: Kriegsnächte (1)Die blaue Nacht (2)Die weiße Nacht (3)Die rote Nacht Zeichnungen von C. Hérouard, Paris 1918 ( - ) [Abb.]: Zu den Waffen! Zeichnung von Alfred Roll, Paris (401) [Abb.]: Anstehen nach Kohlen, 1917 Zeichnung von H. Zille in "Kriegsmarmelade" (Die Veröffentlichung des Blattes war während des Krieges verboten) Mit freundl. Genehmigung des Neuen Deutschen Verlages (402) [Abb.]: Frankreich läßt die afrikanischen Untertanen Kriegsanleihen zeichnen Aus"L'Illustration", 1916 (403) [Abb.]: Wein, Weib und Gesang im Kriege Zeichnung (404) [Abb.]: Kriegsgreuel Zeichnung (405) [2 Abb.]: (1)Der Sieger Holzschnitt (2)Etappenmädel Zeichnung (406) [2 Abb.]: (1)Schlachtvieh für das Kanonenfutter Französische Aufnahme (2)Abgesandte der Skupschtina setzen über den See von Skutari Aus "L'Illustration", 1916 (407) [3 Abb.]: (1)Schwarzweiße Liebe Aus "La Baionnette", 1916 (2)Exotische Gäste in Paris Aus "La Baionnette", 1916 (3)Japaner und Pariserin Zeichnung von A. Valès in "La Vie Parisienne", 1997 (408) [2 Abb.]: (1)Die Ernte der Geschosse Szene aus dem russischen Antikriegsfilm "Der Mann, der sein Gedächtnis verlor" (2)Saal eines Schlosses in Guè-a-Tresme mit dem für deutsche Offiziere bereiteten Mahl, das von einem feindlichen Überfall unterbrochen wurde Aus "L'Illustration", 1914 (409) [Tabelle]: Es entfielen (in Prozenten ausgedrückt) von den dauernder Prüfung unterworfenen Druckschriften auf (409) [2 Abb.]: (1)Die Kellnerin der Offizierskasinos Französische Karikatur (2)Chaplin im Kriege "Warum geht der Mann nicht an die Front? Dort würde er stark und gesund werden." Zeichnung von Reynolds in "Punch", 1917 (410) [Tabelle]: Wegen des gleichen Delikts wurden 1924/25 bestraft in: (410) [Abb.]: Aber die Liebe Die Kriegshunde erwiesen sich im Nachrichtendienst als sehr nützlich. Oft aber werden sie, durch Liebe verblendet, zu Vaterlandsverrätern Zeichnung von E. O Petersen in "Simplicissimus", 1915 (411) [Abb.]: Titelseite einer französischen Schützengrabenzeitung, von der nur die erste, konfiszierte Nummer erschien Sammlung A. Wolff, Leipzig (412) [Abb.]: Aus großer Zeit Zeichnung von U. Zille Mit freundl. Genehmigung des Neuen Deutschen Verlags, aus "Für alle!" (413) II. Die Kriegserotik in der Literatur. (414) [Gedicht]: Aus Herbert Lewandowski, "Der lachende Soldat". Geschrieben 1915. Bezüglich der Zahl der Kriegsopfer habe ich mich allerdings damals erheblich (zugunsten der Diplomatie) geirrt. (414) [Abb.]: Der Tod und das Mädchen (frei nach dem Lied von Schubert) Politische Zeichnung von Jordaan in "De Notenkraker", 1915 (414) [Abb.]: Reicht es? Reichte es nicht? Zeichnung (415) [2 Abb.]: (1)Frohes Wiedersehen (2)Estaminet hinter der Westfront Französische Frontzeichnung, 1915 (416) [2 Abb.]: (1)Traurige Trennung Zeichnung von E. Herouard in "Fantasio", 1916 (2)Windgeblähte Phantasien Zeichnung von A. Guyon in "Le Courire de France", 1918 (417) [Abb.]: Feldbräute rechts und links Zeichnung (418) [Abb.]: Geschlechtsnot Zeichnung (419) [Abb.]: Die Menschheit im Kriege Zeichnung (420) [Abb.]: Die Flucht des serbischen Stabschefs Putnik Albanien Aus "L'Illustration", 1916 (421) [Abb.]: Im Olymp "Fix Laudon, jetzt wird's mir schon selber zu dumm. Jeden Tag an einer neuen Front - da soll ein anderer Kriegsgott sein!" Zeichnung von D. R. André in "Glühlichter", 1915 (422) [2 Abb.]: (1)Brandstifterkollegium Gedenkmünze von K. Goetz, die Außenminister der Entente darstellend Sammlung A. Wolff, Leipzig (2) Paris feiert den 14. Juli im letzten Kriegsjahr Titelzeichnung von J. Simont in "L'Illustration", 1918 (423) [Abb.]: Kriegsliebe "Nur mang mit de Ruhe, Kinna - Krawutschka, der Nächste!" Zeichnung (424) [Abb.]: Englisch-französisches Bündnis Zeichnung (425) [Abb.]: Die Schauspielerin Mlle. Chenal singt in der Pariser Opéra-Comique die Marseillaise Zeichnung (426) [Abb.]: Deutsche Soldaten bewundern den Manneken piss in Brüssel Photo aus der Sammlung des Instituts für Sexualwissenschaft, Berlin (427) [2 Abb.]: (1)Rußland stellt sich schützend vor Serbien Italienische Karikatur auf den Kriegsausbruch (2)Die erotische Revolution nach dem Kriege Titelseite eines Berliner Kolportageblattes (428) [Abb.]: Zeichnung von H. Zille Mit freundl. Genehmigung des Neuen Deutschen Verlags, aus "Für Alle" (429) [2 Abb.]: (1)Vorbereitungen zum Sturmangriff Karikatur von J. Priselli in "Solnze Rossij", 1915 (2)Scherz, Ironie und Bedeutung auf einer Postkarte. Umgekehrt gehalten ergeben die Ziffern im Spiegel eine drastisch-knappe Kritik der Reparationsforderungen) Sammlung A. Wolff, Leipzig (430) [Gedicht]: Über die Kriegsprostitution möge hier ein Gedicht vom Schreiber dieser Zeilen Aufnahme finden: (430) [Abb.]: Russische Kriegslandkarte Sammlung A. Woff, Leipzig (431) [Abb.]: Der Elefant und das Nest der kleinen Nationen Eine englische Kaiserkarikatur von B. Partridge in "Punch", 1917 (432) [Abb.]: die gallische Henne hätte die Eier der Friedenstaube ausbrüten können - aber es sind doch nur deutsche Pickelhauben! Zeichnung von F. Bayros, 1919 ( - ) [Abb.]: "Für ein paar Bissen, Herr Oberoffizier!" Zeichnung (433) [Abb.]: "Ja, mein Kind! So ist unser ganzes Leben!" Zeichnung von H. Zille in "Kriegsmarmelade". Mit freundl. Genehmigung des Neuen Deutschen Verlags (435) [Gedicht]: Die Knaben im Krieg. (435) Schlusswort (437) Literaturangaben (439) Dreizehntes Kapitel (439) Vierzehntes Kapitel (439) Fünfzehntes Kapitel (440) Sechzehntes Kapitel (440) Siebzehntes Kapitel (441) Achtzehntes Kapitel (441) Neunzehntes Kapitel (442) Zwanzigstes Kapitel (443) Einundzwanzigstes Kapitel (444) Zweiundzwanzigstes Kapitel (445) Inhalt des zweiten Bandes ( - ) Illustratoren-Verzeichnis zu den zwei Bänden "Sittengeschichte des Weltkrieges" ( - ) Verzeichnis der Farbentafeln ( - ) Einband ( - ) Einband ( - )
A definitive reframing of the economic, institutional, and intellectual history of the managerial eraThe twentieth century was the managerial century in the United States. An organizational transformation, from entrepreneurial to managerial capitalism, brought forth what became a dominant narrative: that administrative coordination by trained professional managers is essential to the efficient running of organizations both public and private. And yet if managerialism was the apotheosis of administrative efficiency, why did both its practice and the accompanying narrative lie in ruins by the end of the century? In The Corporation and the Twentieth Century, Richard Langlois offers an alternative version: a comprehensive and nuanced reframing and reassessment of the the economic, institutional, and intellectual history of the managerial era.Langlois argues that managerialism rose to prominence not because of its inherent superiority but because of its contingent value in a young and rapidly developing American economy. The structures of managerialism solidified their dominance only because the century's great catastrophes of war, depression, and war again superseded markets, scrambled relative prices, and weakened market-supporting institutions. By the end of the twentieth century, Langlois writes, these market-supporting institutions had reemerged to shift advantage toward entrepreneurial and market-driven modes of organization.This magisterial new account of the rise and fall of managerialism holds significant implications for contemporary debates about industrial and antitrust policies and the role of the corporation in the twenty-first century
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The Political and Social Natures of the State of ExceptionThe main questions regarding the political and social natures of the state of emergency concern: the restriction of individual freedoms as an innate power of the State to assure its continued existence –and of its democratic regime- in times of national crisis; the exception as being a transitional phase from democracy to autocracy or dictatorship; and, the legitimization of a permanent state of exception through consensus.Carl Schmitt stated that 'sovereign is he who decides on the exception' (1). This means that the exception, which he defined as the application of extraordinary measures, is what constitutes the essence of the highest power of the State. Schmitt, following Bodin and Hobbes, emphasized the extralegal nature of the State's sovereign power. The State could not exist without the possibility of exception. In fact, the State was born from the exception and relied on it for its survival (2). Therefore, the state of exception could not be framed within the legal order. Sovereignty cannot be limited; it is an absolute. Laws are created by the State, but the State's sovereign power –the exception- has to remain outside the boundaries of the rule of law. This was the only way that the exception could function as the mechanism that guaranteed the State's survival in moments of grave peril. To Schmitt, there was no point arguing about lesser or greater evils. The State had to prevail always. Order, even a dictatorial one, was preferable to revolution and anarchy. The permanent elimination of individual freedoms was, at all times, more desirable than the extinction of the State. Schmitt was deeply influenced by the 1918-1919 Revolution, following Germany's defeat in World War I, and by the early chaotic years of the Weimer Republic. He considered, taking on Weber in extremis, that the State was the absolute embodiment of the monopoly of the use of violence. Legitimacy did not matter because authority –the sovereign- was the real source of law, not a Rousseaunian state of nature or the people's will (3). The State creates and maintains law through force. When the monopoly is broken, because violence is being used against the State from outside or within, the exception assures its reestablishment. Other authors have considered the survival of the sovereign body at all costs, perceived as a lesser evil when weighted against the greater evil of its possible decease, as the driving force behind the state of emergency's employment in moments of real or perceived national crisis (4). Exception, to them, is a legal tool that restores order by rapidly extricating the threats to the polity's existence. Supporters of this view consider that in times of foreign war or internal strife the State is compelled to undermine individual freedoms. Dictatorships react to crisis in a much effective way than democracies. The very nature of the latter –mainly enacting decisions after deliberation, consensus and the rule of law- may be its own Achilles' heel. In order for modern democracies to survive, they have to recur to non-liberal, but legally framed and provisional, measures (5). After 9/11, the War on Terror has been defined as a national crisis that cannot be overcome within the 'normal' rule of law. The long term peril to democracy, which terrorism poses, is far greater and more permanent than the one that the state of exception causes to democratic liberties in the short term. The suspension and restriction of fundamental freedoms are a small price to pay when a democratic regime is faced with the kind of foe that terrorism is. Even such strong advocates of liberal democracy, like Michael Ignatieff, believe that the state of emergency is a necessary tool to protect society from terrorist attacks (6). To him, the exception in a modern democracy can be effectively restrained from committing the kind of human rights violations and abuses that were present during the French-Algerian War and the Dirty War in Argentina. Ignatieff considers that those cases can be avoided, in the current War on Terror, by setting up contradictory procedures after targeted killing and aggressive interrogation have been implemented(7). Lastly, the provisional characteristic of the state of exception must also be properly defined by introducing a time limit or by setting up attained objectives. The problem with the latter is that it is difficult to discern when terrorism has been actually defeated. Regarding the temporal nature of the exception, it has been the case that governments have continued to extend, indefinitely, the state of emergency (8). In this sense, Charles Tilly was right when he noticed that once the State acquires more power it is extremely difficult, or almost impossible, to go back to the previous situation (9). Ignatieff's notion that the state of exception can be controlled if it is properly framed within the legal order is mistaken. First, following Tilly, the State's behavior is not controllable, particularly within a legal framework. Even if the State seems to be making concessions, it is actually gaining more command. It is in the State's nature to increase its control over society in order to assure its survival(10). Therefore, the state of exception will never be controlled by the legal order. Terrorism overtly defies the essence of the State: its monopoly of the use of violence. To protect itself the State will disregard the rule of law if necessary. Secondly, the exception cannot be legal in any sense because, as said by Giorgio Agamben, it is the negation of law (11). Agamben considers exception as it has been defined by Schmitt: the nature of sovereign power. Consequently, it can never be framed by the rule of law. In fact, when the exception is enacted law ceases to exist. When national crisis occur, a State will make decisions based on necessity, not on lawfulness. Accordingly, if the rule of law is negated and the newly acquired faculties are not relinquished after the crisis has passed, the exception represents the transition of a democratic regime into an authoritarian or autocratic one. There is a divide in literature regarding this issue: some deem that the exception creates a provisional dictatorship but once the crisis is over democracy returns in full force, others see the exception as a one way ticket ride. According to Rossiter when the state of exception is declared, a democratic regime turns into a provisional dictatorship by granting extraordinary authority and powers to the executive (12). Ignatieff, following Rossiter, considers Italy and Germany during the 70s, by naming them 'selective dictatorships', to show how modern democracies used the state of exception to tackle terrorism and returned to the rule of law once the threat had ended (13). However, the provisional and extraordinary measures passed in both countries have never been suspended. They are still in place and sporadically and selectively used. As a result, the provisional feature of the exception never actually materializes. Authors, like Hannah Arendt and Frances Fox Piven, explain how the suspension, restriction and infringement of constitutional rights and individual freedoms by the necessity of the state of exception permanently erode democracies by introducing autocratic measures (14). Arendt wonderfully describes how democracy died in the Weimer Republic when Chancellor Bruning declared the state of emergency in 1930, and not the moment Hitler raised into power in 1933 (15). For Arendt, from the moment the exception was enacted until Hitler took over the Chancellery, the path to dictatorship was irreversibly one. Piven regards the declaration of the state of emergency in the United States in September 2001 as the crucial moment where democratic liberties started to irrevocably fade away in the name of necessity (16). The subsequent restrictions to individual freedoms were accepted as necessary sacrifices to avert a catastrophe. It was not considered that the greater evil was not the one posed by terrorists; but, the permanent damage made to democracy by the State. Democracy is still far from dying in the United States, but its agony may have already started. The state of exception requires another ingredient to remain in effect indefinitely and permanently harm democracy. The State's intentions –if there is such an oxymoron- are not sufficient alone. Legitimacy, as Weber so cleverly insisted upon, is also needed (17). Arendt showcased how the transformation of the Weimar Republic, from a democracy into a totalitarian regime, mainly depended on the masses (18). In modern democracies it is the general public, the citizenship or the masses who always have the final voice on any matter. Governments' actions have to be legitimized by the public in order to be truly effective. They are accepted if they are not broadly contested or if they are enthusiastically received. They are not perceived as legitimate when they produce protests against them (19). The measures taken by the U.S. Government after 9/11 have received its share of criticism, but they have not been openly contested by the public in a massive way. In fact, there has been a strong consensus from the American citizenship. It may have been a tacit consensus between the executive, Congress and the citizens; but, the case remains that the suspension, restrictions and infringement to fundamental liberties have been seen as a necessary sacrifice to assure the security of the nation (20). Even controversial and dangerous measures as targeted assassination or torture have been widely accepted -in an extremely cheerfully way in some cases (21)- by the general public. Perhaps, the public truly considers them appropriate and it is willing to risk democracy for security. However, it would seem that the compliance comes from the perception that they will never be subject to those measures. The majority of the people of the United States do not consider themselves targeted by the restrictions to individual freedoms, and will never feel that way. For them it is easy to make sacrifice a minority's fundamental liberties. It has been the case in every country where the state of exception has been declared for terrorist activities. The idea that 'it will never happen to me' precludes the perception of being on the verge of loosing any kind of freedom. Interestingly, Karl Marx, in the XVIII Brumaire, warned us about the dangers of a massive support for an autocratic State in the name of security (22).ConclusionThe current War on Terror shows how close a stable and mature,democratic regime is to absolutely disregard the rule of law in favor of necessity. History and political theory has demonstrated that many authoritarian governments and dictatorships originate with a declaration of the state of exception. The measures taken by the enactment of the exception are not only immoral, they are unnecessary and illegal. The lesser evil is always less when it is not applied to the majority of the population. No matter how small the amount of individuals affected by the restrictions on their liberties, the damage done to democracy –and to their lives- is permanent and with grave repercussions for the future. Terrorism is a strategy used by a small group of people that pose no vital danger to the State's institutions or to democracy. The real danger to a democratic regime is the State's reaction to terrorism and the public's acceptance of them. Terrorists can be effectively persecuted within the rule of law. No worst case scenario can justify the torture, the indefinite imprisonment and the assassination of an innocent individual. The possible avoidance of a worst case scenario is never the lesser evil when it requires fundamental freedoms to be sacrificed. Finally, it is the public who always has the last word, and who is ultimately responsible for the known actions taken by their government. The choice between the rule of law and necessity, eventually, relies on them.(1) Schmitt, Carl; Political Theology. Four Chapters on the Concept of Sovereignty; Chicago University Press; Chicago; 2005; pp. 5.(2) Ibid; pp. 7-12.(3) Ibid; pp. 35.(4) See Huntington, Samuel; Political Order in Changing Societies; Yale University Press; New Heaven; 2006; and Krasner, Stephen;Sovereignty. Organized Hypocrisy; Princeton University Press; New York; 1999.(5) See Walzer, Michael; Just and Unjust Wars; Basic Books; New York; pp. 335-360.(6) See Ignatieff, Michael; The Lesser Evil: Political Ethics in an Age of Terror; Princeton University Press; New York; 2004; pp. 130-143.(7) See Ignatieff, Michael; The Lesser Evil: Political Ethics in an Age of Terror; Princeton University Press; New York; 2004; pp. 150-156.(8) See http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2010/09/10/letter-president-continuation-national-emergency-with-respect-certain-te(9) See Tilly, Charles; Coercion, Capital, and European States, AD 990-1992; Wiley-Blackwell; New York; 1995.(10) See Tilly, Charles; "War Making and State Making as Organized Crime," Bringing the State Back In, Eds. Peter Evans, Dietrich Rueschemeyer, Theda Skocpol. Cambridge University Press, 1985.(11) See Agamben, Giorgio; State of Exception; University of Chicago Press; Chicago; 2005; pp. 32-40.(12) See Rossiter, Clinton; Constitutional Dictatorship - Crisis Government In The Modern Democracies; Rossiter Press; New York; 2008. Rossiter takes the cases of the United States and the United Kingdom during the Second World War and analyses the 'dictatorial' powers held by Roosevelt and Churchill to command both countries during the crisis.(13) See Ignatieff, Michael; The Lesser Evil: Political Ethics in an Age of Terror; Princeton University Press; New York; 2004; pp. 174-178.(14) See Arendt, Hannah; Origins of Totalitarianism; Benediction Books; New York; 2005; pp. 305-341; andSee Piven, Frances Fox;The War at Home: The Domestic Costs of Bush's Militarism; New Press; New York; 2006.(15) See Arendt, Hannah; Origins of Totalitarianism; Benediction Books; New York; 2005; pp. 389-400.(16) See Piven, Frances Fox; The War at Home: The Domestic Costs of Bush's Militarism; New Press; New York; 2006.(17) See Weber, Max; "Politics as a Vocation," in From Max Weber, Eds. Gerth and Mills.(18) See Arendt, Hannah; Origins of Totalitarianism; Benediction Books; New York; 2005; pp. 305-341(19) See Piven, Frances Fox; and Cloward, Richard; Poor People's Movements: Why They Succeed, How They Fail; Random House; 1979; pp.1-41.(20) See, Posner, Richard; Law, Pragmatism and Democracy; Harvard University Press; Cambridge; 2003. (21) Like it was seen immediately after President Obama announced the targeted assassination of Osama Bin Laden.(22) See Marx, Karl; "The Eighteenth Brumaire of Louis Bonaparte," in The Marx/Engels Reader, Ed. Robert Tucker. *Estudiante de Doctorado, New School for Social Research, New YorkMaestría en Estudios Internacionales, Universidad Torcuato Di Tella, Buenos AiresÁrea de Especialización: Procesos de formación del Estado moderno, sociología de la guerra, terrorismo, genocidio, conflictos étnicos, nacionalismos y minorías.E-mail: guere469@newschool.edu
International audience ; In the mid-19th century, Emperor Alexander II was carrying out large scale liberal reforms in Russia. In the course of these reforms, a problem was put forward about public preservation of historical monuments and archaeological sites as national cultural heritage. A step to this direction was undertaken in 1859 when the Imperial Archaeological Commission (IAC) was organized in Saint-Petersburg. Over the second half of the 19th and beginning of the 20th century, the Commission remained the single State body concerned with archaeology and protection of sites and monuments on the territory of Russian Empire. In its activities, this Institution combined scientific research, organizational, monitoring and controlling functions. In the present monograph mainly created by the collective of the Institute for the History of Material Culture, Russian Academy of Sciences, the history of the first archaeological institution in Russia is systematically presented and analysis of its activities proposed for the first time. The organization of IAC was preceded by a long process of formation of the interest of the Russian society to the archaeology. The immediate precursor of IAC was the "Office of Archaeological Researches" founded in 1841 by the Minister for Home Affairs Lev Perovsky (1796–1856). The activities of the Office were concerned with investigations of archaeological sites of Kerch and Bosporos, Chersonesos, kurgans in the surroundings of Vladimir and Suzdal and settlements of the Golden Horde on the Volga River. During this period, the main principles which afterwards lay in the foundation of IAC were established. After the death of Lev Perovsky, the investigations were entrusted to Count Sergey Stroganov (1794–1882). The result of this appointment was that the assistant of Lev Perovsky and his nephew Count Alexey Uvarov (1824–1884), who planned to stand himself at the head of Russian archaeology, left Saint-Petersburg and moved to Moscow where in 1864 he founded the Moscow Archaeological Society in opposition to the Imperial Archaeological Commission. The confrontation between two Institutions however became actually a stimulus for the progressive advancement of the science and protection of monuments of antiquity. In 1857, Sergey Stroganov proposed to organize the "Main Archaeological Commission". That project became the basis of IAC, the statute of which was approved on February 2, 1859, by Emperor Alexander II. That statute secured for the Commission the right to conduct "earthen excavations", monitoring of the discoveries of hoards and archaeological objects in Russia and supervision over building activity at archaeological sites. The principles underlying the foundation of IAC were partly oriented to France and its "Commission des Monuments Historiques" (1837). The experience of the activities of IAC was used in organizing archaeological institutions in some European countries (Austria, Italy). The activity of IAC may be subdivided through three periods connected with its chairmen: 1859–1882 when Sergey Stroganov was the chairmen of IAC, 1882–1886 when it was headed by the Director of the Imperial Hermitage Museum Alexander Vasil'chikov (1832–1890), and 1886–1918 when the Commission was directed by Count Alexey Bobrinskoy (1852–1927). Originally, the staff of the Commission consisted of eight persons. In the activity of the Commission, such famous historians and archaeologists took part as Ivan Zabelin (1859–1876), Vladimir Tiesenhausen (1825–1902) and Nikodim Kondakov (1876–1891). Initially, the Commission was housed in the palace of Stroganov in Nevsky Prospect in Saint-Petersburg. The activities of the Commission have established the system of regulation of archaeological researches in Russia, which with several alterations existed until the beginning of the 21st century. This system was based on the "Otkryty list" (laissez-passer) as individual authorizations for researchers to conduct excavations with the indispensable submission of a report to the archives of the Commission. This practice has initiated the creation of the unique corpus of sources for the archaeology, architectural monuments and sites of different nations and modern states of East-Central Europe and Asia. The main activity of the Commission in 1859–1886 included excavations of sites of the Scythian culture and Classical Greek antiquities on the Taman Peninsula, in the Crimea (Kerch, Bosporos) and on some other territories, now in Ukraine. Nevertheless, the widespread opinion that the Commission studied exclusively the Classical and Scythian antiquities is incorrect: already then the first investigations in Siberia, Central Asia were conducted as well as studies of sites of the Bronze and Stone ages in Northern Russia. The finds came predominantly to the collections of the Imperial Hermitage Museum in Saint-Petersburg and Historical Museum in Moscow. Another important responsibility of the Commission was the acquisition of monetary hoards and treasures of historical objects found on the territory of Russian Empire. The first investigator of hoards was a curator of the Hermitage collections Julian Iversen (1859–1900). Simultaneously, the Commission consulted the restoration and conservation activities of the Ministry of Home Affairs, primarily for the monuments of the defensive architecture and church buildings. For that purpose, the staff of the Commission included a representative of the Academy of Arts Feodor Solntsev (1859–1892). Protection of the monuments of archaeology also was an important task of the Commission. In 1866, Sergey Stroganov achieved the prohibition of treasure-hunting in Russia. The Commission, as the central state institution, actively collaborated with provincial Statistic Committees and Archive Commissions in the field of studies and protection of local monuments and sites. During the chairmanship of Alexander Vasil'chikov, the reforms of the Commission's activities were prepared. These reforms took place already under Count Alexey Bobrinskoy. In 1886–1887, an interdisciplinary program for studies of Slavic-Russian archaeology, the eastern Black-Sea region, Siberia etc. was developed. During that period, the Commission was moved to an office in the Winter Palace in Saint-Petersburg. On March 11, 1889, Emperor Alexander III approved by his decree the exclusive right of the Commission to conduct archaeological excavations and to license their execution on state and public lands. Simultaneously, the Commission, together with the Academy of Arts, was charged with supervision over restoration and protection of objects of art and architectural monuments. In 1890, the "Regulations for the Archaeological Commission and Academy of Arts on the order of consideration of petitions about restoration of historical monuments" were approved. Beginning with 1894, special sessions of IAC began to consider projects of restorations an conservations. The main specialists of IAC in the branch of restoration were Petr Pokryshkin (1870–1922), Konstantin Romanov (1882–1942) and Dmitry Mileev (1878–1914). The Commission got also Vladimir Suslov (1857–1921), Nikolay Sultanov (1850–1908), Ieronim Kitner (1839–1929) and Georgy Kotov (1859–1942) to take part in the architectural restorations. These activities resulted in establishment of standards of modern scientific restoration, using primarily the archaeological approach, which are efficacious even in the 21st century. Among the most successful restoration projects of IAC, noteworthy are the Church of the Transfiguration of the Saviour on the Nereditsa hill near Novgorod, Church of the Transfiguration of the Saviour at Berestovo in Kyiv, the Saint Boris and Gleb church at Kolozha in Grodno, the Saint George church in Yuryev-Polskoy, Cathedral of the Dormition of Mother of God in the Moscow Kremlin, Ipatyevsky Monastery in Kostroma, Ferapontov Monastery in Vologda region, Bakhchisarai Palace in Crimea, Smolensk and Pskov city walls etc. Among the most important problems of IAC in the restoration issues were its relations with the Russian Orthodox Church. As early as 1893, the Ober-Procurator of the Holy Synod Konstantin Pobedonostsev (1827–1907) confirmed that restoration of churches must be conducted with permission of the Commission, however in practice many churches were disfigured by illiterately made repairs. Part of the difficulties proceeded from contradictions in Russian law. Notwithstanding the fact that the Commission had succeeded in developing an algorithm of its relations with the clergy, during the World War I, under the conditions of the general crisis of the Russian State and society, the Synod attempted to withdraw religious monuments from the public control.The new objectives and expansion of the geography of researches of IAC demanded a new staff of the Commission. That approval was received in 1888 and 1902. The membership of the Commission included Alexander Spitsyn (1858–1931), Nikolay Veselovsky (1848–1918), Vasily Latyshev (1855–1921), Boris Farmakovsky (1870–1928) and others. Alexey Bobrinskoy actively used his right of appointment of corresponding members and honorary members of the Commission. Among the corresponding members appointed in 1886–1917 were Vladimir Stasov (1824–1906), Vasily Radlov (1837–1918), Dmitry Samokvasov (1843–1911), Innokenty Lopatin (1839–1909), Alexander Bertier-Delagard (1842–1920), Alexander Lappo-Danilevsky (1863–1919), Yulian Kulakovsky (1855–1919), Nikolay Pantusov (1849–1909), Valentin Zhukovsky (1858–1919), Vladimir Malmberg (1860–1921), Sergey Zhebelev (1867–1941), Emil Roesler (?–?), Alexey Markov (1858–1920), Nikolay Marr (1864–1934), Mstislav Farmakovsky (1873–1946), Alexander Malein (1869–1938) and others. There was yet another category of assistants of the Commission — supernumerary members. They included Nikolay Pokrovsky (1848–1917) — an expert on Christian archaeology and Orthodox art, Vladimir Antonovich (1834–1908), Bohdan Khanenko (1849–1917), Ernst von Stern (1859–1924), Mikhail Rostovtsev (1870–1952), Alexey Shirinsky-Shikhmatov (1862–1930), Feodor Braun (1862–1942), Nikolay Bulychev (1852–1919) et al.In 1909, the 50th anniversary of the Commission and 25th anniversary of the activities of its chairman Alexey Bobrinskoy became something like summing up of the results of the works of IAC. The special role of the Commission is noteworthy regarding the studies of Scythian and Greek and Roman antiquities. The commission excavated about fifty 'Royal' kurgans containing rich Scythian burials from which the artistic gold objects are housed now in the Special Treasury of the State Hermitage Museum in Saint-Petersburg. Studies of Bosporan sites were continued: the Commission was in charge of the Kerch Museum of Antiquities which directed the archaeological excavations in this region. The museum was headed by Alexander Lyutsenko (1807–1884), Stepan Verebryusov (1819–1884), Fedor Gross (1822–1897), Karl Dumberg (1862–1931) and Vladislav Shkorpil (1853–1918). Funerary catacombs, important Classical, Jewish and Christian antiquities were here discovered. Since 1888, according to an order of Emperor Alexander III, IAC was entrusted with the direction of researches in the area of the Tauric Chersonesos and its surroundings. Karol Kościuszko-Waluszyński (1847–1907) was appointed the head of the excavations in Chersonesos. During the later years, the excavations were directed by Robert Loeper (1865–1918) and Leonid Moiseev (1882–1946). Under the direction of the Archaeological Commission, living blocks, buildings and necropolis dated to the Classical, Hellenistic, Roman and Byzantine periods had been discovered and investigated, as well as several dozens of Christian churches and basilicas. In 1902, the systematic excavations of Olbia began under the direction of Boris Farmakovsky, and in 1904 – the archaeological researches of Berezan Island began under the direction of Ernst von Stern. An expansive project came to be that of excavations in 1908–1914 of one of the first medieval stone church of Eastern Europe — the Church of the Tithe in Kyiv conducted under the direction of Dmitry Mileev. During the period of 1890–1914, the Commission was financing altogether up to twenty expeditions annually throughout more than fifteen provinces and regions of Russian Empire. It must be noted however that the level of understanding of archaeological evidence gained remained behind its accumulation. In the field of the archaeology of the Stone Age, the studies of the Commission revealed several important Neolithic sites of Eastern Europe. In 1905, Alexander Spitsyn discovered a Paleolithic site at Borshevo, Voronezh region. The same researcher also wrote in 1915 a synthetic and generalizing work on the Russian Paleolithic where he had summarized the results of archaeology of the Early Stone Age in Eastern Europe and comprehensively characterized the sites of Caucasus and Siberia. Nevertheless, it must be noted here that the major researches on the Stone Age were carried out the sphere of activities of the Commission.During investigations of archaeological sites of Siberia separated by thousands kilometers from the scientific centers of European Russia, the Commission maintained close relations with local archaeologists and ethnologists directing their efforts and licensing their excavations. At the funds and on the instructions of the Commission, the archaeological sites of Siberia were studied since the 1860s by Vasily Radlov (1837–1918), Dmitry Klements (1848–1914), Alexander Adrianov (1854–1920) and other scholars.Members of the Commission participated personally in investigations of antiquities of the Caucasus and Ciscaucasia. In 1887, Dmitriy Bakradze (1826–1890) proposed a program of archaeological exploration of the area of Sukhumi, and in 1889 IAC carried out description and photographing of objects of Georgian Christian art from sacristies of churches and monasteries in Georgia. Since 1892, Nikolay Marr conducted longstanding investigations of the ancient Armenian capital Ani, medieval towns, fortresses and churches (Dvin, Akhtamar). Simultaneously, the explorations of sites of the Bronze and Middle Ages (dolmens, the Maikop kurgan and the Koban culture) were carried out through the efforts of Nikolay Veselovsky and Emil Roesler.The initiative of studies of architectural and archaeological monuments in Central Asia also mainly belongs to IAC. In 1900s–1915, IAC just kept under control the works in this region, gathered and distributed local collections and stray finds through museums. Photographing of architectural, ethnographic and historical monuments was conducted. The first archaeological excavations are connected with the names of Nikolay Pantusov who investigated in 1860s–1890s Christian Nestorian cemeteries near the Syr-Darya River, and Nikolay Veselovsky who continued archaeological and architectural researches since 1884 until the beginning of the 20th century. In 1890 and 1896, Valentin Zhukovsky observed several archaeological sites. In the 1880s, Alexey Bobrinskoy and Vladimir Antonovich developed a program of interdisciplinary research in the field Slavic and medieval archaeology on the territory of Ukraine. Excavations of kurgans were started in the Dnieper River region, Bielorus' and Novgorod region. At Gnezdovo near Smolensk, the Commission organized in 1890s-1900s excavations of kurgans and the settlement which initiated researches in the Viking Age in Eastern Europe. The systematization of mediaeval Slavic archaeology was proposed by Alexander Spitsyn. Of note is the IAC's contribution to studies of mediaeval archaeological sites of Eastern Europe. These included the Malaya Pereshchepina hoard found in 1912 — the supposed funerary complex of Khan Kubrat, excavations of the settlement of Mayatskoe conducted by Nikolay Makarenko (1877–1938) in 1908–1909, sites of Ugro-Finnish and Baltic tribes — Lyadinsky and Lyutsinsky necropolis investigated in 1889–1891 by Evdokim Romanov (1855–1922), Vladimir Sizov (1840–1904), Vladimir Yastrebov (1855–1899) et al. The archaeology of the region of Perm of the 8th-9th centuries and sites of the Vyatka region also were included in the sphere of interests of IAC, inter alia due to the fact that a very rich collection of local archaeological materials belonged to Sergey Stroganov. Alexander Spitsyn proposed the first archaeological periodization of the Perm and Kama regions local history and distinguished a number of local archaeological cultures. By 1917, the Commission was a serious academic institution both in the branch of architectural and archaeological researches. It became the organizing centre of Russian archaeology actively collaborating with public structures and planning new directions of researches. It is exactly inside the academic community rather than at the communistic authority after the October 1917 that the idea sprang up to transform the Commission into the "Academy of Archaeological Sciences" in order to focus efforts of its members exclusively onto the scientific sphere. In October of 1918, Anatoly Lunacharsky (1875–1933) approves the new regulations of the Russian State Archaeological Commission. Nikolay Marr became its chairman whereas Alexey Bobrinskoy had to emigrate. On April 19, 1919, the decree on the foundation of the Russian Academy for the History of Material Culture was signed by the chairman of the Bolsheviks government Vladimir Ulyanov. In the early August, elections to the new Academy took place. The Academy was housed in the Marble Palace in Petrograd. We should regard August 7, 1919, as the first day of the Academy for the History of Material Culture and the last day of the history of the Archaeological Commission.On the basis of the Imperial Archaeological Commission and Academy for the History of Material Culture the modern archaeological institutions of Russia have emerged. The practices established by the Commission were put into the foundation of the present-day regulation of archaeological researches and the system of protection of archaeological sites. The experience of the Commission undoubtedly indicates that the protection of the cultural heritage may be effective only in the case where it is carried out within an academic system. The protection and restoration of historical monuments must be subdued to scientific goals and architectural researches. The role of IAC manifested in the establishing national archaeological and site protection systems of the European and Asiatic countries which once constituted the Russian Empire. The editorial activities of IAC have been reflected in 65 titles of periodicals and nonperiodicals: Reports of IAC, Proceedings of IAC, and Materials on the Archaeology of Russia etc. Nikodim Kondakov's publication "Russian Hoards" (1896) and Yakov Smirnov's "Oriental Silver" (1909) are special contributions to the Art history. The materials of IAC kept in the Manuscript and Photographic departments of Scientific archives of the Institute for the History of Material Culture, Russian Academy of Sciences, Saint-Petersburg (9,030 files and over 100,000 photographic imprints and negatives) conceal unique possibilities for future scientific discoveries and constitute an invaluable contribution of the Commission to studies and preservation of archaeological and cultural heritage of the World.
Desde el estallido de la crisis financiera internacional en 2008, el Estado de Bienestar ha sido seriamente cuestionado. Sus aparentas bondades y los excelentes beneficios conseguidos con respecto al nivel de vida de sus ciudadanos a través de un Estado robusto y fuertemente interventor, parecen ahora haberse convertido en los causantes de la debacle económica, especialmente en Europa. Más aun, las políticas de austeridad defendidas por Alemania e implementadas en países como Portugal, España y Grecia, entre otros, han puesto la mira en el recorte de gastos en áreas centrales del Estadio de Bienestar, como la salud, la educación y los beneficios sociales en áreas como el desempleo, la maternidad, etc.Esta seria crisis en la que se encuentra inmerso el "Welfare State", resulta sorprendente, en gran medida, si tenemos en cuenta que durante décadas ha sido uno de los rasgos más notables que los países en desarrollo han intentado "imitar" a los países europeos y especialmente a los escandinavos.Sin embargo, hurgando en la filosofía política del siglo XX – que vio la consolidación, como tal, del Estado de Bienestar – es fácil apreciar que las consideraciones realizadas por los las principales corrientes de pensamiento con respecto a esta forma organización política y económica del Estado no han transitado la aceptación casi unánime, presente en la política internacional, de que representa la mejor manera de cumplir con los principales objetivos del Estado en el marco de la democracia liberal y el sistema capitalista de mercado.Por el contario, siguiendo el recorrido del abanico ideológico que se mueve desde la teoría crítica (neo-marxismo) hasta el liberalismo más ortodoxo (llamado en su origen neo-liberalismo aunque impregnado de una carga peyorativa durante la década de 1990), es llamativa la resistencia que por diversas razones ha enfrentado el Estado de Bienestar.Este texto es un intento por recorrer las diversas posturas que con respecto a este tema nos ha dejado la filosofía política a lo largo del siglo pasado.Herbert Marcuse y la Escuela de FrankfurtCiertamente, y aunque el Estado de Bienestar parecería ser una de las principales aspiraciones de la izquierda democrática occidental, una de las más virulentas críticas realizadas a este modelo de organización política y social proviene justamente de la izquierda neo-marxista desarrollada por los teóricos de la Escuela de Frankfurt.Obligados a abandonar Alemania tras la llegada del nazismo al poder en la década de 1930, este grupo de filósofos, entre los que se encuentran personalidades tan relevantes como Theodor Adorno, Max Horkheimer, y Jürgen Habermas, debió exiliarse a Estados Unidos, donde su pensamiento se convirtió en la principal fuente de crítica al capitalismo consumista de la sociedad occidental.A través de su obra "El hombre unidimensional", publicada en 1964, Herbert Marcuse – incorporado a esta corriente en 1933 – representó la expresión más radical del pensamiento político frankfurtiano. El objetivo principal de Marcuse en su principal obra no era otro que el de realizar una crítica demoledor a la democracia capitalista burguesa surgida luego de la Segunda Guerra Mundial, a la que, de forma bastante sorpresiva, equiparaba al fascismo y al comunismo soviético bajo el rótulo de totalitarismos.La lógica argumental de Marcuse para llegar a estas conclusiones es de clara raigambre marxista. Según el autor, a pesar de las aparentes bondades de esta "sociedad de la abundancia" – como él mismo la calificó – se encuentra un mecanismo perverso por el cual se somete de forma pacífica a la ciudadanía y en especial a la clase obrera, a aceptar un sistema decididamente opresivo. De esta manera, al contar cada vez con mayor riqueza – al igual que el resto de la población – la clase trabajadora no solo carece de toda intención revolucionaria, como Marx había previsto para las sociedades altamente industrializadas, sino que además se encuentra a gusto disfrutando de la abundancia del Estado de Bienestar. Y esto representaba una clara ventaja para la clase opresora, que no debe ya reprimir al proletariado con medios violentos.Para Marcuse, los ciudadanos del Estado de Bienestar no son más que esclavos voluntarios, subyugados por una clase dominante que ha aprendido a utilizar las ciencias sociales como una herramienta de manipulación psicológica y, por ende, de opresión. Esta idea, que se encuentra inmersa en una crítica mayor a la idea de "razón instrumental" sostenida por la Escuela de Frankfurt en su conjunto, sugiere que el desarrollo de las ciencias sociales en la sociedad capitalista las ha convertido en un instrumento más a disposición de la clase dominante para oprimir al proletariado, y que, sumado a la abundancia del Estado de Bienestar, constituye una mezcla perfecta de soborno y manipulación imposible de eludir para los ciudadanos oprimidos.A través de la publicidad, los medios masivos de comunicación, la industria del entretenimiento y la instrumentalización de las ciencias sociales y psicológicas, la clase dominante consigue sobornar a las clases trabajadoras para que abdiquen de su libertad a cambio del confort. El éxito de esta estrategia, sostiene Marcuse, se debe la extensión de lo que Marx llamaba una "falsa conciencia", que busca reconciliar a las personas con el sistema ofreciéndole entretenimiento de segunda categoría y rellenando su tiempo libre, evitando así que comprendan la verdadera naturaleza del capitalismo burgués, a saber: el esfuerzo denodado por proveer falsas necesidades, que él mismo crea, ante la imposibilidad de satisfacer los genuinos anhelos de los ciudadanos.En resumen, lo que el Estado de Bienestar consigue es la inexorable "imbecilización" de la población, que corrompida por el consumismo y cegada por la imposición de una falsa conciencia, nos es capaz de ver la realidad que a los ojos de Marcuse resulta sumamente nítida. Es por eso que para él, la única manera de liberar a las clases oprimidas por este sistema que se erige sobre la abundancia será revelándoles su verdadera condición, tarea que se reserva, naturalmente, para él, pues, como se desprende de su argumentación, es quien posee la verdad y por ende quien debe revelarla. La revolución será, por último, la herramienta central para la total emancipación de los oprimidos.Friederich Hayek y la espontaneidad históricaPor otra parte, una de las críticas más sólidas y encendidas del Estado de Bienestar, proviene del extremo opuesto del espectro político en el que se encuentra Marcuse. El filósofo austríaco Friederich Hayek, ha ofrecido, desde el liberalismo más ortodoxo, una abrumadora argumentación en contra de cualquier tipo de intervención estatal en la en la vida de las personas y en especial desde el punto de vista económico.La idea de justicia social, tan discutida en nuestros tiempos e identificada plenamente con los resultados de las políticas sociales del Estado de Bienestar, es para Hayek algo tan indeseable como impracticable. No es que el autor sea partidario de la injusticia social, ni que defienda la existencia de una sociedad injusta, sino que, por el contrario, reconoce sin objeciones que la distribución de de la riqueza es injusta, o lo sería si hubiera sido deliberadamente planificada. Sin embargo, teniendo en cuenta que tales injusticias son creadas por el mercado en condiciones de total libertad, es muy difícil aceptar que dicha distribución sea verdaderamente injusta, dado que el mercado no puede hacerse cargo del carácter moral de sus actos. Hablar de justicia e injusticia con respecto a una distribución que nadie ha creado es para Hayek un error. El mercado es libre, y como tal, produce resultados que no han sido previstos ni planeados. Por lo tanto, el autor reconoce que, en gran medida, la posición de cada persona en la escala social depende de la suerte, puesto que el mercado no permia el esfuerzo, ni mucho menos el mérito, sino el valor económico del aporte que cada uno realiza al colectivo.Sería injusto, sin embargo, decir que Hayek era partidario del Estado mínimo en su acepción más tradicional. Por el contario, si bien rechaza de plano la intervención sistematizada del Estado en búsqueda de la justicia social, sí reconoce que este debe utilizar mecanismos coercitivos para obligar a sus ciudadanos a prestar una mínima ayuda a los más desfavorecidos (discapacitados, ancianos, desempleados, etc.) con el limitado objetivo de aliviar el sufrimiento y asegurar su supervivencia.Pero este matiz no evita que Hayek sea particularmente duro con las organizaciones sociales tendientes a la búsqueda de la justicia social, entendiendo esto como la aplicación de mecanismos dirigidos a la equitativa distribución de la riqueza generada por la sociedad en su conjunto. En un pasaje de "The Mirage of Social Justice" (1976, 46), el autor afirma que: "la expresión "justicia social" no es, como la mayoría de la gente probablemente cree, un expresión inocente del bien hacia los menos afortunados (…) Si la discusión política ha de ser honesta, se hace necesario que la gente reconozca que el término carece intelectualmente de validez, no es más que una señal demagógica o periodismo barato que los pensadores reputados deberían sentirse avergonzados de usar". Y es que para Hayek, la intervención en la economía para generar un sistema de tal categoría solo puede ser posible al altísimo costo de renunciar definitivamente a la libertad económica y a todos sus beneficios. Más aun, el autor está convencido de que una sociedad creada para tales fines solo podría ser un camino de ida hacia el totalitarismo. Vale decir aquí, en favor del filósofo austríaco, que esta referencia al totalitarismo apunta al comunismo soviético y el nacionalsocialismo alemán, dos regímenes en cuyos orígenes Hayek ubicaba el desprecio por el individualismo liberal y la planificación económica centralizada.Por otra parte, gran parte del pensamiento de Hayek se desprende de su influyente teoría del orden espontáneo, que vale describir al menos brevemente. Esta teoría, que generalmente le ha valido al autor el calificativo de "conservador", busca demostrar la existencia de reglas abstractas – creadas o simplemente desarrolladas en el tiempo – que gobiernan lo que el autor denominó "La Gran Sociedad" – que no es otra cosa que la sociedad moderna–. Específicamente, estas reglas pueden apreciarse en el comportamiento del mercado, o en ciertas normas de conducta social, aunque el ejemplo del lenguaje es sin dudas el más célebre. Según sugiere Da Silveira (2001, 58), de manera un tanto resumida, la teoría del orden espontaneo establece que: a) el orden social es fruto espontaneo de la acción no coordinada de una gran cantidad de agentes; y b) el orden que surge de la espontaneidad histórica tiene sus propias leyes internas, por lo que cualquier intención por modificarlo puede terminar destruyéndolo. Dadas estas características, agrega el autor, lo ideal para toda sociedad sería interpretar su lógica interna y adaptarse a ella, sin intentar, por ninguna razón, evaluar su carácter moral ni muchos menos modificarla.De esta manera, la búsqueda de la justicia social sería una profanación inaceptable de un orden espontáneo que, a través del devenir histórico, ha creado las patentes desigualdades presentes en las sociedades capitalistas modernas y que cuya eliminación implicaría la total destrucción de la gran fuerza civilizadora, tal y como Hayek denominó a la espontaneidad histórica.John Rawls y la búsqueda de la justiciaNo fue hasta la aparición de "A Theory of Justice" (1971), de John Rawls, que tanto la "izquierda" como la "derecha" políticas tuvieron una verdadera respuesta en defensa de una sociedad liberal y al mismo tiempo igualitaria. Resumida por Lessnoff (1999, 329) como la "síntesis sociopolítica contemporánea", la teoría de Rawls mezcla, de manera sistemática y argumentada, la democracia liberal, la economía de mercado y el Estadio distributivo de Bienestar.Retomando el universalismo moral kantiano, el autor construye una sólida teoría de la justicia social que pretende confrontar al utilitarismo dominante en la filosofía política anglosajona, pero que a su vez representa una contraargumento difícil de contrarrestar para las posturas sostenidas por Hayek y Marcuse. Tal es así que Robert Nozick (1974, 186), su compañero en la Universidad de Harvard escribió, en un libro dedicado a rebatir cada uno de los argumentos ofrecidos por Rawls: "De ahora en más los filósofos políticos deberán trabajar dentro de la teoría de Rawls, o bien explicar por qué no lo hacen".La propuesta del filósofo norteamericano es sumamente innovadora. Primero porque retoma la teoría del contrato social – en desuso desde el siglo XVIII –, y segundo porque pone el foco en lo que denominará la estructura básica de la sociedad, para la que buscará principios de justicia que logren resolver el principal problema de toda sociedad, a saber, justamente: el problema de la justicia. Pero Rawls no pretende la instauración de una sociedad estrictamente igualitaria, ni mucho menos – como temía Hayek – una en la cual el ingreso se distribuya en base a conceptos vagos como "merito" y "esfuerzos", lo que sin dudas traería innumerables problemas prácticos.La cuestión que guía el pensamiento de Rawls "es definir sí y en qué medida las desigualdades pueden ser justas" (Lessnoff, 1999, 335). Por lo tanto, el autor no se centrará en los resultados finales a los que llega la sociedad, sino por el contrario, focalizará su preocupación en cómo las principales instituciones sociales (estructura básica) distribuyen los derechos y obligaciones fundamentales que determinan la división de las ventajas resultantes de la cooperación social.Rawls argumenta, a través del concepto de merecimiento moral, que nadie, en una determinada sociedad, puede aducir que su situación se justifica desde un punto de vista moral. Nadie merece (moralmente) las ventajas o desventajas que le hayan tocado en suerte, ya sea desde una inteligencia prodigiosa o una deformidad física, hasta una habilidad deportiva o artística (1999, 273-277). Por ende, el autor se opone a la idea definitivamente conservadora sostenida por Hayek de que todo debe ser dejado como está, dado que es un resultado inapelable de la espontaneidad histórica. La propuesta de Rawls pretende construir un orden social que beneficie a los más desaventajados sin por ello atentar contra las libertades individuales, ni mucho menos convertir al sistema político en una especie de igualitarismo autoritario.Para esto, Rawls aduce que – reunidos en la a posición original y sometidos a las restricciones de información impuestas por el velo de ignorancia, como supone su propuesta contractualista –, con el objetivo de construir una sociedad igualitaria desde sus instituciones sociales y políticas básicas, los integrantes de toda sociedad elegirían los siguientes principios de justicia: I) cada persona tiene un igual derecho al más amplio esquema de libertades fundamentales que sea compatible con un esquema similar de libertades para todos; y II) Las desigualdades económicas y sociales han de satisfacer dos condiciones: tienen que (a) ser para el mayor beneficio de los miembros más desfavorecidos de la sociedad; y (b) estar adscritas a cargos y posiciones accesibles para todos en condiciones de igualdad de oportunidades.De esta manera Rawls logra cerrar una argumentación innovadora y desafiante que revitalizó a la filosofía política en el siglo pasado. La idea de una sociedad liberal, regida por la economía de mercado capitalista, pero a su vez diseñada desde su estructura básica para beneficiar a los menos aventajados sin por ello instaurar un régimen redistributivo del ingreso basado en principios arbitrarios, se constituye en una respuesta sólida al conservadurismo de Hayek, que teme la desintegración del orden social ante la excesiva intromisión estatal.En cuanto a Marcuse, sería arriesgado definir en que medía la propuesta de Rawls colabora con la liberación de las clases oprimidas, aunque me atrevería a decir que difícilmente lo haga, dado que no aporta ninguna solución concreta a la lucha de clases, el principal problema del marxismo. Sin embargo, el hecho de que los integrantes de la sociedad elijan los principios de justicia en una inusual situación de extrema igualdad, no deja de ser un atractivo nada despreciable para la izquierda no marxista.Sea como fuere, hemos recorrido aquí algunas de las principales corrientes filosóficas del siglo XX y su relación con un concepto tan familiar como lo es el Estado de Bienestar. Si bien su relación no ha sido del todo fácil, la teoría de la justicia social planteada por Rawls se ha convertido en un hito para quienes sostienen que es posible la búsqueda de una sociedad justa sin que ello implique la opresión de un segmento de la población ni la total destrucción de las libertades individuales. ReferenciasDA SILVEIRA, Pablo. 2000. Política y tiempo: hombres e ideas que marcaron el pensamiento político. Buenos Aires: Taurus.DA SILVEIRA, Pablo & DÍAZ, Ramón. 2001. Dialogo sobre el liberalismo. Montevideo: Ediciones Santillana.HAYEK, Friederich.1974. The Mirage of Social Justice. Chicago: The University of Chicago Press.LESSNOFF, Michael.1999. La filosofía política del siglo XX. Madrid: AKAL.MARCUSE, Herbert. 1964. El hombre unidimensional. Barcelona: Ariel.NOZICK, Robert. 1974. Anarchy, State and Utopía. Nueva York: Basic Books.RAWLS, John.1999. A Theory of Justice (Revisited edition). Cambridge: Harvard University Press. Sobre el autorEstudiante de Estudios Internacionales (Universidad ORT-Uruguay)
In: Koch , L 2004 , ' Der Erste Weltkrieg als Medium der Gegenmoderne : zu den Werken von Walter Flex und Ernst Jünger ' , Doctor of Philosophy , University of Groningen , Groningen .
1. Inleiding Tussen de 'visies op de oorlog' die in de teksten van Walter Flex enerzijds, in die van Ernst Jünger anderzijds tot uitdrukking komen, ligt het trauma van de materiaalslag. Walter Flex, voornamelijk aan het oostfront ingezet, vocht in een van de laatste veldslagen van de door Eric Hobsbawn zo genoemde 'lange' 19de eeuw. Ernst Jünger daarentegen, in België en Frankrijk ingezet, nam deel aan de eerste 'moderne' oorlog van de 20ste eeuw. Walter Flex vervulde in zijn rol van schrijvend soldaat een belangrijke propagandistische functie in de 'geestelijke mobilisatie' van de Duitsers. Geleid door diepgewortelde antimodernistische ressentimenten trachtte hij in zijn werk de oorlog te isoleren van de concrete politieke, sociale en economische context van 1914 en ethisch te interpreteren als manifestatie van een hoognodige 'culturele katharsis' van het Wilhelminische keizerrijk. Zodoende sloot de schrijver, wiens bekendste werk, Der Wanderer zwischen beiden Welten, tussen 1917 en 1933 tot de best verkochte Duitstalige boeken behoorde, aan bij de cultuurkritische geestelijke heroriëntatie van de Duitse 'Bildungsbürger', de hoogopgeleide burgerlijke intellectueel, die de jaren voor de oorlog had ervaren als een tijd van toenemende culturele nivellering en vervlakking en nu het moment zag aangebroken dat eindelijk in een nationale krachtsinspanning de voortschrijdende, heel de maatschappij doordringende modernisering werd gestopt en de socio-culturele klok kon worden teruggezet. In de roes van het 'augustusgevoel' begon de Bildungsbürger in een ware stortvloed van pamfletten, memoranda en krantenartikelen de lof te zingen van een nieuwe tijd, die eens zou aanbreken en geheel in het teken van nationale grandeur zou staan. Van de oorlog verwachtte men - zoals bijvoorbeeld Flex' tijdgenoot Erich Marcks, bekend als biograaf van Bismarck en aan het eind van zijn carrière docerend op de leerstoel die ooit Ranke bezette - het begin van 'een nieuwe bezieling, een innerlijke verrijking en verduitsing van de nieuwe Duitse mens'. Waar tot dan toe 'maatschappij' bestond, zou - zij het in een vorm die paste bij de nieuwe tijd - opnieuw 'gemeenschap' groeien. Vier vernietigende jaren later stond met de ondertekening van het vredesverdrag van Versailles het Duitse keizerrijk en daarmee de intellectuele conservatieve bovenlaag voor een moreel bankroet. De oorlog was verloren, de alom verkondigde 'Duitse opmars' naar een 'plekje onder de zon' was in een 'Duitse treurmars' veranderd, de waarden van de westerse geallieerden hadden getriomfeerd over de Duitse oorlogsideologie. Negen miljoen mensen en onder hen ook twee miljoen Duitse soldaten hadden - althans uit Duits perspectief - voor niets het leven gelaten, en een hele generatie ontheemden keerde terug in een land dat grondig was ontwricht, een land dat zich binnen zijn grenzen had geconformeerd aan de politieke structuren van de winnende coalitie en dat nu zijn vroegere oorlogshelden vooral een sociale en politieke belasting vond. In de werken waarin Ernst Jünger vanuit de jaren twintig terugblikt op de oorlog, weerspiegelt zich hoe zeer hij en anderen waren ontgoocheld door de afloop van de strijd. Maar hoewel Jünger de normen en waarden van het Westen bleef afwijzen en daarmee aanknoopte bij de cultuurkritiek van voor 1914, kwam hij in zijn conclusies voor het heden tot een afwijkend standpunt. Voor hem was duidelijk dat met de immanente logica van de moderne industriële oorlog een elementaire kracht zijn intrede had gedaan die de bestaansvoorwaarden van de mens wezenlijk had veranderd en een terugkeer naar de goede oude tijd definitief verhinderde. In romans en krantenartikelen, maar in het bijzonder in zijn essay Der Arbeiter, ontwikkelt Jünger een antimodernistisch moderniteitsconcept, dat onvoorwaardelijk brak met 'pessimistische' cultuurkritiek en 'optimistisch' geloof in de vooruitgang en een poging deed om technische modernisering te verzoenen met politieke en sociaal-culturele reactie. 2. Thema Aan de hand van de verschillende interpretaties van de Eerste Wereldoorlog in respectievelijk het werk van Walter Flex en dat van Ernst Jünger wordt geprobeerd licht te werpen op de constanten en veranderingen in het Duitse conservatieve denken uit de eerste drie decennia van de 20ste eeuw. Een goede reden om eendiepgaande studie te maken van het werk van Flex ligt in het feit dat in diens teksten de centrale ideologemen ofwel deelaspecten van de burgerlijke oorlogsideologie - de religieus overtrokken interpretatie van de oorlog als een culturele en geestelijke katharsis, de romantische verheerlijking van het soldatenleven als nieuwe volksgemeenschap, het geloof in de charismatische leider - op exemplarische wijze tot uitdrukking komen. Ernst Jünger is gekozen omdat in diens oorlogsboeken de literaire ontwikkeling naar een 'nieuwe zakelijkheid', een tendens die in principe bij alle vertegenwoordigers van de zogenoemde conservatieve revolutie in de jaren twintig valt waar te nemen, pregnant tot uitdrukking komt. Tegen die achtergrond wordt getracht de tussen beide auteurs bestaande verschillen in literaire waarneming en verwerking van de werkelijkheid te definiëren, deze verschillen een plaats te geven binnen het kader van de geschiedenis van mentaliteit en maatschappij, en ze ten slotte te toetsen op de mate waarin zij semantisch compatibel en integreerbaar zijn in het discours van die tijd. Verduidelijkt wordt op op grond van welke retorische overwegingen bepaalde topoi door de auteurs in hun teksten worden ingezet, welke formuleringsstrategieën zij hanteren en welk verwachtingspatroon door hun schrijfstrategie wordt opgeroepen. Daarbij wordt niet vergeten dat de twee auteurs de oorlog vanuit een verschillende biografische, psychische en wereldbeschouwelijke achtergrond beleefden, en dus de analyse van ieders afzonderlijke belevingswereld tegelijk ook licht werpt op belangrijke aspecten van de extra-tekstuele productievoorwaarden. Walter Flex, jaargang 1887, was een typische representant van die groepering onder de Bildungsbürger die hoopte dat de Eerste Wereldoorlog korte metten zou maken met de maatschappelijke modernisering. In zijn werk ontwikkelde Flex een regressieve, antimodernistische samenlevingsutopie, waarin de Bildungsbürger uit de laat-Wilhelminische periode, worstelend met een gevoel van vervreemding en verlies aan status, de verloren gewaande harmonie en geborgenheid herwint in de eenheid die door de oorlog wordt gesmeed. De oorlog wordt in die holistische schrijfstrategie bijna uitsluitend geënsceneerd als geestelijk leerproces, als een leerervaring die sterk genoeg blijkt te zijn de Duitsers uit hun gevoel van morele lethargie te bevrijden. Flex voert zijn lezer een archaïsche oorlogswereld binnen waarin traditionele waarden, die naar Flex' idee al eeuwenlang hun kracht hebben bewezen, het enige zijn dat telt: geloof, offervaardigheid, vriendschap, kameraadschap. Met de afwijzing van het maatschappelijke en politieke moderniseringsproces gepaard gaat een vorm van 'esthetische regressiviteit', die als dominant stijlmiddel alle teksten van Flex semantisch draagt en met haar eclectische naïviteit de doelgroep passend bedient. Aan de gedichten en romans die Flex tijdens de oorlog schreef, valt op dat zij stilistisch en thematisch teruggrijpen op romantisch-ridderlijke rekwisieten en elementen uit de burgerlijk-traditionele waardecanon, terwijl de wrede realiteit van de moderne oorlog volledig wordt genegeerd. Concrete werkelijkheid - hier wordt het werkingsmechanisme van het neohumanistische beschavingsideaal bijzonder duidelijk - moet wijken voor symbolische creatie van gemeenschap en blijft buiten beeld. Ernst Jünger, geboren in 1895, meldde zich in de hoop op een groot 'avontuur' vrijwillig voor het leger. Anders dan bij Flex was in 1914 Jüngers verwachtingspatroon nog niet stabiel en politiek verankerd, de oorlog leek hem vooral een mogelijkheid om te ontsnappen aan de gehate burgerlijke benauwdheid van het ouderlijk huis. Zijn nationaal-conservatieve wereldbeeld ontwikkelde zich pas onder de indruk van de ontluisterende oorlogsroutine en het onverholen echec van de juist door de Duitse Bildungsbürger zo fel gepropageerde 'Duitse missie'. Jünger werd relatief onvoorbereid geconfronteerd met de feitelijke depersonalisatie van het individu in de slijtageslag aan het westfront. De door de burgerlijke oorlogsideologie geboden zingevingspatronen en interpretatiemodellen konden hem, oog in oog met de gruwelijke chaos van de totale oorlog, in geen enkel opzicht bevredigen. In tegenstelling tot Flex, die het rad van de tijd terug wilde draaien, kwam Jünger tot de opvatting dat het bloedige proces van technische onderwerping en vernietiging van de mens, zoals zich dat op exemplarische wijze gemanifesteerd had in de materiaalslag rond Verdun, niet ongedaan viel te maken en dus tot in de uiterste consequentie moest worden geaccepteerd. Anders dan bij Flex, die omwille van de romantische fictie de ware gruwelen van de oorlog verbloemde, ontwikkelt zich in Jüngers oorlogsboeken een affirmatief symbolisch concept. De auteur van In Stahlgewittern observeert met een mengeling van afstand en fascinatie de gruwelen van de loopgravenoorlog, om ze vervolgens als onverschrokken reporter met literaire pretenties geschiedfilosofisch te duiden. Ernst Jünger benutte daarom de relatief moderne vorm van het dagboek, het krantenartikel en het essay voor zijn systematische pogingen zijn beleving van de oorlog op een bovenpersoonlijk plan te tillen en zichzelf te positioneren in het literaire en politieke discours van de Weimarrepubliek. Terwijl het werk van Flex meteen vanaf het eerste oorlogsgedicht werd beheerst door een conglomeraat van onwrikbare ideologemen, weerspiegelt zich in Jüngers teksten een denkbewéging, een die pas in de loop der jaren ideologisch verstarde. In zijn vroege oorlogsboeken In Stahlgewittern (1920) en Der Kampf als inneres Erlebnis (1922) experimenteert Jünger met heroïseringsstrategieën, die hij uit het werk van Nietzsche heeft ontwikkeld en die - althans in retrospectief - ten doel hebben de soldaat voor totale psychische overweldiging door de gruwelen van de oorlog te behoeden en zijn daden de schijn van persoonlijke autonomie te verlenen. Aansluitend ontwikkelt de auteur in het midden van de jaren twintig onder invloed van het werk van Oswald Spengler een eigen concept van 'heroïsch realisme', dat de onomkeerbaarheid van de technische modernisering als uitgangspunt neemt en naar het voorbeeld van Georges Sorel en diens mythetheorie een lans breekt voor een totale nationalisering van de maatschappij. Door een steeds weer met veel pathos geënsceneerde affirmatieve houding weet Jünger zo van object en slachtoffer van de geschiedenis weer te veranderen in het subject, dat als dader een zinvolle rol krijgt toegewezen in het historisch proces. In de essays Die totale Mobilmachung (1931) en Der Arbeiter (1932) wordt Jüngers analyse van de Eerste Wereloorlog afgerond. De auteur schetst in die teksten het supranationale visioen van een totale, hiërarchisch georganiseerde arbeidersstaat waarin het individu zijn subjectiviteit en persoonlijkheid heeft verloren en - conform het principe van bevel is bevel - alleen nog een radertje is in het proces van radicale technische mobilisatie van alle krachten. 3. Doel Voor vele studies van de laatste jaren is het typisch dat zij zich in hun beschrijving van het conservatieve Duitse denken beperken tot afzonderlijke periodes, bijvoorbeeld niet verder gaan dan het einde van de Eerste Wereldoorlog of alleen maar de jaren twintig bekijken. Kijkt men echter naar Ulrich Becks theorie van het antimodernisme en neemt men die als uitgangspunt voor een vergelijking tussen het werk van Walter Flex en dat van Ernst Jünger, dan blijkt heel specifiek te beschrijven wat overeenkomst en verschil is binnen de conservatieve wereldbeschouwing tijdens én na de jaren 1914-1918. Duidelijk wordt dat Ernst Jüngers concept van het militante modernisme gezien moet worden als een conservatieve reactie op de schok waarmee de Bildungsbürger ontwaakte uit de ethisch-normatieve droom van de Duitse oorlogsideologie. Ook het denken en schrijven van Walter Flex wordt, aan de hand van centrale topoi als 'protestantisme' en 'nationalisme', gepositioneerd in het 19de- en 20ste-eeuwse milieu van de Bildungsbürger, waardoor een beeld ontstaat van de existentiële gevoelens van hoop die velen in dat milieu met de oorlog verbonden en die in de roes van augustus 1914 tot uitdrukking kwamen. Een zowel synchroon als diachroon perspectief maakt het mogelijk de ingrijpende grenservaring van de oorlogsnederlaag in al haar verwoestende intensiteit te beschrijven en tevens zichtbaar te maken dat de onvoorwaardelijke omhelsing van de techniek die Jünger én de meeste andere representanten van de 'conservatieve revolutie' demonstreerden, een collectieve vorm van verwerking van naoorlogse problemen was. Door niet uit het oog te verliezen waarom de Eerste Wereldoorlog gezien werd als bron van 'culturele vernieuwing', kan ook de 'reactionaire moderniteit' van het conservatieve denken in de jaren twintig in al haar gelaagdheid en aanvechtbaarheid worden begrepen. Wat ook aandacht krijgt, is de vraag wat de psychische, filosofische en ideologische implicaties zijn van het feit dat naast Walter Flex' idealisering van de jeugdig bevlogen martelaar, in de oorlogsboeken van Jünger nu ook de verheerlijking van de emotieloze figuur van de 'stoottroepleider'/'arbeider' treedt. Bekeken wordt hoe diepgaand het zo op het eerste gezicht manifeste verschil in verwerking van de oorlog bij beide auteurs nu feitelijk is, en of die twee literaire personages, die twee in eigentijdse vorm gegoten antropologische types, niet beide een antwoord zijn op dezelfde, oerconservatieve behoefte aan eenheid en integratie van alle in het moderne industriële tijdperk divergerende sociale deelsystemen. Beide schrijvers reageren met hun literaire constructies van wereld en leven op de confrontatie met een door hen als onpersoonlijk ervaren werkelijkheid. Beide worden gedreven door hetzelfde verlangen naar dubbele integratie, die enerzijds een oplossing moet zijn voor klemmende bestaansproblemen van de moderne mens, maar - in vervolg daarop - ook de mens als individu een zinvolle plaats in de samenleving moet geven. Beide schrijvers zagen de oorlog als diepe cesuur in de voortgang van het maatschappelijk leven, voor beide was de oorlog het symbool van een fundamentele crisis, maar tegelijk - conform het narratieve model van een seculiere Apocalyps - ook voorwaarde voor het ontstaan van een nieuwe tijd. Tussen hun beider visies op de oorlog, zoals die in hun teksten tot uitdrukking komen, ligt het trauma van de materiaalslag. Na de duidelijke mislukking van Flex' regressieve utopie, die het burgerlijke verlangen naar een nieuwe persoonlijke totaliteit koppelde aan het streven naar de sociale homogeniteit van de 'volksgemeenschap', kwam Jünger, enkele jaren later, met een progressief concept, waarin hij de mens dwingt zich te conformeren aan het type van de 'arbeider' en zich te wapenen met het pantser van de in het Arbeiter-essay ontworpen 'organische constructie'. Hoe antiburgerlijk zich Jüngers pathos van een 'gevaarlijk leven' ook mag voordoen, ook zijn teksten zijn uitdrukking van een universalistisch denken, een denken dat zijn holistische motivatie heeft aangepast aan de situatie van een als 'bloedturbine' begrepen moderne tijd en dat daarom de 'eenheid mens' alleen nog maar kan zien als een 'geharnast type', dat onvoorwaardelijk is geïntegreerd in het systemisch mechanisme van de 'arbeidsstaat'. Op de uit de dynamiek van de modernisering voortvloeiende onzekerheid reageren beide schrijvers met het ontwerp van een ordening. Maar terwijl Flex nog dacht dat hij centrale elementen van het moderne leven - zoals systeemdifferentiatie, rationalisering, individualisering en technologisering - kon negeren in een romantisch-idealistisch tegenmodel, zag Jünger zich gedwongen technologisering en rationalisering in zijn geschiedfilosofie te integreren, om zo tot een nieuw ontologisch kernperspectief te geraken dat fragmentatie en nivellering teniet zou doen. 4. Methode De studie als geheel sluit aan bij een interdisciplinaire onderzoeksrichting die zich de laatste jaren in de cultuurwetenschappelijke theoriedebatten duidelijk heeft geprofileerd. Meer specifiek oriënteert zij zich op probleemstellingen uit de literairhistorische discoursanalyse, de mentaliteitsgeschiedenis en de historische semantiek. Een analyse van het rond 1900 ontkiemende sociologische discours vormt het kader voor een bespreking van de wezenlijke structuurkenmerken van de moderne tijd, waarna de kern van de studie volgt: een interpretatie van de teksten van Flex en Jünger. Binnen die werkanalyse zijn in het kort drie zwaartepunten te onderscheiden: a. Walter Flex Positionering van het denken en schrijven van Walter Flex in de context van het wereld- en zelfbeeld van de Bildungsbürger in de 19de en het begin van de 20ste eeuw, met speciale aandacht voor Georg Bollenbecks studies over de Duitse Bildungsbürger, tevens refererend aan relevant ideeënhistorisch onderzoek naar de Eerste Wereldoorlog. Fysiognomische en historisch-antropologische beschrijving van de jeugdig bevlogen 'wilsmens', belichaamd door Ernst Wurche, waarschijnlijk Flex' bekendste personage. Analyse van de ontstaansvoorwaarden van de teksten van Walter Flex en het effect van die teksten op het discours van de Bildungsbürger tijdens de oorlog en in de jaren twintig. Analyse van de mate waarin de 'wandelaar tussen twee werelden' een voorbeeldfunctie vervulde, met name voor een lezerspubliek dat in niet onaanzienlijke mate afkomstig was uit de jeugdbeweging. b. Ernst Jünger Bespreking van de oorlogsboeken van Ernst Jünger. Reconstructie van de ontwikkeling in Jüngers denken, lopend vanaf de verschillende heroïseringsstrategieën in Stahlgewitter via de nationaal-revolutionaire fase 1925-1930 tot aan de geschiedfilosofische duiding van oorlog en moderne tijd in het essay Der Arbeiter. Plaatsing van de wereldbeschouwing van Ernst Jünger in het discours en de context van de 'conservatieve revolutie'. Analyse van de ontstaansvoorwaarden en receptie van de teksten, essays en krantenartikelen van Jünger, met extra aandacht voor het effect van die publicaties op de door Michael Wildt zo genoemde 'absolute' generatie. Fysiognomie en antropologische structuur van de 'stoottroepleider'/'arbeider', gezien in het licht van een 'ethologie van de kilte'. c. Vergelijking Kritische vergelijking van Flex en Jünger, toegespitst op de vraag of de conservatieve motivatie in denken en schrijven van beide auteurs 'specifiek' valt te noemen, of anders gezegd: of zij op persoonlijke, eigentijdse wijze een antwoord geven op het verlangen naar individuele en sociale integratie. Positionering van de antropologische aanpak binnen het meest recente onderzoek naar de 'fysiognomie en antropologie van de jaren twintig'. Korte beschouwing van de receptie van beide auteurs in de tijd van het nationaal-socialisme. Beschrijving van de plaats van beide 'wereldoorlogsfysiognomieën' in het symbolische repertoire van de nationaal-socialistische dictatuur.
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Die Entwicklung der regionalen Wirtschaft, des Handels und damit des Wohlstands hängen eng mit der zur Verfügung stehenden Verkehrsinfrastruktur zusammen. Der Verkehrssektor sorgt für die Mobilität von Personen sowie den effizienten Austausch von Gütern und Nachrichten und lässt die Bedeutung räumlicher Distanzen in den Hintergrund treten. Hierbei sind sämtliche Bereiche des Verkehrs- und Informationswesens von Bedeutung. In verschiedenen Studien konnten große wirtschaftliche Modernisierungseffekte für die frühe Neuzeit durch die Entwicklung des Postverkehrs in festen Fahrplänen sowie den Bau von Chausseen nachgewiesen werden. Die Innovationen im Bereich der Telekommunikation beschleunigen den Austausch von Informationen um ein Vielfaches, frühere Technologien werden ergänzt oder sogar vollkommen ersetzt durch neue Formen der Informationsvermittlung. (Ein Beispiel ist das Telegramm, das Ende des 19. Jh. und Anfang des 20. Jh. eine hilfreiche und schnelle Form der Nachrichtenübermittlung war, da es wenig Telefone gab und die Briefe eine Laufzeit von ca. 4 Tagen hatten. Im 21. Jh. werden Telegramme nur selten eingesetzt. Das Telegramm hat an Bedeutung verloren, da das Kommunikationsnetz ausgebaut wurde und mittlerweile modernere Möglichkeiten der Datenübertragung wie z.B. SMS, E-Mail, Instant Messaging, zur Verfügung stehen.) Später wurden hinsichtlich der Entwicklung und des Ausbaus des Eisenbahnverkehrs ähnliche Effekte für den Warenhandel und die Integration von Regionen in den überregionalen nationalen Markt und in den Welthandel für die Zeit der industriellen Revolution nachgewiesen. Es soll versucht werden, die quantitative Entwicklung von Indikatoren zu den verschiedenen Verkehrsbereichen Eisenbahn, Kraftfahrzeuge, Binnen- und Seeschifffahrt, Luftverkehr sowie Post- und Nachrichtenverkehr über einen möglichst langen Zeitraum wiederzugeben, um so aufbereitete Zeitreihen der Forschung zur Verfügung zu stellen.
Die vorliegende Datensammlung zum Themenbereich 'Verkehr und Information' enthält insgesamt 75 Zeitreihen, die sich auf den Zeitraum vom Beginn der Amtlichen Statistik zur Zeit des Deutschen Reiches im Jahr 1870 bis zur heutigen Bundesrepublik in den Grenzen vom 3. Oktober 1990 erstrecken; es soll also, soweit es die Quellen erlauben, der Zeitraum von 1870 bis 2010 statistisch wiedergegeben werden. Aufgrund der sich häufig ändernden Erhebungssystematiken sowie durch die Folgen des 1. und des 2. Weltkrieges können nicht für alle Zeitreihen kontinuierlich Daten für den gewünschten Zeitraum zur Verfügung gestellt werden. Entweder liegen für die Zeitabschnitte während der Kriege keine Daten vor oder aber die Vergleichbarkeit insbesondere bei unterschiedlicher Erhebungssystematik ist stark eingeschränkt. Letzeres Problem tritt in besonderer Weise für die Statistik aus der Zeit der ehemaligen Deutschen Demokratischen Republik auf, aber auch die Statistik der früheren Bundesrepublik Deutschland (das Gebiet der alten Länder) kann erhebliche Brüche in der Systematik aufweisen. Der technische Fortschritt ist ein weiterer Grund, der das Fortführen kontinuierlicher Zeitreihen erschwert.
Die Zeitreihen zum Bereich 'Verkehr und Information' decken folgende Gebiete ab: • 01: Eisenbahnen: Streckenlängen und Fahrzeugbestände (1850-2009) • 02: Eisenbahnen: Personen- und Güterverkehr (1850-2002) • 03: Straßenverkehr: Bestand an Kraftfahrzeugen (1902-2010) • 04: Straßenverkehr: Straßenverkehrsunfälle (1906-2010) • 05: Binnenschifffahrt: Bestand an Binnenschiffen (1872-2010) • 06: Binnenschifffahrt: Güterverkehr auf den Binnenwasserstraßen (1909-2010) • 07: Seeschifffahrt: Handelsschiffstonnage und Anzahl der Schiffe (1971-2010) • 08: Seeschifffahrt: Güterumschlag bedeutender Seehäfen - Hamburg, Bremische Häfen, Emden sowie Rostock, Wismar und Stralsund (1925-2010) • 09: Gewerblicher Luftverkehr (1919-2010) • 10: Deutsche Reichs- und Bundespost, Telekommunikation (1871-2010)
Zeitreihen zum Kraftfahrzeugverkehr: 03: Strassenverkehr: Bestand an Kraftfahrzeugen (1902-2010) Kraftfahrzeuge insgesamt, Krafträder, Personenkraftwagen, Kraftomnibusse, Lastkraftfahrzeuge, Zugmaschinen, Sonderkraftfahrzeuge, Bevölkerung in 1000, Krafträder auf 1000 Einwohner, Personenkraftwagen auf 1000 Einwohner, Lastkraftfahrzeuge auf 1000 Einwohner.
Zeitreihen zur Binnenschifffahrt: 05: Bestand an Binnenschiffen (1872-2010) Güterschiffe mit eigener Triebkraft (Anzahl), Güterschiffe mit eigener Triebkraft (Tragfähigk. in 1.000 t), Güterschiffe ohne eigene Triebkraft (Anzahl), Güterschiffe ohne eigene Triebkraft (Tragfähigk. in 1.000 t).
06: Güterverkehr auf den Binnenwasserstraßen (1909-2010) Beförderte Güter (Mill. T.). Zeitreihen zur Seeschifffahrt: 07: Handelsschiffstonnage und Anzahl der Schiffe (1871-2010) Insgesamt, Anteil an Welthandelstonnage, Anzahl der Schiffe.
08: Güterumschlag bedeutender Seehäfen - Hamburg, Bremische Häfen, Emden sowie Rostock, Wismar und Stralsund (1925-2010)
Zeitreihen zur Luftfahrt: 09: Gewerblicher Luftverkehr (1919-2010) Für deutsche Flughäfen: Beförderte Personen, Beförderte Luftfracht, Beförderte Luftpost. Für deutsche Fluggesellschaften: Beförderte Personen, Personenkilometer (Pkm), Beförderte Luftfracht, Beförderte Luftfracht in Tonnenkilometer (Tkm), Beförderte Luftpost, Beförderte Luftpost in Tonnenkilometer (Tkm)
Zeitreihen zum Post- und Telekommunikationswesen: 10: Deutsche Reichs- und Bundespost, Telekommunikation (1871-2010) Für das Deutsche Reich, die Alten Länder und die Neuen Länder bis 1990: Beförderte Briefsendungen, Beförderte Paket- und Wertsendungen, Übermittelte Telegramme, Sprechstellen (Telefonanschlüsse), Ortsgespräche, Ferngespräche, Ton-Rundfunkgenehmigungen (Radioempfang), Fernseh-Rundfunkgenehmigungen. Für Deutschland in den Grenzen vom 3. Oktober 1990 ab 1990: Beförderte Briefsendungen, Beförderte Paket- und Wertsendungen, Übermittelte Telegramme, Sprechstellen (Kanäle) - Alle Service-Anbieter, Sprechstellen (Kanäle) - Dt. Telekom, Sprechstellen (Kanäle) - Wettbewerber der Telekom, Sprechstellen (Telefon-Anschlüsse) - Alle Service-Anbieter, Sprechstellen (Telefon-Anschlüsse) - Deutsche Telekom, Sprechstellen (Telefon-Anschlüsse) - Wettbewerber der Telekom, Mobilfunk, Teilnehmer, Verbindungsvolumen im Festnetz(in Mrd. Minuten; zuvor: Summe Ortsgespräche bzw. Ferngespräche) - Alle Service-Anbieter, Verbindungsvolumen im Festnetz(in Mrd. Minuten) - Dt. Telekom, Verbindungsvolumen im Festnetz(in Mrd. Minuten) - Wettbewerber, TAL-Anmietungen durch Wettbewerber der Deutschen Telekom (Mio Anmietungen), Ortsgespräche, Ferngespräche, Ton-Rundfunkgenehmigungen, Fernseh-Rundfunkgenehmigungen.
Zu den einzelnen Bereichen
Die Eisenbahn Die Frage, ob die Eisenbahn als Staatsbahn oder als privat betriebenes Unternehmen geführt werden soll, begleitet die Eisenbahn schon seit ihren ersten Jahren. Vor allem in den wichtigen Handels- und Industriestädten werden in Deutschland private Aktiengesellschaften gegründet, um den Bau von Eisenbahnstrecken zu finanzieren. Dagegen setzt man in Baden und Braunschweig von Beginn an auf das Staatsbahnsystem. 1886 übernimmt schließlich der preußische Staat die bedeutende "Rheinische Eisenbahngesellschaft". Nach Ende des ersten Weltkrieges 1918 wurde die erste Verfassung eines demokratischen Staates, die Weimarer Verfassung 1919 für das Deutsche Reich beschlossen. Auf Grundlage dieser Verfassung wurde 1920 der Staatsvertrag zur Gründung der Deutschen Reichseisenbahnen in Kraft gesetzt. Die bis dahin noch den Ländern unterstellten staatlichen Eisenbahnen (bzw. Länderbahnen) gingen jetzt in Reichsbesitz über. Im Einzelnen waren dies: die Königlich Bayerischen Staats-Eisenbahnen, die Königlich Sächsischen Staatseisenbahnen, die Königlich Württembergischen Staats-Eisenbahnen, die Großherzoglich Badischen Staatseisenbahnen, die Preußischen Staatseisenbahnen, die Preußisch-Hessische Eisenbahngemeinschaft "K.P. u. G.H. StE", die Großherzoglich Oldenburgischen Staatseisenbahnen und die Großherzoglich Mecklenburgische Friedrich-Franz-Eisenbahn. (Vergl.: http://de.wikipedia.org/wiki/Deutsche_Reichsbahn_%281920%E2%80%931945%29) Neben dieser Entwicklung waren in Deutschland immer sowohl staatseigene als auch private Bahnen tätig. Für die Zeit des Deutschen Reiches, für die ehemalige Bundesrepublik (alte Länder) sowie für Deutschland nach dem 1. Oktober 1990 werden daher die Angaben zu den aufgeführten Beständen jeweils für alle Bahnen zusammen und für die Staatsbahn im speziellen aufgeführt (d.i. Deutsche Reichsbahn, Deutsche Bundesbahn). Zu der Entstehungsgeschichte der einzelnen deutschen Bahnen sowie den Entscheidungsphasen sind wertvolle Hinweise aus R. Fremdling und A. Kunz: Statistik der Eisenbahnen in Deutschland 1835 – 1989. Scripta Mercaturae Verlag, 1995, S. 19ff. zu entnehmen.
01: Eisenbahnen: Streckenlängen und Fahrzeugbestände (1850-2009) Dieser Abschnitt enthält Zeitreihen zur Länge der Schienenstrecken und den Fahrzeugbeständen, die sich aufgliedern in Lokomotiven, Triebwagen, Personenwagen, Gepäckwagen und Güterwagen. Angaben für alle Bahnen zusammen zur Zeit des Deutschen Reiches sowie für die staatseigene Bundesbahn der ehemaligen Bundesrepublik Deutschland in den Grenzen von 1945 wurden – mit Ausnahme der Reihe zu den Triebwagen – bereits von R. Fremdling und A. Kunz im Rahmen ihrer Studie "Statistik der Eisenbahnen in Deutschland 1835 – 1989. Scripta Mercaturae Verlag, 1995" erhoben. Sie decken den Zeitraum 1850-1932 für das Deutsche Reich und 1950-1989 für die Alten Länder (also die ehemalige Bundesrepublik) ab. Ergänzt wurden diese Reihen für 1938 bis 1940 aus den Statistischen Jahrbüchern für das Deutsche Reich bzw. für 1989 bis1993 aus den Statistischen Jahrbüchern für die Bundesrepublik Deutschland. Zusätzlich zu den Reihen von Fremdlung/ Kunz wurden in dieser Studie für die entsprechenden Werte zur Länge des Schienennetzes sowie zum Fahrzeugbestand speziell für die staatliche Bahn des Deutschen Reiches, also für die Deutsche Reichsbahn, sowie für alle Bahnen der Bundesrepublik bis 1993 zusammengestellt. Für die Zusammenstellung der Streckenlängen und Fahrzeugbestände wurde daher sowohl auf die Ergebnisse dieser Studie als auch auf die Publikationen des Statistischen Bundesamtes zurückgegriffen. Für die neuen Länder können für die Zeit der ehemaligen DDR nur zur Staatsbahn – also zu der Deutsche Reichsbahn – Angaben gemacht werden, da es zur Zeit der DDR keine privaten Bahnen gab. Neben dem Statistischen Jahrbuch für die DDR wurden hier die von dem Statistischen Bundesamt herausgegebenen Sonderreihen mit Beiträgen für das Gebiet der ehemaligen DDR und die darin enthaltenen verkehrsstatistischen Übersichten herangezogen. Für die ersten Jahre nach der Wiedervereinigung werden noch Werte für die Gebiete der alten Bundesrepublik und der ehemaligen DDR in den Statistischen Jahrbüchern für die Bundesrepublik Deutschland gesondert ausgewiesen. Ab 1994 werden die Bestände nur noch für Gesamtdeutschland nachgewiesen, so dass die Datenreihen jeweils für die Neuen Länder und die Alten Länder mit dem Jahr 1990, spätestens 1993 enden und nur noch für Deutschland in den Grenzen vom 3. Oktober 1990 fortgeführt werden können. Die Schienenstrecken werden als Eigentumslänge mit Stand am Ende des jeweiligen Kalenderjahres wiedergegeben. Der Fahrzeugbestand bezieht sich immer auf den Stand am Ende des Rechnungs- bzw. Betriebsjahres. Bis 1937 werden Eigentumsbestände der Bahnen ausgewiesen. Anschließend beziehen sich die Werte auf den Einsatzbestand, d.h., in den angegebenen Werten können auch von anderen Bahngesellschaften für den eigenen Bahnbetrieb geliehene Bestände mit enthalten sein. Die Bahn durchlief grundlegende technische Veränderungen. In den alten Ländern, dem Tätigkeitsgebiet der Deutschen Bundesbahn, wurden sukzessiv bis 1977 alle Dampflokomotiven durch Elektro- und Diesellokomotiven ersetzt. Die Schienenstreckentypen wurden vereinheitlicht (vollständiger Abbau von Schienenstrecken für Schmalspurbahnen). Neue Wagentypen und Zugtypen (InterCity, TransEuroExpress) wurden eingeführt. Dies alles kann im Rahmen der vorliegenden Studie nicht detailliert in Form von statistischen Zeitreihen nachgezeichnet werden, da dies den zeitlichen Rahmen des Projektes sprengen würde. Die technischen Veränderungen insbesondere im Bereich der Fahrzeugbestände, und hier besonders in Bezug auf die Triebwagen (Lokomotiven, etc.) haben zu einer Veränderung der Systematik geführt. Um die Darstellung der Reihen möglichst konstant zu gestalten, wurden neu hinzugekommene Triebwagentypen bzw. weiter ausdifferenzierte Wagentypen, die in der Statistik gesondert aufgeführt wurden, soweit es möglich war, zu Oberbegriffen zusammengefasst. Dies wird in den jeweils betreffenden Zeitreihen für den Zeitraum, auf den diese Vorgehensweise angewendet wurde, in den Anmerkungen kenntlich gemacht. So werden ab 1990 im Statistischen Jahrbuch für die Bundesrepublik Deutschland unter dem Oberbegriff 'Triebwagen' die Kategorien 'Elektrische Lokomotiven', Diesellokomotiven', 'Elektrische Triebwagen' und 'Dieseltriebwagen' gesondert aufgeführt. Der Bestand der Lokomotiven wurde für die Vademecum-Studie durch die Aufaddierung der Kategorien 'Elektrische Lokomotiven' und 'Diesellokomotiven' erfasst. Dampflokomotiven wurden so lange erfasst, wie sie auch in den Statistischen Jahrbüchern der Bundesrepublik aufgeführt wurden. Für die Triebwagen wurde jeweils die Summe aus ´Elektrische Triebwagen´ und ´Dieseltriebwagen´ gebildet.
02: Eisenbahnen: Personen- und Güterverkehr (1850-2002) Neben dem Fahrzeugbestand stellt die Leistung in den Bereichen der Personenbeförderung und der Güterbeförderung eine bedeutende betriebswirtschaftliche sowie verkehrsstatistische Größe dar. Der gemäß vergebenen Aufträgen durchgeführte Transport von Gütern inklusive der Be-, Um- und Ausladung, beinhaltet eine Vielzahl von Verkehrsunterstützungs-, Verkehrsvermittlungs- und Verkehrskoordinierungsprozessen. Zum einen kann die Verkehrsleistung in den absoluten Werten ausgedrückt werden, d.h. die Anzahl der transportierten Personen bzw. das Gewicht der transportierten Güter. Statistisch wird die Verkehrsleistung mit Hilfe einer Kennzahl zum Ausdruck gebracht, die für den Personentransport die Dimension »Pkm (Personenkilometer)« (= Personen X Kilometer) und für den Gütertransport die Dimension »tkm (Tonnenkilometer)« (= Tonnen X Kilometer) hat. Das Produkt aus der zurückgelegten Strecke und der Menge der transportierten Güter bzw. der beförderten Personen wird als 'Aufwandsgröße' im Transportwesen verstanden. Diese vier Größen werden jeweils für alle Bahnen zusammen sowie für die Deutsche Reichsbahn/Deutsche Bundesbahn im speziellen dargestellt – wobei für die neuen Bundesländer Angaben nur für die Deutsche Reichsbahn erhältlich sind. Auch hier kann für die Zeit des Deutschen Reiches auf die Studie von Fremdling und Kunz für alle Bahnen zusammen zurückgegriffen werden. Für die Deutsche Reichsbahn im speziellen werden die Angaben des Statistischen Reichsamtes in den herausgegebenen Jahrbüchern herangezogen. Für das Gebiet der alten Bundesländer stellen Fremdling und Kunz Kennzahlen für die Deutsche Bundesbahn zur Verfügung. Dementsprechend werden die Kennzahlen für alle in der Bundesrepublik Deutschland (Alte Länder) tätigen Bahnen zusätzlich aus der amtlichen Statistik erhoben.
Der motorisierte Strassenverkehr: Rainer Flik beschreibt in seinen Arbeiten "Motorisierung des Straßenverkehrs, Automobilindustrie und Wirtschaftswachstum in Europa und Übersee bis 1939" (in: M. Lehmann-Waffenschmidt (Hg., 2002): Perspektiven des Wandels - Evolutorische Ökonomik in der Anwendung. Metropolis – Verlag für Ökonomie.) und insbesondere "Von Ford lernen? Automobilbau und Motorisierung bis 1933. Köln: Böhlau, 2001" die Ursachen für die verzögerte Durchsetzung des Automobils als Transportmittel sowie die verspätete Motorisierung der deutschen Bevölkerung. Es waren seiner Analyse zu Folge die schlechteren Rahmenbedingungen für den Automobilmarkt und weniger Unterschiede in den Bedürfnissen der Bevölkerung oder im Unternehmerverhalten, die dem Automobil in Deutschland zunächst zum Nachteil gereichten. In den dicht besiedelten und durch die Eisenbahn und Strassenbahn (sog. Pferdeomnibusse und Pferdebahnen, später um 1880 sukzessive ersetzt durch die Elektrische Stadt- bzw. Strassenbahn) gut erschlossenen Ballungsräumen Deutschlands spielte zunächst das Automobil für die Wirtschaft und den Transport der Güter eine untergeordnete Rolle. Darüber hinaus waren hohe Investitionskosten für den Ausbau von Strassen notwendig, während die Schienenstrecken für die Eisenbahn in den deutschen Großstädten schon vorhanden waren. Daher wurde auch durch die Besteuerungspraxis des Staates das Automobil gegenüber der Eisenbahn zunächst benachteiligt, was zur Folge hatte, dass die Motorisierung des Mittelstandes langsamer verlief als beispielsweise in den USA. Erst in den 1920er Jahren hat das Lastkraftfahrzeug in den Ballungsräumen sich als Transportfahrzeug durchsetzen können, während der Personenkraftwagen noch als teures Luxusgut nur wenigen wohlhabenden Personen zugänglich war. Dagegen spielte das Motorrad für die Motorisierung der deutschen Bevölkerung eine entscheidende Rolle. Deutschland hatte in den 30er Jahren die höchste Motorraddichte und war der bedeutendste Motorradproduzent auf dem Weltmarkt. Als das Automobil technisch ausgereift war und die für den wirtschaftlichen Betrieb notwendige Infrastruktur geschaffen war, konnte sich der Diffusionsprozess schneller und erfolgreicher entfalten. Flik unterscheidet in dem Diffusionsprozess des Automobils in Deutschland drei Stadien: Motorisierung der Oberschicht, Motorisierung des Gewerbe treibenden Mittelstandes und schließlich die Massenmotorisierung (Flik, R.: 2005: Nutzung von Kraftfahrzeugen bis 1939 – Konsum- oder Investitionsgut? In: Walter, R. (Hrsg.): Geschichte des Konsums. Erträge der 20. Arbeitstagung der Gesellschaft für Sozial- und Wirtschaftsgeschichte, 23-26. April 2003 in Greifswald. Stuttgart: Franz Steiner). Für die Zeitreihen zum Kraftfahrzeugbestand in Deutschland wird auf die Studiendaten von Flick zurückgegriffen, welche durch Daten der amtlichen Statistik (Statistisches Bundesamt und Kraftfahrt-Bundesamt) ergänzt werden. Ein weiteres Kapitel (Tabelle 04) zeichnet die Entwicklung der Strassenverkehrsunfälle statistisch nach.
03: Bestand an Kraftfahrzeugen (1902-2010) Der Bestand der Kraftfahrzeuge nach Kraftfahrzeugtyp spiegelt die Durchsetzung dieses Verkehrsmittels wieder. Es liegen Zeitreihen zum Bestand der Kraftfahrzeuge insgesamt und Kraftfahrzeuge untergliedert nach den Typen Motorrad, Personenkraftwagen, Kraftomnibusse, Lastkraftfahrzeuge, Zugmaschinen und schließlich Sonderkraftfahrzeuge vor. Weiterhin werden der Bestand an Motorrädern, Personenkraftwagen und Lastkraftwagen pro 1000 Einwohner wiedergegeben. Aufgrund vorgenommener Korrekturen können die Werte zu den einzelnen Reihen zwischen den verschiedenen Ausgaben der statistischen Jahrbücher abweichen. Da Flik sich in seiner Studie auf die Angaben der amtlichen Statistik stützt, wurden Werte des Statistischen Bundesamtes dann den Werten von Flik vorgezogen, wenn diese Publikationen neueren Datums sind und von den Angaben bei Flik abweichen. Für das Deutsche Reich sind die Angaben auf den jeweiligen Gebietsstand Deutschlands bezogen. Das Saarland ist von 1922 bis 1935 nicht eingeschlossen. Die Angaben für 1939 beruhen auf einer Fortschreibung des Kraftfahrzeugbestands von 1938 und schließen die 1938 und 1939 dem Deutschen Reich angeschlossenen Gebiete nicht ein. Die Daten geben den Bestand jeweils zum 1. Januar wieder. Ferner wird bis 1933 der Bestand ohne vorübergehend abgemeldete Fahrzeuge, ab 1934 inklusive der vorübergehend abgemeldeten Kraftfahrzeuge angegeben. Bis 1914 wurde in der Erfassung zwischen Personenkraftwagen und Kraftomnibussen keine Unterscheidung getroffen, so wurden beide in der Kategorie Personenkraftwagen wiedergegeben. Unter der Rubrik 'Sonderkraftfahrzeuge' werden Fahrzeuge der Kommunen (Kommunalfahrzeuge) aufgeführt, wie z.B.: Straßenreinigungsmaschinen, Feuerwehrfahrzeuge, sowie ab 1948 Krankenwagen. Weiterhin werden Abschlepp- u. Kranwagen sowie Wohnwagen u. ähnliche Fahrzeuge dieser Kategorie zugeordnet. Der Kraftfahrzeugbestand insgesamt für das Gebiet der alten Länder (ehemalige Bundesrepublik) wurde aus den Daten zu den einzelnen Fahrzeugtypen berechnet. Die Werte für die neuen Länder bzw. für die ehemalige DDR sind für die Zeit bis 1989 den Statistischen Jahrbüchern für die DDR entnommen worden. Für die Zeit von 1990-1994 wurde die Publikation 'Verkehr in Zahlen', vom Bundesministerium für Verkehr, Bau und Stadtentwicklung herausgegeben, herangezogen. Bei der Erfassung der Sonderkraftfahrzeuge und der Kraftomnibusse wurde in der Statistik der ehemaligen DDR 1978 eine neue Systematik eingeführt, in der einige Fahrzeugtypen den jeweiligen Obergruppen neu zugeordnet wurden. Das hat in den beiden Fahrzeug-Gruppen zu einer starken Erhöhung der Fahrzeug-Anzahl geführt. Es muß dennoch festgehalten werden, dass der Anstieg der Fahrzeuge um 28000 bzw. 30000 Fahrzeuge von einem Jahr auf das andere sich nicht aus den Veränderungen der Fahrzeugbestände der anderen Fahrzeugtypen erklären lässt, so dass der Hinweis auf eine veränderte Systematik sich nicht in den Zahlen der Datenreihen wiederspiegelt.
04: Straßenverkehrsunfälle (1906-2010) Insbesondere das Automobil hat den einzelnen Bürgern in der Gesellschaft in jüngster Zeit einen enormen Mobilitätszuwachs beschert. Im Laufe der Zeit konnten immer größere Teile der Bevölkerung am Individualverkehr partizipieren. Die Kehrseite der Mobilität einer ganzen Gesellschaft sind die Unfälle mit den Verletzten und Getöteten. Durch die massenhafte Verbreitung motorisierter Fahrzeuge, die sich im selben Verkehrsraum wie Pferde und Fuhrwerke, Fußgänger oder Radfahrer bewegen, steigt die Unfallwahrscheinlichkeit stark an. Auch die Geschwindigkeit der motorisierten Verkehrsmittel erhöht die Unfallwahrscheinlichkeit und die Schwere der Unfälle, den Personen- und Sachschaden enorm. Darüber hinaus hat die Strassenverkehrssicherheit und damit die Zuverlässigkeit, mit der Güter schnell und sicher transportiert werden können und unbeschadet am Zielort ankommen, einen empfindlichen Einfluß auf die wirtschaftliche Entwicklung. Denn der Transport übernimmt eine bedeutende Funktion als Wachstumsmotor durch die Erweiterung der Märkte. Eine besondere Zusammenstellung von langen Zeitreihen zur Entwicklung der Strassenverkehrsunfälle erscheint daher sinnvoll. Das Statistische Bundesamt definiert Straßenverkehrsunfälle wie folgt: "Straßenverkehrsunfälle sind Unfälle, bei denen infolge des Fahrverkehrs auf öffentlichen Wegen und Plätzen Personen getötet oder verletzt wurden oder Sachschaden entstanden ist. Auskunftspflichtig für die Statistik der Straßenverkehrsunfälle ist die Polizei. Demzufolge sind Unfälle, zu denen die Polizei nicht gerufen wurde, in der Statistik nicht enthalten. ( In der Unfallstatistik ) … werden Angaben zu Unfällen, Beteiligten, Fahrzeugen, Verunglückten und Unfallursachen erfasst." Statistisches Bundesamt Es wird regelmäßig vom Statistischen Bundesamt ein Heft der Fachserie 8, Reihe 7 mit langen Reihen zu Verkehrsunfällen herausgegeben. Auf der Basis dieser Publikation wurden die Reihen zu der Anzahl der Unfälle, der bei Unfällen Getöteten und der Verletzten zusammengestellt.
Die Schifffahrt
Eine der ersten Verkehrsmittel war die Fortbewegung mit Flößen, später mit Schiffen, zunächst in Ufernähe und auf Flüssen, später auf hoher See. Schon sehr früh wurde der Radius der Fortbewegung erheblich erweitert. Noch bevor die Staaten Europas die Blüte der Hochseeschifffahrt erreichten, haben sie schon die Flüsse als Transportwege für den Handel benutzt. Große Handelsstädte entstanden entlang der großen Flüsse Rhein, Main, Mosel, Donau, Oder, usw. Die Schifffahrt ermöglichte so schon früh den Austausch von Gütern und Ideen, brachte aber auch Auseinandersetzungen über territoriale, wirtschaftliche und militärische Interessen mit sich. Im Laufe der Zeit spezialisierte sich die Schifffahrt in zivile und militärische Bereiche, in Handel und Fischerei. Die Schifffahrt wird im folgenden unterteilt in Binnenschifffahrt und Seeschifffahrt.
05: Bestand an Binnenschiffen (1871-2010) Die Binnenschifffahrt umfasst die Binnen-see-schifffahrt, Flussschifffahrt und Kanalschifffahrt, wobei im Rahmen der vorliegenden Studie auf die Fluss- und Kanalschifffahrt der Schwerpunkt gelegt wird. Binnenfischerei mit Fischerbooten und Transport mit Frachtschiffen auf Binnengewässern machten den Hauptanteil der Binnenschifffahrt aus. Im 17. Jh. wurden noch auf Flößen große Mengen Holz auf den Flüssen nach Holland transportiert. Ende des 18. Jahrhunderts kamen die Treidelschiffe zum Einsatz (Boote und Kähne durch Segel, Ruder, Staken oder Treidel fortbewegt). Mit Erfindung der Dampfmaschine setzten sich Schiffe mit eigener Triebkraft immer stärker in der Binnenschifffahrt durch. Sämtliche Massengüter wurden auf den Binnengewässern transportiert (z.B. Kohle, Erze und Erdölprodukte). Mit dem Ausbau von Binnenwasserstraßen und Schleusen, durch die eine Regulierung des Wasserstandes ermöglicht wurde, kann der Transport über die Binnenwasserstraßen beschleunigt werden. Heute übernimmt die Binnenschifffahrt Massentransporte in vielen Bereichen (Containertransport, Autotransport, etc.). Laut des Bundesverbandes für Deutsche Binnenschifffahrt dominieren Schütt- und greiferfähige Massengüter, wie etwa Baustoffe, Erze, Kohle und Stahl, mit einem Anteil von rund 70 % an der Gesamtmenge das Geschäft der Binnenschifffahrt (http://www.binnenschiff.de/). Für die Hütten- und Stahlindustrie ist die Binnenschifffahrt unentbehrlich. Auch in deutschen und europäischen Logistikketten stellt die Binnenschifffahrt ein unverzichtbares Glied dar. Im Rahmen dieser Studie kann der Bestand der in der Binnenschifffahrt zum Einsatz gekommenen Schiffe nach Schiffstyp nicht wiedergegeben werden, da dies den Rahmen sprengen würde. Einer der einschneidendsten Veränderungen war die Dampfmaschine und damit die Möglichkeit, Schiffe mit eigener Triebkraft zu bauen. Daher wird hinsichtlich des Bestandes der Binnenschiffe zwischen Güterschiffen mit eigener Triebkraft und Güterschiffen ohne eigene Triebkraft unterschieden. Der Bestand der Schiffe wird dargestellt zum einen anhand der Anzahl der Schiffe, zum anderen aber mittels der Tragfähigkeit des Binnenschiffsbestandes in 1000 t. Für das Deutsche Reich und für die Bundesrepublik Deutschland dient als Datenquelle die Studie von Kunz, Andreas (Hrsg.), 1999: Statistik der Binnenschiffahrt in Deutschland 1835-1989. St. Katharinen: Scripta Mercaturae Verlag.; GESIS Köln, Deutschland ZA8157 Datenfile Version 1.0.0; Datentabelle: Bestand an Binnenschiffen. Die Angaben zu den Beständen beziehen sich für die Periode von 1845-1956 auf den 1.1. und ab 1957 auf den 31.12. des jeweiligen Jahres. Zum Teil wurden die Angaben vom Primärforscher geschätzt. Für den Bestand an Binnenschiffen der ehemaligen DDR dient das Statistische Jahrbuch für die DDR, Jg. 1990, S. 260, Tab. ´Registrierter Bestand an Binnenschiffen´ als Datenquelle. Hier werden nur Schiffe mit eigener Triebkraft aufgeführt und es wird der Jahresdurchschnitt berichtet. Aussagen zu Schiffen ohne eigene Triebkraft können nicht gemacht werden. Für Deutschland in den Grenzen von Oktober 1990 wurde das Statistische Jahrbuch für die Bundesrepublik Deutschland als Datenquelle herangezogen. Die Werte beziehen sich immer auf den Stand zum 31.12. des jeweiligen Jahres. Es wurde die Summe aus Gütermotorschiffen und Tankmotorschiffen für Reihe der Schiffe mit eigener Triebkraft gebildet. Schlepper und Schubboote wurden nicht mit einbezogen. Fahrgastschiffe wurden ebenfalls nicht mit einbezogen. Güterschleppkähne und Tankschleppkähne wurden dagegen in die Reihe der Binnenschiffe ohne eigene Triebkraft aufgenommen.
06 Güterverkehr auf den Binnenwasserstraßen (1909-2010) Der Transport von Gütern auf den Binnenwasserstrassen ist ein Indikator für die Leistungs- und Wettbewerbsfähigkeit der Binnenschifffahrt. Bedeutende Einflussfaktoren sind die verfügbaren Höhen der Wasserspiegel der Flüsse und später der Binnenkanäle. Der Bau von Schleusen hat den Transport auf Binnenwasserstraßen entscheidend beschleunigt. Kleinere Flüsse, wie z.B. der Neckar, der Main oder die Mosel wurden durch die Kanalisierung und den Bau von Schleusen erst schiffbar gemacht. Der Bau von Binnenlandkanälen ergänzt die Flüsse, indem zwei Flüsse miteinander verbunden werden (z.B. der Mittellandkanal). Insgesamt wurde durch solche Baumaßnahmen der Umfang der schiffbaren Wasserstraßen entscheidend erhöht. Bei der Erfassung der Transportleistung deutscher Binnenwasserstraßen ist auch der Gütertransport nicht-deutscher Fahrzeuge beteiligt. Für das Deutsche Reich in den Grenzen vom 31.12.1937 wurde für den Zeitraum von 1909-1914 und 1932-1938 die Publikation vom Statistischen Bundesamt: Bevölkerung und Wirtschaft 1872-1972, S. 207 als Quelle herangezogen. Für 1919-1931sind die erhobenen Zeitreihen von Andreas Kunz: Statistik der Binnenschifffahrt in Deutschland 1835-1989; GESIS Köln, Deutschland ZA8157 Datenfile Version 1.0.0., Datentabelle: Verkehrsleistungen auf Binnenwasserstraßen verwendet worden. Auch für die frühere Bundesrepublik Deutschland in den Grenzen von 1949, also die sogenannten Alten Länder, wurde für die Jahre 1936, 1938, 1947 u. 1948 auf die Publikation des Statistisches Bundesamtes: Bevölkerung und Wirtschaft, S. 207 zurückgegriffen. Für 1949-1989 stammen die Werte aus der Studie von A. Kunz (ZA8157 Datenfile Version 1.0.0.). Einbezogen wurden für das Bundesgebiet die Wasserstaßen des Elbegebietes, des Wesergebietes, des Mittellandkanalgebietes, das Westdeutsche Kanalgebiet, das Rheingebiet, das Donaugebiet, sowie Berlin (West). Auch der Durchgangsverkehr auf den deutschen Wasserstrassen wurde mit erfasst. Für den Bereich der ehemaligen DDR bzw. der Neuen Länder wurde auf das Statistische Jahrbuch für die DDR zurückgegriffen. In dieser Reihe werden die Transportwerte inklusive der von der Binnenreederei der DDR beladenen Schiffe anderer Länder berichtet. Ausnahmen bilden die Jahre 1960, 1965, 1970, 1975, 1980 und 1985 bis 1989. Hier werden nur für die deutschen Binnenschiffe die Werte angegeben. Für das wiedervereinte Deutschland stehen die Transportwerte seit 1991 zur Verfügung. Die Werte wurden mittels einer Abfrage vom 15. Februar 2012 von der GENESIS-Online Datenbank ermittelt. (vergleiche: (www-genesis.destatis.de; Abfrage: ´Beförderte Güter (Binnenschifffahrt): Deutschland, Jahre, Hauptverkehrsbeziehungen, Flagge des Schiffes, Güterverzeichnis (Abteilungen)´)
07 Handelsschiffstonnage (1871-2010) Eine leistungsfähige Seeschifffahrt hat schon früh zur Erweiterung der regionalen Märkte beigetragen. Ein Beispiel für die frühe Globalisierung stellt die Hanse dar, die ohne die Seeschifffahrt nicht möglich gewesen wäre. Die zwischen Mitte des 12. Jahrhunderts und Mitte des 17. Jahrhunderts bestehenden Vereinigungen niederdeutscher Kaufleute hatte sich zum Ziel gesetzt, die Sicherheit der Überfahrt zu verbessern und die Vertretung gemeinsamer wirtschaftlicher Interessen besonders im Ausland wahrzunehmen. In den Zeiten ihrer größten Ausdehnung waren beinahe 300 See- und Binnenstädte des nördlichen Europas in der Städtehanse zusammengeschlossen. Eine wichtige Grundlage dieser Verbindungen war die Entwicklung des Transportwesens, insbesondere zur See. Die Kogge, ein bauchiges Handelsschiff, stellte den bedeutendsten größeren Schiffstyp der Hanse dar. Im ausgehenden 14. Jahrhundert wurden die Koggen mehr und mehr von anderen Schiffstypen abgelöst. Im 15. Jahrhundert setzte der Machtverlust der Hanse ein, der unter anderem auch durch die Entdeckung Amerikas ausgelöst wurde. Der bisher dominierende Ostsee-Westsee-Handel (heute Nordsee-Handel) wurde nun in überseeische Gebiete ausgedehnt. Dabei ging nicht etwa das Handelsvolumen der Hanse im eigentlichen Sinne zurück, es entstanden jedoch mächtige Konkurrenten, die die Bedeutung der Hanse für die einzelnen Städte und Kaufleute schwächten (siehe hierzu: http://de.wikipedia.org/wiki/Hanse und Rolf Hammel-Kiesow (2008): Die Hanse, München 4. aktualisierte Auflage). Auch heute ist eine leistungsfähige Seeschifffahrt Voraussetzung für die Globalisierung. Arbeitsteilige Volkswirtschaften sind in starkem Maße vom überseeischen Handel abhängig. Die Handelsschiffstonnage gibt die Transportkapazität in Tonnen einer Handelsflotte an. Bei fortschreitender Technik im Schiffsbau steigt auch die Transportkapazität einzelner Schiffe, was die Wettbewerbsfähigkeit positiv beeinflusst. Die Entwicklung der Handelsschiffstonnage ist somit ein Indikator neben anderen, der die Stellung und Leistungsfähigkeit der nationalen Handelsflotte auf dem Weltmarkt angibt. Die Zusammenstellung der deutschen Handelsschiffstonnage gibt die Tonnage einmal in Bruttoregistertonnen und zum anderen, soweit die entsprechenden Werte aus den Quellen erhoben werden konnten, als Anteil an der Welthandelstonnage wieder. Auch die Anzahl der Handelsschiffe wird angeführt. Das Raummaß Bruttoregistertonne (abgekürzt = BRT) ist die Maßeinheit für die Tragfähigkeit der Seeschiffe. Es wird der gesamte umbaute Schiffsraum vermessen (Bruttoraumgehalt bzw. Bruttotonnage). Seit dem 1. Juli 1994 wird der Raumgehalt eines Schiffes in Bruttoraumzahl (BRZ) und Nettoraumzahl (NRZ) berechnet. Die Angaben für das Deutsche Reich beziehen sich auf das Reich in seinen jeweiligen Grenzen. Als Quellen wurde das Statistische Jahrbuch für das Deutsche Reich sowie die Publikation "Bevölkerung und Wirtschaft" des Statistischen Bundesamtes herangezogen. Ab 1900 geben die Werte den Stand zum 1. Juli des jeweiligen Jahres an. Für die Alten Länder bzw. das Gebiet der ehemaligen Bundesrepublik Deutschland wurden die Werte aus der Publikation "Verkehr in Zahlen" des Bundesministeriums für Verkehr, Bau und Stadtentwicklung, Tabelle: ´Seeschifffahrt - Handelsflotte der BRD´ bezogen. Hier beziehen sich die Werte jeweils auf den 31 Dezember des jeweiligen Jahres. In dieser Quelle wurden Schiffe mit mechanischem Antrieb und einem Raumgehalt von mindestens 100 BRT und mehr berücksichtigt. Außerdem sind für den Zeitraum von 1975 – 1990 Schiffe unter der Flagge der Bundesrepublik einschl. ausländischer Schiffe mit Flaggenschein aufgenommen worden. Schiffe der BRD, die unter fremder Flagge fuhren, werden nicht berücksichtigt, da sie nicht für den deutschen Handel und Transport verwendet werden. Leider kann nach 1971 keine Angabe zum Anteil der deutschen Handelsschiffstonnage an der Welthandelstonnage gemacht werden. Für das Gebiet der ehemaligen DDR wurde das Statistische Jahrbuch für die DDR, Jahrgang 1990, als Quelle herangezogen. Hier ist der Stichtag der Bestandsangaben, wie im Falle des Deutschen Reiches, der 1.7. des jeweiligen Jahres. Für das wiedervereinte Deutschland in den Grenzen des 3. Oktobers 1990 beziehen sich die Angaben – wie für die ehemalige Bundesrepublik – auf den Stand zum 31.12. des jeweiligen Jahres. Als Quelle wurde die Publikation "Verkehr in Zahlen" des Bundesministeriums für Verkehr, Bau und Stadtentwicklung herangezogen.
08 Güterumschlag in bedeutenden Seehäfen - Hamburg, Bremische Häfen, Emden sowie Rostock, Wismar und Stralsund (1925-2010) Der Güterumschlag eines Hafens ist ein Indikator für seine wirtschaftliche Bedeutung und der Einbettung des Hafens in der Logistikkette. Bei guter Anbindung an Bahn und Autobahn und kurzen, zügigen Be- und Entladungsphasen von Schiffen sowie LKWs und Bahn-Waggongs wird sich ein Hafen als Güterumschlagszentrum etablieren. Die Datentabelle K15.08 enthält für die wichtigsten Häfen Deutschlands die Entwicklung des Güterumschlags vom Deutschen Reich bis zum Jahr 2010 im wiedervereinten Deutschland in den Grenzen vom 3. Oktober 1990. Vor dem Hintergrund der Teilung Deutschlands nach dem 2. WK in zwei Staaten und der Auswahl der wichtigsten Häfen für die ehemalige DDR, wie sie in dem Statistischen Jahrbuch für die ehemalige DDR getroffen wurde, sind folgende Häfen in der Datentabelle aufgenommen worden: Hamburg, Bremische Häfen, Emden, Rostock, Wismar und Stralsund. Als Quelle dienen die Statistischen Jahrbücher für das Deutsche Reich, für die Bundesrepublik Deutschland und für die DDR. Für die neuen Länder wurde darüber hinaus noch die Publikation des Bundesministeriums für Verkehr, Bau und Stadtentwicklung, Verkehr in Zahlen, Jg. 1990, S. 282, Tabelle: 'DDR Kennziffern - Seehäfen und Binnenhäfen' herangezogen.
Die Luftfahrt
Mit der Erfindung des Flugzeuges tritt eine vollkommen neue Form der Fortbewegung auf den Markt. Die ersten Flugzeuge wurden zunächst nur für militärische Zwecke genutzt; 1919 setzte mit Gründung der Deutschen Luft-Reederei (DLR) in Deutschland eine Entwicklung hin zum zivilen Luftverkehr ein. Die Deutsche Luft-Reederei (DLR) wurde vom Reichsluftamt in Berlin als weltweit erste Fluggesellschaft für den zivilen Luftverkehr zugelassen. Zwischen Berlin und Weimar begann der regelmäßige Post- und Passagierverkehr. Die Luftpost mit Flugzeugen, die schon während des Ersten Weltkriegs entstand, wurde wesentlich ausgebaut. In den darauf folgenden Jahren entstanden viele kleine Fluggesellschaften, die häufig nur eine Strecke bedienten. Der technische Fortschritt ermöglichte schließlich die Entwicklung eines Verkehrsflugzeuges mit beheizbarer Kabine und gepolsterten Sitzen. 1926 wurde die "Deutsche Lufthansa AG" unter Beteiligung des Reiches, der Länder und Städte gegründet. Bis 1945 war sie Einheitsgesellschaft für den zivilen Luftverkehr mit weit verzweigtem europäischem Streckennetz. Mit der Kapitulation Deutschlands nach dem 2. Weltkrieg im Mai 1945 wurde die deutsche Luftfahrt zunächst unterbrochen. Nach der Gründung der Bundesrepublik Deutschland und der Einrichtung des Verkehrsministeriums konnte der zivile Luftverkehr wieder 1955 aufgenommen werden. Der Luftverkehr hat gerade für eine international ausgerichtete Volkswirtschaft wie Deutschland eine enorme Bedeutung durch die hohen Mobilitätszuwächse in wirtschaftlichen Bereichen und im Bereich des Personenverkehrs. Mit Einsetzen des Luftverkehrs als Transportmittel ist eine Verringerung der Transportkosten und Transportzeiten zwischen weit entfernten Orten erreicht worden. Eisenbahn- und Schiffsverkehr stellen für den Flugverkehr aufgrund der größeren Gütermengen, die sie transportieren können, sowie der günstigeren Kosten pro transportierter Gewichtseinheit, weiterhin wichtige Mitbewerber im Bereich des Gütertransportes dar. Wesentliche Akteure des Luftverkehrs sind neben der Flugsicherung die Flughäfen und die Fluggesellschaften. In der Zeit von 1919 bis 1949 entwickelte sich der Luftverkehr bis in die 1970er Jahre hinein als ein stark staatlich regulierter Sektor. Die Luftverkehrsgesellschaften wie z.B. die Deutsche Lufthansa sowie die Flughäfen befanden sich oft im Besitzt des jeweiligen Heimatlandes. Ende der 70er Jahre setzte in den USA ein Deregulierungsprozess des Luftverkehrssektors ein, der schließlich auch in den 80er Jahren die Länder der Europäischen Union erfasste. Die Europäische Gemeinschaft verwirklichte in drei großen Liberalisierungsschritten in den Jahren 1987, 1990 und 1993 eine weitgehend vollständige Dienstleistungsfreiheit für den innereuropäischen Luftverkehr. (vergl.: St. Kraft: Geschäftsmodelle strategischer Luftverkehrsallianzen. Universität Gießen. WEB: http://www.org-portal.org/fileadmin/media/legacy/Gesch_ftsmodelle_strategischer_ Luftverkehrsallianzen.pdf)
09 Gewerblicher Luftverkehr der deutschen Fluggesellschaft und aller Fluggesellschaften auf deutschen Flugplätzen (1919-2010)
Solange der Luftverkehr noch nicht liberalisiert war, diente der größte nationale Flughafen der nationalen Fluggesellschaft als Hauptstützpunkt. Aufgrund der strikten Reglementierung des europäischen Luftverkehrs durch bilaterale Abkommen wurde den Fluggesellschaften die Streckenführung und Passagierbeförderung größtenteils vorgegeben. Nur, wenn es um Zubringerdienste (die sog. spokes) innerhalb des eigenen Landes ging, konnten die Passagierströme für Langstreckenflüge auf einen bestimmen Flughafen als sogenannten Hub (=gewählter Umsteigeflughafen einer Fluggesellschaft) konzentriert werden. Nach der Liberalisierung innerhalb der EU treten Flughäfen und Fluggesellschaften nun als selbständige Akteure auf, die Entscheidungen nach Effizienzgesichtspunkten fällen können. Die Flughäfen treten untereinander in den Wettbewerb ein. Mit dem Ausbau ihrer Kapazitäten und Dienstleistungen am Boden versuchen sie, für Fluggesellschaften als Hauptstützpunkt (das sog. Hub-and-Spokes-System ) attraktiv zu sein. Unternehmen des Güterverkehrs sowie die Teilnehmer des Personenverkehrs sollen aufgrund guter Serviceleistungen angesprochen werden. Die Fluggesellschaften wiederum konkurrieren über angebotene Flugrouten und Preise. (vgl. Gordon Paul Schenk, 2003: Auf dem Weg zu einem gemeinsamen Markt im Luftverkehr. Dissertation, Hamburg, S. 123 f.) Von daher erscheint es sinnvoll, die erbrachten Transportleistungen im Luftverkehr sowohl nach den Fluggesellschaften als auch nach den Flughäfen getrennt darzustellen. Es wurde versucht, möglichst lange kontinuierliche Datenreihen für Deutschland zur Zeit des Deutschen Reiches bis 1938/1940, jeweils für die frühere Bundesrepublik (Alte Länder) und die ehemalige DDR (Neue Länder) von 1950 bis 1990 sowie für das wiedervereinte Deutschland in den Grenzen vom 3. Oktober 1990 für die Zeit von 1990 bis 2010 zusammenzustellen. Für die Flughäfen wurden die Leistungen sämtlicher deutscher und ausländischer Fluggesellschaften aufgenommen. Zur Zeit des Deutschen Reiches ist auch der Luftschiffverkehr in den Zahlen mit enthalten. Für die Bundesrepublik Deutschland und das wiedervereinte Deutschland wurde der Gesamtverkehr einschließlich des Durchgangsverkehrs erfasst. Für die alten Länder (ehemalige Bundesrepublik) wurden die Werte folgender Flughäfen erfasst: Berlin-West, Bremen, Düsseldorf, Frankfurt, Hamburg, Hannover, Köln, München, Nürnberg, Stuttgart, ab 1977 Saarbrücken. Die Datenreihen für die Neuen Länder beziehen sich auf die Flughäfen Berlin- Schönefeld, Dresden, Leipzig/Halle, ab 1998 Erfurt. Für die Fluggesellschaften werden jeweils neben den Beförderungsleistungen in absoluten Zahlen auch die Kennwerte der Transportleistungen, Personenkilometer und Tonnenkilometer angegeben. Für die ehemalige DDR wird in dem Statistischen Jahrbuch für die DDR nur für die Fluggesellschaft der ehemaligen DDR, die Interflug bzw. Deutsche Lufthansa der DDR berichtet, so dass für die Zeit von 1945 bis 1990 keine Angaben zu den Flughäfen gemacht werden können. Folgende Zeitreihen sind in dieser Datentabelle aufgenommen worden: Für die deutschen Flughäfen: - Beförderte Personen in 1000; - Beförderte Luftfracht in 1000 t.; - Beförderte Luftpost in 1000 t. Für die deutschen Fluggesellschaften: - Beförderte Personen in 1000; - Beförderte Personen in Personenkilometer; - Beförderte Luftfracht in 1000 t.; - Beförderte Luftfracht in 1000 Tonnenkilometer; - Beförderte Luftpost in 1000 t. - Beförderte Luftpost in 1000 Tonnenkilometer.
Die Nachrichtenübermittlung durch Post und Telekommunikation
Die Beförderung von Nachrichten, Kleingütern und zum Teil auch Personen ist ein wesentlicher Bestandteil eines funktionsfähigen Gemeinwesens. Bis zum späten Mittelalter gab es in dem damaligen Heiligen Römischen Reich deutscher Nationen kein etabliertes System der allgemeinen Nachrichtenübermittlung, sondern Kaiser, Klerus und Fürsten sendeten per Boten ihre Nachricht direkt zum Zielort. Der Habsburger Maximilian I. benötigte für die effektive Verwaltung seines Reichs eine zuverlässige und sichere Nachrichtenübermittlung. 1490 beauftragte er die Familie Torre e Tassis (später Thurn und Taxis) mit der Einrichtung einer systematisch organisierten Nachrichtenübermittlung. Durch die Einrichtung von Poststationen war die Übermittlung von Nachrichten nicht mehr an eine Person, den Boten, gebunden, sondern wurde – vergleichbar einem Staffelrennen – an der Station einem anderen Reiter übergeben. Der Nachrichtenbeförderung wurde bei Tag und bei Nacht durchgeführt. Dieses Poststationen-System wurde ständig erweitert, Briefe konnten so über große Distanzen innerhalb von 5 bis 6 Tagen transportiert werden. Die Nachrichtenübermittlung wurde extrem beschleunigt. Raum und Zeit waren plötzlich keine unüberwindbaren Hindernisse. War dieses Übermittlungssystem zunächst ausschließlich für kaiserliche Nachrichten eingerichtet, wurde schon 1530 die Post der Allgemeinheit zugänglich gemacht. In der darauffolgenden Zeit wurden von Landesfürsten, Herzogtümern und Städten konkurrierende Postrouten eingerichtet. Zwar wurde durch Kaiser Rudolf II. die Reichspost 1597 zum kaiserlichen Hoheitsrecht erklärt. Dieses Monopol, welches das Haus Thurn und Taxis als kaiserliches Lehen erhielt, wurde jedoch nicht von allen Landesfürsten anerkannt, was zu einer Vielzahl ausgehandelter bilateraler Verträge zwischen der Reichspost und den jeweiligen konkurrierenden lokalen Postunternehmen zwang. 1850 wurde schließlich der Deutsch-Österreichische Postverein als Zusammenschluß kleinstaatlicher Posten mit dem Ziel eines einheitlichen Tarifsystems gegründet, dem in der Folgezeit immer mehr deutsche Staaten beigetreten sind. Durch die politischen Ereignisse 1866/67 (Deutsch-Preußischer Krieg) wurde der Deutsche Postverein aufgelöst. Schon in dieser Zeit hat der technische Fortschritt zu großen Umwälzungen und neuen Perspektiven geführt. Als technische Erneuerung sind in diese Zeit gefallen: die Telegrafie, die Bahn, die als Transportmittel für die Post entdeckt wurde, und die Rohrpost. Die Preußen führten die Telegrafie 1832 offiziell ein (Telegrafenlinie von Berlin nach Koblenz). 1850 wurde der Deutsch-Österreichische Telegrafenverein gegründet, der den Anschluss an das belgische, französische und das englische Telegrafennetz ermöglichte. "Erst mit der Gründung des Deutschen Reichs 1871 unter Bismarck wurde auch das deutsche Postwesen endgültig unter einem Dach zusammengefasst und über 100 Jahre lang verstaatlicht." (Gregor Delvaux de Fenffe, www.planet-wissen.de/kultur_medien/ kommunikation/post/index.jsp ) Gebühren der Postbeförderung wurden vereinheitlicht, der Einsatz moderner Technologien forciert. Schließlich wurden mittels bilateraler Verträge die Beförderungshemmnisse über die Grenzen des Deutschen Reiches abgebaut. Führte in der Entstehungszeit des Postwesens die Vielfalt eigenständiger, regionaler Postvereine aufgrund vieler Grenzen und unterschiedlicher Regeln zu einem unübersichtlichen und starrem System, so brachte die Liberalisierung des Post- und Telekommunikationswesens in Deutschland in den 1990er Jahren einen Anstieg der Auswahl für die Verbraucher, stark fallende Preise, neue innovative Dienste und damit mehr Flexibilität. Auslöser der Liberalisierungsprozesse nicht nur für Post und Telekommunikation, sondern für den gesamten Verkehrssektor, war das Binnenmarktprogamm der Europäischen Union, das europäische Wettbewerbsrecht und die Europäische Kommission als Akteur. Ziel der Liberalisierung ist es, wettbewerbsverzerrende staatliche Eingriffe und damit nationalstaatliche Gestaltungsspielräume einzuschränken. Nationalstaatliche Monopole sind wegen bestehender europarechtlicher Verpflichtungen nicht mehr zu halten. (vergl.: Susanne K. Schmidt: Liberalisierung in Europa. Campus, 1998; Justus Haucap / Coenen, Michael (2010): Ordnungspolitische Perspektiven Nr.01. Regulierung und Deregulierung in Telekommunikationsmärkten: Theorie und Praxis. Düsseldorf, Düsseldorfer Institut für Wettbewerbsökonomie DICE) Flankiert wird diese Entwicklung durch eine Vielzahl neuer Technologien der Kommunikation, wie das Internet mit seinen vielfältigen Möglichkeiten (Social Media, das Semantische Web, die Internet-Telefonie, der E-Mail-Verkehr), der Mobilfunk oder die Möglichkeit, SMS zu versenden.
10 Deutsche Reichs- und Bundespost (1871-2010)
Die quantitative Entwicklung der Dienstleistungen des Post- und Telekommunikationswesen von der Zeit des Deutschen Reichs bis zur Gegenwart soll mit folgenden Zeitreihen festgehalten werden: - Beförderte Briefsendungen, - Beförderte Paket- und Wertsendungen, - Übermittelte Telegramme, - Sprechstellen (Telefonanschlüsse), - Ortsgespräche, - Ferngespräche, - Ton-Rundfunkgenehmigungen - Fernseh-Rundfunkgenehmigungen
Durch die rasante technische Entwicklung können viele Reihen insbesondere ab den 1990er Jahren in dieser Form nicht mehr fortgeführt werden bzw. müssen durch weitere Reihen ergänzt werden, und zwar: - Bezüglich der Telefone muss zwischen Telefon-Anschlüssen und Telefon-Kanälen unterschieden werden. Der klassische Analoganschluss ermöglicht durch das ISDN die Bereitstellung von mehreren Kanälen auf einen ISDN-Anschluss. Darüber hinaus stellt der Mobilfunk ein neues Medium dar, das neben dem Festnetzanschluss erfasst werden muß. - Aufgrund der Monopolstellung, welche die Post für ca. 120 Jahre innehatte, ist sie die Eigentümerin wertvoller Infrastruktur. Im Falle des Telefons ist sie, bzw. die aus ihr hervorgegangene Deutsche Telekom AG Eigentümerin der Telefonanschlussleitungen. Das Telefonnetz kann als einziger Teil nicht oder nur schwer von alternativen Anbietern ersetzt werden und es wird für gewöhnlich von einem örtlichen Zugangsnetz-Monopolisten (die Deutsche Telekom) kontrolliert. Damit die Wettbewerber den Zugang zum Anschluss des Kunden auf wirtschaftliche Weise realisieren können, sorgt die Regulierungsbehörde für eine angemessene Tarifierung der Vorleistungen des etablierten Betreibers. Daher ist die Entwicklung der TAL-Anmietungen durch Wettbewerber ein wichtiger Indikator für den Prozess der Liberalisierung. - Viele technische Neuerungen, die in letzter Zeit an Bedeutung gewonnen haben, sind im Rahmen dieser Tabelle nicht berücksichtigt worden, so. z.B. die Verbreitung der Internet-Anschlüsse in den Haushalten oder die Internet-Telefonie. Der Grund liegt darin, dass die Reihen oft erst mit Ende der 1990er Jahre oder später beginnen, wie man dies auch am Beispiel der TAL-Anmietungen sehen kann, für die erst mit dem Jahr 1998 der erste Wert erhoben wurde. Zum andern wurde versucht, soweit wie möglich, eine gewisse Vergleichbarkeit zu den Jahren vor 1990 beizubehalten. Für die Telefonanschlüsse bedeutet dies, dass für Deutschland ab 1990 die Sprechstellen, gezählt als Anzahl der Kanäle für alle Anbieter und für die Telekom AG im besonderen ausgewiesen werden. Nach 2007 ergibt sich ein Bruch in diesen Reihen, da ab 2008 nur noch die Sprechstellen, gezählt als Anschlüsse, ausgewiesen werden, womit sich die ausgewiesenen Zahlen verringern (ein Anschluss kann mehrere Kanäle bereitstellen). - Für die 'Übermittelten Telegramme' sind aus den uns vorliegenden Quellen keine Werte zu entnehmen.
SITTENGESCHICHTE DES WELTKRIEGES I. BAND Sittengeschichte des Weltkrieges (-) Sittengeschichte des Weltkrieges I. Band (I. / 1930) ( - ) Einband ( - ) [Abb.]: ( - ) Titelseite ([III]) Impressum ([IV]) Vorwort (V) Einleitung Begriffsbestimmungen - Sitte, Moral und Recht - Sittengeschichtliche Bedeutung der Kriege und des Weltkrieges - Wirtschaftliche Notwendigkeit, Sittlichkeit und Erotik in ihrem Einfluß auf den Krieg (VII) [Abb.]: Der Krieg bei den Amazonen Zeichnung von Kuhn-Régnier, "La Vie Parisienne", 1915 (VII) [Abb.]: Das europäische Gleichgewicht Zeichnung (VIII) [Abb.]: Russische Karikatur auf Rasputin (IX) [Abb.]: Krieg heißt: Diebstahl, Notzucht, Mord Zeichnung von Delannoy in "Assiette au beurre", 1907 (XI) [Abb.]: Unsere Kinder werden ihnen Halt gebieten Zeichnung (XIII) [Abb.]: Wilhelm II. in der Karikatur Französische Postkarte aus der Zeit der Marokkokonfliktes Sammlung A. Wolff, Leipzig (XIV) [Abb.]: Kaiser Franz Joseph als Ballerine Französische Postkarte aus der Vorkriegszeit Sammlung A. Wolff, Leipzig (XV) [Abb.]: "Wo kommt denn diese bewaffnete Bande her? Wir wollen flüchten!" Zeichnung (XVII) [Abb.]: Kamarilla viribus unitis Wiener Diplomatie Zeichnung von Kupka, 1907 (XIX) [Abb.]: Kriegsgrauen (XX) [Abb.]: Italienische Postkarten aus dem Jahre 1916 Wilhelm II. und Franz Joseph I. in der erotischen Karikatur der Entente ( - ) Erstes Kapitel Die Umwälzung der Moral vor und in dem Kriege Sittengeschichtliche Tendenzen der Vorkriegsjahre - Wirtschaftliche, politische und erotische Frauenemanzipation - Die erotischen Typen der Vorkriegsfrau (1) [Abb.]: La belle Otero oder der Zauber des Trikots Ein Beitrag zur Vorkriegserotik Aus Hirschfeld-Spinner, "Geschlecht und Verbrechen" (1) [Abb.]: Nacktkultur in Friedenszeit - zehn Mark Strafe Photographische Aufnahme (2) [Abb.]: Frauensport und Nacktkultur im Kriege Französische karikaturistische Zeichnung von Valdés, 1918 (3) [Abb.]: Die schlafende Unschuld Psychoanalytische Zeichnung aus einem Sonderheft der Zeitschrift "Le Disque Vert" (4) [Abb.]: Die Tänzerin Gaby Deslys, die ihre Schönheit in den Dienst der Kunst und bei Kriegsausbruch in den der englischen Kriegspropaganda stellte Photographische Aufnahme (5) [Abb.]: Das Frauenideal der Vorkriegszeit Die Tänzerin Mata Hari aus Hirschfeld-Spinner, "Geschlecht und Verbrechen" (6) [Abb.]: Der Bürger: "Der nicht arbeitet, soll dafür gut essen!" Zeichnung (7) [Abb.]: Französische Postkarte als Antwort auf den bekannten "Oktoberaufruf der Dreiundneunzig" nach Kriegsausbruch Sammlung A. Wolff, Leipzig (8) [Abb.]: Das Zuhältermotiv in der Karikatur Germania und ihr türkischer Freund, dem sie Geld zusteckt Aus einem russischen Kriegsbilderbogen Sammlung A. Wolff, Leipzig (9) [Abb.]: Französische Frauen am Pflug Photographische Aufnahme (10) [Abb.]: Zum Thema: Krieg und Frauenemanzipation Kriegsbilderbogen "Woche", Berlin (11) [Abb.]: Das Kapital und der Krieg Zeichnung von Boris Jefimoff, Moskau (12) [Lied]: Ein vielgesungenes Pariser Couplet "Elles tiendront" von Jacques Folrey drückt diese Wahrheit auf seine Weise aus, idem es in den ersten Strophen die verschiedenen Formen verulkt, die die Erwerbstätigkeit der Frau im Frankreich der Kriegszeit annahm, um in der letzten Strophe auch gleich die politische Folgerung zu ziehen: (12) [Abb.]: Frauenarbeit im Kriege An der Granatendrehbank einer deutschen Munitionsfabrik Photographische Aufnahme (13) [Abb.]: Massage in der Vorkriegszeit Nach einem Gemälde (15) [Abb.]: Franz Joseph in der englischen Karikatur "Punch", 1916 (16) [Abb.]: Dirne und Zuhälter Rußland und Frankreich im Spiegel der Karikatur, "Muskete", August 1915 Zeichnung ( - ) [Abb.]: Frauenakt Zeichnung (17) [Abb.]: Mädchen (18) [Abb.]: Der Sündenfall Karikatur auf das russisch-französische Bündnis von C. Arnold Flugblatt der "Liller Kriegszeitung", 1916 (19) [Abb.]: Zärtliche Träume Zeichnung von Fabiano, aus "La Vie Parisienne", 1914 (20) [Abb.]: Die Ernte des Jahres 1915 Italienische Kriegskarikatur aus dem Witzblatt "L'Asino" (21) [Abb.]: Bethmann-Hollweg und die Wahrheit Politische Zeichnung (22) [Abb.]: Bad an der Seine Zeichnung von G. Léonnec, aus "La Vie Parisienne", 1914 (23) [Abb.]: Bei der Toilette Üppige Frauenschönheit vor dem Kriege Nach einem Gemälde (25) [Abb.]: "Werden Sie diskret sein?" Zeichnung (26) [Abb.]: Das Gänschen (ein verschwundener Mädchentypus) Zeichnung von A. Vallée aus "La Vie Parisienne", 1913 (27) [2 Abb.]: (1)Jochanaan tragt der Salome seinen Kopf nach Partie aus einem Fries (2)"Du mußt ihn gehen lassen, sonst heißt es gleich, du störst den Burgfrieden." Zeichnung von Th. Th. Heine, aus "Kleine Bilder aus großer Zeit" (28) Zweites Kapitel Erotik und Triebleben bei Kriegsausbruch Die Hurrabegeisterung und ihr libidinöser Hintergrund - Abschwächung oder Steigerung des Geschlechtstriebes bei Kriegsausbruch? - Der Krieg im Lichte der Soziologie und der Psychoanalyse (29) [Abb.]: "Sie müssen schon entschuldigen, seit mein Mann tauglich befunden wurde, läuft er tagsüber nackt herum" Zeichnung von M. Rodiguet in "Le Rire rouge", 1917 (29) [Abb.]: Ausmarsch Zeichnung von B. Wennerberg, aus "Simplicissimus", 1915 (30) [Abb.]: Europa auf dem wilden Stier Zeichnung (31) [Abb.]: Das patriotische Lied Zeichnung von A. Roubille in "Fantasio", 1914 (32) [Abb.]: Das Herz der Dame "Schick' den Kriegskrüppel um Gotteswillen fort. Ist es nicht genug, daß ich die ganze Nacht auf einem Kriegswohltätigkeitsball getanzt habe?" Zeichnung von A. Mazza, Milano ( - ) [Abb.]: Die Pariser Börse am Tage der Kriegserklärung Photographische Aufnahme (33) [Abb.]: Eine englische Reservistenfamilie oder eine Kriegslaokoongruppe mit den "Putties" (Wickelgamaschen) statt Schlangen Zeichnung von Townsend, "Punch", 1915 (34) [2 Abb.]: "Kopflose Maßnahmen des Publikums. - (1)Masseneinkauf von Mehl. - (2)Ansturm von unnötigerweise beunruhigten Sparern auf die Städtischen Sparkasse in Berlin" Zwei Bilder, die knapp nach Kriegsausbruch mit diesem Text in mehreren Blättern erschienen. Aus "Ill. Zeitung", Leipzig. 1914 (35) [Abb.]: Die Freiwilligen Holzschnitt (36) [Abb.]: Gewissen 1917 Holzschnitt von Franz Masereel, aus "Politische Zeichnungen", Erich Reiß-Verlag, Berlin (37) [Abb.]: Kriegsbegeisterung auch in Moskau? Photographische Aufnahme (38) [Abb.]: "Schwören wir, meine Damen, daß wir keinen Mann heiraten, der lebend aus dem Krieg zurückkommt!" "La Baionnette", 1916 (39) [Abb.]: Englisches Phlegma "Du mußt in den Krieg - und das Kind ist auf dem Wege." "Bis es heiratet, hoffe ich zurück zu sein." Zeichnung von R. C. Ventura, aus der italienischen Kriegsmappe "Gli Unni e gli altri" (41) [Abb.]: Die Gesundbeter oder die K. V.-Maschinen Zeichnung (42) [Abb.]: Die Menschen und der Krieg Holzschnitt von Franz Masereel, aus "Politische Zeichnungen", Erich Reiß-Verlag, Berlin (43) [Abb.]: Kriegsfreundliche Massenkundgebung vor dem Schloß in Berlin Photographische Aufnahme (44) [Abb.]: Die Pariser Schauspielerin Mlle. Delysia singt in London in einer Revue die Marseillaise Photo Wrather and Buy (45) [Abb.]: Einerseits um die Mannschaft bei guter Laune zu erhalten, andererseits um die Frauen mehr in den Dienst des Vaterlands zu stellen, wurde in den französischen Kasernen die Besuchszeit über Nacht ausgedehnt. Aus "Der Faun", Wien, 1916 (46) [Abb.]: Der heilige Krieg Holzschnitt von Franz Masereel, aus "Politische Zeichnungen", Erich Reiß-Verlag, Berlin (47) [Abb.]: Hurra, der Krieg ist da! Photographische Aufnahme (48) [Abb.]: Das Gespenst des Krieges Zeichnung (49) [Abb.]: Erschießung eines russischen Kriegsdienstverweigerers Aus "Geschichte der russischen Revolution", Neuer Deutscher Verlag, Berlin (50) Drittes Kapitel Die Dame in der Loge Geht der Kampf um sie? - Ihr Sadismus und ihre Kraftanbetung - Uniformfetischismus - Die Dame als Mittel der Kriegspropaganda, als Kriegshetzerin und Pflegerin - Die Kriegsmode und ihr erotischer Hintergrund (51) [Abb.]: Der hohe Damenstiefel als Fetisch Zeichnung von G. Zórád im ungarischen Witzblatt "Fidibusz", 1918 (51) [Abb.]: Der Brief des Poilu: "Ich sehe Sie vor mir, wie Sie, jeder Zoll eine Frau, in duftiger Mousseline einherschweben." Zeichnung von Ed. Touraine in "La Baionnette", 1915 (52) [Abb.]: Ein frommer Wunsch deutscher Modeschöpfer: Die militarisierte Damenmode Aus "Elegante Welt", 1915 (53) [Abb.]: Die versuchte Militarisierung der Frauentracht Modebild aus "Elegante Welt", 1915 (54) [Abb.]: Die Kraftanbetung der Frau (Bizepsfetischismus) Photographische Aufnahme (55) [Abb.]: Die Dame im Werbedienst Die englische Schauspielerin Miss Lorraine hält im Dienste der englischen Rekrutierung eine Ansprache Photographische Aufnahme (56) [Abb.]: Von allen beneidet, stolziert die Französin am Arm ihres Helden durch die Pariser Straßen Zum Kapitel: Heldenverehrung der Frau Zeichnung von Fabiano in "La Baionnette", 1915 (57) [Abb.]: Stacheldrahtkrinoline 1916 Die Kriegsmode in der englischen Karikatur Aus "London Mail" (58) [Abb.]: Der Frühling kommt schon als Soldat Zeichnung (59) [Abb.]: Die deutsche Sängerin im Spiegel der französischen Karikatur Zeichnung (60) [Abb.]: Die Kriegskrinoline "Lustige Blätter", 1916 (61) [Abb.]: Die Pariser und die Berliner Mode Französische Karikatur (62) [Abb.]: Am Morgen vor dem Abmarsch Zeichnung (63) [Abb.]: Derby braucht Soldaten "Mister Tomson zum Militär? Ausgeschlossen! Bereits von mir assentiert!" Kriegflugblatt der "Liller Kriegszeitung" (64) [Gedicht]: Auch hier wendet sich der Dichter Harold Begbie an den Drückeberger, den es allerdings im eigentlichen Sinne in England damals nicht gab, da der Eintritt in die Armee freiwillig erfolgte: (64) [Abb.]: Marianne empfängt ihren Sieger Zeichnung ( - ) [Abb.]: Beitrag zur Vermännlichung der Frau im Kriege Pariser Theaterreklame aus dem Jahre 1916 Aus der Sammlung des Archives photographiques d'Art et d'histoire, Paris (65) [Abb.]: "Du bist nicht mehr freiwillige Pflegerin?" - "Nein, warum auch? Mein Bild als Rote-Kreuz-Schwester ist ja in der 'Illustrierten' schon erschienen." Zeichnung von E. A. Lamm in "Muskete", 1915 (66) [Abb.]: In allen Ländern träumen junge Mädchen von Uniformen Zeichnung von Fabiano in "La Baionnette", 1915 (67) [Abb.]: "Warum spazierst du im Evakostüm herum?" "Mein Schneider ist eingerückt" Zeichnung von G. Hantot in "Le Rire rouge" (68) [Abb.]: "So verliert man den Krieg daheim" Englische Propagandazeichnung gegen die Putzsucht und Kaufwut der Dame Aus "Punch", 1917 (69) [2 Abb.]: (1)"Ist mein Rock zu kurz? Ist mein Jupon zu lang?" Englische Modekarikatur aus "London Mail", 1916 (2)Politische Karikatur (70) [Abb.]: Die Frau als Werbemittel auf einem amerikanischen Kriegsanleiheplakat Sammlung Wolff, Leipzig (71) [Abb.]: Titelvignette aus der Zeitschrift "La Baionnette" (72) [Abb.]: Sie schreibt an die Front: "Mein lieber Mann, du kannst dir denken, wie sehr ich alle Leiden und Entbehrungen mit dir teile." Zeichnung (73) [Abb.]: Madelaine ohne Pariser Mode "Eigentlich gar nicht so übel, diese neue deutsche Tracht!" Kriegsflugblatt der "Liller Kriegszeitung" (74) [Abb.]: Wie die Mode des Highlanders die der Pariserin beinflußt und umgekehrt Zeichnung von G. Léonnec in "La Vie Parisienne", 1915 (75) [Abb.]: Inserat, das in zahlreichen deutschen Blättern nach Kriegsausbruch erschien "Leipzig Ill. Zeitung", 1914 (76) [Abb.]: Junge Mädchen führen in London Freiwillige zum Rekrutierungsamt Photographische Aufnahme (77) [2 Abb.]: (1)"Die neuen Zeppelinmodelle sind eingetroffen" Französische Karikatur auf die Kriegsmode Aus "La Baionnette", 1914 (2)Was der Schlitzrock verrät Die Dame meint, man brauche den Stoff für die Soldaten Aus den italienischen Witzblatt "L'Asino", 1915 (78) [Abb.]: "Und wenn der Krieg noch so lange dauert, noch weiter und noch kürzer darfst du die Röcke nicht tragen." Zeichnung (79) [Abb.]: Die deutsche Frau in der französischen Kriegskarikatur Zeichnung von Brunner, aus "La Baionnette", 1914 (80) [Abb.]: Feldpostalisches "Ein Fünfkilopaket möchte ich sein und mich per Feldpost als Liebesgabe versenden lassen!" Zeichnung von E. H. Lamm, "Muskete", 1914 ( - ) [Abb.]: "Bitte, erzählen Sie doch, was war also das Schrecklichste, was Sie draußen erlebt haben?" Zeichnung von Th. Th. Heine, aus "Kleine Bilder aus großer Zeit" (81) [Abb.]: Der Urlauber nach der Ankunft in München: "Da sieht man gleich, daß hier fleischloser Tag ist." "Soldatenzeitung im Schützengraben" das bayr. Ers.-I.-R. Nr. 1, 1916 (82) [Abb.]: Zeichnung von Carlègle in "La Vie Parisienne", 1917 (Text verdeutscht) (83) [Abb.]: "Ich lese die Blätter und kann mir recht gut vorstellen, wie schrecklich es an der Front zugehen muß." Die auf dem Bilde ersichtlichen Blätter sind Modezeitschriften Zeichnung von Maurice Motet in "La Baionnette", 1914 (84) [Abb.]: In England versuchte man, aus patriotischen Sparsamkeitsgründen eine Einheitstracht für Frauen (standard dress) einzuführen. Mit welchem Erfolge, zeigt diese Karikaturreihe aus "Punch", 1915 (85) [2 Abb.]: (1)Der "Schuhliebhaber" auf Urlaub Französische Karikatur auf den durch die Kriegsmode anscheinend sehr begünstigten Stiefelfetischismus (2)Eine Kriegstrauung Zeichnung von Th. Th. Heine, aus "Kleine Bilder aus großer Zeit" (86) Viertes Kapitel Die Kriegerfrau auf dem Leidenswege Mannesarbeit und Vermännlichung - Kriegstrauungen - Die Unsittlichkeit der Kriegerfrau - Ehebruch, Selbstmord und andere Psychosen - Die Gefangenenliebe - Enthaltsamkeit und ihre Folgen (87) [Abb.]: Gretchen, vom Geist der Pariser Mode verlassen Zeichnung von Georges Pavis in "Fantasio", 1914 (87) [2 Abb.]: (1)"Gnädige Frau, ich muß Ihnen dasselbe sagen, was unserer Armee nachgerühmt wird: Sie sind ungeschwächt aus dem Kriege hervorgegangen." Zeichnung von Jean Plumet in "Le Rire", 1918 (2)"Was tätest du, wenn ich meine beiden Beine verlöre?" "Ich würde dir einen hübschen Wagen mit Kautschukrädern kaufen." Zeichnung von Laforge in "Le canard enchaîné", 1916 (88) [Abb.]: Aus dem täglichen Leben der Kriegerfrau Photographische Aufnahme (89) [Abb.]: 1915: Die Pariserin ist noch Hausfrau Französisches Plakat von A. Willette Aus dem Archiv des französischen Kriegsministeriums (90) [Abb.]: Der Urlauberzug Zeichnung von Louis Icart in "Fantasio", 1917 (91) [2 Abb.]: (1)Das Büromädchen im Kriege Der Chef: "Schön, daß Sie endlich doch kommen, wir erwarten Sie schon seit Bürobeginn." "Punch", 1916 (2)Die Damen: "Bitte, wir möchten heute wieder einen Verwundeten spazieren führen, aber einen, dem man auch ansieht, daß er verwundet ist." "Punch", 1915 (92) [Abb.]: Zeichnung von Carlègle in "La Vie Parisienne", 1917 (Text verdeutscht) (93) [Abb.]: Humoristische Feldpostkarte (94) [Abb.]: "Andere Zeiten, Kinder, wer von euch erinnert sich eigentlich noch daran, daß man einmal Tango gelernt hat?" Zeichnung von B. Wennerberg in "Simplicissimus", 1914 (95) [2 Abb.]: (1)Eine Jux-Postkarte aus der Kriegszeit vielleicht zum Beweise der vielgerühmten Verfeinerung des Liebeslebens im Kriege erzeugt Sammlung A. Wolff, Leipzig (2)Der Zivilist Zeichnung von F. Reynolds in "Punch", 1915 (96) [Abb.]: Uniformfetischismus "Zieh dich nicht aus, die Uniform kleidet dich so gut ." Zeichnung ( - ) [2 Abb.]: Der Urlauber (1)Endlich! (2)Schon? Zeichnung von Fabiano in "Fantasio", 1915 (97) [Abb.]: Wiedersehen in Paris Aus "Vie de Garnison" (98) [Abb.]: Arbeiterin in einer französischen Munitionsfabrik Photographische Aufnahme (99) [2 Abb.]: (1)Geteiltes Leid Die Frau des Mannes, der einen Arm verlor, hat sich alle Zähne ziehen lassen Deutschfeindliche Hetzkarikatur aus der französischen Zeitschrift "Fantasio", 1915 (2)"Wohnt hier Fräulein Odette?" "Sie ist nicht mehr hier, aber wenn Sie im zweiten Stock bei Fräulein Clara anläuten, ist es dasselbe." Zeichnung von Forton in "Vie de Garnison", 1915 (100) [Abb.]: Musterung der Fünfzigjährigen Zeichnung (101) [Abb.]: Die "Heldenverehrung" der Französin Titelblatt einer französischen Zeitschrift (102) [Abb.]: Die Beute des Schattens Zeichnung von Zyg. Brunner in "La Vie Parisienne" (103) [2 Abb.]: (1)Der rationierte Kuß Scherzpostkarte der Deutschmeister Witwen- und Waisenstiftung Sammlung A. Wolff, Leipzig (2)Französische "Vorstöße" im Elsaß Zeichnung von Rodiguet in "Le Rire" (104) [Abb.]: Die Briefträgerin Zeichnung von G. Léonnec in "La Vie Parisienne", 1917 (105) [Lied]: Verdeutscht lautet die erste Strophe: (106) [Abb.]: Der neue große Freund aus dem wilden Westen und die kleine Pariserin Zeichnung von G. Léonnec in "La Vie Parisienne", 1917 (106) [Abb.]: Die Witwen Zeichnung (107) [2 Abb.]: (1)"Melanie, also das ist Ihr Mann, der von der Front kommt? Gestern war er doch noch glattrasiert." Zeichnung von Laforge in der französischen Frontzeitung "Le canard enchaîné, 1916 (2)Die Schamhafte "Sie dürfen mich ausziehen, aber ich verbiete Ihnen, mich mit den Augen zu entkleiden." Aus "Vie de Garnison", 1915 (108) [Abb.]: Einzug österreichisch-ungarischer Kavallerie in Lublin Überall Frauenhuld als Siegerlohn Zeichnung (109) [Abb.]: "Armes Kind! Haben Sie wenigstens den Vater verständigt?" "Ja, ich habe an alle beide geschrieben." Zeichnung von A. Guillaume in "Le Rire rouge", 1917 (110) [Abb.]: Milderungsrund: "Es ist wahr, ich habe dieses Jahr drei Männer ruiniert; aber zwei davon waren Heereslieferanten." Zeichnung von K. A. Wilke in "Muskete", Wien 1915 (111) [2 Abb.]: (1)"Der gnädige Herr hatte nur eine Stunde Ausgang und konnte auf Madame nicht warten - so ist es geschehen." Zeichnung von Laforge in der französischen Frontzeitung "La canard enchaîné", 1916 (2)Hektographierte Postkarte aus den Zeiten der Fleischnot Sammlung A. Wolff, Leipzig (112) [Abb.]: Frohes Erwachen Zeichnung von Georges Barbier, "La vie Parisienne", 1918 ( - ) [Abb.]: Stadt und Land Der Künstler und das Dorfmädchen vor und in dem Kriege Englische Karikatur in "Punch", 1917 (113) [Abb.]: Die Geschlechtsnot der Kriegerfrau in der Karikatur "Erinnerung an seinen Fronturlaub" Zeichnung von H. Gerbault in "Fantasion", 1916 (114) [Abb.]: Die Französin im Kriege Munitionserzeugerin, Feldarbeiterin und Hausfrau Plakat von Capon, aus der Sammlung der Archives Photographiques, Paris (115) [2 Abb.]: (1)Die Kellnerin Französische Karikatur (2)In Aktion Zeichnung aus "Drahtverhau", Schützengrabenzeitung des bayr. Landwehr-Inf.-Regiments Nr. 1 (2. Jahrg.) (116) [Abb.]: "Na, Kleener, woll'n wa Briedaschaft trinken?" Zeichnung von F. Jüttner in "Lustige Blätter", 1916 (117) [Abb.]: Straßenbahnschaffnerin in Paris Photographische Aufnahme (118) [Abb.]: Der Liebeshunger der Kriegerfrau Wie es einem "Herrn in den besten Jahren", einem kriegsdienstuntauglichen Friedensveteranen, im Hinterland ergeht Aus "Muskete", Wien 1915 (119) [2 Abb.]: (1)Liebe und Kitsch sind unsterblich Ein typisches Erzeugnis der deutschen Kriegspostkartenindustrie Sammlung A. Wolff, Leipzig (2)Mimi Ponson im Kriege "Ich bin eine alte Baronin und bitte Sie, fünf Francs von mir anzunehmen." Zeichnung von Synave, Paris 1916 (120) [Abb.]: Die Schaffnerin in Paris "Ich wollt', mein Mann wär' schon zu Hause!" "Damit er sie ablöst?" "Nein, damit er auf die Kinder aufpaßt." Zeichnung von Armengol, Paris 1916 (121) [2 Abb.]: Die Kriegsliebe als Anlaß zum Jux Zwei Postkarten aus Kriegszeit Sammlung A. Wolff, Leipzig (122) [Abb.]: Ehrenbezeigung mit Hindernissen Zeichnung von E. Morrow in "Punch", 1916 (123) [Abb.]: Die Frau des Eingerückten zum Schwager: "Massier' mir die Beine, Stefan, sie tun mir weh." Zeichnung (124) [Abb.]: Die Frühmassage der Frau k. u. k. Oberstleutnant Zeichnung (125) [2 Abb.]: (1)Der volkstümliche Kriegskitsch Mit solchen und ähnlichen Postkarten wurde Deutschland im Krieg überschwemmt Sammlung A. Wolff, Leipzig (2)Sie schickt den Feldpostbrief an den Mann ab Zeichnung von G. Zórád in "Fidibusz", Budapest 1916 (126) [Abb.]: Berlin im Kriege: Das Urteil des Paris Zeichnung von Hans Baluschek in "Wieland", 1915 (127) [Abb.]: Die vielseitige Französin zur Kriegszeit als Polizistin, Kellnerin, Chauffeuse, Bürochefin, Minister, Inkassantin, Schaffnerin und sogar als Soldatin Zeichnung von Fabiano in "La Baionnette", 1915 (128) [4 Abb.]: Zweierlei Maß (1)"Mit der Taschen können S' net mitfahr'n mei Liabe." (2)"Aber Fräul'n, Platz gnua, dö Herrn rucken scho a wengerl z'samm." (3)"Komplett! hat's g'sagt?" (4)"Nur einsteig'n, Herr Kop'rol, die Damen werd'n scho a bisserl Platz machen." Zeichnungen von Franz Wacik, "Muskete", 1915 ( - ) [Abb.]: Der Notar eines ungarischen Dorfes zur Kriegerfrau: "Sträuben Sie sich nicht, sonst kriegen Sie keine Unterstützung mehr!" Zeichnung (129) [12 Abb.]: (1)1. Die tugendhafte Gisela wird Krankenschwester (2)2. Ihre leichtfertige Cousine fährt an die Riviera (3)3. Gisela widmet ihre bescheidenen Ersparnisse den Armen und Darbenden (4)4. Sidonie aber tanzt mit Neutralen auf heimlichen Bällen (5)5. Gisela war eine sparsame gute Hausfrau (6)6. Sidonie verbrachte die Zeit in Champagnergelagen mit Drückebergern (7)7. Gisela strickt Strümpfe für die braven Soldaten (8)8. Sidonie verbringt die Nachmittage in Absteigequartieren (9)9. Gisela wird belohnt durch die Heirat mit einem tapferen Offizier (10)10. Sidonie wicht der Versuchung des Geldes und heiratet ohne Liebe einen alten Munitionsfabrikanten . (11)11. Gisela, eine mustergültige Französin, erlebte die Freuden des glücklichen Heimes bei ihrem Gatten, dem sie viele Kinder schenkte (12)12. . der erwischte sie dann in flagranti, noch dazu mit einem Zivilisten, und schickte sie zum Teufel Zeichnung von Georges Barbier in "La Vie Parisienne", 1917 (130) [2 Abb.]: (1)Auch die Lebensmittelnot wird verniedlicht Originalpostkarte aus dem Kriegsjahr, 1916 Sammlung A. Wolff, Leipzig (2)Hamstererlebnisse Postkarte aus der großen Zeit Sammlung A. Wolff, Leipzig (132) [Abb.]: Durchhalten auch in Frankreich "Meine Frau kann Ihnen bestätigen, daß ich keinen Augenblick wankend geworden bin." Zeichnung von Hérouard in "La Baionnette", 1915 (133) [Abb.]: Die öffentliche Ruhe in schönen Händen Französische Karikatur aus dem Jahre 1917 (134) [2 Abb.]: (1)Not und Verwahrlosung Kriegspostkarten können mitunter auch die Wahrheit sagen Sammlung A. Wolff, Leipzig (2)Kriegstrauung Farbige Kitschpostkarte aus der Sammlung A. Wolff, Leipzig (135) [Gedicht]: Und so wollen wir dieses Kapitel der Leidensgeschichte der Frau im Kriege mit einer Dichtervision, der "Phantasie für übermorgen" von Erich Kästner, schließen: (136) Fünftes Kapitel Erotik in der Krankenpflege Sexuelle Neugier, Schaulust, Koprolagnie und Sadismus der Pflegerin - der Lazarettdienst als Mittel - Der schlechte Ruf der Pflegerin - Frauenbesuche im Schützengraben (137) [Abb.]: Die Krankenschwester im Offiziersspital Zeichnung (137) [Abb.]: Das Sportgirl als Krankenschwester Zeichnung von Fabiano in "Fantasio", 1915 (138) [6 Abb.]: Pariser Schauspielerinnen als Krankenschwestern (1)Mlle Colibri vom Théátre des Capucines (2)Madame Simone Damanry von der Comédie Française (3)Mlle. Phryne von der Comédie Royale (4)Mlle. Paulette Delbaye von der Olympia (5)Madame Villeroy-Got vom Théâtre de l'Odéon (6)Madame Mars Pearl von der Olympia Die Wohltätigkeit ist überaus kleidsam (139) [Abb.]: Die Sadistin sieht gerne Blut und ist eine ausgezeichnete Operationsschwester Zeichnung (140) [Abb.]: Der schöne Mann ohne Gesicht Karikatur von C. Hérouard in "La Vie Parisienne", 1918 (141) [Abb.]: Französische Pflegerinnen beim Empfang eines Verwundetentransportes Photographische Aufnahme aus "La France Héroique" (142) [Abb.]: Aus dem Lazarett zum Altar Sentimentale Karikatur auf die Heiratslust der Pflegerin Zeichnung von Fournier in "La Baionnette", 1918 (143) [Abb.]: Verwundetenkultus Französische Postkarte, Sammlung A. Wolff, Leipzig (144) [Abb.]: 1915 "Mir scheint, ich habe Sie schon irgendwo gesehen." - "Möglich, früher war ich nämlich Tänzerin." Zeichnung ( - ) [Abb.]: Amor im Lazarett Zeichnung von G. Léonnec in "La Vie Parisienne", 1915 (145) [2 Abb.]: (1)Die wohltätige Dame im Lazarett "Also los, erzählen Sie ausführlich alles." "Punch", 1916 (2)Eine österreichische Erzherzogin als Krankenschwester Photographische Aufnahme (146) [Abb.]: Flirt im Etappenlazarett Zeichnung von E. Miarko in "Fantasio", 1915 (147) [Abb.]: Lazarettromantik "Ja, er hat zwei Kugeln in den Kopf bekommen." "Und wie viele Pfeile ins Herz?" Zeichnung von L. Icart in "La Baionnette", 1914 (148) [Abb.]: Der Rekonvaleszent Zeichnung aus der "Ill. Zeitung", Leipzig, 1916 (149) [Abb.]: Das Reservelazarett Karikatur auf die Pflegerinnenspielerei der vornehmen französischen Gesellschaft Zeichnung (150) [Abb.]: "Und da sagt man noch, der Krieg wäre furchtbar." Zeichnung von R. Pallier in "La Baionnette", 1915 (151) [Lied]: In Ungarn war ein im Krieg entstandenes Volkslied über den mehr als zweifelhaften Ruf der Pflegerinnen verbreitet. Es lautet in deutscher Übersetzung etwa: (151) [Abb.]: "Herr Stabsarzt, was machen wir mit der neuen Schwester?" "Geben wir sie zur Wäscheverwaltung, es ist immer besser, ein junges Mädchen hat mit Hemden ohne Männer als mit Männer ohne Hemden zu tun." Aus "Le Rire rouge", 1916 (152) [2 Abb.]: (1)Mode 1914 (2)Mode 1915 Die Pflegerinnentracht für die einzige kleidsame und zeitgemäße zu erklären, lag nahe. Ebenso nahe lag der Mißbrauch, der mit ihr getrieben wurde. Zeichnungen von Charles Rousiel in "Fantasio" 1915 (153) [Abb.]: Die Schwester wird auch angehimmelt, sonst aber gewöhnlich als Heiratsspekulantin oder Dirne hingestellt Englische Postkarte, Sammlung A. Wolff, Leipzig (154) [Abb.]: Aufmarsch amerikanischer Pflegerinnen in New York vor dem Präsidenten Wilson Photographische Aufnahme (155) [2 Abb.]: (1)"Du kannst unmöglich zurück an die Front, Sidi - deine Zunge ist ganz weiß" Französische Postkarte, Sammlung A. Wolff, Leipzig (2)Wandzeichnung aus einem Wiener Reservespital (156) [Abb.]: Das Leben im Spital. Die einen haben Besuch, an die anderen denkt niemand Zeichnung von A. Miarko in "Fantasio", 1916 (157) [Abb.]: Seine tiefste Wunde Lazarettliebschaften und kein Ende "Fantasio", 1916 (158) [Abb.]: Ruhm, Elend, Eitelkeit, Laus und Uniform werden billig abgegeben Ausverkauf wegen Kriegsschluß Zeichnung von G. Pavis in "Le Rire rouge", 1919 (159) [Abb.]: Englisch-französischer Unterricht in einem Park Zeichnung von Fabiano in "Fantasio", 1915 (160) [2 Abb.]: Der Soldat und das Korsett (1)Einst: eine Festung (2)Jetzt: ein Fähnchen Zeichnung von C. Hérouard, "La vie Parisienne", 1918 ( - ) [Abb.]: Aus einem Plakat für französisches Aspirin (Frankreich hat im Kriege versucht, dieses beliebte Heilmittel deutscher Herkunft durch französische Produkte zu ersetzen) Zeichnung (161) [2 Abb.]: (1)Das russische Kriegslazarett in Paris Originalphoto aus der Sammlung des Archives photographiques d'art et d'histoire, Paris (2)Französische Verwundete auf einem deutschen Verbandplatz Zeichnung von E. Limmer in "Ill. Zeitung", Leipzig 1914 (162) [2 Abb.]: (1)Einst (2)Jetzt Die kleinen Freuden des großen Krieges Zeichnung von A. Guillaume in "Fantasio", 1916 (163) [Abb.]: Französisches Propagandaplakat zur Verherrlichung des amerikanischen Roten Kreuzes (164) [6 Abb.]: Straf- und Lohnsystem beim Frauenregiment (1)Für kleine Verfehlungen: ein Tag Frisurverbot (2)Die Chargen: ein Volant, zwei Volants, drei Volants (3)Bei Insubordination: zwei Tage ohne Spiegel (4)Eine Auszeichnung: Flirtbewilligung (5)Die strengste Strafe: Redeverbot (6)Für besondere Verdienste: einwöchiger Urlaub für den Freund im Feld Zeichnung von Valdès in "La Vie Parisienne", 1916 (165) [Abb.]: Verwundeter (166) [Abb.]: Gratulanten zum Geburtstag des kleinen Leutnants Von wenigen Ausnahmen abgesehen, gefällt sich die Kriegskarikatur in der Verniedlichung der Dinge Zeichnung von A. Aubry in "Fantasio", 1916 (167) [Abb.]: Musterung der allerjüngsten Jahrgänge in Berlin Karikatur von R. Cartier in "Le Rire rouge", 1914 (168) Sechstes Kapitel Schützengrabenerotik Diskussion über die Unschädlichkeit der Abstinenz - Stahlbad der Nerven? - Liebesgaben, Feldpostbriefe und die Sitte der Marrainnen - Die Wege der Ersatzbefriedigung: Onanie, erotische Lieder, obszöne Bilder und Gegenstände, pornographische Lektüre, Träume - Tätowierung - Die Analerotik der Soldaten - Sodomie - Enthaltsamkeitsfolgen: Das Erlöschen des Geschlechtstriebes (169) [Abb.]: Das pornographische Bild im Schützengraben Zeichnung (169) [2 Abb.]: (1)Das dankbare Hinterland Zeichnung von Hérouard in "Fantasio", 1916 (2)Inserat eines Pariser Vergnügungslokales, das sich an das dankbare Publikum der Marrainen und ihrer Patenkinder wendet (170) [Abb.]: Liebe an der Front Phantasie eines französischen Malers. Man beachte die übergroße phallische Darstellung des ganz überflüssig im Bilde stehenden Fesselballons. Ein beliebtes Motiv pornographischer Frontbilder Zeichnung von Louis Icart in "Fantasio" (171) [Abb.]: Urlauber Zeichnung von G. Redon in "Fantasio", 1916 (172) [2 Abb.]: (1)Sexualnot beschmiert die Wände Von Russen verlassene, mit erotischen Bildern bemalte Hausruine in Russisch-Polen Photographische Aufnahme (2)Der Traum des Poilu Erotische Schützengrabenzeichnung eines französischen Soldaten Sammlung Lewandowski, Utrecht (173) [Abb.]: Christnacht im Feld Zeichnung von E. Halonze (174) [Abb.]: "Einst ging ich um diese Zeit auf die Hirschjagd" Zeichnung von G. Pavis aus "Le Rire rouge" (175) [Abb.]: Ehrenwache Zeichnung aus "Vie de Garnison", 1915 (176) [Gedicht]: Aus der "Liller Kriegszeitung" sei hier ein populärer "Stoßseufzer aus dem Schützengraben" und die Antwort darauf wiedergegeben: (176) [Abb.]: Der Traum von Liebe und Vaterland Zeichnung ( - ) [2 Abb.]: (1)Erotische Phantasie Schützengrabenzeichnung eines französischen Soldaten Sammlung Lewandowski, Utrecht (2)"Wenn du von Frauen sprichst, denke an deine Mutter, deine Schwester, deine Braut und du wirst keine Dummheiten reden" Französisch-amerikanisches Plakat gegen die Zoten Archives photographiques d'art et d'histoire, Paris (177) [2 Abb.]: (1)Die Menschen und der Krieg Vaterstolz Holzschnitt (178) [Abb.]: Stilleben nach der Marneschlacht Photographische Aufnahme (179) [2 Abb.]: (1)Ankündigung eines Briefstellers für Marrainen und ihre Patenkinder Aus der Zeitschrift "La Baionnette", 1915 (2)Sein erster Abend daheim Zeichnung von Hérouard in "La Vie Parisienne", 1917 (180) [Abb.]: Der galante Maler als Patriot Zeichnung von Carlègle in, "La Vie Parisienne" (Text verdeutscht) (181) [Abb.]: Der Stern, der nachts über dem Graben leuchtet Französische Postkarte (182) [Abb.]: Ankunft des Urlaubers Nach einem Gemälde (183) [Abb.]: (1)"Klar zum Gefecht" Zeichnung von G. Pavis in "Fantasio", 1917 (2)Der vom Maschinengewehr: "Was? Du stehst schon auf?" Sie: "Ja, ich erkläre mich kampfunfähig." Zeichnung von Duluard in "Le Rire rouge", 1916 (184) [Abb.]: Die Blume aus dem Feldpostbrief Zeichnung von A. E. Marty in "La Vie Parisienne", 1917 (185) [2 Abb.]: (1)Côte d'azur und Kote 304 "Die Jungens gehen ins Bad und wir ins Stahlbad" Zeichnung von R. Jouan in "Le Rire rouge", 1918 (2)"Das zerbrochene Bett" oder "Morgenidyll im Heim des Urlaubers" Zeichnung von J. Mirandes in "Le Rire rouge", 1918 (186) [Abb.]: Geschlechtstaufe vor dem Abmarsch Zeichnung von G. Léonnec in "La Vie Parisienne", 1917 (187) [Abb.]: Eine Manikure im Schützengraben Englische photographische Karikatur auf Damen der Gesellschaft, die sich zur Krankenpflege drängen Aus "Puck", 1915 (188) [Lied]: Ein bayrisches Soldatenlied lautet: (188) [2 Lieder]: (1)Ein anderes bekanntes "Schornsteinfegerlied" enthielt folgende zwei Strophen: (2)Im Roman "Infanterist Perhobstler" finden wir einen ebenso beliebten Vierzeiler: (189) [Abb.]: Neuer Schub von "Menschenmaterial" Zeichnung von C. Léandre in "Fantasio" (189) [Abb.]: Liebesgaben Französisches Plakat aus den Archives photographiques d'art et d'histoire, Paris (190) [2 Lieder]: (1)Das Lied bestand aus einer Unmenge Strophen, wie etwa der folgenden: (2)Gleichfalls im Roman von Infanteristen Perhobstler finden wir den Kehrreim einer Lorelei-Parodie: (190) [2 Abb.]: (1)Besuch bei der Marraine "Endlich sind Sie da. Womit könnte ich Ihnen eine Freude machen?" "Hm . mit Ihrem Stubenmädchen, wenn ich Sie bitten dürfte." Zeichnung von Jean Plumet in "Le Rire rouge", 1915 (2)Titelkopf der Speisekarte eines englisch-französischen Restaurants in Paris (191) [2 Abb.]: (1)Anzeige pornographischer und flagellantischer Bücher "für unsere Soldaten" Aus "Le Rire rouge", 1915 (2)"Der Herr muß warten. Sie sind der dreiundsiebzigste Kriegsmündel von Madame." Karikatur auf den Marraineunfug (192) [Abb.]: Freudiges Ereignis, Paris 1915 Zeichnung ( - ) [Abb.]: Der gnädige Herr hat Fronturlaub Zeichnung (193) [Abb.]: Feldpostkarte Sammlung A. Gaspar, Wien (194) [2 Abb.]: (1)"Nur sechs Tage Urlaub, Schatz! Und du möchtest doch Zwillinge haben!" Zeichnung von Djilio in "Le Rire rouge", 1915 (2)Feldpostkarte Sammlung A. Gaspar, Wien (195) [2 Abb.]: (1)Aus der Blütezeit des Preiswuchers "Hast du's gelesen? Jetzt werden auch wir unseren Preistarif sichtbar tragen müssen" Zeichnung von Rodiguet in "Le Rire rouge", 1915 (2)Auch so wird der Poilu gesehen Illustration aus dem Roman "Tout pour ça" von A. Derain (196) [Abb.]: "Sie wagen es, meinen Verwundeten zu berühren? der Marokkaner gehört mir!" Zeichnung aus "La Baionnette", 1914 (197) [2 Abb.]: (1)Das Wiedersehen Zeichnung von Fabiano in "Fantasio", 1915 (2)Im Stinkraum ist Gasmaskenprobe - Die Seewehr fühlt sich wie ein Geck. Dumpf brummelt wildes Tiergeschnobe, Nichts ist dagegen Hagenbeck. Bild und Verse aus der Etappenzeitung "An Flanderns Küste", 1915 (198) [Abb.]: Feldlatrinenordnung von der Westfront Aus J. C. Brunner, Illustrierte Sittengeschichte (199) [Abb.]: Die Latrine Tiefste Erniedrigung als Gegenstand humoristischer Darstellung Postkarte aus der Sammlung A. Wolff, Leipzig (200) [2 Abb.]: (1)"Ruhig Blut, Freund! Krieg ist Krieg - wir werden uns eben ein bißchen die Köpfe einschlagen" Zeichnung von R. Pallier in "Le Rire rouge", 1917 (2)Musette lernt Englisch (201) [Abb.]: Der Marsch auf Paris Erotisch-politische Zeichnung eines deutschen Soldaten, im Schützengraben entstanden (Marne 1915) Sammlung Lewandowski, Utrecht (202) [Abb.]: Sexuelle Symbolik im Militärleben Fesselballon, genannt Feldnülle Photograhische Aufnahme, aus der Sammlung A. Wolff, Leipzig (203) [2 Abb.]: (1)Die ersten Äpfel des Jahres Zeichnung von H. Mirande in "Le Rire rouge", 1917 (2)Titelkopf einer Haarfetischistengeschichte in einer französischen Feldzeitung Sammlung Lewandowski, Utrecht (204) [2 Abb.]: (1)Der Infanterist träumt Zeichnung (2)Die pikante Lektüre im Schützengraben Zeichnung (205) [Flugblatt]: Organische Bestimmungen über die Aufstellung, Organisation, den Betrieb und militärische Leitung, Unterstellung und Verwaltung von mobilen Feld- und Reserve-Freuden-häusern (Feldbordellen respektive Feldpuffs). (206) [2 Abb.]: (1)Die taktvolle Köchin Zeichnung aus "La Vie Parisienne", 1917 (2)Nach achtzehn Monaten Eine der zahllosen Darstellungen des Märchens von Geschlechtshunger der Urlauber. (In Wirklichkeit hat die Frontabstinenz meist lähmend auf die Sexualität gewirkt.) Zeichnung von Léonnec in "Fantasio" (208) [Abb.]: Woran Tommy denkt Aquarell ( - ) [Abb.]: Marraine und Filleul Zeichnung von G. Léonnec in "La Vie Parisienne", 1918 (209) [Abb.]: Wie die Reklame den Krieg verwertet (210) [5 Abb.]: Woran sie immer denken Zeichnung von R. Prézelan in "La Vie Parisienne", 1917 (211) [2 Abb.]: (1)Frontpostkarte der Deutschmeister Witwen- und Waisenstiftung Sammlung A. Wolff, Leipzig (2)Zusammenstoß des Luftschiffs "Siegfried" mit dem Vergnügungsluftschiff "Hertha I" Symbolische Illustration einer Schützengrabenzeitung Aus J. C. Brunner, Illustrierte Sittengeschichte (212) [6 Abb.]: Der Urlauber "Sag' mir, wie du deinen Urlaub verbringst, und ich sage dir, wer du bist" (1)Tommy denkt an sein Bad (2)Hermann füllt sich den Magen (3)Pietro spielt Gitarre (4)Ibrahim zeigt seine Trophäen (5)Iwan tanzt (6)Aber der Franzose denkt an Liebe Zeichnung von Zyg. Brunner in "La Vie Parisienne", 1916 (213) [Abb.]: Genrebild aus dem Frontleben Photographische Aufnahme, Sammlung A. Wolff, Leipzig (214) [Abb.]: "Eine Sitzung hinter der Front" Krieg veredelt: man sitzt dem Photographen! Sammlung A. Wolff, Leipzig (215) [2 Abb.]: (1)"Da draußen habe ich mir's anders vorgestellt" Zeichnung von H. Baille in "Le Rire rouge", 1917 (2)Poilu auf Urlaub Zeichnung von Carlègle in "La Vie Parisienne" (216) [Abb.]: "Gott, wie dick du an der Front geworden bist!" "Nicht wahr, Schwiegermutter, und man läßt mir nur vier Tage Zeit, um bei dir abzunehmen." Zeichnung von Rodiguet in "La Baionnette", 1915 (217) [Abb.]: Scharmützel zwischen zwei Schlachten "Ja es freut einen zu sehen, daß die Pariserin noch immer lieb und nett ist" Zeichnung von R. Vincent in "La Vie Parisienne", 1918 (218) Siebentes Kapitel Die Geschlechtskrankheiten im Heer Aufklärungsunterricht und Gesundheitsvisite - Bekämpfungsversuch durch Strafen - Die Therapie und das Verschulden übereifriger Ärzte - Ausbreitung in allen Heeren (219) [Abb.]: Zigeunerfamilien in Galizien, die sich durch Kriegsprostitution ernährte Photographische Aufnahme (219) [Tabelle]: Eine kurze Zusammenstellung von Dr. Blaschko gibt uns Aufschluß über die Verbreitung der Geschlechtskrankheiten in den verschiedenen Heeren vor dem Kriege. Die Ziffern stammen zwar aus dem Jahre 1895, doch sind sie bis zum Ausbruch des Weltkrieges nur in absoluter Beziehung zurückgegangen, ihr Verhältnis zueinander ist ziemlich das gleiche geblieben. (220) [Abb.]: Verhältniszahlen über die Ansteckung von Soldaten durch Dirnen, Arbeiterinnen und Bürgerliche (220) [Abb.]: In einem französischen Bordell "Die Sittenpolizei?" - "Nein, der Kommissär möchte ein Glas Wein trinken." Zeichnung von G. Pavis in "Le Rire", 1918 (221) [Gedicht]: A. R. Meyer, der in seinen bekannten "Fünf Mysterien" den Bombenüberfall auf das Krankenhaus in Lousberg dichterisch verwertet, läßt die aus der Haft ausgebrochenen belgischen Dirnen sagen: (221) [Flugblatt]: Aus dem Arsenal des Kampfes gegen Geschlechtskrankheiten im Kriege Sammlung A. Wolff, Leipzig (223) [Gedicht]: Es gab etliche solcher hygienisch-poetischer Produkte, von denen eines hier folgen soll: (224) [Abb.]: Auf Befehl Zeichnung ( - ) [Flugblatt]: Errichtung der Sittenmiliz in Warschau Sammlung A. Wolff, Leipzig (225) [Abb.]: Not kennt kein Gebot Zeichnung aus dem Felde (226) [Abb.]: Scherzpostkarte aus der Kriegszeit Sammlung A. Wolff, Leipzig (227) [Abb.]: Nachtcafé in Konstantinopel "Sag'n Se ma, Herr Kam'rad, haben Se noch mehr solche Angorakätzchen?" Zeichnung (229) [Flugblatt]: Eine vielsagende Bekanntmachung der deutschen Ortskommandantur in Bialystok Sammlung A. Wolff, Leipzig (230) [Flugblatt]: Merkblatt für deutsche Soldaten, herausgegeben von der Sittenpolizei Lodz Sammlung A. Wolff, Leipzig (231) [Abb.]: Die "Gießkannenparade" Zeichnung von L. Gedö, 1916 (233) [Flugblatt]: Die Offensive der Kirche gegen Unsittlichkeit und Hurerei Sammlung A. Wolff, Leipzig (234) [Gedicht]: Wir können es uns nicht versagen, die zwei letzten Strophen des französischen Poems, das den Titel "La saucisse de Strasbourg" (Das Straßburger Würstchen) führt, hier verdeutscht wiederzugeben: (236) [4 Abb.]: Was nach Kriegsrecht verboten ist (1)Auf die weiße Fahne zu schießen (2)Das rote Kreuz nicht zu achten (3)Verträge zu vernichten (4)Die Neutralität zu mißbrauchen Aus "La Vie Parisienne", 1917 (237) [Abb.]: Karikatur von Karl Arnold in "Simplicissimus", 1915 (238) [Lied]: So wurde im besetzten Gebiet ein Gassenhauer gesungen: (239) [Abb.]: Liebeszauber in der Etappe Zeichnung (239) [Abb.]: Schützengrabenphantasie eines französischen Soldaten Unterschrift: "On a tué mon ami" (Mein Freund getötet) (Sammlung Lewandowski, Utrecht) ( - ) [Abb.]: Auch eine Musterung Aus dem Leben in der galizischen Etappe Zeichnung (241) [Flugblatt]: Eine Revanche-Kundmachung der französischen Besatzungsbehörden im Rheinland nach Kriegsende Sammlung A. Wolff, Leipzig (242) [Abb.]: Wo sie sich die Seuche holten Zeichnung aus dem Skizzenbuch des Kriegsteilnehmers J. K. (243) [Abb.]: Soldatenliebchen Zeichnung (244) [Abb.]: "Anale" Feldpostkarte aus dem Krieg Sammlung A. Wolff, Leipzig (245) [2 Abb.]: (1)Im Estaminet Aus der deutschen Etappenzeitung "An Flanderns Küste", 1916 (2)Kirchgang in Flandern Zeichnung von P. Meyer in "Kriegsflugblätter der Liller Kriegszeitung" (247) [Abb.]: Französisches Zeitungsinserat mit der Anpreisung von Heilmitteln gegen Geschlechts- und Harnröhrenkrankheiten für Soldaten (248) [Gedicht]: Der ungarische Lyriker Andreas Ady, in dessen Adern luetisches Blut rann, schrieb beim Ausbruch des Krieges: (248) Achtes Kapitel Die Weiblichen Soldaten des Weltkrieges Russische Kriegerinnen - Die Frauenbataillone Kerenskis - Die Serbin im Kriege - Die Kriegshetze der Engländerin - Verkleidete Französinnen - Versuche deutscher Frauen, sich ins Heer einzuschmuggeln - Irrtümliche Geschlechtsbestimmung - Die ukrainische und polnische Frauenlegion - Das Grab der Unbekannten Soldatin (249) [Abb.]: Die ungarische Frontkämpferin E. K. in feldmäßiger Ausrüstung Nach einer photographischen Aufnahme (249) [Abb.]: Weibliche Hilfstruppen Englands Karikaturistische Zeichnung von Fred Hendrich in "Liller Kriegszeitung", 1916 (251) [Abb.]: Bolschewistische Propagandablätter für die deutsche Front 1917/18 (252) [Abb.]: Ein weiblicher Soldat der russischen Roten Armee, nach ausgiebiger Schändung getötet Aus Ernst Friedrich, Krieg dem Kriege! (253) [Abb.]: Fräulein Jarema Kuz, Kadettaspirant der Ukrainer freiwilligen Ulanenschwadron im österreich-ungarischen Heere Photographische Aufnahme (255) [Abb.]: Schützengrabenzeichnung Sammlung A. Gaspar, Wien (256) [Abb.]: Erotik im Proviantdienst Propagandaplakat der amerikanischen Heilsarmee ( - ) [Abb.]: Eine junge Österreicherin, die als Fähnrich in der polnischen Legion kämpfte, in russische Gefangenschaft fiel und ausgetauscht wurde Photographische Aufnahme (257) [Abb.]: Matrosentänzerinnen in einer französischen Etappenkneipe Zeichnung (258) [Abb.]: Wer ist der Stolz der Kompanie? Wer kennt nicht Künstler-Maxen? Er ist ein Allerwelts-Genie Und macht die tollsten Faxen. Ein Hauptspaß ist es jedesmal Als Bertha in zu sehen; Dem "drallen Meechen" kann im Saal Dann keiner widerstehen. Transvestitische Postkarte, Sammlung A. Wolff, Leipzig (259) [Abb.]: Soldatinnen der amerikanischen Heilsarmee an der Front Photographische Aufnahme (261) [Abb.]: Ukrainische Legionarinnen in der österreichisch-ungarischen Armee Photographische Aufnahme (264) [Abb.]: Das Ideal des weiblichen Soldaten Französisches Wohltätigkeitsplakat von A. Willette Aus der Sammlung des Archives photographiques d'art et d'histoire, Paris (265) [Abb.]: Das letzte Aufgebot Englands Schimpfsalven der Fischweiber- und Suffragetten-Regimenter zur Abwehr von Zeppelinüberfällen Zeichnung von Blix in "Kriegsblätter des Simplicissimus" (267) [Abb.]: Etappe Gent Zeichnung (269) [Abb.]: Serbische Bäuerinnen lernen schießen Photographische Aufnahme (270) [Abb.]: "Stillgestanden!" beim Amazonenkorps Aus "Punch", 1916 (271) [Abb.]: Musterung für das russische Frauenbataillon Russische Karikatur, Sammlung Lewandowski, Utrecht (272) [Inschrift]: Jetzt steht auf ihrem Grab ein Stein, der folgende Inschrift trägt: (272) Neuntes Kapitel Die Homosexualität im Kriege Die Kriegslust der Urninge - Kameradschaft, Freundespaare, Offizier und Diener - Feminine Urninge und Transvestiten - Damenimitatoren im Felde (273) [Abb.]: La désenchantée Transvestitisch polit. Karikatur auf Wilhelm II. Zeichnung (273) [Abb.]: Französisches Fronttheater mit Damendarsteller Aus "Fantasio", 1916 (274) [Abb.]: Das Urteil des deutschen Paris Karikatur von A. Guillaume, "Fantasio", 1915 (275) [Abb.]: Der Damenimitator im Mannschaftszimmer Zeichnung (277) [Gedicht]: Über denselben Wunsch und Drang, ins Heer zu kommen, berichtet in poetischer Form auch ein Gedicht "Die Zurückgebliebenen", dem wir folgendes entnehmen: (278) [Abb.]: Deutsche Etappe im Spiegel der französischen Karikatur Nach einem Gemälde von A. Guillaume, "Fantasio", 1915 (279) [Abb.]: Wilhelm II. im Harem Transvestitische Karikatur von Jean Veber. Erstmals erschienen in "Rire", 1898, dann in "Fantasio", 1917 neuerlich reproduziert (281) [Abb.]: Admiral von Hintze, kaiserlicher Kabinettkurator Zeichnung von A. Barrère in "Fantasio", 1916 (282) [Abb.]: Feldgraue Urninge bei einer Fronttheatervorstellung Photographische Aufnahme Aus der Sammlung des Instituts für Sexualwissenschaft, Berlin (283) [Abb.]: Szenenbild aus Shakespeares "Was Ihr wollt" in der Aufführung im Deutschen Theater in Lille Kriegsflugblätter der "Liller Kriegszeitung", 1916 (285) [Abb.]: Homosexualität in der Kaserne Zeichnung (287) [Abb.]: Heimkehr des Soldaten Zeichnung ( - ) [Abb.]: Französische Soldaten als Damenimitatoren Nach einem Aquarell Sammlung Lewandowski, Utrecht (289) [Lied]: So finden wir in der "Mitauschen Zeitung" folgendes Totenlied: Mein Leutnant (289) [Abb.]: Theater hinter der Front "Fritz, das hast du großartig gemacht, die ganze Kompagnie hat sich in dich verliebt" Zeichnung von P. Stimmel in "Lustige Blätter", 1916 (291) [Abb.]: Französische Soldaten in Frauenkleidern Die drei Poilus sind in dieser Verkleidung aus der Gefangenschaft entflohen Aus dem Archiv des französischen Kriegsministeriums (293) [Abb.]: Soiree in Berlin Auch eine französische Kriegskarikatur (295) [Abb.]: Hinter den Kulissen des Fronttheaters Der Damendarsteller und seine Garderobière Aus "Fantasio", 1917 (297) [Abb.]: Auch die italienische Karikatur stellt feindliche Offiziere gerne als Homosexuelle dar Zeichnung aus "Gli Unni e gli altri", 1915 (299) [Abb.]: Fräulein Feldwebel Zeichnung (300) [Abb.]: "Hände hoch!" Russisch-polnische Scherzpostkarte Sammlung Lewandowski, Utrecht (301) [Abb.]: Für ein Kommißbrot und einen Franc, Lieben wir stundenlang. Lied aus der flandrischen Etappe Zeichnung (303) [Abb.]: Die hübschen Kameraden Postkarte aus dem Jahre 1915 Sammlung Lewandowski, Utrecht (304) [Abb.]: Amerikanische Gäste in Paris Zeichnung ( - ) Zehntes Kapitel Kriegsbordelle Die bordellierte Prostitution im Felde und in der Etappe - "Schwanzparade" - Das Elend der Mannschaftsdirnen (305) [Abb.]: In einem belgischen Bordell Photographische Aufnahme Aus Friedrich Ernst, Krieg dem Kriege! (305) [Flugblatt]: Angebliche deutsche Verordnung, von den Franzosen nach Kriegsschluß mit zweizeiligem Kommentar als Flugzettel im Rheinland verbreitet Sammlung A. Wolff, Leipzig (306) [Abb.]: Die Bordelle der verbündeten Mittelstaaten waren streng getrennt Photographische Aufnahme ("A.-I.-Z.") (307) [Abb.]: Mobiles Feld-Freudenhaus für Offiziere, in einer Art Zirkuswagen untergebracht Photographische Aufnahme ("A.-I.-Z.") (309) [Abb.]: So stellen sie sich daheim vor dem Lebensmittelgeschäft an . Zeichnung von Th. Th. Heine, aus "Kleine Bilder aus großer Zeit" (310) [Abb.]: . und so in der Etappe vor dem Bordell Holzschnitt (311) [Abb.]: Im polnischen Gouvernementsbordell Photographische Aufnahme (313) [Abb.]: Hochbetrieb im belgischen Etappenbordell Zeichnung von Heinrich Zille Mit freundlicher Genehmigung des Neuen Deutschen Verlages, Berlin, aus dem Buche Heinrich Zilles "Für Alle" (314) [Abb.]: Hochbetrieb im belgischen Etappenbordell Zeichnung von Heinrich Zille Mit freundlicher Genehmigung des Neuen Deutschen Verlages, Berlin aus dem Buche Heinrich Zilles "Für Alle" (315) [Abb.]: Preisverzeichnis eines Kriegsbordells (316) [Abb.]: Verstümmelter und Dirne Lithographie (317) [Lied]: Lille, wo einst Karl der Kühne bei seinem Einzug vom Spalier der nackten Jungfrauen der Stadt empfangen worden war und von dem im Weltkrieg das Liedchen gesungen wurde: (318) [Abb.]: Kriegsbordell in Mitau Photographische Aufnahme (319) [Abb.]: "Um Gottes willen, jetzt sollen nur nicht alle meine Negerin verlangen!" Zeichnung von Laforge, aus der französischen Frontzeitung "Le canard enchaîné" (320) [Abb.]: Im Etappenpuff Zeichnung ( - ) [Flugblatt]: Auch wies er auf eine gedruckte Verfügung der Kommandantur hin, aus der besonders der Punkt V augenfällig hervorleuchtet: (321) [Abb.]: Hotel Stadt Lemberg Zeichnung (321) [Abb.]: Aus Kriegsbordellen Zeichnung von George Grosz Mit freundlicher Genehmigung des Fritz Gurlitt Verlages, Berlin (323) [Flugblatt]: Das Militär im Kampf gegen die Unzucht: Maueranschlag aus Grodno, 1915 Sammlung A. Wolff, Leipzig (324) [Abb.]: Finanzielle Verhandlungen Zeichnung (325) [Abb.]: Abendidyll aus der flandrischen Etappe Schattenriß aus der Etappenzeitung "An Flanderns Küste", 1915 Sammlung A. Wolff, Leipzig (326) [Abb.]: Bei der Feldbraut Frontzeichnung (327) [Abb.]: "Vorwärts, Kinder, alle müssen drankommen!" Zeichnung (329) [Abb.]: "Liebst du mich auch?" - "Ja!" - "Wie?" - "Wie deinen ganzen Jahrgang." Zeichnung von M. Motet in "Le Rire" (330) [Abb.]: "Warum hat sie nicht gewollt? Man hat ja zahlen wollen" Politische Karikatur auf die Vergewaltigung Belgiens (331) [Abb.]: Der siegreiche Ersatzreservist Zeichnung (332) [Abb.]: Sandwich pain noir Französische Etappenkarikatur von Anglay in "Fantasio". 1915 (333) [Abb.]: Der Traum von der Abrüstung Zeichnung (334) Elftes Kapitel Etappenprostitution Feldbräute in Ost und West - Liebe für ein Kommißbrot und einen Franc - Estaminets und Teestuben - Krieg, der große Galeotto (335) [Abb.]: In einer galizischen Teestube Zeichnung (335) [Abb.]: Wie er bei den Französinnen Eroberungen macht Französische Karikatur auf den deutschen Etappenoffizier (Zeichner unbekannt) (336) [Abb.]: Die rationierte Kosmetik Französische Karikatur von G. Léonnec, 1918 ( - ) [Abb.]: "Eine Heldin der Front, die kleine Modewarenhändlerin in X an der Z" Zeichnung von S. Sesboné in "Fantasio", 1916 (337) [Abb.]: Die nordfranzösische Etappe im Spiegel des deutschen Humors (339) [Abb.]: Weiblicher Hilfsdienst in dem von Russen besetzten Ostpreußen, 1914 (340) [Abb.]: Der Held vom amerikanischen Roten Kreuz Karikatur von Charles Michel in "Fantasio", 1916 (341) [Flugblatt]: Im übrigen wurden die deutschen Truppenangehörigen, die in Brüssel ankamen, am Bahnhof von einer Warnungstafel folgenden Inhalts empfangen: (342) [Abb.]: Wein, Liebe und Tabak: der Laden im zerstörten Dorf Front-Zeichnung (343) [Lied]: Henel gibt ein in Brügge entstandenes deutsches Soldatenlied wieder: (343) [Abb.]: Die Zivilarbeiterbataillone in der französischen Karikatur "Himmel, meine Töchter!" - "Bah, sie sind wie alle Französinnen - leicht zu entführen!" Zeichnung von H. Grand-Aigle "La Baionnette", 1916 (344) [Lied]: Immerhin sie hier die erste Strophe eines hübschen Liedchens wiedergegeben, das, von einem deutschen Soldaten gedichtet, in der Kriegszeitung des deutschen Marinekorps in Flandern, "An Flanderns Küste", abgedruckt wurde: (344) [Abb.]: Kriegspatin und Patenkind oder das ungleiche Paar Zeichnung von Reb in "Fantasio", 1917 (345) [Abb.]: Titelblatt einer Justament-Nummer der Geheimzeitung "La libre Belgique", die jahrelang in dem von Deutschen besetzten Belgien erschienen und eine wüste Propaganda gegen die Besetzungsbehörden entfaltete (347) [Abb.]: "Det Gequassel immer! Ick hab' hier nischt Verfiehrerisches gesehen" Aus "Liller Kriegszeitung", 1915 (348) [Abb.]: Etappenhumor Zeichnung von C. Arnold in "Liller Kriegszeitung", 1915 (349) [Abb.]: Das Seepferdchen Zeichnung (351) [Abb.]: Gefängnisstrafe für zwei Einwohner von Noyon (Nordfrankreich), die die Offiziere der Besatzungsarmee nicht grüßten Plakat, Sammlung A. Wolff, Leipzig (352) [Abb.]: Die kleine Tänzerin und der große General Bild aus der italienischen Etappe ( - ) [Abb.]: Im Nachtcafé "Hier stelle ich dir meine Milchschwester vor." "Und ich dir meinen Schnapsbruder." Zeichnung von Faye in "Vie de Garnison" (353) [Gedicht]: Nicht ohne Grund klingt im berühmten Vierzeiler der flämischen Dirnen das Lob des deutschen Kommißbrotes mit: (354) [Flugblatt]: Auch ein Beitrag zur Geschichte aller militärischen Besatzungen Sammlung A. Wolff, Leipzig (355) [Abb.]: Im Estaminet Zeichnung eines Kriegsteilnehmers, aus J. C. Brunner, Illustrierte Sittengeschichte (358) [Abb.]: Aus dem Schwarzweißrotblauweißrotbuch: Französinnen flicken die Wäsche der deutschen Krieger Sammlung A. Wolff. Leipzig (359) [Abb.]: "Nu guck mal, also hier darf nichts ruiniert werden!" Aus "Liller Kriegszeitung", 1915 (360) [Abb.]: Der Deutsche zum geknebelten Belgien: "Wir sind die denkbar besten Freunde geworden" Politische Karikatur (361) [Flugblatt]: Dokumentarisches zur Psychologie der militärischen Besetzung Plakat, Sammlung A. Wolff, Leipzig (363) [Abb.]: "Mit Gott für Kaiser und Vaterland" Verlag Viva (364) [Abb.]: Auf der Suche nach Quartier "Mein Mann ist nicht zu Hause und ich habe nur ein Bett für mich." "Tut nichts, wir werden Sie nicht inkommodieren - wir werden eben ein wenig zusammenrücken!" Französische Frontzeichnung (365) [Abb.]: Gesicht und Gesichter der Etappe Photographische Aufnahme, Verlag Viva (366) [Abb.]: Etappe Paris Zeichnung von G. Pavis in "La Vie Parisienne", 1917 (367) [Abb.]: Rumänische Familie, deren weibliche Mitglieder vom Verkauf ihrer Körper an die Soldaten der Besatzungsarmee lebten Photographische Aufnahme, Sammlung A. Wolff, Leipzig (368) [Abb.]: Das Etappenschwein . und sein Pläsierchen Zeichnung ( - ) Zwölftes Kapitel Etappenhengste und Etappenmädel Die Legende vom Front- und Etappenschwein - Die Frauen der besetzten Gebiete und die Eroberer - Belgien unter deutscher Besatzung - Zivilarbeiterbataillone - Die Hilfsdienstdamen - Frauenkrankenhäuser in der Etappe (369) [Abb.]: Aus "Galizien", ill. Beilage der Ostgalizischen Feldzeitung, 1917 (369) [Abb.]: Die Sexualnot in humoristischer Aufmachung Aus "Kriegsflugblätter der Liller Kriegszeitung" (370) [Lied]: Das Etappenschwein (370) [Flugblatt]: Wie leicht man sein Leben verwirkte Plakat aus dem besetzten Rußland Sammlung A. Wolff, Leipzig (371) [Lied]: Nur ist hier der Gegensatz zwischen dem Wohlleben der Offiziere und dem Hundeleben der gemeinen Soldaten krasser herausgearbeitet. Eines diese Lieder lautet in wörtlicher Übersetzung: (372) [Abb.]: Eroberung hinter der Ostfront Photographische Aufnahme (373) [Abb.]: Das Mitglied der Friedenskonferenz: "Ich soll nicht freigebig sein? Soeben habe ich einem völlig Unbekannten den ganzen Libanon, Estland und die östliche Walachei geschenkt!" Zeichnung von A. Faivre in "Le Rire rouge", 1919 (374) [Abb.]: Mehr Dichtung als Wahrheit über das Leben im besetzten Feindesland Postkarte aus der Kriegszeit, Sammlung A. Wolff, Leipzig (375) [Abb.]: Hotelhall in Brüssel Wie der französische Zeichner das Leben in der von Deutschen besetzten belgischen Hauptstadt darstellt Aus "Fantasio", 1915 (376) [Abb.]: Der Etappen-Photograph "So . bitte . jetzt! ." Aus "Simplicissimus", 1916 (377) [2 Abb.]: (1)"Schau, zehn Francs ist nicht teuer." "Ich will nicht widersprechen, aber ich habe nur 10 Centimes." Aus "Vie de Garnision", 1915 (2)Deutsche Postkarte aus dem dritten Kriegsjahr Sammlung A. Wolff, Leipzig (378) [Brief]: Wir lassen die geheime Anweisung der Kommandantur in Lille für Suchpatrouillen, die die Aushebung in die Zivilarbeiterbataillone durchzuführen hatten, folgen: (379) [Abb.]: Liebe im französischen Unterstand Aus "La Vie Parisienne", 1917 (379) [Abb.]: Kinematographische Aufnahme aus 1001 Nacht in der Lichtstadt Aus "La Vie Parisienne", 1916 (380) [6 Abb.]: Der Krieg im Hinterland (1)Vorbereitung zur Offensive (2)Angriff mit brennbaren Flüssigkeiten (3)Der Kampfwagen (Tank) (4)Kleine Detailoperationen (5)Ein nächtlicher Gegenangriff (6)Die Nacht nach dem Sieg Zeichnung von G. Pavis in "La Vie Parisienne", 1915 (381) [Abb.]: "Was mir an Ihrem Beruf am meisten mißfällt, ist, daß Sie jede Nacht Wache schieben müssen" Zeichnung von H. Gazan in "Le Rire rouge", 1916 (382) [Abb.]: Lille, Hauptstadt der nordfranzösischen Etappe und Hauptsitz der Etappenprostitution, nach Einzug der Deutschen Photographische Aufnahme (383) [Abb.]: Flandrische Etappe in Bild und Schrift . Jedoch des Tages höchster Glanz Naht abends, wenn sie geht zum Tanz. Im "Eldorado" Walzer klingen, Matros' und Meisje Tanzbein schwingen. Aus der Etappenzeitung "An Flanderns Küste", 1916 (384) [Abb.]: Der Leichenzug aus Belgien Eine sehr verbreitete Propagandazeichnung ( - ) [Abb.]: Flandrische Etappe in Bild und Schrift . Und bist du gar ein Kavalier, Bringst du die Maid vor ihre Tür, Gibst einige "Totjes" deiner Braut, Sie ist "beschaamd en stief benouwd." Aus der Etappenzeitung "An Flanderns Küste", 1916 (385) [Abb.]: Italienische Postkarte zur Warnung vor Spionen Sammlung A. Wolf, Leipzig (386) [Abb.]: Aus dem Leben eines Fernsprechers Feldgrauer Humor aus "Scheinwerfer", Beilage zur Zeitung der 10. Armee (Wilna) Sammlung A. Wolff, Leipzig (387) [2 Abb.]: (1)Kaffeehaus hinter der alliierten Front Zeichnung von R. Jouenne in "Fantasio", 1918 (2)"Das tut gut, für die kleine Französin zu kämpfen" Zeichnung von Marcel Bloch in "La Baionnette", 1915 (388) [2 Abb.]: (1)Kaffeehaus hinter der alliierten Front Zeichnung von R. Jouenne in "Fantasio", 1918 (2)"Das tut gut, für die kleine Französin zu kämpfen" Zeichnung von Marcel Bloch in "La Baionnette", 1915 (389) [Abb.]: Kriegscafé in einem ungarischen Grenzstädtchen Zeichnung (390) [Abb.]: Eine zusammenfassende Darstellung aller zu Propagandazwecken von der Entente reichlich ausgeschroteten "deutschen Greueltaten" Zeichnung von Townsend in "Punch", 1915 (391) [Abb.]: Friedliche Eroberungen in Feindesland mit Hilfe des allbeliebten Kommißbrotes Szene aus dem Film der Deutschen Universal Film A.-G. nach Remarques "Im Westen nichts Neues" (392) [Abb.]: Fest deutscher Soldaten in Flandern Das Auftreten der Schuhplattler Photographische Aufnahme (393) [Abb.]: "Mein Mann macht mir fürchterliche Szenen, obwohl ich ihm gedroht habe wegzugehen." "Droh' ihm, daß du bleibst." Zeichnung von Haye in "Vie de Garnison" (394) [Abb.]: Auskundschaftung des Terrains Zeichnung von Martin in "La Vie Parisienne", 1918 (395) [Abb.]: Das Spiel im Frauenherzen "Man nehme mehr als vier!" Französische Postkarte (396) [Abb.]: Deutsche Soldaten an einem dienstfreien Sonntag mit ihren russischen Quartierswirtinnen Photographische Aufnahme (397) [Gedicht]: so wollen wir uns von diesen Kriegsopfern mit den Worten verabschieden, die Karl Kraus ihnen in seinem grandiosen Kriegsdrama in den Mund legt: (397) [Abb.]: Soldat und Dirne Federzeichnung von Alfred Kubin Fritz Gurlitt-Verlag, Berlin (398) [Abb.]: Der Hunger zieht durch die Straßen Zeichnung aus dem besetzten Nordfrankreich (399) [Abb.]: Im Wintergarten in Berlin werden Tänzerinnen engagiert Zeichnung von A. Miarko in "Fantasio", 1915 (400) [Abb.]: Der rote Dämon der Etappe Zeichnung ( - ) [Abb.]: Ut J'hann Stuewen sin Franzosentid "Na, Madam, kokt de Kartuffel ok?" "Merci, Monsieur, je ne suis pas très bien portant." "Kick mol, dat Flesch is ok all moeer?" "Oui, oui, Monsieur, c'est la guerre, c'est un malheur." "Dat is schön, denn könn' wi ja bald wat eten." Aus "Liller Kriegszeitung", 1915 (401) [Abb.]: Die Eroberer und die Bevölkerung von Russisch-Polen Photographische Aufnahme (402) [Flugblatt]: Ein Plakat der Besatzungsbehörden in Russisch-Polen Sammlung A. Wolff, Leipzig (403) [Abb.]: Etappe Gent Zeichnung von George Grosz in "Gesicht der herrschenden Klasse", Malik-Verlag (404) [Abb.]: Englische Hilfstruppe im Nahkampf Aus einem lithographierten Heft "War and Women" (405) [Lied]: Trotzdem spricht man oft von der Flucht und neckisch singen die Frauen ein Lied, das im Krankenhaus entstanden ist: (405) [Abb.]: Kriegsromantik im Estaminet Aus der deutschen Etappenzeitung "An Flanderns Küste", 1916 (406) [Lied]: Eine Strophe einer im Hause entstandenen Chanson sagt unverblümt: (406) [Abb.]: Nachtleben in der flandrischen Etappe Nach einem Aquarell (407) [Abb.]: Gruss von der Leipziger Messe! Die grosse Mode 1919 "8 Monate nach Krieger's Heimkehr" (408) Literaturangaben (409) Einleitung, Erstes Kapitel, Zweites Kapitel (409) Drittes Kapitel (409) Viertes Kapitel (410) Fünftes Kapitel, Sechstes Kapitel (411) Siebentes Kapitel (411) Achtes Kapitel (412) Neuntes Kapitel (413) Zehntes Kapitel (413) Elftes Kapitel, Zwölftes Kapitel (414) Inhalt des ersten Bandes (415) Werbung ( - ) Einband ( - ) Einband ( - )
Issue 16.5 of the Review for Religious, 1957. ; A. M. D. G. Review for Religious SEPTEMBER 15, 1957 God's Living Sermon . Bonaventure Balsam Dismissal in Lay Institutes . Jo,eph g. ~,allen Our Supernatural Organism . Daniel J. M. Callahan Book Reviews Questions and Answers Roman Documents VOLUME 16 NUMBER 5 RI::VII:::W FOR RI:LIGIOU.S VOLUME 16 SEPTEMBER, 1957 NUMBER, 5 CONTENTS GOD'S LIVING SERMON AND MYSTERY-- Bonaventure Balsam, O.P . 257 DISMISSAL OF RELIGIOUS IN LAY INSTITUTES-- Joseph F. Gallen, S.J . 265 SOME BOOKS RECEIVED . 292 OUR SUPERNATURAL ORGANISMu Daniel J. M. Callahan, S.J . 293 OUR CONTRIBUTORS . i99 SURVEY OF ROMAN DOCUMENTS--R. F. Smith, S.J . 300 QUESTIONS AND ANSWERS: 29. Professed of Temporary Vows and Return to Motherhouse for Perpetual Profession . " . '.309 30. Adaptation and Renovation and New Laws on Poverty . 310 31. Last Gospel According to the Simplified Rubrics .312 32. Masses. Permitted on the Saturday of Our Lady . 312 33. Personal Gifts and Poverty . 312 BOOK REVIEWS AND ANNOUNCEMENTS: Editor: Bernard A. Hausmann, S.J. West Baden College West Baden Springs, Indiana . 313 REVIEW FOR RELIGIOUS, September, 1957. Vol. 16, No. 5. Published bi-monthly by The Queen's World, 3115 South Grand Blvd., St. Louis 18, Mo. Edited by the Jesuit Fathers of St. Mary's College, St. Marys, Kansas, with ecclesiastical approval. Second class mail privilege authorized at St. Louis, Mo. Editorial Board: Augustine G. Ellard, S.J.; Gerald Kelly, S.J., Henry Willmering, S.J. Literary Editor: Robert F. Weiss, S.J. Copyright, 1957, by The Queen's Work. Subscription price in U.S.A. and Canada: 3 dollars a year; 50 cents a copy. Printed in U.S.A. Please send all renewals and new subscriptions to: Review for Religious, 3115 South Grand Boulevard. St. Louis 18, Missouri. God's Living Sermon and Myst:ery Bonavent:ure Balsam, O.P. WE CANNOT LOVE, reverence, and respect what we do not know: A religious priest, brother, or sister will never love and appreciate his life and vocation as much as it is lovable unless he first sees and tastes the indescribable nobility of that vocation. We begin to evaluate a thing rightly only when we begin to see it, to understand it, rightly. Misguided love follows on misguided and false knowledge, detestation often follows on the footsteps of ignorance. To a very great extent, the intensity' and scope of our love will depend on the genuineness and grasp of our knowledge. All religious preach God. They do so, not so much by word of mouth as by their whole life. Their preaching--and this is the judgment of the great minds of the Church- since it is by action, can make a far deeper and more lasting im-pression on the world than any or all the sermons preached in Notre Dame Cathedral. For religious are their own sermon and their own cathedral. In preparing and preaching .their sermon to the world, they must study, not so much the spoken word, as the far more powerful and vocal deed. If .we could summarize in a few words the influence which it is the role of a religious to have on the world about him, it is this: it is his vocation in life to teach the whole world this v~ery important lesson, "We have here no lasting city, but we look for 6ne which is to come." By their life, religious must preach that lesson to the world. It is the holy and privileged task of every religious to make the world unworldly, to teach the world to be divine, and to lift up the mind and heart of the world to God in one great offertory. The vocation of a religious is brought home to him every day in the Preface of 257 BONAVENTURE BALSAM. Review for Religious the Mass; he is to lift up the heart of the world to God in love, "Sursum Corda.'" And where a religious does not find love, he must see to.it that God puts love there. As St. John of the Cross says: "~ 'here there is no love, you must put love." To preach that sermon with its double element of detachment from the world and clinging to God is the vocation, par rxcellence, of every religious brother and sister. In a special way, and by special right, religious can apply to themselves the words of the same St. John: "The life of every religious sho~,ld be a complete doctrinal sermon." The life of every religious is one continuous paradox, a divine anomaly. Religious must love the whole world and everyone in it; yet they must ceaselessly try to keep it dis-satisfied with itself, discontented. Their life is one of opposi. tion to the spirit of the world and its maxims, one of constant disagreement and protest. That is a most unenviable task; and, like all opposition and protest, it brings with it much enmity and misunderstanding. That is why the-world often and in many ways misunderstands religious and scorns them. That is why, too, religious sometimes misunderstand them-selves and their role in the salvation of the world. In walk-ing down the street, every step a religious takes is a sort of step of protest, of admonition. He protests to the world and warns it that the glitter and tinsel meeting the eyes on all sides are all too ephemeral and passing and petty and that the only One worth living for and loving with every fibre of one's being is God. The way that they teach this to the world which they live in, but away from, is a most efficacious one. Religious preach to the world by the daily living of their vows which make their life unearthly because heavenly. By their vow of poverty religious lecture on the unending wonders of divine Providence. They lecture on that subject though they may never actually utter a word about it; they do not have to, for they live their subject. By the mere fact that they have freely and gladly relinquished all claim and aspira- 258 September, 1957 GOD'S LIVING SERMON tion to this world's goods, religious proclaim to the world that they trust in God's divine providence with an unshakeable confidence and that "possessing nothing, they have all things." For they have learned to "cast your care upon the Lord, who cares for you." Religious daily experience the truth of St. Paul's words: "As needy though enriching many; as having nothing and possessing all things." By that childlike confi-dence in divine Providence, a confidence solidified andmade a very part of their life and reridered inamissible, as it were, by their vow of poverty, religious take at face value the loving promise of our Lord that, if God is ever careful to feed the birds of the air and clothe the grass of the fields, will He not take infinitely greater care of a religious who is of much more value than they and the rest of the material universe combined? Moreover, by their vow of poverty religious te.ach a materialistic world an important lesson in divine economics, for they teach the world a proper sense of values, a divinely wise and exact evaluation of all creation. Religious appraise things for what they are--and are not--and proper ap-praisal of a thing is indispensable for its true appreciation and enjoyment. One can never love a thing rightly until one knows its true value; j~ust as one can never know its worth unless one knows the value God places on it. All of which means that we can never love a creature rightly except in and through God Who makes it worth whatever it is. In teaching mankind all this by ~he daily living of their vow of poverty, religious are teaching a most wise lesson. In so doing, they themselves become more wise and share their wisdom with others. For it belongs to the wise man to order and evaluate things rightly. By their vow of chastity, religious teach the world another saving lesson; they teach a selfish and unsacrificing world the value of sacrifice. Religious teach the world the fruitfulness of unfruitfulness. They teach the world that in order to win more of the children of God they have given them up. Relig- 259 BONAVENT~JRE BALSAM Review for Religious ious teach a grasping world that, in order to gain what is really worthwhile, one must lose what is really not worthwhile. They teach the world that oi~ten the only way to conquer is to surrender and that everything that one gives up for God he gains back again in God, and "pressed down, in good measure, and flowing over." And God besides. Religious give up a lesser privilege t~or a .greater one; they t~orego the privilege of bringing children into the world because to that privilege they pret~er the greater privilegi~ of bringing God into the world. So, in actuality, the chaste brotherhood or sisterhood of a religious is far more fruitful and noble than wedded t:ather-hood, or motherhood. There is something more that religious can do t~or the world and for God's children which often goes unappreciated even by themselves. Religious should realize the element of personal reparation and vicarious atonement inherent in their vow of chastity./ Vices are not only expelled, but are most fittingly atoned for, by. their opposite virtues. Religious are God's "chosen pedple." They stay the avenging hand of God by the purity of their lives. God, in looking upon the un-earthly purity of His religious, is moved to forgive the morass of impurity in which a great part of mankind is floundering and to give it grace to repent and change its evil ways. Here, again, the life of religious is a living protest to a "wicked and adulterous generation." The protest they lodge against the world is the silent protest ot~ their unassuming though uncon-cealable modesty and purity which, "like a city seated on a mountain top, cannot be hid." By their entire and absolute chastity, religious work to make this carnal world into a holy and pure generation. They must offer up their chastify, which makes them akin to the angels, as a protest to the world and and as a propitiatory sacrifice for its unspeakable impurities. Only the pure o~ heart will ever see God,. and they alone will be able to show God to others. God makes use o~ the conse-crated purity ot~ a religious to sterilize the world ot~ its in~ection 260 September, 1957 GOD'S LIVING. SERMON of impurity. Thus the~ freely chosen childlessness of religious is, .indeed, most fertile of good--their holy barrenness begets countless children of God. By their vow of obedience, religious proclaim to the world that the root of all sin lies in inordinate self-love and inordinate self-will. And they teach the world the remedy fo~ this ill. By their obedience, religious tell the world that the only way to escape out of the maddening labyrinth "of self and selfish-ness is to take one's will in both hands and exchange it for the #111 of God by riveting it to His most Sacred' Heart. The o~nly way to be truly free is.to serve m to serve God without stint. In this exchange of wills one's own narrowness and smallness are exchanged for the infinite generosity of God. The stagnate pool of selfishness ,is displaced by7 the restless sea of love which is God's holy will. And since the will of God is the cause of all good; since, too, religious have exchanged their will for His by vow, then they too will bring into the world and into the lives of men unlimited good. Religiods, by the life they lead, will diffuse through the universe some of the infinite goodness of God. In this vowed exchange of wills with God, religious be-come more and more sinless. For the more God's will dis- 'places theirs and becomes the motive force of their life and actions, the more religious approa.ch the state of impeccability --the impeccability of God's holy will. Hence, the more and longer God's. will works in them, the less will they fall into daily sins and faults, and the more they will do, and diffuse, good about them. The world seeing this transformation in religious, their own fellowmen, will first wonder at them, then admire them, and finally imitate them. And when the world imitates them, religious thus renew the face of the earth. They and the life they live. Besides being a living sermon on G~d, every religious is a living mystery also. Religious must have all the elements 261 BONAVENTURE BALSAM Review for Religious about them of a true mystery of faith. They must be thor-oughly supernatural. They must think, will, and act always on a supernatural plane. They must survey the whole of their own life and every event that befalls them from that super-natural ~vantage point, from the loft~; peaks of faith. Their viewpoint, their perspective of everything will always and every-where be determined by faith. Nothing will be purposeless; everything will be judged according to a divine pattern. All their assignments, and the minutest details and circumstances surrounding those assignments, must be looked upon and judged with the eyes of faith. The hardships and crosses of a par- ' ticular assignment, the trials and difficulties attached to an act of obedience, the misunderstandings and false accusations that may dog their steps, all these must be seen in their supernatural light. They must be seen as~having a definite .place in God's plan for their sanctification and salvation. Never will religious live on the merely natural level mthe level of those who have no faith. Rather, they must, under all circumstances, "live in such a way that their life would not make sense if God did not exist." God and their great faith in God must determine every decision religious make, must be the heart in every one of their motives for acting. By profession, and even more by religious consecration, religious belong to God and are familiar with God's ways. But religious are a living mystery for more reasons than that. As in the case of every' mystery, their life is one of im-penetrable paradox. Religious are in the very midst of the wo~ld, though they can never claim any of it as their own. By profession, they are consecrated down to their fingertips. Though they are vowed to seek after that peace which only God can give, still they are ever stirring up discontent and dissatisfaction. They are ever fomenting a rebellion against the ways of the world. A religious is an aposde of elevation; his whole life tends to. raise the general worth and standards of. mankind by the 262 September, 1957 GOD'S LIVING SERMON unearthliness and loftiness of his own life. He is the divine yeast in the rather inert and formless mass'of humanity without God. He is what the priest has been called, "the minister of restlessness." In looking upon his life, the world is wounded with a sort of tormenting longing for the divine. A religious may be rightly called "an apostle of the abso-lute." He is ever on a relentless search, a quest, not for that which is merely good, but for that which is God, for the Per-fect. His very religious consecration makes him ever a pilgrim, ever a foreigner to this wor/d, and en route to see the face of God. Whatever he finds, good, whether in himself or in others, he must ever try to make better. He is gripped by a continu-ous and divine unrest, which, oddly enough, is the great source of the profound peace which surrounds his life. That unrest takes the form of a hunger to be more united to God, though he knows full well that divine union must entail the painful surrendering of deep-seated attachments. It entails turning a deaf ear to the unending call of the flesh to pla~ riot in the warm fields of its pleasures; it entails purging out of one's spiritual organism the multiplicity of sins which plague it and keep it undeveloped, ~tunted, and impede its more complete union with God. All this means pain, struggle, denial, sacri-fice, and death. But the religious is equally aware that in the midst of all this struggle to embrace his God and never to let Him go there is a joy that makes all this tremendous effort and strife insignificant, short-lived, accountable as nothing at all. He knows that the more he peels away the outer bark of bitter self, the more he sees and tastes of the fruit of God with-in. He knows that the sufferinss of these times are like seasoning, sharp and bitter, but necessary to taste one's God, indeed to consume Him in love. Like ev.ery mystery, the religious .must remain beyond. the ken and grasp of the generality of mankind. He will be misunderstood, his actions misconstrued. So lofty and extra-ordinary is his life that those who see only with a fleshly eye 263 BONAVENTURE BALSAM will say that it is impossible or a huge deception. He will be considered a cowardly fugitive from the world, from reality; 'whereas, in truth, he pursues thd world in its flight from God, takes it in his arms as a father does a recalcitrant child, and offers it up to God in love. Instead of being a dreamer, as he is accused of being, he is the world's greatest realist, for he knows and appreciates God, the cause of all reality, and claims Him as his very own possession and gift to the world. Since he is a sort of special creation of God, the religious must remain unknown; he must n~ver become profane. When his life becomes common, banal, vulgar, a byword among the people, he is no longer a living and sacred mystery; he is now common knowledge. He has then lost that necessary quality of' super-naturalness. He must ever remain like a beautiful tree with its roots hidden in the earth and its head and heart in the heavens. Every religious is a living mystery. Like every divine mystery, he must be accessible to all those who ai, e seeking God. He and his life must ever be a source of awe for the world. Being a pilgrim and an apostle of the absolute, of perfection, he must keep the world dissatisfied, discontented with its smug and mediocre ways. He must be .the tangible and living expres-sion of the life of God and the degree in which it can be shared by grace. His life must be one of elevation, of an offertory. Sworn to pursue perfection, he must make himself and the world one grand host of love offered up to God in adoration, thanksgiving, petition, and atonement. From ttie rising of the sun even to the going down thereof, the religious must be a liv!ng mystery and sermon of God. 264 Dismissal ot: Religious in Lay Insfit:u es Lloseph g. Gallen, S.,J. 1. Definition. Dismissal is the compulsory departure from a religious institute during the time of the vows of the religious. Any religious, whether of solemn or simple vows, perpetual or temporary, may be dismissed. Dismissal is effected by the de-cree of the competent superior and by law, ipso facto, or automatically because of the commission of any of the crimes specified in canon 646. The present article is confined to the dismissal of religious in lay institutes. However, the norms are the same in other institutes for the dismissal of a professed of temporary vows and also for men of perpetual vows in a clerical non-exempt institute. The canonical prescriptions for the dis-missal of a clerical or lay religious man of perpetual vows in a clerical and exempt institute are likewise the same as in a lay institute of men except that in the former the crimes, admoni-tions, and incorrigibility must be proved in a judicial process. The provisional return to secular life is essentially the same in a clerical exempt institute (cc. 653; 668). The laws of the code and of the particular constitutions must be accurately' and sincerely observed in a dismissal. They were enacted to protect the rights of both the institute and the individual religious. It is very likely that an unusual number of highly unsatisfactory religious justifies a complaint against facility of admission and retention during the probationary periods rather than against the difficulty of dismissal. It is evident, also that the age of the religious is to be considered before deciding on the formalities of a dismissal, even though this is not mentioned in the code. Older religious should be dismissed only for most serious reasons. Their adjustment to secular life, especially in the case of a religious woman, is obvi-ousl'y more difficult. A religious whose conduct merits serious 265 JOSEPH F. GALLEN Review for Religious thoughts of dismissal should practically always be first encour-aged to ask for an indult of secularization. Those who are found certainly unsuitable at any time during temporary pro-fession are to be counseled to ask foi: an indult of secularization rather than to wait until the voluntary departure or exclusion at the expiration of temporary vows. I. Competent Authority for Dismissal by Decree and for Final Adjudication of Provisional Sending Back to Secular Life . 2. In pontifical congregations. (a) For professed men and women of temporary vows (c. 647, § 1). The competent authority is the superior general with the deliberative and secret vote of his council. In the few constitutions where his part in any dismissal is mentioned, it is prescribed that the pro-vincial should consult his council before proposing a dismissal to the superior general. The provincial will usually, in fact, initiate a dismissal by proposing it to the superior general, Since the matter is one of greater importance, in prudence he should at lea~t ordinarily consult his council before doing so. (b) For professed of perpetual vows. 1° In congregations of men (c. 650, § 2, 2°). The superior general with the consent of his council is competent to decree the dismissal, but his decree has no effect until it is confirmed by the Sacred Congregation of Religious. 2° In congregations of women (c. 652, § 3). The Sac/ed Congregation of Religious alone is competent to decree the dismissal. 32 For professed of temporary or perpetual vows in diocesan congregations of men or women (cc. 647, § 1; 650, § 2, 1°; 652, § 1). The competent authority in all cases of men or women is the ordinary of the diocese where the house to which the religious is attached is located. The ordinary of the diocese of the generalate is competent only for religious attached to houses' in his diocese. In virtue of canon 647, § 1, the local ordinary may certainly initiate the dismissal of a professed of temporary vows. He probably possesses the same .right with regard to professed men or women of perpetual vows.' If the 266 September, 1957 DISMISSAL IN LAY INSTITUTES ordinary initiates the dismissal, he is obliged to inform the superior general before dismissing the religious. He is also obliged to give consideration to the reasons the superior gen-eral proposes against the dismissal and is forbidden to dismiss a religious, if this superior ha~ just reasons against it. If he does so, the superior general has the right of recurring to the Sacred Congregation of Religious. 4. Societies living in common without~ public vows (c. 681). The norms of dismissal for pontifical and diocesan religious congregations ~pply also to these pontifical and diocesan socie-ties, i. e., the norms for the professed of temporary vows apply to members whose bond is temporary, those for religious of perpetual vows to members whose bond in such a society is per-petual. 5. In monasteries of nuns. (a) For professed of temporary vows .(c. 647, § 1). If the monastery is not subject to regu-lars, the competent authority is the local ordinary of the mon-astery. If the monastery is subject to regulars: two opinions are probable, i. e., the competent authority is either only the regular superior or, the more probable opinion, the regular superior and the local ordinary acting conjointly. (b) For professed of perpetual vows (c. 652, § 2). The competent authority is the Sacred Congregation of Religious, but all the documents and acks of the case are to be transmitted to the congregation by the local ordinary of the monastery with his own vote and that of .the regular superior, if the mon-astery is subject to regulars. 6. Obligation of competent authorities. The competent au-thorities, as well as the superior and his council who propose a dismissal to such authority, have a grave obligation in con-science to observe the norms for dismissal imposed by canon law (cf. c. 647, § 2). ~ Tabera, Corntnent,~rium Pro Reli]io$i$, 13-1932-124-25; 14-1933-35; Schaet:er, De Religiosis, n. 1602; Quinn, Relation of t/~e Local Ordinary to Religious o/ Diocesan/l$/~ro¢,al, 103-105. 267 JOSEPH F. GALLEN Review for Religious . II. Dismissal by Decree of a Professed of Temporary Vows (cc. 647-48) 7. Sufficient" reasons for dismissal. (a) ' General principles (c. 647, § 2, 1°.3°). The authority dismissing a religious of tem-porary vows must have. moral certainty, i. e., a judg,ment that excludes a founded doubt, of the existence and sufficiency of the reasons. The reasons must be external to the extent that they are known by others. They mu~t also be ~sekious'or grave, which does not imply serious moral culp~ibilit~ or any culpa-bility at all. The general principies on the sufficiency 0f the reasons are that it is to the good of the institute not to retain the subject; the institute will suffer a notable harm or serious incon;cenience in retaining him; there is no hope that ~he reli-gious will be able to conform his life in a creditable or praise-worthy manner to the demands of .the constitutions; "lie lacks the general aptitude for the religious life or the special aptitude requisite for the spiritual life or works of. the particular insti-tute; and any reason is sufficient that is of the same or greater import than that stated by way of example in canon 647, § 2, 2°, i. e., a defect of religious spirit that 'is a cause of scandal to others. It is probable, as under exclusion from a further profession,~ that after more than six prescribed years in tem-porary vows a religious may be dismissed or~ly for reasons that are sufficient to dismiss a professed of perpetual vows. (b) Particular sufficient reasons (c. 647, § 2, 2°). A sufficient reason on the part of the institute is the lack of aptitude stated in the preceding paragraph. Sufficient-reasons on the part of the religious himself can be reduced to intelledtual defects, which is included under aptitude above, to health, which will be explained below, and to moral defects. Moral defects constitute" tl~e principal motive for dismissal. The code mentions only one sufficient cause of dismissal by way of ex-ample, and this is a habitual moral defect, i. e., a defect of 2Cf./IEwsw FOg RELXG~OL~S, July, 1957, 216-18. 268 September, 1957 DISMISSAL IN LAY ]INSTITUTES religious spirit that is a cause of scandal to others. This defect can be ascertained from the conduct and motives of the religious and from the effect of his conduct on others. Such a religious seems to lack all supernatural motives, and' acts almost constantly from those that are purely natural. He is de~oid of love, attachment, and devotion to the religious life and its duties. His transgressions arise from habitual negligence, sloth, weariness, perversity, and ill will, not from accidental weakness and frailty. He ,manifests little care or effort for per-sonal sanctification. In his conduct he "habitually violates the constitutions, rules, customs, and usages of the.institute, even if not in relatively serious matters. He obeys superiors with diffi-culty in matters that are not strictly commanded. He habitually omits, performs carelessly, or places little value on religious exer-cises. In its effect on others, the conduct described above is already scandalous in a person consecrated to God. Such conduct and the fact that .the motives and state of his will externally manifest themselves decrease in others respect and 'devotion to the religious life and its duties and make observance of religious disci-pline by others more difficult. Often there, is added the direct insti-gation of others to violations of religious duties and discipline. Among the equivalent habitual moral defects are the follow-ing. 1° Obedience. Habitual, unwilling, and grudging obedience; .habitual murmuring against and criticism of superiors; habitual negligence in fulfilling duties assigned by superiors. 2° Poverty. Repeated violations of the vow and of common life, even if not in serious matters. 3° Anger. One who is habitually quarrelsome or has an" ungovernable temper that~ breaks out in frequent and serious fitsof anger and causes frequent disturb-ance of the peace of the community, loss of peace of soul, insults, and injuries to companions, .and dissensions in the community. 4° Charity. One who is addicted to faults of the tongue that annoy, disturb, or provoke others to quarrels, Or that consist of frequent calumnies, detractions, imprudenc~e in speech or violations of secrets. 5° Disturber of the peace. A 269 JOSEPH F. GALLEN Review for Religious habitual disturber of the peace of the community who creates or fosters dissatisfaction, dissensions, factions, or provokes to quarrels. 8. Necessity of repeated admonition and salutary penance with-out effect (c. 647, § 2, 2°). Any habitual moral defect is a sufficient reason for dismissal only when a repeated admonition together with a salutary penance has produced no effect. The code demands only that the subject should have been admon-ished at least twice, orally or in writing, secretly or in a manner /hat can be proved, by a local or higher superior, to reform his conduct. Canon law does not require here that the admoni-tion be given in virtue of a mandate from a higher superior or that a threat of dismissal be. added to the admonition. The salutary penance to be added to each admonition i~ one suitable for effecting the reform of the religious and the reparation of the scandal" already given. It will consist of the penances in use in the particular institute, e. g., recitation of determined prayers, an act of humility, or a public acknowledgment or reprehension of defects. A sufficient period of time is to be allowed to pass "after the second admonition to permit the religious to reform his conduct. After this period, if he has ¯ nbt reformed his conduct to such an extent that it can no longer be considered a sufficient cause for dismissal, he may be dismissed. Both for the reform of the religious and proof in the eCent of dismissal and recourse, the more secure and prudent ¯ dgctrine is to be followed in practice, i. e., a threat of dismissal is to be added to each admonition and the admonition and penance are to be given in such a way that there will be proof that both were given and received. This can be accomplished b'y¯giving the admonition and penance before two witnesses or in writing. A copy of such a document is to be retained. by the institute. 9. A single act as a sufficient reason. A religious of temporary vows may be dismissed because of a very serious single act, 270 September, 1957 DISMISSAL IN LAY INSTITUTES e. g., a grave external s_in against chastity; formal contempt of the authority of superiors; violation of a formal precept .of obedience; an act that creates a danger of notable harm or infamy to the institute; serious scandal given once or twice in the community, or what is more serious, to seculars, when there are indications that the same thing will happen again.-~ A pro-fessed of temporary vows who becomes a fugitive from religion or does the same thing as an apostate from religion, even though he cannot technically be called an apostate because he is not in perpetual vows, may be dismissed because of either of these acts. :~ 10. Insul/icient reasons (c. 647, ~ 2, 2°). The statement of the religious that he never possessed or has lost a religious vocation or the mere agreement of the institute and the religious that he be dismissed are insufficient reasons. In either case, the religious, giving all the reasons that actually exist, may ask for an indult of secularization or may wait and depart at the expiration of temporary vows. Ill health is a sufficient reason for dismissal only if it was certainly fraudule.ntly concealed or dissimulated before the first profession of temporary' vows. Everything said under exclusion from a further profession because of ill health, lack of ability arising from ill health, ailments such as hysteria and neurasthenia, and insanity apply here also.~ 11. Procedure (c. 647, § 2, 3°). No special process is pre-scribed for attaining certainty of the existence and sufficiency of the reasons for dismissal nor for decreeing the dismissal. If it is d~cided to proceed to dismissal, the .necessary preliminary data should be written out first, i. e., the religious and family name of the subject, age, date of entrance into the postulancy and noviceship, date or dates of temporary profession, and the houses and employments to which the religious had been assigned. To this should be added a brief and accurate descrip-tion of the previous conduct of the religious. The formalities 3 Cf. REVIEW FOR RELIGIOUS, May, 1957, 162-63. -1 Cf. REVIEW FOR RELIGIOUS, July, 1957, 219-20. 271 JOSEPH F. GALLEN Review for Religious of dismissal are practically always preceded by a protracted period o'f most unsatisfactory conduct. The decision on dis-missal is then to be studied and obviously with the greatest care. The matters to be decided are whether certain proof is had of the existence and sufficiency of the reasons, of the admonitions given privately and of those given in writing or before witnesses with a threat of dismissal, and of the lack of effect, of these admonitions. Proof of the existence of the reasons will ordinarily be from signed statements of local superiors and councilors, principals of schools, companions in religion, etc. Canon 647, ~ 2, 3°, prescribes that all the reasons for dismissal, not the proofs nor the names of the witnesses, be manifested to the religious orally or in writing before dismissal. The proposal of the reasons in writing is preferable for proof. The religious must be given full liberty and a su~cient amount of. time to reply to the charges. He is .to be counseled to reply in writing. If his replies are given orally, they are to be taken down immediate!y in writing and he is to be requested to sign them. If he refuses, this is to be noted in the document on which his replies are given. His replies are to be submitted fully to the authority competent for dismissal. Everything given above in this number should have been followed also by the superior general and his council in a diocesan congregation and the superioress and her council in a monastery of nuns before tl~e written petition for dismissal is forwarded to the competent authority. The vote of the council should be given in writing to this authority. In a monastery of nuns, this vote must be deliberative.~ In a diocesan .congregation, the superior general will present the petition for a dismissal to the local ordinary; but the constitutions will frequently require the con-sultive or deliberative vote of his council for such a petition. The local ordinary and the regular superior must have certainty ~Cf. Tabera, Commentarium Pro Religiosis, 12-1931-372-73; Larraona, ibid., 2-1921-364-65; Schaefer, 010. cir., n. 1584. 272 September', 1957 DISMISSAL IN LAY INSTITUTES of the existence and sufficiency of the reasons alleged in the representations of the superior. They accordingly have the right and duty of investigating the existence of the reasons, although this is usually proved in the proposal of the superior, and of weighing the seriousness of these reasons. 12. Dismissal. If the decision is for dismissal, a decree" of dismissal should be drawn up containing the date, name of the religious, the reasons for dismissai, and the statement that the religious is therewith informed of his right of suspensive recourse against the decree to the Sacred Congregation of Religious. The decree should either be read to the religious or he should be given a copy of it. Either the original-or a copy of the decree and of all the proofs and documents in the case is to be retained in the files of the institute. It would be well to give the religi-ous a written statement to the effect that he was l~gitimately dismissed from the institute and freed of all his vows and obligations. In the presence of two religious as witnesses, the dismissed religious is to be asked to sign the following or a similar docu-ment after it has beenread to him. "I realize that I am hereby informed that'I have the 'right of recurring to the Sacred Congregation of Religious against this decree of dismissal and that, if I make this recourse within ten days from this date, such a recourse will suspend the effect of this decree until offi-cial notification is received that the decree has been confirmed by the same Sacred Congregation." The two religious witnesses are also to sign as such. If the dismissed religious will riot sign, this refusal is to be noted on the document; and the two religious witnesses ard also to attest on the document to this refusal. This document also is to be retained by the institute. If the religious has already left the institute illicitly, th'e notification of the decree and of the right of suspensive recourse is to be sent to him by certified mail, which provides for a receipt, to the sender and a record of delivery at the offi~ce of the address. 13. Suspensive recourse (c. 647, § 2, 4°). The one who 273 JOSEPH F. GALLEN Review for Religious communicates the decree of dismissal is counseled in a reply of the Sacred Congregation of Religious to inform the religious of his right of recourse.° This should always be done; and several authors advise that this information be included, as above, in the decree of dismissal. The religious has the right of making a suspensive recourse to the Sacred Congregation of Religious against the decree of dismissal within ten days from the date on which he was informed of the decree. The first day is not counted. If the religious was informed of the decree on June 1, the time begins to run on June 2 and expires ~it midnight of June 11-12. The time does not run for any period during which the subject is ignorant of his right or unable to act, e. g., because of illness. The recourse is to be made by letter, either immediately by the subject or mediately through the superior who communicated the decree to him. The subject is to give his reasons againsf the dismissal. Proof that he had made the recourse is had by the authentic document of his own letter or the testimony of two trustworthy witnesses. The recourse within ten, days suspends the effect of the decree, which is completely ineffective until the authority that issued the decree is notified of its confirmation by the Sacred Congre-gation of Religious. While the recourse is pending, the subject is not dismissed and remains a religious with the same obligations as any other professed of temporary vows. He has the right and obligation of dwelling, under obedience to superiors, in the religious house assigned by them. If the religious does not wish to make recourse but to leave the institute immediately after the. decree is communicated to him, he may do so. Superiors may oblige him to leave immediately only if he has declared in writing that he will not m~ike recourse.7 Otherwise the religious is to remain until the ten days have elapsed without recourse having been 0 Bouscaren, Canon Law Digest, 1,329. ¢ Cf. c. 1880, 9°; Coronata, Manuale Practicum luris Discipli~iaris et Criminalis Regularium, n. 248. 274 September, 1957~ DISMISSAL IN LAY INSTITUTES made. A subject may als6 make recourse after the lapse of the ten-day period, but such recourse does not suspend the effect of the dismissal, 14. Effects of dismissal (c. 648). Canon 648 frees a professed of temporary vows, as soon as the decree of dismissal is effective, from all the vo~,s of his religious profession. There is no need of a dispensation from the vows. The ~ther effects are the same as explained under secularization in the REVIEW FOR RELIGIOUS, September, 1956~ 233-36. III. Dismissal. By Decree of a Professed of~ Perpetual Vows (cc. 649,52; 669, .~ li 672, ~ 1) 15. Sufficient reasons. (a) In institutes of men (cc. 649; 656, I°). Three grave and external crimes of the same or different species in the proper sense of canon 2195, § 1, two admonitions, and incorrigibility a~e necessary. A violation of any positive law accompanied l~y special gravity or scandal is also a crime (c. 2222, § 1). The following are examples of sufficient ¯ reasons:' serious sins against common life, external si~s against chastity, disobedience to formal precepts, formal contempt of authority, rebellion against superiors, seriously impeding the government of superiors, creating or fomenting factions in the community, drunkenness, striking companions in religion, seri-ous diffamation of others or 0f the institute, apostasy or flight from religion, as also violations of the vows or of the ~onstitutions that constitute a specially grave offense or give rise to~ grave scandal in or outside the institute. These acts must be seriously sinful objectively and subjectively. Crimes of different species should be such as to reveal, when viewed collectively, a will obstinate in evil (c. 657).s (b) In institutes of women (c. 651, § 1). The same reasons are required for the dismissal of any religious woman of per-petual vows, whether solemn or simple. The reasons must be s Cf. Creusen, Religious Men and Women in the Code, n. 353; Bastien, Directoire Canonique, n. 634, 1, 1°; Tabera, op. cit., 14-1933-267; Beste, Introductio in Codicem, 443,448. 275 JOSEPH F. GALLEN Review for Religious external, culpable, serious, and joined with incorrigibility. The reasons have to be external to the extent that they are known by others. The code requires culpable but does not certainly demand seriously culpable reasons. Inculpable reasons, e. g., lack of aptitude and physical and intellectual defects do not suffice for the dismissal of a perpetually professed religious. The reasons must be serious or grave. Finally, the reasons must be joined with incorrigibility, i. e., attempts at correction were made and their lack of success proves that there is no hope of amendment. ~The following are general examples of sufficient reasons: violations of the vows, constitutions, and religious dis-cipline that are considered more serious, even though in them-selves they are not mortal sins, or that cause serious scandal in or outside the community; and conduct that causes a notable spiritual or temporal harm to the community. The following are examples of particular sufficient reasons: repeated violations of~the vow of poverty, even after admonitions, reprehensions, penances, and even though the matter in itself does not consti-tute a serious sin; repeated and more serious acts of disobedi-ence; exciting others to rebellion and insubordination; arousing others against superiors by word or conduct; impeding the authority of superiors; disturbing the peace of the community by constant murmuring and complaints; causing dissensions and factions in the community; and the diffamation of the institute or its members among seculars. The reasons given above for men also evidently suffice for the. dismissal of women, since less serious reasons are required for the dismissal of women. Incorrigibility supposes repeated or habitufil actions. There-fore, one violation does not suffice for the dismissal of a per-petually professed religious woman. As in the case of religious men of perpetual vows, there must be at least three violations or one continued violation which, after a double admonition, becomes vi'rtually three violations. These three violations may all be of the same species, e. g., all against poverty; they may be of different species, e. g., one against poverty, the second 276 September, 1957 DISMISSAL IN LAY INSTITUTES against obedience, and the third contrary to charity. The one continued violation is verified in such things as apostasy from religion, being a fugitive from religion, and a refusal to obey. The apostate who has been admonished twice to return to religion and refuses commits virtually three violations, the original act of apostasy and the two refusals to return (c. 657). 16. Attempts at correction and 'incorrigibility (cc. 649; 656- 62; 651, § i). Everything below on the admonitions and incor-rigibility is of obligation 'from canon law in lay institutes of men. The code does not determine just what' 'the attempts at correction are to consist of in the case 'of religious women but leaves these and the judgment of the incorrigibility to the supeiioress. However, the doctrine that is more probable :in itself and to be followed in practice is that the canons on religious men should be extended to women, i. e., there should be two admonitions coupled with suitable corrections and penances. When these produce no effect, the religious wom£n may be judged in-corrigible. 17. Admonitions (cc. 658-62). (a) Prerequisite certitude of first violation (c. 658). Before the first admonition may be given, there must be certitude, not mere suspicion, probability, or conjecture, of the commission of the first violation. If cer-titude is not had, a further investigation of the conduct of the religious may be. made. If the investigation does not give certitude, an admonition may not be given. (b) Matter of the admonitions (c. 661). The' essentialnotes of an admonition are three: the superior reprehends the religiou~ for the violation already committed; warns him to avoid slich conduct in the future; and adds a threat of dismissal if the religious should persist in such conduct. The thi:eat of dismissal is always to be added to the admonition in the case of a per-petually professed religious man or woman (c. 661,. § 3). 9 Statuta a Sororibus Externis 8er~anda, n. 119; Coronata, lnstltutiones luris Canonici, I, n. 651; Palombo, De Dimissione Religiosorum, n. 179; Tabera, o~. cit., 13-1932-123; Bastien o/,. tit., rt. 639, 3. 277 JOSEPH ~. GALLEN Review for Religious The superior is also to add to the admonitions: 1° an apt exhortation, i. e., to give motives to the religious for the reform of his conduct; 2° an apt correction, i. e., to show the religious the disorder of his past conduct, its effect on himself and .others, on the community and the institute; 3° preventive measures against a future violation. Almost necessarily these will imply putting the religious under the vigilance of a superior. Other such measures that the particular case demands are also to be employed, e. g., changing the employment or house of the religious and, in general, removing and lessening the occasion of a future violation. 4° apt penances. These are to be added to each admonition. Their aptitude is to be judged from their suitability for effecting the amendment of the religious and the reparation of the scandal already given. (c) Number and form of the admonitions (c. 660). There must be two admonitions, one for each of the first two viola-tions. In a continued violation, at least three full days must elapse between the first and second admonition. The admoni-tions are to be given in such a way that there will be proof that ' they were given and received. They are accordingly to be given before two witnesses or in writing.When given before witnesses, it is better to have the admonition also written out, to retain a copy, and have the two witnesses sign this copy to the effect that they witnessed the giving of the admonition. If given in ¯ writing, the religious is always to be made to sign a document to the effect that he received the admonition, a copy of the admonition is always to be retained, and two witnesses are to attest that the copy agrees with the original. If the religious is'outside the institute, e. g., as an apostate or fugitive, the admonition is to be sent to him in writing by certified mail (cf. n. 12). (d) Competent superior for admonitions (c. 659). In institutes of men, the admonitions should be given by the immediate higher superior personally or through another authorized for the purpose. An authorization given for the first admonition 278 September, 1957 DISMISSAL IN LA~ INSTITUTES suffices also for the second. From analogy, the same principles are to be followed in an institute of women. (e) Interval and violation after the second admonition (c. 662). After the second admonition, there must be a third vio-lation or a refusal to obey the second admonition in the case of a continued violation. An interval of at least six full days is to elap, se between the second admonition and any further action in a continued violation.'° After the third violation or the lapse of the six days without sincere repentance, the religious is canonically incorrigible and may be dismissed. If he sincerely repents within the six days, ¯ he is not incorrigible and may not be dismissed. If such repen-tance is verified only after the third violation or after the six days, action on the dismissal may be continued, since the religious is canonically incorrigible; but it would be better to discontinue such action provisionally, because the religious is not in fact incorrigible,n If the religious later commits another violation, the formalities of dismissal may be continued unless the reforma-tion of thereligious was sincere and complete. Such a reforma-tion excludes the computation or inclusion of past violations and admonitions and requires that the formalities of dismissal be begun anew. A sincere and complete reformation demands that the religious, e. g., have avoided the occasions of violations, have been willing to repair scandal by public penance, and have been more than ordinarily faithful to religious observance. The common doctrine is that such an amendment of conduct should have continued for three years, but a lesser space of time, e. g., a year, will su~ce in the case of extraordinary repentance.12 l°Cf. Tabera, 0p. cit., 14-1933-273; Toso, Commentaria Minora, II, II, 268; Chelodi-Ciprot~i, lus Canonicura de Personis, n. 291; De Carlo, Jus Religiosorum, n. 587. 11Cf. Goyeneche, De Religiosis, 217; De Carlo, oiO. cir., n. 587; Schaefer, oil: clt., n. 1629; Palombo, 0/~. cir., n. 113; Coronata, 0/L cir., 867; Beste, 0/~. cir., 450; Jone, Commentarium in Codicem Iuris Canonici, I, 586. ~2Cf. Goyeneche, op. cir., 217; De Carlo, oiO. cir., n. 587; Schaefer, o/,. cir., n. 1629; Palombo, op. tit., n. 114; Beste, oiO. cit., 450; Jone, o~O. tit., 586; Coropata, op. cit., 864. 279 JOSEPH F. GALLEN Review for Religious 18. Procedure (cc. 650-52). (a). Intervention of the superior general and his council. In pontifical or diocegan lay institutes of men, canon 650, §§ 1-2, not only require that- the dismissal of a professe~ of perpe~tual vows be submitted to th~ superior gen-eral but also demand a deliberative vote of his council for such a dismissal. Canon law "does not clearly demand the interven-tion of the mother general nor of her council in the dismissal of .a professed of perpetual vows. However, from analogy with the law on the dismissal of religious men of perpetual vows and the constant practice of the Sacred Congregation of Religi-ous in the approval of constitutions, the dismissal of a professed woman of perpetual vows in both pontifical'and diocesan congre-gations is to be referred to the mother general and h'er council and the council is to have a deliberative vote.la For the same reasons, the deliberative vote of the council is required in a monastery of nuns. The remarks on the provincial and his council in n. 2 (a)apply here also. A proviricial should prac-tically never initiate the formalities of dismissal except after having consulted the superior general. The superior general and his council should have the pre-liminary data on the' religious drawn up, as stated in n. 11. To'this document are to be added a description of the three violations, proof of their existence, and proof that the admoni-tions Were properly given and received. As explained in n. 11, the reasons for the dismissal are tg, be fully manifested to the religious; and his replies in writing are to be submitted to the authority competent for dismissal. The matters .to be decided are whether certain proof is had of the three violations, of the giving and reception of the admonitions, and of the incorrigi-bility of the religious. (b) If the decision is for dismissal. 1° In a pontifical congre-gation. The mother general is to transmit all the acts and a:~Cf. Larraona, Commentarium Pro Religlosis, 2-1921-364-66; Ta~era, op. cir., 14-1933-53-54; Schaefer, op. cit., n. 1608; Jone, op. cit., 578; Muzzarelli, Tractatus Canonicus de Congregationibus Iuris Dioecesani, 175; Goyeneche, op. cit., 219; Bastien, op. cir., n. 640. 280 September, 1957 DISMISSAL IN LAY INSTITUTES documents of the case along with the vote of her council to the Sacred Congregation of Religious (cf. n. 2). In a congregation of brothers, the same things are to be sent to .the Sacred Con-gregation. However, the brother general,, with the deliberative vote of his council, decrees the dismissal; but this has no effect until it is confirmed by the Sacred Congregation (cf. n. 2). A superior who transmits a case to the authority competent for dismissal may include further information from himself or the members of the council in, addition to the latter's vote. 2° In a diocesan congregation, of brothers or sisters. The same things are to be forwarded to the local ordinary (cf. n. 3). The matters to be decided by the ordinar~ are the same as those stated above. He may summon the religious, defer the dis-missal and prescribe further attempts at correction, deny the dismissal, or issue the decree of dismissal. 3° In a monastery of nuns. The superioress is to transmit the same things to the local ordinary and the regular superior (cf. n. 5). 19. Dismissal. The religious is dismissed only at the moment that he or she receives legitimate notification of the decree of dismissal or of the confirmation of the Sacred Congregation of Religious in the case of religious men.~ Before that time he may neither leave the institute nor may the institute eject him. He is then to leave the institute, unless he is a member of a diocesan congregation, as will be immediately explained. 20. Recourse. (a) In any pontifical lay institute of men or women. The religious may recur io the Holy See against the decree of dismissal, but this recourse does not suspend the effect of the dismissal. The code gives no such right, and the Holy See has both examined ihe reasons of the religious against the dismissal and has itself effected or confirmed the dismissal. (b) In any diocesan congregation of men or women. The code says nothing on the right of the religious to recur to the Holy See against a dismissal effected by the local ordinary. a4 Palombo, op. cit., nn. 144, 187; O'Leary, Rdi.oious Dismissed after Perpetual Profession, 47-50. 281 JOSEPH F. GALLEN Review for Religious However, it is admitted that the religious has the right of recur-ring. to the Sacred Congregation of Religious against the decree; and, if made within ten days from the date on which the religi-ous was informed of the decree, this recourse suspends the effect of the dismissal. This right to a suspensive recourse follows a fortiori from the fact that such a right is granted to a religious of temporary vows dismissed by the local ordinary (c. 647, ~ i, 4°). Therefore, everything said in n. 13 under ¯ the dismissal of a professed of temporary vows applies here also. 21'. Effects of dismissal (cc. 669, § 1; 672, § 1). (a) If dis-missal frees from the vows. The code itself (c. 669, § 1 ) does not free a dismissed religious of perpetual vows from the vows of religious profession by the very fact of the dismissal. Such a liberation may be effected by a provision of the particular constitutions, or the Holy See may append a dispensation to the dismissal, or the dismissed religious may petition the Sacred Congregation of Religious in the case of pontifical institutes or the local ordinary in that of diocesan institutes for a dispen-sation. 1~ The religious is to be most earnestly encouraged to make such a petition, and the superiors are willingly to aid him. Constitutions of lay congregations submitted to Rome in the earlier years after the Code of Canon Law became effective, May 19, 1918, uniformly do not provide that legitimate dismis-sal of a perpetually professed religious frees from the vows; tho~e submitted in more recent years frequently contain this provision. The latter practice should be followed in any revis-ion of pontifical or diocesan constitutions. Ill such a provision is contained in the constitutions, the dismissal frees from all the vows of religious profession as soon as the decree is effective. There is no need of a dispensation from the vows. The other effects are the same as explained under secularization in the REVIEW FOR RELIGIOUS, September, 1956, 233-36. (b) If the dismissal does not free from the vows (c. 672, § 1). Canon 672, § 1, prescribes that a religious of perpetual is Cf. Muzzarelli, o~. cir., 306. 282 September, 1957 DISMISSAL IN LAY INSTITUTES vows who has been dismissed without being freed of his vows is obliged to reform his.life so that he will be worthy .of being received back into the institute. If the dismissed religious has manifested a complete reform during a period of three years, he is obliged to return to the institute and the la'tter~ is obliged to take him back. Howe.ver, it is the far more probable interpre-tation that this canon applies only to a religious in sacred orders (priest, deacon, subdeacon).'6 If the dismissed lay religious will not voluntarily petition a dispensation from the vows, the practical remedy is to submit the case immediately to the Sacred Congregation of Religious. A professed of~ perpetual vows is also to be given an official statement to the effect that he had been l~gitimately .dismissed, and mention should b~ made as to whether he had been freed of the vows by the dismissal or a concomitant or subsequent dispensation. IV. Dismissal By Law (c. 646) 22. Definition. This dismissal is effected automatically by canon 646 itself by the very fact and at the instant that any of the three crimes specified in the canon is committed. Therefore, the law itself, not the decree or declaration of a superior, effects the dismissal. In its nature, the dismissal is a punishment in-flicted for the crime and also a means given to religious, insti-tutes to free themselves immediately of members who have perpetrated most serious crimes against the religious life. 23. Subject. The subject of the il~so facto or dismissal by law of canon 646 is any professed religious, man or woman, of solemn or any type of simple vows, whether perpetual or tem-porary, and the members who have been aggregated perpetually or temporarily in societies living in common without public vows (c. 681). A postulant or novice is not the subject, but the commission of any of these three crimes is certainly more 'than a sufficient reason for his dismissal by the decision of the competent superior. ~6 Cf. Fanfani, De lure Religiosorum, 703-705. 283 JOSEPH F. GALLEN Review for Religious 24. "Religious who have publicly apostatized from the Catholic faith" (c. 646, § 1, 1°). The crime is simply public apostasy from the Catholic faith. (a) Simply. The canon does not demand that the religi-ous have joined a non-Christian sect, e. g., Judaism, Buddhism, Mohammedanism. The crime can be" verified either in or out of such a sect. "(b) Public (c. 2197, 1°). In the case of a religious, a crime is public when it is actually known or is in serious and immediate danger of being known by at least a notable part of the mem-bers of the religious house to which the delinquent is attached.1~ It is not necessary that such knowledge or danger extend.to the province, institute, or to externs. External apostasy that has not attained this publicity does not effect dismissal by law. (c) Apostasy from the Catholic faith (c. 1325, ~ 2). Apos-tasy is the act of a baptized person who formally" denies or positively doubts about the entire Christian-faith. The unbap-tized are infidels, not apostates, heretics, or schismatics. Formally means that there must be a subjective mortal sin in the act. A doubt is the suspension of the acceptance of the intellect. A positive doubt is had when the intellect judges that there are sufficient reasons for affirming and denying the proposition, that the reasons on neither side are convincing, and therefore the intellect suspends assent to the proposition. In a negative doubt, the intellect suspends assent because it does not p~rceive reasons either for affirming or 'denying the proposition. This is to be classed rather as ignorance. As in heresy, /~ positive doubt constitutes an injury to the faith and is sufficient four apostasy.18 The one who so doubts has had the truth suffi-ciently proposed to him, but he positively judges that the truth is not sufficiently proposed and that contrary reasons make it uncertain. ~ Cf. Michiels, De Delictis et Pornis, 117-18. ~8 Ciprotti, De Consummatione Delictorum, 15; Coronata, o,O. cir., IV, n. 1856. 284 Septe,~be~', 1957 DISMISSAL IN LAY INSTITUTES Apostasy is a denial or positive doubt concerning the entire Christian faith, e. g., the existence of God, the fact or possibility of the Christian revelation, the fact or possibility of the supernatural order. Apostasy is therefore distinguished from heresy or schism. A heretic is a baptized person who formally denies or positively doubts about one or some dogmas of faith. A schismatic is a baptized person who formally refuses to submit to the spiritual authority of the Roman Pontiff or to communicate with the other members of the Church (c. 1325, ~ 2). Canon 646 mentions only apostasy and thus inflicts dis-missal by law only on apostates, not on heretics or schismatics. (d) Excommunication (c. 2314). An apostate incurs by the very fact of the apostasy an excommunication reserved in a special manner to the Holy See. An excommunication demands merely that the act be external and not that it be public. 25. "A religious man who h~as run away with a woman or a religious woman who has run away with a man" (c. 646, ~ I, 2°). The crime will be explained with a religious man as the subject. Four notes are required to constitute this crime. The last three are only probably required in theory but are certainly necessary in fact to effect the dismissaI (cc. 15, 19). (a) The religious man must be united physically or morally in flight from one place to another with a woman. It is not required that the r.eligious be an apostate or fugitive from religion in the canonical sense of canon 644J" Flight in canon 646 has the common and ordinary sense of running away with a woman. The crime, is completed as soon as this notion is verified, without any consideration whatever of the length of absence from the religious house. The intention of returning or not returning, of contracting or not contracting marriage has nothing to do with the crime. Both must flee, since the canon demands that the religious man have run away with a woman. This is verified physically if both start out from the religious house; it is verified morally. 19 Cf. REVIEW FOR RELIGIOUS, May, 1957, 155-64. 285 JOSEPH F. GALLEN Review for "Religious if the religious alone flees in virtue of a previous agreement to meet the woman. The moral union is caused l~y the previous agreement; if such an agreement does not exist, there is no flight. In a doubt, this agreement is'to be presumed if.there was an illicit attachmehr or familiarity beforehand and union shortly after the departure of the religious; otherwise the agree-ment must be proved. The dismissal is effected at the begin-ning. of the flight. The flight described above is always neces, sary. Without such flight, neither concubinage nor the illicit leaving of the. house to sin with a woman, even though done frequently and furtively, constitutes the crime. When tlqe flight of this canon is difficult to prove, as is often true, an investiga-tion is to be made as to the existence of a marriage ceremony. It is rare in such cases that the woman does not insist on some form of marriage ceremony. (b) Probably the motive of the ,flight must be the satisfaction of lust. The iaecessity of such a motive is implicit in the text of the law and is part of the common notion of running away with a woman. Ordinarily this motive is to be presumed as soon as the other notes are verified.2° (c) Probably the woman must have attained puberty and not be a relative by blood or marriage in the direct line (mother, grandmother, etc.) or in the first degree .o~ the collateral line (sister) of the religious man. Puberty in a girl is attained can-onically on the day after the twelfth birthday, in a boy on the day after the fourteenth birthday (c. 88, § 2). The correspond-ing relatives will apply in the case of a religious woman, i. e., father, grandfather, brother. The necessity of this note is founded on the extrinsic authority of several authors. It has little foundation in the text of the law. The sense of the law is rather that the lustful motive is presumed not to exist with such persons but, if proved, the crime exists. Otherwise, the state of the woman is indifl:erent. It is of no import that she z°Cf. Tabera, Ol~. cir., 11-1930-416; Goyeneche, oil. cir., 209; Vermeersch, Periodica, 19-1930.122". 286 September, 1957 DISMISSAL IN LAY INSTITUTES is married, unmarried, capable or incapable of contracting marriage validly;. (d) Probably proof must exist of the preceding, requisites. The probability of this doctrine arises from the fact that the other two crimes of canon 646, public apostasy and marriage, are of their nature capable of proof and from the extrinsic authority of some authors. If the religious has verified the other notes but the crime is so secret that this fourth note is not verified, he is not dismissed by law."~l Any proof that gives moral certi-tude suffices, e. g., the testimony of reliable witnesses. (e) Excommunication (c. 2385). Obviously the flight described above will usually also imply apostasy from religion if the religi-ous has perpetual vows and thus the incurring i/)so fdcto of an excommunication reserved to the ordinary.-~" 26. "A religious who attempts or contracts marriage, even the so-called civil marriage" (c. 646, § 1, 3°). The crime is the contracting (validly) or the attempting (invalidly) of marriage by any type of Catholic, non-Catholic, or civil ceremony pro-vided both parties gave a naturally valid consent. The form of celebration of a civil marriage must be valid according to the civil law of the place of celebration. A solemn vow of chastity renders marriage invalid; a simple vow forbids but does not invalidate marriage. The crime presupposes a marriage consent valid" from the natural law and is not verified if the consent is vitiated in either party by an essential defect, e. g., ignorance, simulation, physical violence, grave fear. However, it is to be presumed that true consent was given; and this pre-sumption is sufficient to declare the religious~dismissed. In itself, the invalidity of the marriage does not exclude the crime, i. e., the crime is still verified if the marriage is invalid because it was attempted outside the Church or because of a diriment impedi-ment. ~lGoyeneche, Quaestiones Canonicae, II, 153; Schaefer, op. cir., n. 1578; Bas-tien, op. cir., 446, note 2; Jone, o~0. tit., 572; Jombart, RevUe des Communautets Religieuses, 6-1930-148. 22 Cf. REVIEW FOR RELIGIOUS, May, 1957, 158. 287 JOSEPH ~. GALLEN Review for Religious Excommunications (cc. 2388; 2319, § 1, I°~; 2385). By presum-ing to attempt marriage, both a solemnly professed religious and the other party incur an excommunication reserved simply to the Holy See (c. 2388, §.1); if the vows of the religious are simple but perpetual, the presuming to contract or attempt marriage is punished in both parties by an excommunication reserved to the ordinary (c. 2388, § 2). If the marriage is attempted before a non-Catholic minister, the punishment of a Catholic is an excommunication reserved to the ordinary (c. 2319, § 1, 1°). A marriage ceremony implies an intention never to return to the institute and thus results in an excommunication for apostasy from religion reserved to the ordinary in the case of a religious of perpetual vows (c. 2385). A civil ceremony is not punished by the code, but in some dioceses of the United States it is punished by an excommunication reserved to the o~dinary and in some others it constitutes a reserved sin. 27. Effects (c. 646, ~ 1). Upon the commission of any of the three crimes, the religious is immediately an.d i~pso facto dis-missed, by canon 646. This dismissal by law is a legitimate dis-missal and produces all the effects of the ordinary dismissal by decree. Therefore, in the case of a professed of temporary vows, the effects are ~he same as those described in n. 14; if the religious is. of p.erpetual vows, the effects are those of the'ordinary dismissal exp!ain~d in n. 21. 28. Declaration of fact (c. 646, ~ 2). This canon commands the higher superior with the consultive vote of his council to make a declaration of fact concerning the crime. Some con-stitutions restrict this right to the superior general, and some also demand a deliberative vote of the council. In monasteries of nuns, the declaration is to be made by the superioress of the monastery with the consultive or deliberative vote of the council or chapter as commanded by the constitutions. The declaration of fact is merely a description of the pertinent points of the case, the headings of the proof, e. g., a copy of the marriage record, statement of witnesses, etc., and the conclu- 288 September, 1957 DISMISSAL IN LAY INSTITUTES sion that the religious ~was dismissed in virtue of canon 646. The local superior is ordinarily in the best position to secure these proofs, e. g., the statements of witnesses. Frequently a trustworthy man such as a lawyer or priest should be deputed to secure some of the proofs in the case of an institute of women, e. g., the copy of the marriage record. The declara-tion and proofs are to be retained in the secret files of the house of the higher superior who made the declaration. The pur-pose of the declaration is to possess proof of the automatic dismissal and to prevent future doubts and difficulties, particu-larly for the eventuality of a recourse by the subject to the local ordinary or the Holy See. V. Provisional Sending Back to Secular Life (c. 653) 29. Subject. The subject of thi~ provisional return is any pro-fessed religious, man or woman, and any aggregated member of a society living in common (c. 681). Canon 653 speaks explicitly only of the perpetually professed; but afortiori, from afialogy of law, the common opinion of authors, and the practice of the Holy See in approving constitutions, the same canon applies to the professed of only temporary vows and to the aggregated members whose bond with the society is only tem-porary. 30. Reasons required. The reason must be either of the fol-lowing: (a) Grave external scandal. This is a culpable defamatory act, committed within or outside the religious house, which is well known outside the house or known only to a few externs, who, however, will not keep the matter a secret, e. g., a sin against good morals. (b) Very serious imminent injury to the community. This is an extraordinary injury or harm certainly and proximately threatening at least reductively, not merely one or some individ-uals but the religious house, province, or institute. The religious must be the cause of this harm but it is not certain that he 289 JOSEPH F. GALLEN Review for" Religious must be a culpable cause. Examples of this reason are the proximate judicial accusation of a defamatory crime in either the moral or political order; sexual actions with students in an institute devoted to education when it is foreseen that these wil][ become public and bring infamy on the house, province, or institute; a serious threat to set the house on fire or against the life of a superior or another member of the institute; and a serious loss of temporal property of the house, province or institute. (c) Three conditions required in both cases. Since such an extraordinary action should not be taken against a religious because of mere probability, conjecture, or suspicion, the ex-istence of the cause must be certain; it must also be impossible to avoid the scandal or harm in other ways, e. g., by transferring the religious to another house; and there must be at least prob-ability that the scandal or harm can be averted or appreciably diminished by the provisional return to secular life. 31. Competent authority. (a) Ordinarily. Canon 653 gives the right for such action in lay institutes to the higher superior with the consent of his council. The right is therefore given by the ~ode also to provincials, even though the constitutions may affirm it only of the superior general. In prudence and if possible, the provincial should refer the case to the superior general or at least consult the latter. In a monastery of nuns, "the competent authority is the superioress with the consent of her council. (b) In a more urgent case. In a case in which the time re-quired for recourse to the superior general or provincial would imperil the avoidance of the scandal or injury, the competent authority is the local superior with the consent of his council and also the consent of the local ordinary. If it is impossible to have recourse to the local ordinary and the case will not admit _.3 Berutti, De Religiosis, 349; Bouscaren-Ellis, Canon La~w, 319. 290 September, 1957 DISMISSAL IN LAY INSTITUTES o~. delay, it is.safely probable that this action may be taken by the local superior with only the consent of his council.'~4 32. Final adjudication of the case. (a) Report. A report of the case should always be made out without delay and submitted to the authority competent for a final decision of the matter. The report is to contain the religious and family name of the subject, date, age, date of entrance, date of temporary or perpetual profession, house to which he was assigned at the time of the return to secular life, cause of this return, proofs and present state of this cause, a brief record of the past of the religious insofar as it is pertinent to the cause 6f his return and dismissal, the name and rank of the superior who effected the return, the fact that the consent of the council and of the local ordinary, when prescribed, was obtained; and, if the latter was not secured, the report is to state the reasons that'justified its omission. (b) Authority competent for a final decision. Canbn 653 states that the case is to be referred to the Holy See without delay. This canon, however, is to be interpreted in the light of the other canons on the competent authority for dismissal; and it is admitted doctrine that the authority competent for an ordinary dismissal by decree is competent also for the final decision in the case of a provisional return to secular life.~'~ Therefore, the case is to be referred, according to the nature of the institute and the vows of the subject, to the authority competent for dismissal by decree stated in nn. 2-5. 33. Effects. As soon as the provisional return is decided, the re-ligious puts off the religious habit and leaves the institute. The return to secular life is a provisional measure. It is not a dismissal and does not produce the effects of a dismissal. The competent authority mentioned above decides for or against dismissal and 24Cf. Tabera, 0p. tit., 14-1933-58; Goyeneche, De Religiosis, 221, note 31; Palombo, op. cir., n. 192; Schaefer, 0iL cir., n. 1609; O'Neill, The Dismissal of Religious in Temporary l/o~vs, 104. 25Cf. O'Neill, op. cir., 103-104; Schaefer, op. cir., n. 1636; Wernz-Vidal De Religiosis, 490, note 13; Bastien, o~0. cir., n. 645, 4; Palombo, op. cir., n. 195; Tabera, op. cir., 14-1933-57; Vermeersch-Creusen, Epitome luris Canonicl, I, n. 807. 291 JOSEPH F. GALLEN decrees the dismissal in the t~ormer case. The charitable subsidy is to be given to a religious woman who is provi~ionally sent back to secular lithe.2° SOME BOOKS RECEIVED [Only books sent directly to the Book Review Editor, West Baden College, West Baden Springs, Indiana, are included in our Reviews and Announcements. The following books were sent to St. Marys.] The 1957 National Catholic Almanac. Edited by Felician A. Foy, O.F.M. St. Anthony's Guild, Paterson, New Jersey. $2.00 (paper cover). Does God Exist? By Alfred M. Mazzei. Translated by Daisy Corinne Fornacca. Society of St. Paul, New York, N.Y. $3.50. St. Bernadette Speaks. By Albert Bessi~res, S.J. Translated by The Earl of Wicklow. Clonmore & Reynolds Ltd., 29 Kildare St., Dub-lin. 10/6. Queen of Heaven. By Ren~ Laurentin. Translated by Gordon Smith. Clonmore & Reynolds Ltd., 29 Kildare St., Dublin, 12/6. Le Ciel ou l'Enfer. II. l'Enfer. By Chanoine G. Panneton. Beau-chesne et ses Fils, Rue de Rennes, Paris. Methods of Prayer in the Directory of the Carmelite Reform of Touraine. By Kilian J, Healy, O. Carm. Institutum Carmelitanum, Via Sforza Pallavicini, 10, Rome. Some Philosophers on Education. Edited by Donald A. Gallagher. Marquette University Press, 1131 Wisconsin Ave., Milwaukee 3, Wis-consin. $2.50 (paper cover). Wellsprings of the Faith. By Most Reverend John C. McQuaid, D.D. Clonmore & Reynolds Ltd., 29 Kildare St., Dublin. 18/-. The Reluctant Abbess. By Margaret Trouncer. Sheed and Ward, 840 Broadway, New York 3, New York. $3.75. Quadalupe to Lourdes. "By Frances Parkinson Keyes. Catechetical Guild Educational Society, St. Paul 2, Minnesota. $0.50 (paper cover). The Mystery of My Future. By Jean De Larhove. Society of St. Paul, 2187 Victory Blvd., Staten Island 14, New York. $2.50. Of the Imitation of Christ. By Thomas a Kempis. Translated by Abbot Justin McCahn. The New American Library of World Literature, Inc., 501 Madison Ave., New York 22, New York. $0:50 (paper cover). The Caiholic Booklist 1957. Edited by Sister Mary Luella, O.P. Rosary College, River Forest, Illinois. $0.75 (paper cover). ¯ _,6 Cf. REVIEW FOR RELIGIOt;S, September, 1956, 235-36. 292 Our Supernat:ural Organism Daniel J./~. Callahan, $.J. GOD IS THE author of all things. The more science ad-vances, the more does it disclose the wonders of His crea-tion. Even a superficial reading of a manual of biology or physics or chemistry or astronomy wrings from us the words of the Psalmist: "How great are thy works, O Lord. Thou hast made all things in wisdom; the earth is filled with thy riches" (Ps. 103:24 ). These divine masterpieces, especially as mani-fested in man, qualify us by analogy for the marvels of the supernatura! order. God gives life in the embryonic state and with it an or-ganism capable of developing the tiny creature into the pleni-tude of its specific perfection. The fundamental natural prin-ciple of this evolution is the vital principle within it, which energizes it and is the source of its least activity. Its separation from the bodily element would mean the termination of growth, deterioration, death. In us the human soul is the basic source of our natural life; its faculties or powers are the immediate cause of our vital activities and these in turn bring to perfec-tion our human life. To all this the supernatural is closely analogous as will appear from a brief study of the components of its organism. Sanctifying Grace Appropriately this may be styled the soul of the higher life in us. Only from divine revelation do we know its exis-tence and nature, and it will be useful to recall here what rev-elation tells us about this precious endowment. It is something most real; a spiritual quality inherent in our soul and of such an excellence'that only God could be its principal cause; it is a stable quality, an adornment abiding in the soul till forfeited through mortal sin; it is a totally free gift to which no one of us could lay claim and which transforms us into God:like 293 DANIEL J. M. (~ALLAHAN Review for Religious beings resembling our eternal Father and enabling us to share, in a finite manner, in His life. That life comprises the infinite contemplation;, love, and possession of His uncreated perfec-tion. To this no creature by its native powers could aspire. By a privilege entirely gratuitous God destines us for the immediate visiofi of Himself in heaven and adapts us ~or it through sanctifying grace. Attended by faith; hope, and charity such grace equips us to know, love, possess God, imperfectly, of course," as He knows, loves, and possesses Himself; and thus we enter into the divine life and become truly His children. And while this life is distinct from our natural life, it is not merely superimposed on the latter: it penetrates it through and through, elevating and transforming it. Leaving intact all the natural goodness that is ours, sanctifying grace imparts a new orientation to everything within us, establishes new relations to the Blessed Trinity, and inaugurates on earth the life of the blessed. To aid us in the apprehension of this prerogative, writers resort to many comparisons and illustrations. They liken the soul to a living image of the adorable Trinity., divinely impressed on the soul as the seal leaves its image on the wax, lavishing on it an entrancing beauty since the prototype and the artist is no other than God. Again such a soul is compared to a trans-parent body receiving the sun's rays and, all aglow" itself, radiating them in all directions; to a bar of steel plunged into a furnace and sharing the heat, brightness, and pliancy of the fire; to a branch engrafted into a plant, maintaining its identity while partaking of the life of the plant; to the union in us of soul and body where the soul quickens and energizes the body even as grace communicates a new life and effects our most intimate union with God. Finally, an analogy with the hypo-static union in Christ is introduced; and, though the soul's union with God is only accidental, yet it is the union of a substance with a substance; and, while the hypostatic union results in the God-man, the union through grace issues in a God-like being, 294 September, 1957 OUR SUPERNATURAL ORGANISM whose actions are performed at once by the Creator and His creature, even as in Christ His actions were shared in by both His divine and human nature. And though our union with God is neither hypostatic nor substantial in the proper sense, for we always retain our personality and the union is only accidental, it is not merely the intimacy of two friends, for it rests on a/physical quality abiding in the soul and on physical bonds intensifying and safeguarding that union. The three Divine Persons are immediately presefit to the soul in a com-pletely new way and are possessed and enjoyed by it. Though the precise nature of this extraordinary inhabitation continues to exercise theologians, we are assured that it is capable of indefinite expansion up to the last breath of life here below, and this in p.roportion to our surrender to the Holy Spirit through the removal of all barriers and the cultivation of the infused virtues and the gifts of the Holy Ghost. The Infused Virtues In the natural order our soul functions through its faculties or powers. It thinks through the intellect; .it loves through the will; it senses through our different senses. These faculties bestowed on us together with the soul, by means of their varied activities, are susceptible of tremendous development. In the supernatural order grace parallels the soul, and the infused virtues are its chief faculties. These emanate from sanctifying grace, elevate our mind and will, enable us to perform supernatural, meritorious deeds. Virtue may be described as a good habit designed for action. It is natural if it has been acquired through the repeti-tion of the same specific act and communicates facility in doing so; if directly granted by God and if it confers the ability to do something, it is called infused. The natural virtues facilitate nat-ural righte6usness; the infused confer the power to act on a superhuman level. These latter are usually divided into theologi-cal and moral. The former have God for their formal and principal material object; in the concrete they are faith, hope, and charity and unite the soul directly to God. The moral 295 DANIEL J. M. CALLAHAN Review for Religious virtues have for their objective some moral good distinct from God, serve to eliminate the hindrances to divine union and to stabilize it, and are commonly listed under the four cardinal vi£tues. The theological virtues certainly accompany sanctifying grace and integrate the process of justification, and it is the generally accepted doctrine that the moral virtues also are then bestowed. ¯ All of these virtues are susceptible of increment and 'do increase proportionally with the increase of grace, just as the branches of the tree ke~p pace with the expansion of the trunk. Apart from the complete loss of the virtue, may they diminish? In general, any activity that is discontinued or exercised bnly rarely tends to decline or even to cease. Venial sins, especially when frequent and deliberate, considerably impede the practice of virtue and thus diminish the facility previously attained. Neglect of actual graces may likewise occ~lsion the privation of such helps as notably conduce to acts of virtue and add vigor and polish to them. And though venial sins do not directly decrease or destroy the infused virtues, it remains true that such failings open the way for serious lapses and the destruction of th.e virtues. Do all grave sins deprive us of these? Faith is destroyed only through a mortal sin of infidelity, hope through the same and that of despair; charity and the infused moral virtues, through any mortal sin. Relative to the duration ot~ all such virtues, in the lost none of them persists; the theological remain in the souls in purgatory; in heaven there will be neither acts of faith nor of hope relative to God, and most probably not relative to objects distinct from Him. And whereas neither the moral virtues nor those of faith and hope will endure in the blessed, these will retain the virtue of charity and live a life of the purest actual love. The Gifts of the Holy Spirit There is unanimity among Catholic theologians about the existence of such gifts, but their specific nature is widely contro-verted. In accordance with the doctrine of St. Thomas (Summa, 296 September, ~957 OUR SUPERNATURAL ORGANISM I-II, q. 68, a. 3), the most prevalent opinion is that they are supernatural habits, distinct from the virtues, implanted in the soul conjointly with sanctifying grace, which impart a recep-tiveness, a docility to the impulse of the Holy Spirit, a more prompt and more generous cooperation with His grace. They would appear to be, at least in the early stages, not operative habits like the virtues, but rather dispositive, adjusting the soul for a better reaction to the divine intervention. Their func-tion, then, is that 0f perfecting the exercise of the virtues. There is no certainty about their number; and, while conferred simultaneously with grace, a more copious outpouring may be the fruit of the sacrament of confirmation. The docility issu-ing from these' gifts improves perceptibly through prayer for fidelity to grace, through a life of faith and recollection, through the cultivation of the moral virtues and due control over our passions, for unless these latter are consistently mortified, the inordinate attachments in the soul will hamper us in discerning, accepting, and responding to the inspirations of grace. We must combat the spirit of the world which is diametrically op-posed to the divine and school ourselves in prompt, magnani-mous compliance with God's will. The more complete our surrender' to Him, the more will He be pleased to enlighten and inflame us. Actual Grace just as in the natural order we cannot bring power into motion without the concurrence of the Almighty, so also in the supernatural. Such cooperation is known as actual grace to distinguish it from habitual grace previously considered. It is a transitory aid imparted by God, consisting in the illumina-tion of the mind and the urge of the will for the performance of a supernatural act. It sets the intellect and heart in motion and enables them to function on a superhuman level. In the concrete, it is a holy thought, a salutary incitement of the will, produced by God who directly influences our rational faculties, stimulating them to operate, and cooperating with them to 297 DANIEL J. M. CALLAHAN Review for Religious elicit a good thought and a salutary desire in keeping with the special need of the moment. The thought is most real and comes directly'from God; it is a holy thought, designed for the spiritual benefit of the individual. When we say "salutary desire," we understand any good act of the will, for instance, the love of good, hatred of evil, fear of divine punishment, sorrow for sin, joy 'in well-doing. It is a real act of the will. Antecedent to our activity God lovingly takes the initiative and continues to act within us and with. us for the accomplishment of a deed that will conduce to life eternal. This assistance is not permanent; it persists only while its purpose lasts; and it influences us in a moral way through attraction and persuasion and physically by adding energy to our intellectual faculties too weak to act of themselves. As religious we are to be profoundly penetrated with the conviction of our need of such divine assistance. It is necessary for the achievement of every supernatural act: for the prelim-inary acts of faith, hope, sorrow requisite for the remission of sin. The constant endeavor to resist temptations which assail even the just, as well as our steadfastness in good living, are the fruits of actual grace. Obviously, then, we have not the power to persevere in religion and even to reach perfection through our unaided strength. Christ's memorable words, "Without Me you can do nothing" (Jn. 15:6), are pertinent to the natural and supernatural levels. Everyone who attains the use of reason needs this grace and all such receive it. It proceeds from the love of God; the ordinary channels for its dispensation are the sacraments, prayer, and'our meritorious deeds; and the more generous our cooperation with grace received the more will be granted, for here, as in the entire economy of salvation, God takes the initiative, awaits our free reaction, and assures us that He will" bestow th~ necessary help for the completion of our project. Conformity to the divine will, consequent peace of soul, trust, and magnanimity are supremely important in the struggle for real sanctity. 298 September, 1957 OUR SUPERNATURAL ORGANISM Appreciation "If thou didst know the gift of God" (Jn. 4:19) spoke Jesus to the Samaritan woman, referring to the supernatural life which He communicates to us through His vivifying action, here compared to water springing from an unfailing source. Religious have totally consecrated themselves to God; to Him they belong entirely; and there must be in them the life that is His. In them the supernatural must always be dominant. It is a treasure to be courageously safeguarded even at the cost of sacrifice; it is an endowment to be zealously augmented; it is a life and life is essentially progressive. Cessation of growth soon induces recession. In the wake of tepidity and lethargy spiritual death follows closely. The law of spiritual gravity is to be counteracted through p.urity of intention at all times, through earnestness even in small affairs, through fervent, per-severing prayer, and through the frequent reception of the sacraments of penance and Holy Communion. "Walk in a manner worthy of the calling with whic'h you are called," wrote 'St. Paul to the Ephesians (4:1 ff.), "with all humility and meek-ness, with patience bearing with one another in love, careful to preserve the unity of the. spirit iri the bond of peace; one body and one 'Spirit . . . one Lord, one faith, one baptism, one God and Father of all who is above all and .throughout all and in all." Surely a relevant injunction for all religious. OUR CONTRIBUTORS BONAVENTURE BALSAM is engaged in parish work at St. Anthony's Priory, 4640 Canal Street, New Orleans, Louisiana. JOSEPH F. GALLEN is professor of canon law at Woodstock Col-lege, Woodstock, Maryland. DANIEL J. M. CALLAHAN is profes-sor of ascetical and mystical theology at Woodstock College, Wood-stock, Maryland. 299 Survey ot: Roman Documen!:s R. ~. Smil:h, S.J. IN THIS survey only those documents will be considered which appeared in the ./Iota/lpostolicae Sedis (AAS) during the months of April and May, 1957. Hence all page references throughout the survey are to AAS of 1957 (v. 49). The African Missions On Easter Sunday, April 21, 1957 (AAS, pp. 225-48),. the Holy Father issued a new encyclical letter which is entitled Fidei Donum (TheGift of Faith) and which treats of Africa and its missions. After noting that man'.s gratitude for the gift of faith is best shown by spreading the light of Christ's truth, His Holi-ness remarks that while he is not unaware of the grave and pressing problems attending the spread of the Faith in all parts of the world, yet special attention is needed in the case of Africa, for this continent now finds itself on the threshold of its political and cultural maturity and faced with circumstances the import-ance of which is rivaled by nothing in the previous history of /~frica'. The Vicar of Christ then begins the first of the four sections into which the encyclical letter is divided. This first section is devoted to an over-all picture of the missionary scene in Africa. Most of the countries of the continent, the Pope says, are in the midst of profound social, economic, and political changes which will have a lasting effect on the fut.ure lives of these nations. The Church which has seen the rise and growth of so many nations cannot but be intensely interested in the peoples of Africa who are now attaining their civil rights. It is at this point that the Holy Father exhorts the coloniz-ing nations to grant civil rights to peoples who are prepared for them; and at the same time he urges the colonial peoples of 300 ROMAN DOCUMENTS Africa to be grateful .for .~vhat they have received from the vari-ous countries of Europe. Only such a harmonious attitude will exclude prejudice and exaggerated nationalism and will permit the peoples of Africa to experience the entire range of benefits which flow from the religion of Christ. Pius XII is especially concerned that in many countries of Africa atheistic materialism has been spreading the seed of its doctrine, thereby arousing jealousy between nations, inducing false perspectives in the matter of temporal prosperity, and excit-ing to rebellion. The presence of this atheistic materialism in Africa, thinks the Pontiff, is particularly grave owing to the fact that the peoples of Africa, because they wish to accomplish in a few years what ~he peoples of Europe took centuries to achieve, are psychologically vulnerable to the specious .promises which materialism offers. The H01y Father continues by remarking that of all the missionary regions of the world, Africa is the one with the greatest needs. African mission posts which have been estab-lished in the last ten or twenty years cannot expect a sufficient number of native clergy for a long time, while the missionaries in such stations are few and widely scattered throughout large regions where, moreover, non-Catholic religions are also spread-ing their doctrines. The gravity of the situation can be illustrated by one region of Africa where there are 2,000,000 inhabitants but only 50 priests whose energies, moreover, are completely absorbed in the care of the 60,000 persons already converted to Catholicism. Twenty more missionaries in such regions at the present time would mean, the Vicar of Christ sadly comments, the spreading of the banner of the cross in places which twenty years from now will be impossible of access. Moreover, twenty more missionaries would mean that the Church could educate in such regions a corps of African Catholics equipped to meet the social and political needs of the continent. Nor are difficulties lacking in African missionary centers which have long been established. Such centers too feel the 301 R. F. SMITH Review for Religious extreme lack of missionaries. Moreover, the bishops and vicars apostolic of Africa are obliged to provide for their flocks a full Catholic life; and this necessitates in turn schools, colleges, social institutes, all the modern communication arts. Such needs can be met only by a great flow of material and apostolic help to the continent of Africa where 85,000,000 human beings are still attached to the practice of paganism. The Holy Father centers the second part of his encyclical around the theme that the problems of the Church in Africa are not merely local difficulties, but are of vital concern to the entire Mystical Body. Bishops, those preeminent members of the Mystical Body, should have a special concern for the Church in Africa, for they as the legitimate successors of the apostles retain the duty of preaching to all nations. Moreover, continues the Holy Father, there ig not a Catholic in the world who should not be interested in the problems of the Church in Africa. Nothing that is characteristic of the Church should be absent from the mental outlook of the individual Catholic. If then catholicity or universality is one of the characteristics of that Church which is the mother of all nations, breadth of outlook must also mark the individual Catholic. In the third part of the encyclical the Holy Father dis-cusses the means by which Catholics can aid the missions of Africa. ~The first means is that of continual and earnest prayer. The best prayer, of course, will be that which Chris~, our High Priest, daily offers on our altars. And while the faith-ful should be instructed that it is good to offer Mass for their private intentions, still they should also be taught to give atten-tion to those petitions with which the Mass is primarily and neces-sarily concerned and "which include the we~Ifare and propaga-tion of the entire Church. To prayer must be added alms or material help, for present needs far exceed the help now being given. The faithful in other parts of the world should compare their conditions with the 302 September', 1957 ROMAN DOCUMENTS situations of missionary countries and see who are the real need~i of the Church. Hence the Vicar of Christ urges that each Catholic make an examination of conscience to consider if there is not something tl~at can be given up in order that material aid might be given to the missions. The third way of helping Africa is through the fostering of vocations to missionary work.~ Bishops should train their flocks in such a way that there will always be members of that flock ready to heed the Lord's command i~ Genesis 12:1 to leave one's land and the house of one's father. Dioceses with a suffi-ciency of priests should give of their workers to the missions; and even dioceses which themselves suffer from a scarcity of priestly workers can still offer their mite as did the widow in the gospel story. The problem of missionary recruitment, however, can be met only by the ~oncerted work of all the bishops who should encourage the Missionary Union of the Clergy, foster the work of pontifical missionary associations, and be aware of the needs of those religious institutes which do missionary work but which cannot increase the number of their vocations without th~ under-standing assistance of the local ordinary. Finally, the Holy Father approves the practice of a diocese lending some of its priests to missions for a limited time. The fourth part' of the encyclical consists of a brief conclu-sion in which the Holy Father repeats that he is as interested in all the missions as he is in those of Africa. To all missionaries of the entire world he extends his gratitude and his congratula-tions and exhorts them to labor fervently in the work to which they have been called. Lenten and Easter Messages On March 5, 1957 (AAS, pp. 208,15), the Holy Father gave his usual Lenten allocution to the parish priests and Lenten preachers of Rome. The present year, begins the Holy Father, marks the fifth anniversary ot: the inauguration of the movement 303 R. F. SMITH Review for Religious "Fora Better World." After detailing the work accomplished in the diocese of Rome during that period and after noting the things yet to be done, His Holiness then urges his listeners to sow the seed that is the word of God. To preach anything but the word of God, he warns them, is to sow destruction. He gives special attention to the matter of Sunday preaching, insist-ing that nothing can achieve so much as this regular and familiar custom so long in use in the Church. Finally,. he recalls to his listeners the fact that the true sower of the good seed is God and that they are but instruments in His hand; what changes then would sweep the world if all who preached did so as ones truly coming with the power of God. The Holy Father's Easter message, delivered on April 21, 1957 (AAS pp. 276-80), was a meditative reflection on the phrase "O truly blessed night" of Holy Saturday's E, xultet. The night preceding the Resurrection, His Holiness begins, was one of desolation, tears, and darkness: Christ is dead; His flock is scattered; all is apparently in ruin. Nevertheless, even in that night there are signs of the dawn to come: the body of Christ suffers not the slightest taint of corruption and Mary prays in quiet confidence and expectation. That night before the Resurrection is also a symbol, adds the Vicar of Christ, of the night in which modern men find themselves: they must live in fear; their intelligences are cap-tured by error; immorality has reached a new depth. Neverthe-less, there are signs of a new day dawning. Science is provi-dentially multiplying the means to a fuller and freer life, while technology is providing the way to make these means available on a large scale. Moreover, men are now beginning to realize that the night of modern times is here because Christ has again been betrayed and crucified. Day will finally come to modern man when Christ restores grace to the individual soul and takes His rightful place in human social life. The Holy Father con-cludes his Easter message to mankind with a prayer that Christ may send the angel of the Resurrection to remove the obstacles 304 September, 1957 ROMAN DOCUMENTS which men have built up :but which they are now powerless to remove. To Hospital Sisters On April 24, 1957 (AAS, pp. 291-96), Pius XII spoke to some 2,000 Italian hospital sisters who had met for the first time in a national meeting to discuss their common problems. The Pontiff began with a forceful statement of the part that religious women play in the life of the Church today, remarking that many branches of the Church's apostolate, especially those concerned with education and with works of chariiy, would be inconceivable without the existence of religious sisters. This said, the Holy Father then began to discuss with them the ideals of their relig-ious life. It is.a truth of our faith, he notes, that virginity is higher than the married state; for through virginity the soul achieves an immediate relationship with God that is one of absolute and indissoluble love. The virginal soul takes everything that God has given her to be a wife and mother and offers it back to Him in a complete and perpetual holocaust. In order to love God, the vi,rginal soul does not reach Him through other loves: noth-ing is interposed between such a soul and God. Hence it is that a religious must be a true spouse of our Lord, uniquely, indissolubly, and intimately united with Him. Hospital sisters then must take care that their assistance to the sick does not interfere with their spirit of absolute and perpetual devotion to God, guarding against all disordered activity which leaves them neither time nor repose for prayer to Christ. They must also guard themselves against long and frequent withdrawals from common life, that strong protection of the interior life. And they must watch carefully over their spirit of individual and collective poverty, making certain that their hospitals do not assume the character of merely money-making organizations. Turning now to their work for the sick, the Vicar of Christ notes that the existence of special institutions for the care of the 305 R. F. SMITH Review for Religious sick stemmed historically from the charity of the Church. Even today, when so many are interested in the care of the suffering, the Church will never abandon her task of caring' for the sick, for no one can take the place of the Church at the side of one who besides a body also possesses a soul whose needs and claims are often greater than those of the body. It is for this reason that the Holy Father urges hospital sis-ters to continue their work. Besides being perfect religious, they must also know and use the latest scientific methods and ap-paratus. They must train themselves to a motherly kindness that is linked with a strong element of firmness. They must lead a fully dynamic life and still retain their calm and serenity. Here the Holy Father adds that superiors must see to it that community time-schedules and practices do not make the sisters' work ineffi-cient and more difficult. In conclusion the Holy Father dwells at some length on the recommendation that the sisters train themselves always to see Christ in each of their patients. If they do so, he notes, then it will be easy to pass from the chapel to the sick room; religious observance and care for the sick will not interfere one with the other; and there will be no interruption of the sisters' union with Christ. The Holy Father then blessed the assembled sisters and concluded ~ith a remark that all hospital sisters will treasure: "The Church, the Pope, are depending on you: on your complete dedication, on your abilities, and on your spirit of love." Miscellaneous Matters Under the date March 19, 1957 (AAS, pp. 176-77), the Holy Father issued the rnotu proprio Sacram Co~nmunionern in which he provided that henceforth local ordinaries (with the exception of vicars general) may permit daily celebration of after-noon Mass provided the spiritual good of a notable part of the faithful warrants such a permission. His Holiness also further mitigated the Eucharistic fast. The drinking of water does not 306 September, 1957 ROMAN DOCUMENTS break the fast'; and the time element for the Eucharistic fast is the following: Before the celebration of Mass in the case of priests and before the reception of Communion in the case of the faithful, solid food and alcoholic drink must be abstained from for three hours, while non-alcoholic drink must be abstained from for one hour. These time regulations extend both to morning and afternoon celebration of Mass and reception of Communion; and they must also be observed by those celebrating Mass at midnight or at the early hours of the morning as well as by those receiving Communion at such times. Finally, the Holy Father grants to the sick, even those not confined to bed, the .permission to take non-alcoholic drinks as well as liquid or solid medicine at any time before the celebration of Mass or the reception of Communion: Three documents of April and May of this year concerned the saints. The first of these is an apostolic letter of the Roman Pontiff which is dated June 8, 1956 (AAS, pp. 199-200), and which appoints St. Dominic Savio the patron of all choir boys. The other two documents are decrees of the Sacred Congre- - gation of Rites, both being dated January 22, 1957 (AAS, pp. 251-56). In the first of these decrees the congregation affirms the heroic virtue of the Venerable Servant of God Sister Mary Celine of the Presentation, professed nun of the Second Order of St. Francis (1878-97); the second decree affirms the heroic virtue of the Vdnerable Servant of God Sister Teresa of Jesus Journet Ibars, foundress of the Congregation of Little Sisters of the Indigent Aged (1843-97). Priests will be interested in the Holy Father's letter, dated March 25, 1957 (AAS, pp. 272-75), and sent to Cardinal Feltin of Paris on the.occasion of the 300th anniversary of the death of Jean-Jacques Olier, founder of the Society of St. Sulpice. - Olier, the Holy Father notes, recalls to the present generation the truth that the greatness and power of a priest consists in being a man of God and a man of ihe Church. As a man of God the priest must have two indispensable qualities: prayer 307 R. F. SMITH Review for Religious exercised especially through meditation and the Divine Office; and asceticism, manifested principally by a perfect chastity of heart and body. The priest then must always be aware that union with God is the indispensable prerequisite for apostolic fecundity and that the cross is the only instrument of salvation: evil is still cast out only by prayer and fasting. As a man of the Church, concludes the Holy Father, the priest must realize that all personal sanctity and apostolic effectiveness must be founded on constant and-exact obedience to the hierarchy. ¯ Several documents of the period surveyed are concerned in one way or another with matters educational and intellectual. On March 24, 1957 (AAS, pp. 281-87), the Holy Father addressed a group of 50,000 college students of Rome and gave them some detailed advice on their studies, urging them to dedicate them-selves completely to the pursuit of truth. A month later on April 25, 1957 (AAS, pp. 296-300), His Holiness spoke to the members of the eleventh plenary assembly of Pax Romana, telling them that no Catholic can be indifferent to the new world com-munity now in process of formation. This is especially true, he says, of Catholics engaged in intellectual work, for it is their task to spread Catholic truth and to give it practical application in all areas of human activity. Educational and intellectual matters also figure in two decrees issued by the Sacred Congregation of Seminaries and Universities. In the first of these decrees, dated-November 4, 1956 (AAS, pp. 219-20), provision is made for the canonical erection of a faculty of theology in Sophia University in Tokyo. In the other decree, dated December 20, 1956 (AAS, p. 308), . a faculty of philosophy was canonically erected in the Catholic University of Quito. Thre~ documents of April and May of this year pertain to political matters. On February 16, 1957 (AAS, pp. 201-5), a c-onvgntion was ratified betweeri the Holy See and the German Federal State of North-Rhine-Westphalia concerning the estab-lishment of a new diocese of Essen. On March 28, 1957 (AAS, 308 September, 1957 QUESTIONS AND ANSWERS pp. 287-88), the Pontiff:addressed a group of young Berlin Catholics, telling them that the state must always respect the rights of individuals and of families and adding a plea for a united Europe and for the moral conditions without which such a union can never be realized. On Aprii 28, 1957 (AAS, pp. 300-301), the Pope gave a brief address on Communism, empha-sizing that the events of the last fdw months have clearly shown' to all men the aberrations of that way of life. Two other documents may be mentioned by way of conclud-ing this survey. On March 6, 1957 (AAS, pp. 215-17), the Holy Father sent a radio message to the school children of the United States exhorting them to be generous in contributing help for the needy children of other countries. And on Apri'l 23, 1957 (AAS, pp. 289-90), His Holiness spoke to a small group of Paris lawyers, extolling their° dignity as men devoted to the defense of law and of humanity and remarking that their profession is noteworthy as showing the value of humanism in a world where technical and scientific education is at a premium. Questions and Answers [The following answers are given by Father Joseph F. GaIlen, S.J., professor of canon law at Woodstock Coll~ge, Woodstock, Maryland.'] 29 Are the professed of temporary vows obliged by canon law to return to the motherhouse two months before perpetual profession, remain there, and prepare for this profession? No. You are applying to the professed of temporary vows what an instruction of the Sacred Congregation-of Religious, November 3, 1921, had commanded only for novices employed in the external works of a congregation during the second year of noviceship. The code does not even command a retreat before perpetual profession. The constitutions almost universally prescribe such a retreat, and the usual duration is eight full. days. A shorter retreat is also found, for" 309 QUESTIONS AND ANSWERS Review for Religioue example, five or six days. It seems evidvnt enough that the constitu-tions or customs should command a retreat before perpetual profession. It would also be reasonable and profitable to prescribe a longer period of greater recollection .before perpetual profession. REVIEW FOR RE-LIGIOUS, September, 1953, 267; November, 1955, 313. --30-- Hasn't the movement of renovation and adaptation suggested any new laws whatsoever concerning poverty? This movement is primarily spiritual, theological, educational, formative, and apostolic. It is only very secondarily canonical or legal. Therefore, in the matter of poverty the emphasis of the move-ment is on the striving for detachment that. leads to an intensified love of God (REVIEW FOR RELIGIOUS, November, 1955, 302; September, 1956, 269-70). No new laws on poverty have been enacted by the Holy See, and no important suggestion for a new law has been made by authors with regard to the poverty of solemn profession. In the 'matter of the poverty of institutes of simple vows, suggestions have been.maple for inclusion in constitutions that are being origitxally approved or revised. The purpose of these suggestions is to make the poverty of simple p*ofession at least approach that of solemn profession. They are founded on the principle that in itself it is more in accord with evangelical poverty to give away one's property than to retain it for life and to be deprived or restricted in the right of acquiring property for oneself than to retain this right in an almost unlimited manner. The su.ggestions are thus reducible to two headings. 1. Right of acquisition. A limitation of the right of acquisition is according to the mind of the Sacred Congregation of Religious. In new or revised constitution~, congregations of men or women may in-clude an article of the following type: "After profession, whether of temporary or perpetual ~,ows, the religious acquire for themselves only property received as an inheritance or legacy from relatives to the second degree. All other temporal goods are acquired for the con-gregation." This practice may be followed only by institutes that have such a provision in their approved constitutions. An article of this nature would effect a purer poverty and would also eliminate some practical 310 September, 1957 QUESTIONS AND ANSWERS difficulties and abuses. The meaning of relativ.es may be confined to blood relatives or extended also to relatives by marriage. The degrees would be computed according to canon law. 2. Giving away or renouncing one's property. New or revised con-stitutions of women may contain an ~rticle of the following type: "A professed sister, whether of temporary or perpetual vows, may not alienate the ownership of her property by a free gift effective during her lifetime. However, the professed of perpetual vows may (or, are counselled to) give all the property they own to the congregation under the form of a dowry." The similar article for institutes of men would be: "A professed religious, vShether of temporary or per-petual vows, may not alienate the ownership of his property by a free gift effective during his lifetime. However, the professed of perpetual vows may (or, are counselled toI give all the property they own to the congregation under the condition that the capital sum will be restored to them if they should leave or be dismissed." Either of the practices of the preceding paragraph, since they are not contrary to the code, may be ~ollowed even if not contained in the constitutions. The second sentence in Zither article may be introduced by an apt spiritual phrase, e. g., lCor their greater sancti-fication, for their greater poverty, for the greater purity of their evangelical poverty. There would be no difficulty also in applying either practice to the professed of temporary vows. In both cases the capital sum of the property will be restored to a religious who leaves, is excluded from further profession, or is dismissed. This fact would pro.tect the right of the religious to leave, if he wishes to do so, aad ,~iould also prevent want in the case of a departure, both of which constitute the purpose of the retention of property in congregations. Neither practice would prevent the religious from applying part or all of the income oa his property to other good purposes, e. g., to needy relatives, nor, with the permissioa of the Holy ~;ee, all or part of the capital sum of his personal property. However, it does not seem contrary to the mind of the Sacred Congregation for new or revised constitutions not merely to permit or counsel but to impose either practice with regard to all the personal property of a religious (REvIsw FOP, RELIGIOUS, September, 1953, 258-59; Escudero, /Iota et Documenta Congressus Generalis de Statib'us Per[ectionis, I, 377; Muzzarelli, ibid., 430-31). 311 ~UEsTIONS AND ~NSWERS ~31m What is the law for the last Gospel according to the simplified rubrics? The last Gospel is always that of St. John except in the third Mass on Christmas and low Masses on Palm Sunday at which the palms are not blessed. Cf. Bugnini-Bellocchio, De Rubricis ad Sira-pliciorem Formam Redi#endis, 69; Bugnini, The Simpli/ication of the Rubric, s, 113; J. B. O'Connell, Simpii[yin# the Rubrics, 71; The Cele-bration o[ Mass, 178. What Mass may be said on the Saturday of Our Lady (S. Maria in Sabbato)? The Mass of the Saturday of Our Lady; the Daily Mass of the Dead and any votive Mass that is not of the BlesSed Mother, but both of these, if low, are forbidden during the three periods of January 2-5; January 7-12; and Ascension-Vigil of Pentecost; and the Mass of an occurring simple feast or mere commemoration, e. g., on Jan-uary 5, 19; July 13, 27; August 3; September 28; October 5, 26 in the ordo of the Universal Church for 1957. As stated above, the only Mass of the Blessed Mother permitted is that of S. Maria in Sabbato. Cf. Wuest-Mullaney-Barry Matters Liturgical, n. 252. --33-- What should be done if a check in a small amount is received for your own personal, use? Endorse the check and drop it in the treasurer's box. The inten-tion of such a donor is certainly not that the religious should sin by using the money without permission. Neither are we to presume that a donor intends that the religious should make use of the gift in a way that is contrary to the greater perfection of the religious. Externs are fully conscious that the religious is in the state of perfection and that his life should be distinguished by renunciation and self-denial. They are readily scandalized at the lack of these qualities. If you have any material necessity, the more perfect time to ask for it is not on the occasion of receiving a gift. Cf. gEVlEW FOg gELIG~OUS, January, 1949, 39. 312 Book Reviews [Material for this department should be sent to Book Review Editor, REVIEW FOR RELIGIOUS, West Baden College, West Baden Springs, Indiana.] THE ROMAN CATACOMBS AND THEIR MARTYRS. By Lud-wig Hertling, S.J., and Engelb~rt Kirschbaum, S.J. Translated from the German by M. Joseph Costelloe, S.J. Pp. 224. The Bruce Publishing Company, Milwaukee I. 1956. $3.50. It is a pleasure to ir~troduce this excellent hook to readers of the REVIEW FOR RELIGIOUS. The subject is nowhere so well presented, to my knowledge, within the compass of one modest volume. It is com-petent; it is well ordered; it is readable; it is warm with the sympathies of the Christian tradition of culture. Archaeology, in all its branches, has a remarkable appeal to many people today, no doubt becauseit brings to them a new and vivid revelation.of the community of human nature with itself. The catacombs of Rome, with their touching expression of the pi.eties of our forefathers in the faith, reveal to Christians the communion of saints. A Catholic feels wonderfully at home in these ancient resting places of our dead. The authors are professors of ecclesiastical history and of achae-ology, respectively, in the Gregorian University and scholars of estab-lished authority in their fields. Father Kirschbaum was one of the four commissioned by Pius XII to investigate the reputed site, under the high altar of St. Peter's, of the apostolic tomb. A brief account of the results Of their quest is among the points of major interest in this book. Father Costelloe'meets with ease the two great exigencies of the translator's art, faithfulness to the thought of his author and to the idiom of his reader. A skilled initiate in Roman archaeology, he can write so clearly about these matters which he understands so well. With the praiseworthy permission of Fathers Hertling and Kirsch-baum, he has added his own notes to theirs and some quite new matter in the body of the book, known through the advance reports of explorations yet unpublished. By this positive contribution, he gives to English readers a welcome revision as well as a sound version of the original. 313 BOOK REVIEWS Review' for Religious The scope of the book may be indicated by running down the titles of the chapters: The Exploration of the Catacombs;. The Ceme-teries; The Tombs of the Popes; The Tombs of the Martyrs; The Tombs of the Apostles; The Persecutions; On the Way to Martyrdom; The Eucharist; Baptism; The People of God; The Art of the Cata-combs; The Creed of Catacombal Art. Forty-five plates and eight figures make an important complement to the text. By some fault of printing, twoor three of them, in my copy, are rough to the touch. Generally, the publisher has done 'a good job, and at a remarkably low price.--ED~;~,g R. SMOTH~P,S, S.J. FRANCIS OF THE CRUCIFIED. By Myles Schmitt, O.F.M.Cap. Pp. 152. The Bruce Publishing Company, Milwaukee 1. 1956. $3.00. Father Myles Schmitt, of St. Francis Capuchin College, Washing-ton, D. C., offers his readers a series of conference-chapters on the Franciscan way of perfection. Writers of general treatises on spiritual theology, such as Tanquerey and de Guibert, can present a .particular way of perfection only in skeletal form. Father Schmitt develops at suitable length the Franciscan way. At the same time, he is constantly concerned to relate it to the Christian way. For, at root, all Christian perfection is one, no matter the diversity of ways proposed for arriv-ing at it. In a way reminiscent of Gerald Vann's The Heart of Man, Father Schmitt organizes the life of perfection around the Beatitudes. His book is not as complete and detailed as Theodosius Foley's Spiritual Conferences for Religious Based on the Franciscan Ideal. Nor does it follow the life of St. Francis as closely as de Tour's Franciscan Perfection. But his choice of the Beatitudes as an organizing principle keeps the main line of argument simple, strong, and progressive and still gives him room enough to touch on a variety of subjects. Father Schmitt is especially good at describing the spiral move-merit of growth in perfection. Not only must ofie try to live more and more in accordance with his vision of the ideal; but, at the same time, one's vision must grow correspondingly in depth and p~netration. This spiral movement is particularly clear in St. Francis's religious life which began with what might be called an "inaugural vision" and grew as that vision' deepened and matured. Father Schmitt takes great pains .to delineate the initial vision of the Franciscan way, to map out 314 September, 1957 BOOK REVIEWS the s~ag'es of progress of that vis~ion, and to relate to it all growth in perfection. Basically, then, the Franciscan must focus his attention on the imitation of Christ crucified through a living out of the gospel life as envisaged by the Beatitudes. The foundation of this life is poverty leading to that poverty of personality called humility. Keeping before his eyes his nothingness in the presence of God, the~ Franciscan makes a sacrifice of himself and .thus fulfills simple justice. With mercy and simplicity, he takes on the role of peace-maker, courageous!y overcoming the opposition of a world set against Christ and at war ,with itself. His is a life of love, of devotion to the Eucharist, of love of Mary sorrowful. And oil such is his .vision, his necessary response will be apostolic action. Obviously the book's usefulness is not limited to Franciscans. Inasmuch as all the means proposed are the common heritage of Christi