Proyección e Innovación Social
Las instituciones de educación superior en nuestro continente hasta mediados del siglo XIX desarrollaron sus propuestas formativas desde el salón de clases, complementadas con las exigencias de la revolución industrial al promover procesos de investigación. Con las revoluciones políticas de comienzos del siglo XX se intronizan en culturas y gobiernos de democracia occidental la necesidad de atender "lo social", tema hasta entonces propio de la filantropía y la caridad, por mandato de las ideas de Maquiavelo, Locke y Smith. Solo con las Reformas de Cordoba (1918) las universidades latinoamericanas colocan sus saberes y experiencia para atender y acompañar diferentes estamentos sociales en sus preocupaciones y posibilidades surgiendo así la función sustantiva de proyección social u extensión universitaria. Desde allí la universidad hace más útil y pertinente su proyecto educativo mediante una interacción dialógica con las comunidades donde realiza sus asesorías, consultorías, educación continua y practicas estudiantiles al aportar sus conocimientos al medio externo y al nutrir docencia e investigación con los aprendizajes y cuestionamientos de usuarios de sus programas. Es allí donde se genera valor desde su quehacer misional, desde su innovación social. Esa es principalmente su importancia como institución de educación superior: aporta y crese.