El cambio climático se ha convertido en uno de los problemas más importantes de la sociedad global. Este fenómeno representa un reto de alta complejidad en cuanto a la generación de propuestas para su mitigación y adaptación; su dinámica y escalas superan los aspectos ecológicos y lo ubican en un prisma social, político, económico, cultural y filosófico. A pesar de haber avanzado en la demostración científica del origen antropogénico del cambio climático, la sociedad no modifica sus prácticas económicas e industriales ni su ritmo de consumo. Todo esto ocasiona una exacerbación de la crisis climática.
<p>El cambio climático se ha convertido en uno de los problemas más importantes de la sociedad global. Este fenómeno representa un reto de alta complejidad en cuanto a la generación de propuestas para su mitigación y adaptación; su dinámica y escalas superan los aspectos ecológicos y lo ubican en un prisma social, político, económico, cultural y filosófico. A pesar de haber avanzado en la demostración científica del origen antropogénico del cambio climático, la sociedad no modifica sus prácticas económicas e industriales ni su ritmo de consumo. Todo esto ocasiona una exacerbación de la crisis climática.</p>
En este artículo se examina la evolución de la crisis climática global en los últimos diez años y se analiza cómo, durante este corto periodo de tiempo, la gravedad de la crisis ha llevado a muchos Estados a declarar el tema del cambio climático como asunto de Seguridad Nacional. Se exponen las consideraciones de riesgo global identificadas por centros de pensamiento, universidades e institutos de investigación de reconocida prestancia; y se propone la actualización académica de las Fuerzas Armadas, especialmente en los cargos estratégicos de responsabilidad y conducción, sobre los temas de la crisis climática relacionados con la Seguridad y la Defensa nacionales.
El objetivo de este artículo es examinar los principales lineamientos antagonistas sobre el cambio climático. Para ello, se ofrece una aproximación teórica a las narrativas y repertorios sustantivos que sostienen los fundamentos de la negación y se diferencia conceptualmente entre negacionistas, climatoescépticos y contrarios climáticos. Estos repertorios son la negación de las evidencias científicas, la negación económica y la negación política. Finalmente, se hace referencia a la difusión de información errónea y tóxica como estrategia organizada y deliberada. Como principal conclusión se aborda los emergentes programas de alfabetización climática para neutralizar la desinformación y las fake news.
In: revista del Instituto de Investigaciones Económicas, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Band 20, Heft 1, S. 145
Si bien es cierto que el Perú destaca por el potencial natural de su sector forestal,es poco o nada lo que se ha hecho por él. Lo rezagado que se encuentran en manejo tecnológico, los sectores agrícola, forestal y construcción, fuertemente interrelacionados, ha sido totalmente negativo para el sector forestal, así como la alta mecanización de la minería ilegal. Una larga data de un débil marco normativo para un Estado sin capacidad de planificación en un sector que representa una delas mayores riquezas del país, pero con fuertes vínculos intersectoriales, impide convertirlo en uno de alto valor agregado y alta captación de mano de obra en zonas de pobreza extrema. La implementación de actividades de investigación y desarrollo tecnológico en este sector con visión intersectorial es crítico, ya que los beneficios que se deriven de esta implementación permitirán obtener resultados en un plazo menor. Y es que es un problema que nos urge, el impacto del mal manejo del sector forestal en el cambio climático amenaza con destruir al propio sector forestal. Las mejoras en el marco normativo todavía están pendientes, así como un sistema de información que está en pleno desarrollo, estos avances y el desarrollo en investigación y tecnología del sector con visión integral nos permitirá reconstruir juntos un sector con un gran potencial en valor agregado y combatir con efectividad la pobreza.Clasificación JEL: Q 50
Entre las medidas de adaptación al cambio climático, urge, además de una reconversión productiva que permita corregir los usos conflictivos del suelo, combatir la corrupción como factor que reduce la eficiencia de la acción del Estado. De no tomar las previsiones del caso, la lista de damnificados crecerá y la economía del país se desangrará en acciones inocuas que terminarán en un asistencialismo que continuará alimentando la maquinaria del fraude.
Es claro que el crecimiento de la población, la extracción de materiales, la producción alimentaria y el incremento de energía para todas las actividades humanas nos conducen a un estado de colisión con las capacidades de la biosfera y los ecosistemas en el proceso de asegurar la provisión de bienes y servicios indispensables para la vida (1). La producción de energía convencional y contaminante es hoy una de las más graves en este escenario, tanto que la comunidad internacional y las potencias ya han empezado a dar muestras de preocupación por la seguridad energética y, con ello por la amenaza del cambio climático.En el actual cambio climático por primera vez se viene demostrando que la humanidad ha cambiado decisivamente un ciclo liberando CO2 a la atmósfera a través de la quema de combustibles fósiles y cambios en el uso del suelo por más de 500 000 años. El origen del cambio climático se remonta a dos grandes transformaciones en el uso de la energía. En primer lugar, la energía hidráulica fue reemplazada por el carbón, una fuente de energía condensada por la naturaleza a lo largo de millones de años. Fue el aprovechamiento del carbón para nuevas tecnologías lo que propulsó la revolución industrial y desató aumentos sin precedentes en la productividad. La segunda gran transformación ocurrió 150 años más tarde. El petróleo había sido una fuente de energía humana durante milenios. En China, por ejemplo, se registran pozos petroleros ya en el siglo IV. No obstante, la utilización del petróleo para los motores de combustión interna a comienzos del siglo XX marcó el inicio de una revolución en el transporte. La quema de carbón y petróleo, junto con el gas natural, ha transformado a las sociedades humanas al proveerle la energía impulsora de grandes aumentos en la riqueza y la productividad, pero también ha impulsado el cambio climático (2).La economía humana ha crecido vertiginosamente, se multiplicó más de 60 veces desde la revolución industrial a la fecha, y entre 2010 y 2050 se multiplicará por cuatro. ¿Cómo proveer la suficiente cantidad de energía para tal crecimiento económico sin continuar acrecentando las emisiones de gases de efecto invernadero y por tanto el cambio climático?Las respuestas tecnológicas y las propuestas globales están a la vista, pero no hay suficiente voluntad política de los grandes tomadores de decisiones para aportar en su solución. Una propuesta importante es abandonar los combustibles fósiles (carbón, petróleo) como fuente principal de producción energética, y migrar lo más rápido posible hacia fuentes de energías renovables como la hidráulica, eólica, mareomotriz, geotérmica y sobre todo la energía solar (1). De esta forma, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero se prevé que estaría adecuadamente encaminada. Complementariamente, hay necesidad de incrementar la eficiencia de las plantas generadoras, el aumento del uso de tecnologías de energía renovable, reforzado con un uso más eficiente de la energía en el transporte, los edificios y los distintos sectores industriales (3).Al fin y al cabo, debemos tener en cuenta que prácticamente toda la energía que tenemos disponible en el planeta proviene del Sol. Los combustibles fósiles son tales porque alguna vez fueron seres vivos que, en grandes cantidades, quedaron sepultados y por procesos geológicos de millones de años se transformaron en petróleo y carbón. Es decir, son productos de la fotosíntesis del pasado. Asimismo, las energías eólica e hidráulica son producto de energía solar más gravedad. Salvo la geotérmica y la atómica, todas las fuentes de energía en la Tierra tienen que ver con el Sol de alguna manera (1).El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) promueve diversas estrategias de bajo consumo de carbono, que van desde el apoyo en la transformación del mercado de electrodomésticos eficientes en materia de energía hasta la ayuda a los países para que eliminen las barreras de acceso al uso de energías renovables. También promueve una transición a largo plazo hacia formas de transporte con bajas emisiones de carbono y sostenibles.El potencial acumulado de calentamiento del planeta que se ha evitado como resultado de la labor del PNUD en materia de sustancias que agotan el ozono en todo el mundo, asciende a 24,5 millones de toneladas métricas de CO2 (4). La clave, entonces, es influir sobre la conducta de las instituciones y las personas y alentar las inversiones en empresas y actividades inocuas para el medio ambiente.La Unión Europea, asumiendo el liderazgo mundial en la lucha contra el cambio climático y a la vez en su afán de protegerse de energía ante eventuales crisis internacionales, ha emprendido como reto una gran reforma energética común, considerada histórica, con énfasis en la protección del medioambiente a través de la energía renovable. Sus líderes, en marzo de 2007, se comprometieron a alcanzar la estrategia energética, conocida como 20-20-20, hasta el año 2020. Esta estrategia implica el cumplimiento de tres grandes objetivos: 1) reducir 20% el consumo energético mediante una mayor eficiencia energética; 2) incrementar el uso de energías renovables hasta alcanzar 20% el consumo energético total, y 3) reducir en 20% las emisiones de gases de efecto invernadero en relación con las emisiones de 1990.De acuerdo con las tendencias de consumo energético, todo parece indicar que el cambio climático es y será inevitable, y la Tierra continuará calentándose. Solo basta imaginar que de llegar el incremento del consumo energético al 83,7% hasta el año 2025, tal como está previsto desde 1990, el planeta recibirá el 76,4% más de CO2 en este lapso (5).Mientras más tardemos en asumir las decisiones y en modificar nuestros patrones dominantes de generación y uso de energía, más altos serán los costos por adaptación a un futuro que, previsiblemente, se nos anuncia lleno de impactos adversos. ; It is clear that the population growth, the extraction of materials, food production and increased energy needed for all human activities lead us to a state of collision with the capabilities of the biosphere and ecosystems in the process of ensuring the provision of goods and services essential for life (1). Production of conventional and clean energy is now one of the most serious issues in this scenario; both the international community and the world powers have begun to show signs of concern about energy security and the threat of climate change.The current climate change has demonstrated for the first time that humanity has decisively changed the atmosphere by releasing CO2 through the burning of fossil fuels and changes in land use over 500 000 years . The origin of climate change can be traced back to two great transformations in energy use. First, water power was replaced by coal, a source of energy condensed by nature over millions of years. The use of coal for new technologies propelled the industrial revolution and triggered unprecedented increases in productivity. The second great transformation happened 150 years later. Oil had been a source of human energy for millennia. In China, for example, oil wells are recorded as early as the fourth century. However, the use of oil for internal combustion engines in the early twentieth century marked the beginning of a revolution in transport. The burning of coal and oil, along with natural gas, is a transformation providing the driving energy for great increases in wealth and productivity. The downside is that it is a prime contributor to climate change (2).The human economy has grown rapidly, multiplied 60 times since the industrial revolution to date, and between 2010 and 2050 will be multiplied again by four. How to provide enough energy for such growth to continue without adding to emissions of greenhouse gases and therefore exacerbating climate change?Technological responses and global proposals are obvious, but there is not enough political impetus of the great decision makers to contribute to its solution. One important proposal is to leave behind the fossil fuels (coal, oil) as the main source of energy production, and migrate as quickly as possible to renewable energy sources such as hydro, wind, tidal, geothermal and especially solar energy (1). By doing this, the reduction of emissions of greenhouse gases is expected to be properly directed. In addition, there is need to increase the efficiency of power plants, increase use of renewable energy technologies, reinforce with a more efficient use of energy in transportation, building and the different industrial sectors (3).At the end of the day, we must bear in mind that virtually all the energy we have available on the planet is from the sun. Fossil fuels are such because they were once living beings that, in large quantities, were buried by geological processes millions of years ago and were transformed gradually into oil and coal. Also, wind and hydro energy are solar energy and gravity products. Except for geothermal and nuclear energy, most sources of energy on Earth have to do with the sun in some way (1).The United Nations Development Program (UNDP) promotes various strategies for low-carbon, ranging from supporting the market transformation of efficient appliances energy to helping the countries to remove barriers to the access of renewable energy. It also promotes a long-term transition towards forms of sustainable and low-carbon transportation.The cumulative global warming potential has been avoided as a result of UNDP work on substances that deplete the ozone worldwide, amounting to 24,5 million metric tons of CO2 (4). The key, then, is to influence the behavior of institutions and people and encourage investment in businesses and activities which are innocuous on the environment.The European Union, taking global leadership in combating climate change and yet making an effort to provide energy to any international crisis, has undertaken the challenge of a common energy reform, historically considered, with emphasis on environmental protection through renewable energy. Its leaders, in March 2007, undertook to achieve an energy strategy, known as 20-20-20, 2020. This strategy involves the fulfillment of three major objectives: 1) to reduce energy consumption by 20 % through increased energy efficiency; 2) to increase the use of renewable energy up to 20 % of total energy consumption, and 3) to reduce emissions of greenhouse gases in relation to 1990 emissions by 20 %.According to energy consumption trends, it appears that climate change is and will be inevitable, and the Earth will continue to warm. Just imagine that, to increase the energy consumption to 83,7 % until 2025, as planned since 1990, the planet will receive 76,4 % more CO2 during this period (5).The more we delay in making decisions and changing our dominant patterns of energy generation and use, the higher the costs of adaptation to a future that is expected to announce adverse impacts.
The present article offers a reflection about climate change and global warming, facts which make a condition on the future of the planet and the society altogether. Different scientific research works developed since the 70s, coincide that man's mediation over nature has altered the permanent balance of the planet. Based on the necessity that the society has to reach a high level of development, a permanent pressure is applied on the scarce resources, which results in an irretrievable loss of the biodiversity and changes in the ecosystems. This article, which is based in an ample literature review, reflexes on the economic model that we have and the alarming future we will face as a society if we are not able to modify the present way of consumption. Likewise, this paper is an attempt to identify the main advances and challenges that the international community brings up for the construction of reconciled political premises oriented to prevent and soften the climate change effects. ; El presente artículo presenta una reflexión alrededor del cambio climático y el calentamiento global, hechos que condicionan el futuro del planeta y de la sociedad en su conjunto. Diversas investigaciones científicas desarrolladas desde los años 70 coinciden en que la intervención del hombre sobre la naturaleza ha alterado de manera permanente el equilibrio del planeta. Basados en la necesidad que tiene la sociedad de alcanzar altos niveles de desarrollo, se ejerce una presión permanente sobre los recursos escasos, lo cual se traduce en una pérdida irreparable de biodiversidad y alteraciones en los ecosistemas. El presente artículo, basado en una extensa revisión bibliográfica, reflexiona sobre el modelo económico que tenemos y el futuro preocupante al que nos enfrentamos como sociedad si no somos capaces de modificar la manera actual de consumo; a la par es un intento por identificar los principales avances y desafíos que plantea para la comunidad internacional la construcción de políticas consensuadas orientadas a prevenir y mitigar los efectos del cambio climático.
Esta situación de cambio climático que genera alteraciones intensas en las personas, los bienes, los servicios y el medio ambiente en Colombia, ha generado un desatre profundamente rural que obliga a considerar crecimiento económico y medio ambiente sano, no como alternativas sino como opciones complementarias que deben satisfacer criterios, como la equidad y el derecho al progreso como condición necesaria para el desarrollo humano.
Theories of justice that have been discussed in Political Philosophy during XX century have not paid attention to environmental problems and to climate change. However, some of their arguments can be used to do a moral evaluation of the policies against climate change. Many of those policies have an anthropocentric andutilitarian perspective. By contrary, in this paper, a biocentric contention will beargued that defends the intrinsic value of any type of life. From these arguments, the policies adopted against climate change are not adequate and it is necessary a newproductive and economic model. ; Las teorías de la justicia que se han venido discutiendo en la filosofía política del siglo XX han prestado poca atención a las cuestiones medio ambientales y al cambio climático. No obstante, algunos de sus elementos pueden servir para hacer una evaluación, desde la moral, a las políticas que se pueden seguir contra el cambio climático. Muchas de esas políticas parten de un enfoque antropocéntrico y utilitarista. En este artículo, por el contrario, se defiende un enfoque biocéntrico que defiende el valor intrínseco de cualquier tipo de vida. Desde esos postulados, las medidas que sea doptan son insuficientes y es necesario un cambio de modelo económico y productivo.