La Caldera. No. 21 ; The Caldera. No. 21
Las huellas que deja el tiempo… Los años siempre dejan su huella… El inexorable paso del tiempo… Son algunas de las expresiones que utilizamos, popularmente, para referirnos a cómo cada almanaque vivido, cómo cada instante que pasa deja sus marcas, sus rastros, sus huellas. En el período Barroco, el hombre cayó en un estado de pesadez existencial, no sólo a nivel económico, político y social, sino que se constituyó en una época que lo sumergió en una crisis existencial; el hombre barroco, descubrió y escribió con horror, sobre la efímera condición de la especie humana. Pero no sólo el hombre del Barroco se ha inquietado con el finito y definitivo paso del hombre por la tierra, también civilizaciones como la Griega, la Romana, la Egipcia, y más cercanas a nosotros, los Incas, los Mayas y los Aztecas, le han rendido culto al paso del tiempo, incluso, crearon sus propias maneras de registrarlo, sus propios calendarios y llevaban un registro de lo que iban viviendo. Yo me atrevo a decir que la dificultad no radica en las marcas físicas que deja el ineludible, el inevitable paso del tiempo; me atrevo a afirmar que el problema es el no dejar huellas positivas, en no dejar ningún rastro loable, ni marca agradable "ninguna estela en el mar", en palabras de Machado, en nada, ni en nadie. ; Una obra para la posteridad; Por Matías Gómez Buitrago…06 Dr. Jorge Reynolds Pombo: Orgullo Colombiano; Por Carlos Rodríguez Blanco…10 Ética y moral: Fundamentos de un CALDISTA; Por Andrés David Rojas…14 Nuestra RECTORA; Por Valentina Manrique y Luisa Navarro…18 Líderes Caldistas 2017…24 Lectura: PROCESO FUNDAMENTAL En el Instituto Caldas…36 Instituto CALDAS: 65 AÑOS; Por Carlos Alirio Castillo y Saula Nayibe Figueroa…42 Eventos Conmemoración: 65 años…58 Interclases 2017…62 Nuevos laboratorios…66 Expresiones Caldistas…68 Galería de Imágenes…96 Nuestros MAESTROS…104 ; The traces that time leaves . The years always leave their mark . The inexorable passage of time . These are some of the expressions that we use, popularly, to refer to how each lived almanac, how each passing moment leaves its marks, its traces, her footprints. In the Baroque period, man fell into a state of existential heaviness, not only at the economic, political and social level, but was constituted at a time that plunged him into an existential crisis; the baroque man, discovered and wrote with horror, on the ephemeral condition of the human species. But not only the man of the Baroque has been concerned with the finite and definitive passage of man on earth, also civilizations such as the Greek, the Roman, the Egyptian, and closer to us, the Incas, the Mayas and the Aztecs, They have worshiped the passage of time, even created their own ways of recording it, their own calendars and kept a record of what they were living. I dare say that the difficulty does not lie in the physical marks left by the inescapable, the inevitable passage of time; I dare to affirm that the problem is not to leave positive traces, in not leaving any praiseworthy trace, nor a pleasant mark "no wake in the sea", in the words of Machado, on anything, or on anyone.