Campaña Naval y Fluvial Orion: una oportunidad de Colombia para fortalecer la cooperación con la OTAN
In: Revista de las Fuerzas Armadas, Heft 259, S. 67-80
ISSN: 2981-3018
Colombia ha venido planeando y ejecutando desde 2017 la Campaña Naval y Fluvial Orion como un mecanismo para combatir de manera cooperativa el flagelo del tráfico de sustancias ilegales por mar. A lo largo de estos cuatro años de trabajo mancomunado los resultados hablan por sí solos. Con la cooperación de 22 países, en promedio, en las siete versiones de la campaña se ha logrado la incautación de más de 400 toneladas de cocaína y 158 toneladas de marihuana, la inmovilización de cientos de embarcaciones y la captura de al menos 1.717 en el desarrollo de operaciones de interceptación marítima. Validar que la cooperación internacional se constituye en una fuente clave del éxito contra los actores desestabilizadores y generadores de violencia, es quizás el mayor logro que se ha dado a partir de esta campaña naval y fluvial. De otro lado, si bien desde su creación en 1949, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha sido la base fundamental de la seguridad de los países miembros, predominantemente localizados en el eje Euroatlántico, las crisis fiscales de algunos de esos países y las disputas políticas entre algunos de ellos, llevaron a la organización a pensarse y promover la emisión en 2010 del Nuevo Concepto Estratégico OTAN, donde los retos de las amenazas emergentes resultan claves para el futuro de la organización.
Si bien, la lucha contra el comercio de drogas ilícitas no ha sido incorporada dentro de esa visión de la organización de una manera clara, es evidente que su fuerza política podría contribuir de muchas formas en la solución ante este flagelo que involucra muchas regiones del mundo donde hace presencia la organización. En este sentido, la experiencia liderada por Colombia, puede ser un punto de encuentro entre el país y la OTAN para fortalecer el control sobre las líneas marítimas, contrarrestar a las organizaciones transnacionales del crimen por el mar, recolectar lecciones aprendidas que pueden servir en la lucha contra otras amenazas emergentes como es el caso del terrorism y aportar soluciones de seguridad para proteger a las sociedades de los países miembros y socios de la organización. Esto incluye, en la práctica, cooperar en la experiencia operativa, la construcción de legitimidad y en la formación, el intercambio de información y las capacidades de análisis de Inteligencia, entre otros.