Para José Saramago (2010), "el buen ciudadano es el que tiene espíritu crítico, que no se resigna, que no acepta que las cosas sean así, o así se vean sólo porque alguien lo ha decidido. Buen ciudadano es aquel que trata de mirar desde todas las perspectivas para conocer qué hay por detrás de las cosas y actuar en consecuencia, con responsabilidad y sin bajar la guardia". La importancia de los estudios sobre ciudadanía se vincula con la imperiosa necesidad de fortalecer la democracia en todos aquellos espacios en los que se manifiesta, principalmente en países como México, donde la falta de credibilidad en las instituciones democráticas y la apatía ciudadana parece permear en la sociedad, trayendo como consecuencia una crisis tanto de legitimidad, como de participación ciudadana, debida, entre otras razones, a que los ciudadanos se sienten excluidos de una intervención efectiva en los asuntos públicos. Aunado a la ausencia de una ciudadanía multidimensional, que no limita el proyecto ciudadano a la obtención de un status jurídico —la mayoría de la veces incapaz de materializarse en realidades concretas— sino que considera al ciudadano en todas sus posibilidades de realización personal y colectiva; el ciudadano político, civil, social, económico, ecológico, multicultural y global.
El presente ensayo aporta una reflexión respecto al rol que deben adquirir las universidades como agentes de transformación y consolidación del modelo democrático, principalmente ante al reto de construir ciudadanos completos, interesados por las necesidades del entorno físico y social, por la toma de decisiones colectivas, que se conciben a sí mismos como ciudadanos partícipes y no únicamente como votantes con miras a satisfacer sus propios intereses. Destaca el papel prioritario de la responsabilidad social universitaria que promueva la gestión social del conocimiento para todos los actores sociales, que tenga como finalidad la construcción de una ciudadanía informada, responsable y participativa, que responda ante la injusticia, la insostenibilidad, la violencia y la corrupción. Repensar la función social de la universidad pública requiere defender los valores propios de la educación pública, en el sentido de que todos los ciudadanos tengan la igualdad de oportunidades para desarrollar sus capacidades, eliminando obstáculos de carácter económico y social, así como los culturales y políticos que afectan e impiden ese desarrollo.
Para José Saramago (2010), "el buen ciudadano es el que tiene espíritu crítico, que no se resigna, que no acepta que las cosas sean así, o así se vean sólo porque alguien lo ha decidido. Buen ciudadano es aquel que trata de mirar desde todas las perspectivas para conocer qué hay por detrás de las cosas y actuar en consecuencia, con responsabilidad y sin bajar la guardia". La importancia de los estudios sobre ciudadanía se vincula con la imperiosa necesidad de fortalecer la democracia en todos aquellos espacios en los que se manifiesta, principalmente en países como México, donde la falta de credibilidad en las instituciones democráticas y la apatía ciudadana parece permear en la sociedad, trayendo como consecuencia una crisis tanto de legitimidad, como de participación ciudadana, debida, entre otras razones, a que los ciudadanos se sienten excluidos de una intervención efectiva en los asuntos públicos. Aunado a la ausencia de una ciudadanía multidimensional, que no limita el proyecto ciudadano a la obtención de un status jurídico —la mayoría de la veces incapaz de materializarse en realidades concretas— sino que considera al ciudadano en todas sus posibilidades de realización personal y colectiva; el ciudadano político, civil, social, económico, ecológico, multicultural y global.
El presente ensayo aporta una reflexión respecto al rol que deben adquirir las universidades como agentes de transformación y consolidación del modelo democrático, principalmente ante al reto de construir ciudadanos completos, interesados por las necesidades del entorno físico y social, por la toma de decisiones colectivas, que se conciben a sí mismos como ciudadanos partícipes y no únicamente como votantes con miras a satisfacer sus propios intereses. Destaca el papel prioritario de la responsabilidad social universitaria que promueva la gestión social del conocimiento para todos los actores sociales, que tenga como finalidad la construcción de una ciudadanía informada, responsable y participativa, que responda ante la injusticia, la insostenibilidad, la violencia y la corrupción. Repensar la función social de la universidad pública requiere defender los valores propios de la educación pública, en el sentido de que todos los ciudadanos tengan la igualdad de oportunidades para desarrollar sus capacidades, eliminando obstáculos de carácter económico y social, así como los culturales y políticos que afectan e impiden ese desarrollo.
La importancia de estudios sobre ciudadanía se vincula con la imperiosa necesidad de fortalecer la democracia en todos aquellos espacios en los que se manifiesta, principalmente en países como México, donde la falta de credibilidad en las instituciones democráticas y la apatía ciudadana parece permear en la sociedad, trayendo como consecuencia una crisis tanto legitimidad, como de participación ciudadana, debida, entre otras razones, a que los ciudadanos se sienten excluidos de una intervención efectiva en los asuntos públicos. Aunado a la ausencia de una ciudadania multidimensional, que no limita el proyecto ciudadano a la obtención de un status jurídico -la mayoría de las veces incapaz de materializarse en realidades concretas- sino que considera al ciudadano en todas sus posibilidades de realización personal y colectiva; el ciudadano político, civil, social, económico, multicultural y global.
The work seeks to rescue the social role of universities and the expectations placed on education for democratic consolidation model, mainly to the challenge of building citizens interested in the needs of the social environment, which think of themselves as citizens share in the collective decision-making and not just as voters seeking to satisfy personal interests and in the worst case scenario with a merely formal citizenship, alien to any involvement. This was taken on the concept of university social responsibility (USR) to revitalize the debate about the importance of social role that public universities have for democracies in construction, primarily as a responsible citizen education. The aim of the research was to analyze some aspects of the profile citizen of students at the Autonomous University of Mexico State, rescued from a questionnaire administered to students. This certainly highlights the responsibility we have as academics and researchers in the setting and interpretation of reality in which they are inserted, so we can defend and promote the role of universities in citizenship education and its importance in society aspiring to be fully democratic. ; El trabajo busca rescatar el papel social de las Universidades y las expectativas depositadas en la educación para la consolidación del modelo democrático, principalmente ante el reto de construir ciudadanos interesados por las necesidades del entorno social, que se conciben a sí mismos como ciudadanos participes de la toma de decisiones colectivas y no únicamente como votantes en búsqueda de satisfacer intereses personales y en el peor de los escenarios con una ciudadanía meramente formal, ajena a cualquier tipo de participación. Para ello se retoma el concepto de responsabilidad social universitaria (RSU) que revitaliza el debate acerca de la importancia que la función social que la universidad pública tiene para las democracias en construcción, fundamentalmente en lo que a la formación ciudadana compete. El objetivo de la investigación, consistió en analizar algunos aspectos del perfil ciudadano de los estudiantes de la Universidad Autónoma del Estado de México, rescatados a partir de un cuestionario aplicado a los estudiantes. Lo anterior sin duda resalta la responsabilidad que tenemos como académicos e investigadores en la configuración e interpretación de la realidad en la que se insertan, así, podemos defender y promover el rol de la universidades en la formación ciudadana y la importancia del mismo en las sociedades que aspiran a ser plenamente democráticas.
El trabajo busca rescatar el papel social de las Universidades y las expectativas depositadas en la educación para la consolidación del modelo democrático, principalmente ante el reto de construir ciudadanos interesados por las necesidades del entorno social, que se conciben a sí mismos como ciudadanos participes de la toma de decisiones colectivas y no únicamente como votantes en búsqueda de satisfacer intereses personales y en el peor de los escenarios con una ciudadanía meramente formal, ajena a cualquier tipo de participación. Para ello se retoma el concepto de responsabilidad social universitaria (RSU) que revitaliza el debate acerca de la importancia que la función social que la universidad pública tiene para las democracias en construcción, fundamentalmente en lo que a la formación ciudadana compete. El objetivo de la investigación, consistió en analizar algunos aspectos del perfil ciudadano de los estudiantes de la Universidad Autónoma del Estado de México, rescatados a partir de un cuestionario aplicado a los estudiantes. Lo anterior sin duda resalta la responsabilidad que tenemos como académicos e investigadores en la configuración e interpretación de la realidad en la que se insertan, así, podemos defender y promover el rol de la universidades en la formación ciudadana y la importancia del mismo en las sociedades que aspiran a ser plenamente democráticas. ; The work seeks to rescue the social role of universities and the expectations placed on education for democratic consolidation model, mainly to the challenge of building citizens interested in the needs of the social environment, which think of themselves as citizens share in the collective decision-making and not just as voters seeking to satisfy personal interests and in the worst case scenario with a merely formal citizenship, alien to any involvement. This was taken on the concept of university social responsibility (USR) to revitalize the debate about the importance of social role that public universities have for democracies in construction, primarily as a responsible citizen education. The aim of the research was to analyze some aspects of the profile citizen of students at the Autonomous University of Mexico State, rescued from a questionnaire administered to students. This certainly highlights the responsibility we have as academics and researchers in the setting and interpretation of reality in which they are inserted, so we can defend and promote the role of universities in citizenship education and its importance in society aspiring to be fully democratic.
La importancia de los estudios sobre ciudadanía se vincula con la imperiosa necesidad de fortalecer la democracia en todos aquellos espacios donde se manifiesta, principalmente en países como México, donde la falta de credibilidad en las instituciones democráticas ha permeado a la sociedad. ; Los desafíos contemporáneos requieren nuevos ajustes en diversos sentidos; al interior de las organizaciones es necesario adecuar los mecanismos con que interactúan frente a la sociedad en la que se desarrollan. Es requisito indispensable que el grueso de las organizaciones sociales se vinculen de manera directa con los problemas globales y nacionales: cambio climático, guerras, exigencias democráticas, movimientos sociales, pobreza, desempleo, inestabilidades políticas etc., ello les exige que se asuman como parte del complejo social, donde sus acciones repercuten de forma directa o indirecta.
El presente documento es sobre la investigación con el tema Gestión, liderazgo yvalores en la administración del Colegio Militar Nº 9 Eugenio Espejo, del cantónSalinas, en la sección Bachillerato, durante el periodo 2011 2012; tuvo comopropósito diagnosticar la situación actual de la institución educativa desde su climaorganizacional, laboral y ambiente de aulas.La investigación realizada fue descriptiva, exploratoria y documental; siendonecesario aplicar técnicas e instrumentos tales como revisión bibliográfica,encuestas, entrevistas y observación, para la recolección y procesamiento de datos.En consecuencia del estudio realizado, se determinó que la institución educativatiene la problemática de dependencia al Comando de Educación y Doctrina delEjército, motivo por el cual no puede tomar decisiones independientemente de lasresoluciones que otorgue este organismo.Para poder mejorar la gestión administrativa en la toma decisiones, se proponeDiseñar un Plan de Mejoramiento de la Gestión AdminiswÑtrativa con relación a laToma de Decisiones, mediante el fortalecimiento de las habilidades de los directivosy docentes de Colegio Militar Nº 9 Eugenio Espejo a partir del inicio del año lectivo2012 2013. Titulación en Ciencias de la Educación ; Donación ; 14112012 ; Ing. No. 130 ; 1.00.
Las relaciones de Cartago con la Península Ibérica tradicionalmente se han interpretado como el resultado de una dominación, desde una óptica invasionista. La historiografía más tradicional, hasta los años 80, había interpretado la actuación de Cartago en Iberia como un episodio más de su política imperialista, encaminada a la sustitución del dominio colonial fenicio por la ocupación cartaginesa a fines del siglo VI a.C. Las bases sobre las que se sustentaba esta interpretación eran fundamentalmente literarias, cimentadas en el análisis acrítico y descontextualizado de una colección exigua, dispar y polémica de textos griegos y latinos. Sin embargo, a partir del estudio fundamental de C.R. Whittaker Carthaginian imperialism in the fifth and fourth centuries, en 1978, se puso de manifiesto la inexistencia de una política cartaginesa agresiva y antihelénica, imperialista propiamente dicha, en Sicilia. Esta 6 interpretación, salvo algunas excepciones, fue la adoptada por los investigadores españoles que asimilaron el concepto de hegemonía en sustitución del de imperialismo, y propusieron el comercio administrado como expresión de la supremacía cartaginesa en vez de la anexión y el control territorial. No obstante, disponemos de datos literarios que testimonian la hegemonía cartaginesa en el sur de Iberia con anterioridad a la época bárquida. Además recientemente se han publicado dos tesorillos de moneda cartaginesa procedentes de El Gandul (Alcalá de Guadaíra, Sevilla) y noticias de otros hallados en Fuentes de Andalucía (Sevilla), con una cronología de fines del siglo IV o principios del III a.C., que han reavivado la cuestión de la presencia de ejércitos cartagineses en Iberia con anterioridad a la llegada de Amílcar Barca en 237 a.C. Con esta interpretación no pretendemos resucitar el obsoleto esquema invasionista e imperialista, sino reflexionar sobre estos hallazgos arqueológicos en un marco histórico definido por las relaciones entre estados. Los datos literarios siempre se han contemplado desde la perspectiva de una supuesta aspiración cartaginesa de ocupación sobre Iberia, pero nunca desde la óptica de las comunidades púnicas peninsulares, probablemente más interesadas en la protección cartaginesa que Cartago en su dominio. Gadir y otras ciudades púnicas demandarían protección, sobre todo contra los endémicos ataques piráticos y las amenazas de vecinos potencialmente peligrosos, y Cartago, en contrapartida, veía asegurado el suministro de metales, sobre todo plata, del que dependía casi exclusivamente. En esta tradición diplomática entre Cartago y las ciudades púnicas de Iberia es donde encuentra explicación la presencia de ejércitos cartagineses en Turdetania entre los siglos IV y III a.C. ; The relations between Carthage and the Iberian Peninsula have mainly been viewed from the perspective of military domination. The traditional historiography up to the 80's interpreted the Carthaginian policy on the Iberian Peninsula at the end of the VI century BC as basically one of imperial domination directed at replacing the Phoenician presence by direct Carthaginian control. This particular view was based on a not too critical use of Greek and Latin written sources, themselves very limited in scope and many times of polemical interpretation. Nevertheless, ever since the publication in 1975 of a fundamental work by C. R. Whittaker, Carthaginian imperialism in the fifth and fourth centuries, it became evident that there had not been such a consistently aggressive, anti-Hellenic, imperialist Carthaginian policy. This interpretation, with few exceptions, was taken up by Spanish investigators who adopted the concept of assimilation versus imperialism, and proposed a commercial administration as the expression of Carthaginian supremacy in lieu of direct control of territory. Nevertheless, we do have literary references that testify to Carthaginian hegemony in the south of the Iberian Peninsula prior to the Barquid period. Yet the recent appearance of two treasure troves of Carthaginian coins one in El Gandul (Alcala de Guadaíra, Seville) and the indirect evidence of a second found in Fuentes de Andalucia (Seville) both with a chronology of the end of the IV century or the beginnings of the III century BC, has rekindled interest in the question of Carthaginian armies in the Iberian Peninsula prior to arrival of Hamilcar Barca in 237 BC. By this information we do not in any way pretend to re-instate the old imperialist scheme, but rather we wish to view these archaeological troves in a historical context defined by the relations between states. The literary quotes have always been contemplated from the exclusive perspective of a supposed Carthaginian aspiration of occupying the Iberia, but never from the perspective of the Punic communities already long established in the Peninsula, who were probably much more interested in the protection offered by the Carthaginians than in their domination. Gadir and other Punic cities would demand protection, especially against the endemic piracy and the threats by potentially dangerous neighbours, and Carthage, in exchange, would be guaranteed an assured supply of metals, especially silver, for which Iberia was virtually its only source. This diplomatic tradition between Carthage and the Punic cities in Iberia is where we can find an explanation for presence of Carthaginian armies in the Turdetania between the IV and III centuries BC.