En este mismo número de "Encuentro" publicamos una comunicación presentada por el sociólogo argentino Aldo E. Solari al VIII Congreso Latinoamericano de Sociología que tuvo lugar en San salvador en Septiembre del año pasado, y que trata de "Los movimientos estudiantiles universitarios en América Latina". En dicho estudio leemos que la politización estudiantil, entiéndase de una minoría dirigente, es seguramente la consecuencia de ciertas características de la estructura social latinoamericana y no un fenómeno patológico inexplicable". Según Solleri estas características son, en primer lugar, la inestabilidad social y política de nuestros países, que hace que ciertos grupos encuentren en la universidad, y particularmente en el movimiento estudiantil, un medio de ascenso al poder; y en segundo lugar, el hecho de que las inquietudes de buena parte de los universitarios por los problemas de la colectividad no son canalizadas por la universidad y buscan entonces el canal político.
El trabajo aborda los antecedentes históricos y los elementos organizativos e ideológicos que caracterizan al movimiento de mujeres en la Nicaragua postrevolucionaria (1990 2010). Se describe su desarrollo en relación con una agenda democratizadora de la política y sociedad nicaragüenses, en las coordenadas abiertas tras el fin de la Revolución Sandinista y a partir de la compleja (y convulsa) situación de una Nicaragua inmersa en la transición y consolidación de un modelo neoliberal y la persistencia de prácticas políticas tradicionales.
Los trabajos de Luís Abramo, de Irma Amagada y de Magdalena León apuntan a nuevos indicadores económicos, nuevas realidades tanto en el mundo del trabajo, de la distribución del ingreso, de la medición del desarrollo y de la propia conceptualización del carácter del desarrollo. Un ejemplo significativo en este sentido es el dato que Irma Amagada presenta (cuadro 3), donde se percibe una disminución de las diferencias de ingreso medio entre hombres y mujeres entre el año 80 y 94 en América Latina. Sin embargo la reducción de las diferencias de ingreso es menor entre jefas-jefes, es decir entre hombres y mujeres profesionales. La intensidad de formación no reduce la discriminación de género entre cargos de dirección. Es significativo también el deterioro por aumento de las diferencias de ingresos en Costa Rica, país que había logrado, no sólo en la relación de género, sino en la democratización y relaciones de equidad de la sociedad, uno de los niveles más alto de justicia distributiva en América Latina. El deterioro social en Centroamérica, viene corroborado incluso en el caso excepcional de Costa Rica, que había logrado unos de los índices más equitativos de distribución de ingresos en 1980. Este ejemplo ratifica la urgente necesidad de indicadores de género económicos y sociales que hagan visible y medible la discriminación para la mujer. La incorporación de indicadores y metodología de género en las Ciencias Sociales y jurídicas es un instrumento fundamental para el empoderamiento político de la mujer en América Latina, para incorporar esta nueva fuerza social en la superación de la pobreza y en el logro de una mayor equidad, elementos claves también para un crecimiento económico ambientalmente sostenible y duradero en el tiempo. La red y las vinculaciones de las investigadoras y docentes sobre Mujer y Género en América Latina pueden enfrentar estos aspectos en el futuro, de una forma más coordinada e integrada. La democratización en las relaciones de género no es una amenaza de un "milenio feminista", sino más bien de un milenio de un humanismo integrado y de una democracia más genuina. Marcela Lagarde previene de estos nuevos miedos: del nuevo "miedo del género" que junto con el miedo a la miseria, a la violencia, a las pandemias y al más allá pudieran caracterizar el nuevo milenio. La construcción de la era pos-Beijing con un plan de acción para lograr la equidad y la democracia en las relaciones de género coincide con el fin del milenio y pretende superar esos miedos con un genuino desarrollo humano. La necesidad de construir las políticas públicas que superen las declaraciones de buenas intenciones e institucionalicen, no sólo un desarrollo para la mujer, sino el desarrollo de la mujer, que permita establecer las políticas de género en el desarrollo con el poder de negociación suficiente para "tomar control sobre sus propios destinos " como señala Magdalena León.
El lenguaje, medio de comunicación por excelencia entre los seres humanos, es también un vehículo de reproducción ideológica y por tanto, una herramienta a través de la cual se perpetúan las relaciones de dominación sexistas. Tan sutil y hábilmente se han creado a lo largo de la historia este conjunto de códigos. Son transmitidos inicialmente de la madre a sus criaturas. Este tema es brillantemente analizado por Amparo Moreno en su trabajo "Lenguaje y androcentrismo". Amparo no sólo desmenuza este asunto hasta llegar a su sentido más íntimo, sino que hace una propuesta para la utilización de un lenguaje no sexista, para que nuestra comunicación oral sea inclusiva. En esta selección de lecturas, se ha incluido el trabajo de Luisa Hernández Angueira, titulado "La producción y re-producción de género en el proceso educativo". En su trabajo, la autora analiza el proceso educativo portorriqueño y encuentra que éste reproduce las relaciones de género a cuatro niveles: el ideológico, en su estructura y organización propias, en cuanto a la división sexual del trabajo y en la definición del conocimiento legítimo. Finaliza con una serie de propuestas muy positivas para hacer de la práctica docente una actividad realmente liberadora en todo sentido. La psicóloga Mirta González Suárez aborda el asunto del sexismo en la educación superior. Su trabajo "Cuestionar lo incuestionable: el sexismo en el proceso educativo" es muy minucioso. Analiza el sexismo en la Universidad de Costa Rica en tres aspectos centrales: a) la escogencia de carreras de los estudiantes, b) la renovación de la ciencia, c) actitudes del status quo universitario. Demuestra que no solamente el sexismo en la educación superior es un fenómeno privativo de la Universidad de Costa Rica, sino que la tendencia es igual en las universidades norteamericanas. Concluye su trabajo con algunas preguntas sobre la presencia del sexismo en la educación superior. La destacada educadora uruguaya, Diosma Elena Piotti Núñez, en su artículo "La escuela primaria como generadora y reproductora de contenidos sexistas en la sociedad uruguaya", nos muestra que la escuela primaria, como agente socializado es generadora y reproductora de los contenidos sexistas existentes en la sociedad uruguaya. La rigurosidad de la metodología empleada hace de este trabajo un modelo a utilizar, adecuándolo a nuestra propia realidad. Margarita Pintos incursiona en el tema de la teología feminista en su trabajo "Mujeres teólogas: corrientes y acentos de la teología feminista". En este escrito se ofrece un panorama del desarrollo del movimiento teológico feminista en Centro Europa, América Latina, Asia y África. De igual forma, se analizan los aportes de este movimiento en la creación de una hermenéutica feminista para la lectura de La Biblia. El artículo finaliza con una descripción de los avances producidos en este campo en España. Para perpetuarse, las instituciones patriarcales necesitan de un sistema legislativo androcéntrico. Alda Facio, en su artículo "El Derecho como producto del patriarcado", demuestra cómo las leyes están hechas solamente por y para los hombres, desmitificando la supuesta neutralidad que caracteriza a esta ciencia. La autora es crítica, pero al mismo tiempo propone alternativas para luchar en contra del androcentrismo. Considera que la igualdad entre hombres y mujeres en términos de deberes y derechos no es suficiente para eliminar la discriminadón de género. Se hace necesario por tanto, cuestionar los fundamentos del sistema patriarcal. Esta selección de lecturas nos muestra de qué manera se reproducen socialmente las desigualdades de género, a través de diversos procesos de socialización. De esta forma, nos proporciona una oportunidad para reflexionar, ofreciéndonos elementos para que actuemos en la realidad en que nos movemos y la transformemos liberadoramente.
El año 1976 fue la primera vez en la historia cuando la mujer aparece como protagonista absoluta en el llamado "Año internacional de la mujer". Es cierto que las diversas culturas y religiones han estimado la importancia de la mujer al contraponerla al hombre como sexo distinto de la especie humana. Las diosas de la fecundidad son una constante de las religiones históricas; pero, la estimación de la mujer a lo largo de la historia se ha reducido a considerarla como el principio fecundo de la especie humana. A eso obedece el que, tanto en el Antiguo como en las religiones no testamentarias, la soltería, la esterilidad y aún la viudez se hayan considerado como una maldición divina o como un destino desagradable para la mujer; la mujer no valí en sí, sino en su función propagadora de la especie. Sin embargo, la mujer se ha ido desarraigando paulatinamente, de la sumisión al varón: se ha ido ausentando de la sujeción a su hogar, buscando trabajo en las factorías, comercios e instituciones redituables; ha acudido a las universidades para obtener una profesión semejante a la de los varones; ha luchado por la igualdad de derechos ante los tribunales, y hoy, amparándose en la democracia, propugna la igualdad "sin distingos de credos, de raza, de color y de sexo". Equiparación del sexo que es peyorativa con respecto a los otros factores discriminatorios que se apuntan. Incluso, ha luchado por la igualdad de derechos frente al divorcio y a la independencia económica. En otras palabras: La mujer parece haber caído en la cuenta de su papel en la sociedad, reclamando igualdad de oportunidades de trabajo, de salarios, de cultura y de capacidades para llevar adelante su propia vida.
América Latina tiene una larga historia de dictaduras y regímenes autoritarios, de imposiciones a fuerza de fusil y la bayoneta, violando los más elementales derechos de los pueblos. En nuestra América, los Estados se han conformado en base a criterios de la cultura occidental. Esto no es negativo en sí mismo. Sí lo es el hecho de no tomar en cuenta las experiencias organizativas propias de las comunidades indígenas, su forma de organización social y política; obstaculizar e impedir que sean los indígenas quienes decidan la manera de organizarse política y socialmente en atención a sus necesidades e intereses. De ahí que se diera lugar no sólo a Estados excluyentes, sino también a sociedades en las que la cultura dominante continúa marginando a los indígenas y a todas aquellas expresiones que intentan democratizar la vida económica, política, social y cultural de los países americanos. Para los dirigentes políticos ha sido más importante y se han preocupado por la constitución de sociedades integradas al mercado mundial o regional, no así por la construcción de sociedades internamente integradas. Esto no quiere decir que deba tenderse a la igualdad, dinámica destructora que los pueblos indígenas americanos conocemos muy bien, por medio de campañas de aculturación o asimilación. Las relaciones pueblos indígenas-Estado en América Latina han sido relaciones que gravitan en torno a la exclusión y marginación de los indígenas. Esto se explica fácilmente porque desde el Estado se ha dirigido el sometimiento, la explotación y la opresión de nuestros pueblos.
El presente artículo es un ensayo sobre la revalorización del espacio local y la participación de las mujeres en éste, a partir de la década de los 80. Dicha revalorización es consecuencia de una serie de procesos que confluyen y se potencian al encontrarse en el municipio, región o provincia. Estos procesos son la democratización política, descentralización política-administrativa, crisis del modelo de desarrollo, necesidad de buscar nuevas vías de participación ciudadana y la evolución de los movimientos sociales. El presente artículo, busca la motivación para aplicar la variable "Género" en las políticas municipales, a través de la exposición de algunas experiencias en Latinoamérica.
El artículo "Gobernanza Comunitaria para el Bien Común" centra su atención en el modelo de democracia participativa que promueve el Buen Gobierno Sandinista como mecanismo de restitución de derechos humanos enfocado en las familias nicaragüenses como principales protagonistas de su propio cambio. El análisis y reflexión teórica toma como marco de referencia las políticas públicas y sociales existentes en el contexto actual, lo cual hace posible la descentralización del poder político, y con ello, otorgar a la comunidad la participación protagónica en los programas y proyectos de gobierno que benefician a las familias más vulnerables, pero que a la vez, incentivan en las familias la actitud de empoderamiento de sus propias realidades y escenarios, para trabajar conjuntamente en la gestión social. La investigación explora la experiencia de los pobladores de Batahola Norte durante el periodo 2012 – 2014, los testimonios y apreciación de las personas con referencia al modelo de responsabilidad compartida del gobierno del FSLN permitirá tener un acercamiento al modelo de participación popular y descentralización del poder que desde el 2007 impulsa el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional.
The last three decades have seen dramatic transformations in the politics of sexuality in Nicaragua. Based on ethnographic field research, Intimate Activisms offers an analysis of the role of sexual rights advocates as mediators in these transformations, by exploring their 'thick experience' as activists, the multiple discourses that inform their praxis, the way they negotiate their goals and strategies, and the configuration of sexual subjectivities in the intersection of global and local influences.
En este volumen de nuestra Revista HUMANIDADES nos complace presentar una variedad de trabajos testimoniales sobre el movimiento estudiantil de los últimos 50 años, del recién siglo pasado, teniendo en cuenta que la creación literaria es toda construcción de pensamiento capaz de hacernos reflexionar sobre una realidad específica. Además, incluye una muestra literaria del poeta Jorge Vargas Méndez, quien desde su pluma y sentir de poeta nos ilustra sus recuerdos en los sucesos de ese trágico, pero heroico 30 de Julio de 1975. La mayoría de testimonios fueron sustraídos del foro Retrospectivas y Proyecciones del Movimiento Estudiantil de los últimos 50 Años, organizado por las Asociaciones y Gremios Estudiantiles, en coordinación con la Unidad de Comunicaciones de la Facultad de Ciencias y Humanidades, el cual se llevó a cabo el 29 de Julio del corriente año en nuestra universidad, en ocasión de conmemorar el vigésimo noveno aniversario de la masacre estudiantil de aquel fatídico 30 de Julio de 1975, perpetrada por la dictadura militar. El principal objetivo de esta sección, en este número, es rescatar la memoria histórica del Movimiento Estudiantil, el cuál ha sido representativo de las luchas reivindicativas que como Universidad hemos abanderado en defensa de la autonomía universitaria y que las nuevas generaciones de estudiantes, es importante, conozcan y hagan suya
En este artículo me refiero a las particularidades que han adoptado las luchas anti- rracistas en América Latina, una región en la que hasta hace poco se pensó que el racismo era un tema irrelevante debido a su composición demográfica mezclada en términos étnico-racia- les. En los últimos treinta años esta percepción ha ido cambiando en razón del reconocimiento de su multiculturalidad y, al mismo tiempo, de los problemas que puso en evidencia la puesta en práctica del proyecto estatal multicultural y el modelo político y de desarrollo económico neoliberal. En la actualidad, podemos hablar de un giro antirracista en la región, para designar la mayor atención que hoy se presta al racismo en el ámbito público, y en el de los movimien- tos sociales. Presento estas reflexiones desde mi experiencia situada, de mujer colombiana y feminista afrolatinoamericana; es decir desde un lugar de enunciación y una posicionalidad particulares frente a los temas del racismo y el antirracismo. Además, lo hago en conversación con el sociólogo francés Eric Fassin para examinar en paralelo los desafíos que hoy enfrenta el trabajo académico antirracista en función del lugar de enunciación que se asuma en él. ; Neste artigo, refiro-me às particularidades que as lutas antirracistas têm assumido na América Latina, região em que até recentemente se pensava que o racismo era uma questão irrelevante devido à sua composição demográfica mista em termos étnico-raciais. Nos últimos trinta anos essa percepção vem mudando devido ao reconhecimento de seu multiculturalismo e, ao mesmo tempo, dos problemas que colocam em evidência a implementação do projeto de Estado multicultural e o modelo neoliberal de desenvolvimento político e econômico. Atual- mente, podemos falar de uma virada antirracista na região para designar a maior atenção que se dá ao racismo na esfera pública e entre os movimentos sociais. Apresento essas reflexões a partir de minha experiência situada, como mulher colombiana e feminista afro-latino-ameri- cana; isto é, de um lugar de enunciação e de uma posicionalidade particular frente as questões do racismo e do antirracismo. Além disso, o faço isso em diálogo com o sociólogo francês Eric Fassin para examinar em paralelo os desafios que o trabalho acadêmico antirracista enfrenta hoje em função do lugar de fala que se assume. ; In this article, I refer to the particularities that anti-racist struggles have adopted in Latin America, a region in which until recently it was thought that racism was an irrelevant issue due to its mixed demographic composition in ethnic-racial terms. In the last thirty years, this perception has been changing due to the recognition of its multiculturalism and, at the same time, of the problems that put in evidence the implementation of the multicultural state project and the neoliberal political and economic development model. At present, we can speak of an anti-racist turn in the region, to designate the greater attention that today is paid to racism in the public sphere, and in that of social movements. I present these reflections from my situated experience, as a Colombian woman and an Afro-Latin American feminist; that is to say, from a place of enunciation and a particular positionality vis-à-vis the issues of racism and anti-racism. In addition, I do it in conversation with the french sociologist Eric Fassin to examine in parallel the challenges that anti-racist academic work faces today in terms of the place of enunciation that is assumed in it.
Under the historical-hermeneutical budget with a qualitative approach and case studies, six Santanderean collectives participated that appealed to the memory in a historicization exercise, to that of all his days, with four interpretive axes: individual and collective identity, collective action, the collective as subjects of change and their incidence and participation. It is found that the answers to social inequalities, unsatisfied basic needs, lack of opportunities in the rehabilitation processes (collective C1, C2, C3, C6) and the recognition of some subjects from gender and in local territory (collective C4 and C5) were the triggering actions as the opportunity of the discourse in the "question of the other" shown from the affiliated subjects that differentiating identity in the people with and without disabilities, who are inserted in a social plot that mark the internal distinctions of the construction of society from their realities, he exposes the figure of the woman exclusively responsible for the care and weak construction of a collective memories. It can be concluded, collective have involved the human condition is violated, problematize the configuration of societies from their realities and places it as an ethical, social and political actor with the possibility of breaking that which discriminates against them, excludes and oppresses. ; Bajo el presupuesto histórico-hermenéutico con enfoque cualitativo y estudio de casos, participaron seis colectivos santandereanos que apelaron a la memoria en un ejercicio de historización, a la de todos sus días, con cuatros ejes interpretativos: la identidad individual y colectiva, la acción colectiva, el colectivo como sujetos de cambio y, su incidencia y participación. Se encuentra que las respuestas a las desigualdades sociales, necesidades básicas insatisfechas, falta de oportunidades en los procesos de rehabilitación (colectivos C1, C2, C3, C6) y el reconocimiento de unos sujetos desde género y en territorio local (colectivos C4 y C5) fueron las acciones desencadenantes como la oportunidad del discurso en la "cuestión del otro", mostrado desde los sujetos afiliados como identidad diferenciadora en las personas con y sin discapacidad, quienes están insertos en una trama social que marcan las distinciones internas de construcción de sociedad desde sus realidades; además, deja expuesta la figura de la mujer responsable exclusiva del cuidado y la débil construcción de unas memorias colectivas. Cabe concluir, los colectivos tienen inmersos la condición humana que se ve vulnerada, problematizan la configuración de las sociedades desde sus realidades y lo sitúa como un actor ético, social y político con la posibilidad de quebrar aquello que les discrimina, excluye y oprime. ; Maestría